Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A life of lies por ardnas

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Harry estaba en la torre de Gryffindor, la marca en su brazo había comenzado a sentirse cada vez más cálida y reconfortante conforme se acercaba allí, sabía que eso tenía que ver con Ron, no sabía el cómo o el porqué, pero de alguna forma esa marca lo hacía estar cerca de su amigo pelirrojo.

Estaba dirigiéndose a los dormitorios de tercero mientras revisaba la marca de su brazo, cuando Neville lo vio y lo arrastró fuera de la torre, Harry se dejó llevar más que nada porque nunca había visto a Neville tan decidido, ni tan sorprendido.

— Neville ¿Qué ocurre? — Fue lo que preguntó cuándo se detuvieron en los invernaderos, no le sorprendía, aquel era el lugar favorito de Neville.

El Longbottom se mordió el labio inferior con nerviosismo —. Harry ¿me dejas ver la marca de tu brazo?

El Potter asintió confundido, descubrió la marca de su brazo completamente y le tendió el brazo a Neville, quien observaba maravillado las doradas ramificaciones y las letras, aunque parecía confundido por los dibujos de la serpiente y león.

— ¿Ocurre algo Nev?

Neville lo miró con sus ojos brillando de emoción — Nada que sea malo Harry, es solo que ahora tienes un hermano.

— ¿Un hermano? — Preguntó el Potter confundido.

— Tu no lo sabes porque te criaste con muggles, incluso muchos magos desconocen esta información, solamente la tienen asegurada los sangre pura, esta marca Harry, es un vínculo mágico.

— No tengo idea de lo que estás hablando Neville.

El Longbottom le sonrió.

— Un vínculo mágico Harry, es un lazo mágico que une a dos personas por algún motivo en específico, estas personas pueden sentirse entre sí, pueden saber cuándo el otro está mal y en ocasiones muy especiales hasta lo que piensa. El vínculo mágico que tú tienes es el fraternal Harry, un vínculo de hermandad, si Madre Magia te puso este tatuaje quiere decir que tienes a alguien que te quiere mucho, que estaría dispuesto a darlo todo por ti, como tú lo estarías de darlo todo por él, ¿sabes quién es ese alguien?

Harry no tuvo que pensarlo mucho para dar con la respuesta. — Ron.

— Si, bueno, eso explicaría mucho el hecho de amanezcan en la misma cama.

Harry se sonrojó — Ron aleja mis pesadillas.

— No los estoy juzgando Harry, pero debo decir que tanto yo como Dean y Seamus llegamos a pensar que ustedes eran novios o algo así.

El Potter se escandalizó. — ¡No, no, no, no, no! Yo y Ron no podríamos ser novios.

— Me queda claro a ver la marca, descuida.

Siguieron hablando un poco de tiempo más hasta que Harry recordó que tenía que hablar con el pelirrojo, se despidió de Neville y comenzó a seguir los pulsos mágicos que la marca en su brazo daba, esta se mantenía oculta, Neville le había dicho que muchos magos consideraban ese vínculo como algo malo, no tuvo tiempo de explicarle las razones, pero le advirtió que mantuviera la marca oculta.

Estaba pasando por los jardines cuando se encontró a los gemelos Weasley, seguramente planeando una nueva broma, apenas lo vieron corrieron hacia él, saludándolo con grandes sonrisas en sus rostros, aunque parecían algo nerviosos.

— Hola pequeño Harry — habló el que pudo darse cuenta era George.

— ¿Qué haces aquí? — Le preguntó esta vez Fred.

— Busco a Ron, ¿lo han visto?

Las sonrisas de los pelirrojos desaparecieron y fueron reemplazadas por muecas que mostraban poco más que enfado, pero Harry no supo identificar que era ese “poco más”, los mayores apretaron los puños de la misma forma que los dientes, un gesto tan parecido así como diferente entre ellos, George ejercía más presión en los dedos de la que ejercía Fred, además de que este último tenía el entrecejo más fruncido que su gemelo.

Harry se sonrojó levemente al darse cuenta de sus pensamientos, cuando conoció a los gemelos inmediatamente supo identificar a uno de otro, era casi instintivo, pero con el pasar del tiempo se dio cuenta de que le gustaba jugar a observarlos, buscar la más mínima diferencia entre uno y otro, reírse de la gente que no era capaz de reconocerlos, hoy en día no podía detenerse, observar a esos pelirrojos se había convertido en su inconsciente necesidad.

Los pelirrojos se calmaron al ver como Harry se sonrojaba repentinamente al verlos, ellos lo sabían, estaban enamorados de ese canijo con gafas (pero no sabían que su hermano también), se morían de celos hacia su hermano menor cada vez que lo veían con Harry, los dos años anteriores habían podido controlarlo, después de todo ellos iban al mismo curso y compartían dormitorio, era comprensible que Ron y Harry fueran a todas partes juntos, pero este año no podían quedarse impasibles.

Ron había dormido con Harry, y lo que era peor, demasiado juntos, desde antes de empezar este nuevo curso esos dos se habían visto demasiado unidos, normalmente era Ron quien seguía a Harry, pero ahora parecía que el Potter dependiera de su hermano, simplemente no podían soportarlo.

— ¿Harry?

Ron se había acercado rompiendo la ensoñación del trio, los gemelos lo miraban con furia contenida mientras que Harry parecía evaluarlo seriamente.

— Tenemos que hablar Ron.

— ¿Hablar sobre qué?

— De lo que pasó hace un rato Ron, sabes bien de lo que hablo.

A Ron se le pusieron rojas las orejas, claro que sabía de lo que hablaba su amigo, los mayores parecieron enfurecerse aún más.

— Además, tengo que contarte algo que me dijo Neville — Harry comenzó a carcajearse sin razón aparente —, no vas a creer lo que te voy a contar, a veces podemos tener amigos muy ingenuos.

— ¿A qué te refieres con eso?

— Te lo contaré cuando estemos solos. Ahora ven. — Tomó a su mejor amigo de la mano que se dejó llevar felizmente por él, ignorando completamente a los furiosos pelirrojos que dejaban atrás.

— En las afueras del bosque prohibido —

— Bueno, ¿qué tenías que contarme? — Preguntó Ron sentándose en el suelo junto a Harry.

— Lo que te iba a contar puede esperar, debemos hablar de lo que pasó hace rato con Draco.

Ron se puso tan rojo como su cabello, Harry casi podía ver el humo salirle por las orejas —. ¿Podemos hablarlo luego?

— No, lo hablaremos ahora — sentenció firmemente el azabache — ¿Qué fue lo que pasó con Draco?

— Yo... Yo no estoy seguro Harry, un segundo estaba tratando de ayudar a que Malfoy se recuperara de su mareo y al siguiente me había besado.

— Pero correspondiste al beso.

— Ni siquiera sé porque lo hice, cuando Malfoy me besó me sorprendí mucho, no me di cuenta cuando le estaba devolviendo el beso, ni cuando... — se volvió a sonrojar —... ni cuando metí mis manos en su ropa, no fui consciente de mí mismo hasta que nos lanzaste ese Aguamenti.

Harry se dio cuenta de que Ron no podía seguir hablando de ello, así que cambió de tema.

— Bueno... Adivina lo que me dijo Neville.

— Sé que tomamos Adivinación Harry, pero solamente Trelawney te puede contestar esa pregunta ahora — Harry sonrió divertido.

— Neville me habló de esta — se descubrió el brazo y le mostró la marca.

— ¡Yo tengo una igual! — exclamó Ron descubriéndose el brazo también —. Apareció en mi brazo hace...

—... tres días.

Ron se quedó en silencio contemplando ambas marcas, eran exactamente iguales excepto por una cosa, la suya no tenía ni león ni serpiente, el pelirrojo no entendía porque él y su amigo las llevaba, pero sabía que debía ser importante, no a todos les salía una marca en el brazo repentinamente y menos una que se pareciera a la de otra persona. Harry le explicó a Ron todo lo que Neville le había dicho sobre esas marcas, cuando terminó Ron estaba con el rostro radiante y los ojos cristalinos.

— ¿Es enserio?

— Totalmente enserio.

Entonces Ron se tiró sobre Harry para abrazarlo y rodaron por el suelo un par de metros mientras se atacaban a cosquillas entre carcajadas, se acostaron sobre la hierba: llenos de tierra y trozos de plantas, pero enormemente felices, el pelirrojo observó a su nuevo hermano, era pequeño y problemático, pero al mismo tiempo tan frágil, sabía que tenía y que quería protegerlo, ese vínculo mágico era el mejor regalo que pudieron haber dado.

Hizo que Harry se sentara entre sus piernas y acomodara la cabeza en su pecho mientras acariciaba su rebelde cabellera, cada vez que tenía a Harry tan cerca quería morirse de tristeza, su amigo no le había contado mucho sobre su vida antes de Hogwarts, pero sabía que no había sido nada bueno, bastaba con ver la expresión de tristeza que su amigo tenia cada fin de curso, y lo emocionado que estaba cada vez que había uno nuevo, además de la condición física que tenía su amigo, demasiado flaco y pequeño para un chico de su edad, no se habría creído que era de primero si no fuera porque le había llegado la carta de Hogwarts, la sorpresa en el rostro de Harry cada vez que alguien le regalaba algo, la ropa extra grande que llevaba en el baúl... cosas que podrían parecer no tener significado alguno, pero que te decían todo.

Enterró su nariz entre la cabellera de Harry. La gente solía pensar que Ronald Weasley era un insensible, pero si ellos supieran todo lo que se preocupaba por ese problemático chico que era Harry Potter lo pensarían dos veces. Ron había dejado varias cosas por Harry.

Una de ellas podría ser su amor platónico. Ron nunca se lo había contado a nadie, ni siquiera a Harry, pero secretamente gustaba de Draco Malfoy. Antes de Hogwarts lo había visto un puñado de veces y no se habían dirigido la palabra, resultaba bastante lógico, Malfoy: purista de sangre, Weasley: traidor de sangre, pero cada una de esas veces había sido incapaz de apartar la mirada.

Cuando entraron a Hogwarts pensó que tal vez, y solo tal vez, podría intentar acercarse al rubio, pero con lo ocurrido en el tren ese tal vez se disipó, después se hizo muy unido a Harry y el hecho de que el Malfoy no dejara de insultar ni a uno ni a otro le hizo desaparecer cualquier esperanza que le quedara, pero eso no quería decir que el rubio hubiera dejado de gustarle, simplemente la situación no le permitía sentir nada por él. Aunque con lo que acababa de ocurrir no hace mucho podría tener una esperanza. Pero por lo pronto se concentraría en su amigo.

— Harry.

— ¿Qué pasa Ron? — Preguntó el Potter adormecido por las caricias en su cabeza.

— Te quiero.

Harry volteó hacia arriba para sonreír al pelirrojo —. Y yo a ti Ron, y yo a ti.

Ellos siguieron en su mundo, ignorando los tres corazones destrozados que los observaban.

— Cerca de ellos, ocultos en unos arbustos —

Fred y George observaban desde una considerable distancia al par de amigos, apretaban los puños al observar semejante escena, simplemente no podían evitar la rabia que brotaba de sí mismos cuando veían como su hermano abrazaba y acariciaba al chico que tanto amaban, aquello se escapaba de su control.

Ambos sabían que el pequeño Ronnie era muy inseguro, él no se creía capaz de muchas cosas, en especial si de conseguir a alguien “tan” cercano se trataba, ellos se habían dicho que a pesar de que les encantara molestar a Ron, ayudarían a su hermano en todo lo que pudieran, lo apoyarían si era necesario, pero... ¡No en esto! ¡No podían apoyarlo en esto!

— Gred — habló uno de los pelirrojos —. Yo no puedo con esto. Amo demasiado a ese canijo con gafas, de verdad que lo amo demasiado.

Levantó la mirada al no recibir respuesta alguna por parte de su hermano, miró las lágrimas bajar por ese rostro tan parecido al suyo, fue entonces que lo entendió todo y sus ojos se aguaron también, ni siquiera necesitó escuchar las palabras que su hermano diría.

— Yo tampoco puedo Feorge, porque yo también lo amo.

¿Cómo habían llegado a esta situación? Sabían lo parecidos que eran, no solo en físico sino también en personalidad y gustos, ¿pero enamorarse de la misma persona? Eso sobrepasaba todos los límites.

Ellos habían crecido el uno con el otro, desde el vientre de su madre aunque no lo recordaran, incluso se habían hecho promesas sobre el futuro: “Cuando me case tu serás mi padrino de bodas”, “Cuando tenga un hijo se llamará como tú”, “Nosotros nunca vamos a pelear”, “Mi primer hijo será tu ahijado”, “Tendremos nuestra propia tienda de bromas”...

Tantas promesas que se hicieron, no podía terminarse así. Si no podían con el asunto de Ron, mucho menos con esto.

— No quiero romper nuestra promesa Fred, no quiero que dejemos de ser hermanos, prometimos que nunca íbamos a pelear, fuera la razón que fuera, prefiero dejar que Ron se quede con Harry a pelear contigo por conseguir su amor, ni siquiera podría estar en paz si el me correspondiera porque sabría qué te arrebaté a quien tú amas.

Fred le sonrió tristemente a su gemelo mientras lo abrazaba — Yo tampoco quiero romper nuestra promesa, ¿estás dispuesto a un sacrificio?, ¿una promesa más?

George asintió a las palabras de su hermano — Si Fred, porque siempre quitaré las bludgers de tu camino.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).