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Punto de inflexión por Nicole Prince

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Notas del capitulo:

NOTA IMPORTANTE AL FINAL

Capítulo 3

 

1 año y medio después

 

— ¿Estás seguro de esto? — Preguntó Aomine por tercera vez.

— Sí, Aomine Daiki, estoy seguro. — Le contestó también por tercera vez su novio.

 

Aomine sabía que cuando Kuroko utilizaba su nombre completo, era mala señal ¿pero cómo iba a querer que su novio pasara por eso? Joder. Las cosas no habían cambiado mucho desde aquella noche en la que por fin, el hombre que amaba, lo correspondió. Seguían viviendo en la misma casa, trabajaban en lo mismo y mantenían las mismas amistades de siempre. Y a la vez, habían cambiado demasiado. Kuroko lo hacia el hombre más feliz del mundo, lo mimaba y cuidaba como si fuera su posesión más preciada y, aunque discutían— todo el mundo discute—, antes o después hablaban del problema y lo solucionaban.

El problema había empezado hacia unos tres o cuatro meses. En una de sus visitas a Japón, su pareja le había comentado que quería ir a visitar a su abogado y divorciarse de Kagami, quería ser libre de esa carga. Por una parte, él estaba encantado. Quería que Kuroko fuera suyo única y exclusivamente, y para que mentir, adoraría poder casarse con él. Por otra parte, sabía que Taiga no lo iba a poner nada fácil. Las pocas veces que se habían encontrado había sido… desagradable. Y efectivamente, tal y como él temía, Kagami no aceptó el divorcio y se negó a firmarlo. Por lo que tuvieron que ir a juicio, y esa era la razón por la que estaban ahí.

 

— Ah, ahí están, Hanamiya- kun, Kiyoshi- kun y… ¿Kise- kun? — Saludó Kuroko.

 

Hanamiya Makoto era el abogado de Kuroko— un diablo con muy mala leche, a opinión de Aomine—, Kiyoshi Teppei su marido y amigo de Kuroko y Kise Ryouta era también un amigo de la pareja.

 

— Vengo en señal de apoyo, Kurokocchi. — Explicó alegre Ryouta, mientras hacia la señal de victoria con los dedos. — Asintiendo pero sin estar del todo convencido, todos pasaron a la sala de reuniones. De momento, aún no había hecho falta llegar a los juzgados. Ambas partes de la demanda habían acordado verse, intentando llegar a un acuerdo.

 

Una vez más, las cosas no fueron bien. Tetsuya ya no reconocía al hombre del que se enamoró. Kagami parecía haber envejecido, con la piel demacrada y demasiada rabia contenida. Solo con ver a Aomine, entró en cólera y su abogado tuvo que hacerlo callar. Además, se negaba en redondo a firmar los papeles y no hacía más que pedir cosas del todo ridículas, atacando a Kuroko de forma psicológica. Por su parte, Hanamiya llevaba la reunión a su manera, de forma sarcástica y directo al grano, se encargó de dejar claro tanto al otro abogado como a su cliente que Kuroko EXIGÍA el divorcio. No quería ninguna de sus posesiones, ni pensión, ni si quiera una compensación por los daños que sufrió en su momento. Solo quería perderlo de vista e irían a juicio si fuera necesario.

El resultado de esa reunión fue el mismo que la última vez, Kuroko desanimado al borde del llano; parecía que nunca podría pasar página. Aomine, en cambio, quería matar al que una vez fue su mejor amigo. Hanamiya, clamaba venganza a todo aquel que lo quisiera escuchar, juraba que iba a acabar con ese hijo de puta, al fin y al cabo era el mejor abogado. Y los pobres de Teppei y Kise estaban ahí intentando apaciguar los ánimos.

La verdad es que estaba siendo muy difícil. Cuando comenzó con el proceso, Kuroko no había ni empezado a imaginar los problemas que iba a ocasionarles su antigua pareja. De hecho, habría esperado que él fuera el más feliz ¡lo había estado engañando durante años! Ahora podría hacerlo sin necesidad de ocultar que estaban casados ¿qué problema había? Pues por lo visto, Taiga había decidido que Kuroko era suyo y que nadie más podía ponerle una mano encima.

 

— Que te jodan, Kagami Taiga. — Susurró Kuroko. Costase lo que costase, él sería libre.

 

La verdad, es que era triste ¿cuándo habían cambiado tanto las cosas? En el instituto era todo TAN fácil… Iban a clase, se divertían, jugaban al baloncesto, todos juntos, felices, sin preocupaciones. Y sin embargo, ahora todo estaba roto. Se sentía tan culpable.

La situación era agotadora,  Aomine y Kise habían ido a comprar algo de comida rápida. Él había preferido esperarlos en casa del rubio, se sentía exhausto tanto física como anímicamente. Estaba medio tumbado en el sofá cuando sonó el timbre. Pensando que eran los otros dos abrió la puerta, sin ni siquiera mirar quien había detrás.

 

— ¿Ka-kagami- kun? — Se asustó Kuroko, intentando cerrar la puerta de nuevo.

— Taiga, cariño, llámame Taiga, como siempre has hecho. — Apestaba a alcohol. — Tetsuya vuelve conmigo. — Gimoteó con voz lastimera el pelirrojo. — Sabes que eres mío…

— ¡¿Qué?! ¡Estás loco! ¡Demente! Márchate de aquí, joder. — Kuroko continuaba tirando de la puerta, intentando cerrarla. Pero Kagami era más alto, más corpulento y mucho más fuerte.

— Venga cariño. — Presionando un poco, el pelirrojo consiguió abrir la puerta, entrando en el departamento.

—    ¡Que no me llames así! — Gritó Tetsuya, llegando hasta el comedor, asustado como nunca. — ¡Vete de aquí! —

 

Llevado por el alcohol y enfadado por la negativa de quien él consideraba su marido, Taiga caminó hacia él eliminando los centímetros que los separaban. Como si estuviera ocurriendo a cámara lenta, Kuroko lo vio estirar el brazo y cerrar las manos alrededor de su cuello, asfixiándolo. Llevado por el impacto, Tetsuya llevó sus propias manos hasta la zona, intentando liberarse.

 

—    S-suéltame…— La voz le salía estrangulada, debido a la presión sobre su tráquea.

— ¿Qué te suelte? — Gritó Kagami mientras lo zarandeaba. — Pienso llevarte así hasta nuestro hogar si hace falta. No volverás a abandonarme. — Rió mientras lo golpeaba contra la pared. — Te amo ¿por qué no puedes verlo? —

— Suéltalo. — Seco, de forma dura y furiosa. Así había hablado Aomine, pero a Kuroko, quien estaba cerca de la inconsciencia le sonó a mantra del cielo. — Es mi única advertencia, Kagami suelta a Tetsuya. —

— Que te jodan, hijo de puta, él es mío. — Los puños de Daiki se abrían y cerraban con rabia, quería matarlo pero le asustaba herir a su novio.

— Te dije que era la única advertencia. —

 

Ni aunque se lo hiciesen jurar, Kuroko no podría contar lo que pasó a continuación. Solo sabía que un momento Kagami estaba sujetándolo por el cuello y que al otro estaba en el suelo, sujetándose la muñeca y Aomine lo abrazaba con fuerza, prometiéndole que todo iría bien.

 

— Kise, no le quites la vista de encima, voy a llevar a Kuroko a otra habitación. Si se mueve, golpéalo. — Dentro de la situación, a Tetsuya le hizo gracia, nunca había visto a su novio en formato policía. — Tetsu, ven conmigo…

— Dai-ki— La voz le salía aún un poco rasposa.

— Shh…No hables ahora, tendrá que verte un médico. Yo me encar-rgaré de t-todo. — Aomine se maldijo a sí mismo. Ahora que todo se había acabado, se ponía a llorar, menudo policía.

 

Una vez hubo dejado a Kuroko en la habitación— prometiéndole una y mil veces que todo iba a estar bien—, Aomine se recompuso y salió a esperar a la policía. Gracias— o por culpa de— su profesión, Kise, un famoso modelo, vivía en un edificio con muchas seguridad: guardias, portero, cámaras en los pasillos y en las salidas,… Así que no fue difícil demostrar a los policías que Kagami había entrado en su vivienda a la fuerza, borracho, y que había abusado de Kuroko. Tras cumplimentar la denuncia y asegurarse que no iba a volver a escapar, Aomine por fin entró de nuevo en la habitación; se sentía agotado.

 

— Tetsu, ya está todo arreglado. — Pero Kuroko no estaba. O más bien no estaba dónde lo había dejado la última vez. Pues, aún asustado, había ido acurrucándose cada vez más hasta esconderse en una esquina de la habitación. — Ey, amor ¿estás bien? — Le preguntó, agachándose a su lado para abrazarlo.

— N-no. — Contestó, la garganta aún le dolia horrores. — No sé qué me pasa pero no puedo dejar de temblar.

— Mi pequeño…— Susurró Aomine. — Te amo ¿me oyes? Te amo y no dejaré que nadie te vuelva a hacer daño.

— ¿Me amas? —

— Te amo. —

—    ¿Aunque sea débil? —

— Mis cojones eres débil. — Ante esto Kuroko soltó una risa suave. — Te amo.

— ¿Y aunque llore? —

— Oh, claro que sí. — Suavemente comenzó a recorrer el rostro de su novio con la punta del dedo. — Porque ¿sabes? Cuando lloras, tu cara se pone muy graciosa, pareces un duendecillo resfriado…—

— ¡Idiota! — Aomine por fin había conseguido que Kuroko riera. Sujetando su rostro con las dos manos, continuó. — Kuroko Tetsuya, futuro Aomine Tetsuya, si me dejas añadir. Te amo, siempre lo he hecho y siempre lo haré. Y lo demás me importa un carajo. Te amo.

 

A partir de ese día todo pareció mejorar. Como ya había prometido, Hanamiya consiguió el divorcio y, gracias a las grabaciones de esa noche, Kagami no volvería a acercarse a ellos. Si no, citando al propio Makoto “acabaría con su trasero en la cárcel y no volvería a ver la luz del sol”. Aomine y Kuroko, continuaron con sus vidas en Kirkenes pues, aunque echaban de menos a su familia y amigos, su hogar estaba en Escocia. Y finalmente, no mucho tiempo después, se convirtieron en el matrimonio Aomine.

 

Cuando él decidió quererlo, llegó a buscarlo, pero encontró la jaula vacía, porque después de varias caídas, el aprendió a volar.

Notas finales:

¡¡Hola!!


Supongo que ya lo sabeis pero, este es el final del fic. Han sido solo tres capítulos y aunque me ha parecido demasiado rápido, la verdad es que la historia es lo que tenía que ser. Cuando empecé a escribirla, no tenía intención alguna de montar un drama jajaja quería centrarme en la nueva vida de Kuroko y en todas sus nuevas oportunidades...


PERO, no quiero dejarlo aquí. Así que, me gustaría escribir pequeños relatos de cosas que pasan a la pareja. Por ejemplo, de como fuesu boda, de lo que hizo Kagami al enterarse de que Kuroko lo había abandonado... Cosas así. Y me gustaría que me dijerais todas las escenas que habeis echado de menos o que os gustaría conocer de la historia ((me da igual si lo que quereis es un trío con el vecino de al lado xD me atrevo con todo)).


No prometo que vaya a ser rápido, pero sí que lo haré con todo mi cariño, dedicación y todos los detalles posibles.


 


No leemos :)


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