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A life of lies por ardnas

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Harry entró en el Caldero Chorreante y saludó a Tom, el dueño de la taberna.

— ¿Qué te trae por aquí en estas fechas Harry? Aun falta para que inicies el siguiente curso en Hogwarts ¿no?

—Si, pero decidí que un tiempo alejado de mis parientes muggle no me haría daño, parecen incomodos cuando me ven leyendo los libros del colegio, la magia no les agrada mucho.

—Ahora entiendo, si quieres puedo darte una habitación por el resto del verano.

—Eso estaría bien, muchas gracias, pero... ¿Puede Canuto quedarse?

Tom miró al perro por un segundo—Si te aseguras de que no moleste a los demás clientes yo no veo problema, la habitación 11 está libre.

El tabernero amablemente le ayudo a subir sus cosas y una vez que este se retiró dejándole un plato con bollos Sirius volvió a su forma normal.

— ¿Y? ¿Qué te pareció el autobús noctambulo Harry?

—No estuvo nada mal ¿Cómo sabes de él?

—Lo tomaba siempre que me peleaba con mi madre y después venia aquí, de hecho esta es la habitación que siempre me daban.

Comieron los bollos del plato y después se desplomaron sobre la cama (Sirius con forma de perro y semi acostado sobre las piernas de Harry) para caer profundamente dormidos.

A Harry le fascinaba su nueva rutina, podía levantarse a la hora que quisiera para después desayunar en el Caldero Chorreante riéndose por las ocurrencias y apariencias de los demás huéspedes, después él y Sirius paseaban por el callejón Diagon entreteniéndose con todas esas tiendas de brujería que había por toda la calle empedrada.

Hacia sus tareas en la heladería de Florean Fortescue (este mismo le ayudaba con Historia de la Magia) quien le daba gratis a Harry un helado de crema y caramelo cada media hora (también le regalaba cosas a Sirius de vez en cuando).

Tanto Sirius como él se habían visto fascinados por la nueva escoba del mercado, una Saeta de Fuego, pero como su Nimbus nunca había fallado Harry se decidió a no comprarla (para frustración de Sirius), en cambio fue por los materiales del colegio, visitó la botica para conseguir los ingredientes de pociones, donde Sirius tuvo un lapsus y cuando estuvieron solos le dijo que “Quejicus” necesitaba lavarse el pelo porque preparar tantas pociones se lo dejaba muy grasoso, inevitablemente pensó en el profesor Snape pero le pareció que solo era una coincidencia.

Cuando se probó su túnica y vio que le quedaba muy corta tanto de piernas como de brazos Sirius tuvo un nuevo lapsus, recordando que eso le pasaba a su amigo Cornamenta, llegando a Flourish y Blotts susurró casi sin darse cuenta Lunático, mientras el veía al dependiente batallar con los ejemplares de El Monstruoso Libro de los Monstruos.

Había sido un alivio tener a Sirius consigo cuando Hagrid se lo envió, Sirius agarró el libro y lo acarició en la cubierta haciendo que se calmara, dijo que el libro era como un animalito a la defensiva y que necesitaba entrar en confianza, acordó con el dependiente decirle cómo manejar los libros para que pudiera venderlos con facilidad si él prometía no decirle a los compradores como manejarlos, quería saber si sus amigos serían capaces de averiguarlo.

Solo eran las primeras semanas así que no vería a muchos alumnos pronto, pero el dependiente prometió guardar el secreto y no contarle a ninguno de sus clientes a menos de que estos se lo preguntaran insistentemente.

El resto de las semanas fueron simplemente de diversión (algo que no tenía hace mucho tiempo), incluso cuando ya había terminado sus deberes Florean le regalaba algunos helados cuando iba a hacerle platica por un rato y por mucho que se hubo negado (y vaya que fue mucho) Sirius terminó por arrastrarlo a una tiendas de ropa tanto muggle como mágicas hasta que tuvo un nuevo guardarropa completo, todo pagado con el dinero de Sirius.

Y aunque no lo habían siquiera pensado el callejón Diagon ayudó mucho con la memoria de Sirius, recordaba a gran parte de los Gryffindor de su curso junto con algunos personajes de otras cosas, las memorias sobre sus amigos Remus y Peter estaban completas hasta principios de séptimo año, de los últimos datos que recordó sobre estos le llamó mucho la atención algo sobre Remus.

Al parecer a finales de su sexto año Remus Lupin había comenzado a salir con Lucius Malfoy, Sirius le comentó que este último había estado comprometido con su prima, Narcissa Black, desde que el tenia uso de razón, pero en tercer año se dio cuenta de que había caído bajo los encantos del chico Lupin y se propuso conquistarlo, le tomó todo su tercer año y los principios del cuarto que aceptara ser su amigo, el resto de su cuarto año para que se interesara en él, quinto año y la mayor parte de sexto para que aceptara ser su novio, finalmente cuando su amado Remus lo aceptó rompió el compromiso con la familia Black sin importar lo que su padre u otras personas dijeran.

Extraño, muy extraño, Sirius describía a Lucius Malfoy como un digno Slytherin, pero uno capaz de ignorar todos los ideales con los que había sido educado para tener a su lado la persona que amaba, el Lucius Malfoy que Harry conocía era muy distinto, además de que estaba casado con Narcissa Black, para él no tenía sentido que después de todo ese esfuerzo para estar con Remus al final se casara con la misma persona que él había rechazado.

Algo raro había allí.

Otra cosa que le parecía extraña (la cantidad de cosas que le parecían extrañas iba en creciente aumento) era lo poco que recordaba sobre el director Dumbledore y su amigo Cornamenta, al primero lo recordaba solamente como el viejo amable que les ofrecía caramelos de limón cuando terminaban en su despacho, al segundo como su mejor amigo y cazador del equipo de quidditch, no recordaba nada más sobre él, solo el detalle de las túnicas cortas pero eso no le daba muchas pistas.

Tal vez en Hogwarts recordaría más.

Faltando ya poco para el comienzo de curso se encontró con varios alumnos de Hogwarts, Ron y Hermione se vieron muy sorprendidos cuando supieron que se estaba quedando en el Caldero Chorreante, se sintió ligeramente culpable cuando escuchó que le habían mandado cartas a casa de los Dursley, los padres de Ron incluso fueron a buscarlo, había estado tan entretenido con Sirius que olvidó decirles donde estaba.

Un encuentro muy extraño fue el que tuvo con la familia Malfoy una semana antes de regresar al colegio, vio a Lucius Malfoy como nunca pensó que lo iba a ver:

El pelo extremadamente desordenado, estaba más pálido de lo que ya era, tenía los labios levemente purpuras y sus ojos estaban rodeados de unas apenas perceptibles ojeras (sus pupilas ahora que las veía tenían una tonalidad rosa), aun así mantenía su máscara de seriedad y malicia.

Pudo ver a Draco Malfoy mirando a su padre con una mueca parecida a la preocupación, mientras que la señora Malfoy se veía del todo normal, incluso parecía un poco alegre.

Sí que era raro.

Al final abandonó el Caldero Chorreante con todas sus cosas mientras Sirius se quedaba en el callejón Diagon, el mayor le dijo que no se preocupara por él, que seguiría en su forma canina y lo vería en Hogsmeade, sabia como llegar a La Casa de los Gritos desde el callejón Diagon así que no había problema.

Tanto el cómo Hermione habían decidido quedarse con los Weasley hasta que comenzaran las clases, lo cual tenía un poco incómodo a Ron pues Crookshanks, el nuevo gato de Hermione, había intentado comerse a Scabbers, así comenzó la amena rutina que tanto le gustaba de la Madriguera.

Definitivamente, los Weasley eran su familia favorita.


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