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A life of lies por ardnas

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Harry se veía muy satisfecho por lo ocurrido, la primera clase de Hagrid había sido un éxito, ni siquiera la actitud repelente de los Slytherin (excepto Draco Malfoy) pudo arruinarla, pero eso era caso aparte, tenía un tema mucho más importante para pensar en esos momentos.

Lo que en estos momentos tenia pensando a Harry era la nueva actitud de Draco Malfoy, se estaba comportando de una manera muy diferente a los dos años pasados en Hogwarts, eran pocas las clases que habían compartido en lo que llevaba de la semana, pero el cambio era demasiado evidente, incluso los profesores hablaban de ello.

Hagrid le había contado que en las pocas ocasiones que había a la sala de profesores (pues aun cumplía con los deberes de guardabosques) había escuchado al profesor Flitwick hablar con la profesora McGonagall sobre el comportamiento del rubio, que era mucho más cortes con los miembros de las otras casas y ponía la debida atención a los profesores, incluso la profesora Sprout había alagado su progreso comentando que era mucho más amable durante su clase.

Decidió que no podía quedarse con la duda, así que después de una clase de CCM que tuvieron con Hagrid (donde volvieron a tratar con los hipogrifos porque no muchos habían conseguido infundirles confianza la primera vez) interceptó al rubio antes de que este pudiera irse.

— Malfoy — llamó en cuanto Hermione hubiera arrastrado a Ron para que hiciera sus deberes de transformaciones, era una fortuna que él ya los hubiera hecho.

— ¿Pasa algo, Potter? — Preguntó extrañado.

— ¿Puedo hablar contigo sobre algo?

El Sly asintió y con un ademán de su cabeza le indicó que lo siguiera. El rubio los llevó hasta la torre de astronomía.

— ¿De qué querías hablar, Potter? — Preguntó recargándose en el barandal para ver hacia abajo.

— De tu repentino cambio, Malfoy — calló un momento, como esperando algo que nunca llegó —. Estás actuando muy distinto que antes: eres más cordial, más paciente, agradecido... ya no tratas de molestarme como si solo vivieras para eso y pareces alejado de los miembros de tu casa.

El Sly lo miró indicándole que continuara.

— Es extraño, siempre ha parecido que me desprecias como a nadie, ¿Por qué el repentino cambio?

El chico sólo sonrió como si ya se hubiera esperado esa pregunta, se sentó en el barandal, dándole la espalda al vacío.

— Porque ya no tengo razones para molestarte — rio suavemente al ver el desconcierto en la cara del otro —. Cuando nos conocimos en la tienda de Madame Malkin yo no sabía quién eras, pero como te vi solo pensé automáticamente que te habías criado en el mundo mágico, que si hubieras sido criado en el mundo muggle serias acompañado por un profesor.

Balanceó sus pies de adelante hacia atrás.

— Fue por eso que hablé y te dije todas esas cosas en contra de los nacidos de muggles, porque pensé que las palabras de mi abuelo me servirían para identificarme contigo, pero me equivoque, y mucho. Entonces cuando todavía no empezábamos Hogwarts me enteré que estabas en el tren, todos sabían que Harry Potter era un hijo de magos, por eso te vi como a un sangre pura, a pesar de que tus padres hubieran muerto creí que habrías tenido a alguien que te criara dentro del mundo mágico, por eso fue que busqué volverme tu amigo, pero no escogí las palabras correctas.

Miró sus pies.

— Cuando me presenté Weasley se rio de mi nombre, y me molesté. Entonces lo primero que hice fue tratar de desvalorizarlo a tus ojos diciendo lo que mi padre me había contado sobre los Weasley, te ofrecí mi amistad después de eso, pero mi actitud había hecho que me vieras con malos ojos y la rechazaras, eso me hirió.

Se sujetó fuertemente del barandal y se inclinó hacia atrás cerrando los ojos, lo que hizo que Harry se alarmara hasta que este se volvió a sentar de forma segura.

— Cuando rechazaste mi amistad me sentí muy enojado, entonces decidí que te haría arrepentirte, por eso cuando empezamos nuestro primer curso hacia cualquier cosa con tal de perjudicarte, entonces tu respondiste a los ataques y cuando dejaba mi molestia por algo empezaba una nueva, seguí así hasta el final del segundo curso, fue cuando me harté, estaba cansado de perseguirte y observarte para buscar tus debilidades, estaba cansado de idear planes para intentar que te expulsaran, estaba cansado de pelear contra ti apenas nos viéramos las caras, somos poco más que niños, demasiado jóvenes para saber que es o sentir el odio, estábamos convirtiendo una rencilla de niños en un profundo desprecio mutuo, eso no terminaría bien.

Lo miró directamente a los ojos, con decisión.

— Decidí que se había terminado, que haría lo posible por terminar con esa tontería que era nuestra rivalidad, decidí, que si podía, intentaría... intentaría ser tu amigo. Porque ya me había hartado de esa situación que no nos llevaría a nada bueno.

Harry observó al chico sobre el barandal, había dejado de balancear sus pies y lo miraba nervioso esperando su reacción, el ojiverde pensaba las palabras de su ahora ex enemigo a todo lo que su cerebro le permitía, era... era verdad.

Todo lo que el rubio le había dicho era cierto, completamente cierto, sus rencillas no eran más que el resultado de una tonta pelea infantil, una pelea que pudo ser solucionada hablando, pero eran orgullosos, demasiado orgullosos, y eso no les había permitido arreglarlo antes.

Harry sonrió — Entonces seamos amigos, Draco.

El Slytherin bajó del barandal y corrió para abrazar al Gryffindor, ya no había marcha atrás, ellos eran amigos y nadie podría cambiarlo.

— Gracias, Potter.

— Mis amigos me llaman Harry, ¿sabes? — y aunque Harry no lo vio, supo que el rubio estaba sonriendo más felizmente que antes.

Harry se vio tentado a preguntarle sobre lo que ocurrió con el hipogrifo, pero no lo consideró un buen momento, ya habría tiempo de contarse ese tipo de cosas. Lo importante ahora, era que había descubierto un nuevo amigo.

— Más tarde —

Harry caminaba despacio por los corredores de Hogwarts, era de noche, llevaba puesta la capa de invisibilidad de su padre, en sus brazos sostenía el álbum de fotografías que le había regalado Hagrid en su primer año.

Se detuvo ante un pasadizo que pasó por alto en sus anteriores años de Hogwarts, caminó a través de él hasta llegar a la salida, ahí se encontraba el sauce boxeador, en su segundo año Ron y el habían chocado inevitablemente contra él, y no había sido bonito, afortunadamente esta vez sabia como evitarlo.

Tomó la rama más larga que pudo encontrar y se estiró hasta alcanzar un nudo entre las ramas del sauce y apretarlo, instantáneamente el sauce se quedó quieto, como si fuera un árbol común y corriente. Se quitó la cama y la guardo dentro de sus nuevas ropas.

Entró por otro pasadizo que había ahí cerca y se deslizó por un largo túnel hasta llegar a una habitación: estaba poco ordenada y llena de polvo. El papel se despegaba de las paredes. El suelo lleno de manchas. Los muebles rotos. Las ventanas cegadas con maderas. Harry salió por la abertura mirando a su alrededor. La habitación estaba desierta, pero a la derecha había una puerta abierta que daba a un vestíbulo en sombras.

Estaba en la Casa de los Gritos.

Entró en el vestíbulo y subió por una escalera que se desmoronaba, llegó al oscuro descansillo. Se dirigió hacia la única puerta abierta, Sirius estaba ahí, en su forma humana, acostado en una magnífica cama con dosel y colgaduras polvorientas.

— Ya te habías tardado en venir Cachorro.

— Lo siento Sirius, no había tenido mucho tiempo, pero ¿sabes?, se me ocurrió una idea — dijo mostrándole el álbum —. Aquí hay fotos de mis padres, en tus recuerdos nunca has visto a ninguno de forma que no pensé que pudieras conocerlos, hasta que hablaste del profesor Snape como un compañero del colegio, Dumbledore me dijo que él y mi papá fueron enemigos durante Hogwarts, así que tu debías conocerlo.

— Tiene sentido.

— Esta es una foto de la boda de mi padre, supongo que las personas a su lado son mis abuelos — dijo abriendo el álbum en una página anteriormente marcada.

En ella aparecían James Potter junto a un hombre y una mujer mayores que él, siendo el hombre muy parecido al menor.

Sirius observó la foto poniendo especial atención en el padre de Harry, súbitamente, se sujetó la cabeza con las manos lanzando lo que parecían aullidos de dolor.

— ¡Sirius! ¡¡Sirius!! ¡¡¡SIRIUS!!! — Le llamaba Harry sin ningún éxito, el animago se había tirado al suelo por la intensidad del dolor.

Dentro de la mente de Sirius algo muy doloroso, a la par que beneficioso, ocurría rápidamente, miles de memorias con un chico parecido a Harry pero de ojos cafés se formaban en su cabeza, enlazándose, aclarándose, tomando sentido en su cabeza.

Al final, el dolor se detuvo, Sirius jadeaba del alivio que sentía.

— Sirius ¿estás bien? — Preguntó un preocupado Harry

Sirius no contestó a esa pregunta, pero si le dijo con voz ahogada:

— Él... él era Cornamenta... James era Cornamenta.

Y después de eso cayó en la inconciencia.

— Aun más tarde —

Harry se encontraba sentado en la cama con dosel, a su lado estaba un inconsciente Sirius Black que murmuraba cosas entre sueños.

— ‘No me golpees Remus, Lu es sólo tuyo’... ‘Cissa está actuando muy extraño últimamente’, ‘Franky, no seas malo, tengo hambre’, ‘Cállate Cornamenta, esto es culpa de tu suerte’

Algunas de las cosas que decía le daban verdadera risa, había estado murmurando casi desde que cayó dormido y se había enterado de varias cosas:

Que su padre estaba tan o más ciego que él, que había sido su mejor amigo y su forma animaga resultó un elegante ciervo, que fue capitán de quidditch en el equipo de Gryffindor, Premio Anual más no prefecto (ese era Remus), que había heredado su capacidad para que los problemas lo encontraran (maldita curiosidad Potter) y que era, con diferencia, quien más dolores de cabeza le causaba a McGonagall.

Pero nada lo prepararía para lo que estaba a punto de oír.

— James... James, yo creo que le gustas a Riddle.

Y esas fueron las palabras que dejaron en un completo shock a Harry, saltó fuera de la cama tirando algunas cosas en el proceso mientras se llevaba una mano al pecho.

¿Riddle?, ¿Sirius había dicho Riddle?, ¿Estaría hablando de Tom Riddle?, ¿Estaría hablando de Voldemort?

Por primera vez en mucho tiempo, Harry no estaba muy seguro de querer la respuesta a sus preguntas.


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