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Sin miedo a quererte. por Girlyfairly

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En estos momentos cualquier cosa era más interesante que la clase, como la pareja que Light podía ver desde el ventanal de su salón, ésa que probablemente se había escabullido de sus clases de gimnasia y ahora se besuqueaban bajo uno de los árboles en el patio principal. La maestra había empezado explicando que el mejor método anticonceptivo era la abstinencia para luego ser un poco más realista, mostrando en diapositivas los métodos más usados y con mejor efectividad a sabiendas que se encontraba en un salón lleno de adolescentes hormonales, quienes no podían evitar arrugar la nariz asqueados cuando se mostraban fotografías de algunas ETS, los mismos muchachos hacían sonidos extraños con bocas o manos cuando se mostraban animaciones educativas de los órganos reproductores. Pese a que era una clase que se impartía desde octavo grado o menos, la mayoría no la recibían con la seriedad o madurez posible, los chistes de los bufones de la clase sonsacaban alguna risa hasta al más aplicado, a excepción de Light, a él el tema o lo que le rodeaba le daba igual, total, Mello casi que le había gritado que moriría virgen cuando le contó que no había tenido el valor de firmar la carta, de hecho realmente había creído que a su amigo le daría algún ataque de algo cuando se lo confesó. ¿Y lo peor? Aparte de casi mandar a Mello a mejor vida por su cobardía era que Elle ni siquiera le había mencionado la nota; se suponía que eran mejores amigos, si bien no la había firmado esperaba que "su mejor amigo" se lo contase para poder ver su reacción, si sus ojos brillaban o si sus mejillas se ruborizaban, ¡pero nada!

Suspiró decepcionado una vez más mientras su quijada descansaba sobre la palma de su mano, ignorando que todas las miradas del salón estaban puestas en él, conteniendo la risa de ver a la maestra caminando molesta hasta situarse frente al castaño, quien casi saltó fuera de su pupitre cuando la mujer de cabellos rojizos golpeó la tabla con su regla metálica.

—¡Joven Yagami! ¿Está prestando atención a la clase? — Apoyó una mano sobre el pupitre mientras la otra la mantenía en su cintura, viendo directamente al muchacho, quien sólo atinó a cubrirse medio rostro con una mano, avergonzado de escuchar las risillas burlonas y cuchicheos —. Le hice una pregunta...

—No creo que sepa algo sobre relaciones heterosexuales —. Comentó un chico al fondo y la mayoría lanzó una carcajada para martirio de Light, cuyo rostro no podía estar más rojo, jamás había estado tan distraído como para no escuchar la pregunta de algún profesor.

Las risas se acallaron con tan sola una mirada por parte de la maestra, quien suspiró antes de susurrarle un "preste más atención" y regresar sus pasos al escritorio, dejaría pasar este incidente porque aquel alumno jamás le había dado algún otro problema.

—Bien, antes que suene el timbre me gustaría formar parejas para la tarea de mañana —, comenzó mientras tomaba un tazón de plástico que había tenido la clase completa sobre su escritorio, el cual contenía pequeños pedazos de papel —sin embargo me gustaría hacerlo más justo, en lugar de que ustedes elijan su pareja por afinidad, la elegirán tomando un nombre de este recipiente. Los temas serán relacionados con lo visto en la clase, pero para que vean que no serán asignados dependiendo de la preferencia, cuando la clase termine cada pareja podrá ir al final del salón y tomar una de las cartulinas clavadas al mural, sabrán el tema que les corresponde cuando volteen la ficha —. Todos giraron levemente su torso para ver la parte trasera del aula que la mujer señalaba con su regla, sobre una pizarra de corcho, donde usualmente colgaban las actividades para el mes, habían pequeños rectángulos de cartulina de colores sostenidas por alfileres —. Y ya que Light estaba muy atento a la clase, será el primero en pasar al frente para ver quién será su pareja.

El aludido dio un leve respingo al escuchar su nombre antes de ponerse en pie y dirigirse al frente del salón bajo la mirada curiosa de todos. Ingresó su mano con cierto miedo en el recipiente, revolvió todos los papelitos y nervioso cerró los ojos esperando que así su fe fuese más fuerte y su deseo de sacar el nombre de la única persona que le agradaba se cumpliera.

—Satoru... — Murmuró decepcionado sosteniendo el papel con el dedo indice y pulgar de ambas manos.

No podía apartar los ojos del nombre que había sacado, realmente su suerte era un asco, jamás volvería a creer que tus deseos se cumplen cuando los pides con el corazón, sabía que su vida sería una secuencia de eventos desafortunados desde que su frijolito no germinó en el kinder...

—Me rehusó a trabajar con Yagami —. Interrumpió el muchacho al final del salón, quien cruzándose de brazos dejó en claro su desagrado.

Los murmullos no se hicieron esperar, los cuales sonsacaron un suspiro hastiado a la docente, quien puso los ojos en blanco antes de callarlos a todos. No era la primera vez que pasaba por una situación similar, pero había esperado que al tratarse de adolescentes entre los 16 y 18 años las cosas fuesen diferentes, quizá había esperado demasiado.

—Tendrán que aprender a trabajar en...

—Pues yo tampoco quiero trabajar con él —. Interrumpió Light, sin dejar de ver ceñudo a su compañero. La maestra hizo una seña con ambas manos pidiendo calma luego que los jadeos y comentarios de asombro se desataran. Entendía la actitud hostil de Satoru, pero no la de Light, con quien intentaría razonar al verlo como un muchacho más comprensivo. Sin embargo ni siquiera tuvo la oportunidad de abrir los labios antes de verse interrumpida de nuevo —¡Le apesta la boca!, ¡¿quién querría trabajar con él!

—De acuero Light, eso no fue nada amable —. Reprendió intentando recuperar el control de "su" clase. Le dedicó una mirada llena de hastío a Satoru quien, indignado, estaba a punto de replicar, pero guardó silencio como el resto para no tener que pasar parte del almuerzo en detención —. Bien Light, tan solo toma otro papel y acabemos con esto —. Extendió la mano con la que sostenía el recipiente mientras con la otra se daba un leve masaje en el puente de la nariz. Sabía que estaba mal ceder ante la inmadurez de dos alumnos, pero su clase terminaría en pocos minutos y apenas iba a formar la primera pareja.

—La verdad es que no importa el nombre que salga, el resultado será el mismo —. Comentó una chica sentada al inicio de la fila, cruzada de piernas tamborileaba los dedos de su mano sobre el pupitre al ver a su compañero probando suerte de nuevo —. Nadie quiere trabajar con Light.

El castaño inevitablemente agachó la cabeza avergonzado ante las burlas, porque era cierto, ahí había alrededor de veinticinco papeles que tenían escritos el nombre de sus compañeros, eran muy pocas las posibilidades de tomar justamente el de la única persona a quien no le importaría pasarse la tarde haciendo una tarea con el "raro" del salón.

—Yo quisiera trabajar con Light-kun.

El lugar se sumergió en un incómodo silencio casi al instante. Misa, quien recientemente había abandonado su pupitre al frente del aula para situarse un poco más al medio, tenía los ojos abiertos de par en par al igual que su boca; se había ladeado sobre su asiento y apoyado sus pies sobre la parrilla del pupitre de su compañero de al lado, quien sin ninguna vergüenza tenía su brazo alzado ofreciéndose como pareja.

— ¡Pero tú deberías querer trabajar conmigo! — Tomó a Elle por la manga del saco antes de zangolotearlo.

Sin embargo el pelinegro no se inmutó ante la pequeña rabieta, se sentía molesto y un poco ofendido por la actitud que habían tomado los demás como para prestar atención o siquiera pensar en si su decisión molestaría a la rubia o no.

— No soy un hijo de puta como el resto —. Espetó sin temor a que lo escuchase la misma docente.

—¡Sí! Pero Light es... — Calló al momento que Elle ladeó levemente su rostro, sus facciones tensas y mirada cargada de fastidio como nunca antes le había visto era algo que haría retroceder a cualquiera.

—¿Sí...? — Sonriendo ladino, enarcó una ceja. Sin embargo Misa solamente atinó a morderse los labios antes de sacudir levemente la cabeza.

—Nada... — Masculló cabizbaja, orejas rojas de vergüenza e impotencia. Elle a veces parecía poner a Light en un pedestal que nadie podía alcanzar.

La mujer de cabellos largos y rojos prefirió dejar para otro momento toda la conversación a cerca del "compañerismo", ignoró que uno de sus alumnos había dicho una "grosería" y que debía ser castigado en base al reglamento escolar, en cambio continuó con la actividad de emparejar a los muchachos, llegando así hasta el final de la clase, nadie prestó atención a las últimas indicaciones cuando la campana anunciando el almuerzo sonó, la mayoría se aglomeró en la parte trasera del salón para tomar su tema y salir corriendo. Light se quedó en su asiento, viendo hacia la ventana mientras esperaba que la algarabía cesara, dando un leve respingo al momento que sintió dos brazos rodeándolo desde atrás.

—¿Lo hacemos en tu casa o en la mía? — Preguntó Elle sonriente, sin ningún tipo de malicia, pero fue consciente del rubor que cubrió sus mejillas cuando escuchó la risilla de un grupo de chicas que estaba cerca, soltando a Light abruptamente y optando por acuclillarse al lado de su amigo.

—Tu casa es más grande —, contestó sin mucha emoción, aún levemente afectado por lo ocurrido antes —tienes más espacio en tu habitación.

—Bien, ¿entonces nos vamos juntos a la salida?

Light estaba a punto de decirle que si, pero su rostro se iluminó cuando cayó en cuenta que esta podría ser su segunda oportunidad.

—¡No! — Contestó impulsivamente, provocando que Elle frunciese levemente el entrecejo, confundido —¡Bueno sí! Bueno, lo que pasa es que debo ir a casa por algo y yo luego voy a la tuya.

—De acuerdo —. Se puso de pie lentamente, aún no muy seguro del cambio repentino de Light, aún así prefería no cuestionar —. Entonces, ¿vamos almorzar?

—Tengo que llamar a mis padres para pedirles permiso, pero luego te alcanzo —. Sacó su celular y sonrió de manera forzada.

—Diles de una sola vez que dormirás en mi casa —. Se encogió de hombros sin más, caminando junto a su amigo hacia la pizarra donde tomarían su papel —. Hay algo que no he podido contarte porque no hemos hablado mucho últimamente.

Light asintió, haciendo un esfuerzo sobrehumano para no sonreír con demasiada obviedad, sin embargo esa sonrisa fue algo que no pudo disimular cuando su amigo dejó el salón con rumbo a la cafetería. Seguramente Elle quería hablarle de la carta, definitivamente esta era su oportunidad para seguir con la siguiente parte de los consejos de Mello. Aún faltaban dos clases más luego del almuerzo, sabía que su mamá ni de broma le dejaría saltárselas, pero estaba seguro que ella no se rehusaría a comprarle algunas cosas que necesitaba del supermercado. Tanto Mello como Light sabían que a Elle le fascinaban las cosas dulces, y Light se había pasado los últimos días viendo vídeos en Internet sobre cómo preparar cupcakes, el problema era que hasta el momento no se había atrevido a prepararlos porque no se le venía a la mente alguna oportunidad para entregárselos, hacerlo en la escuela frente a todos daría de qué hablar a los demás, y honestamente no quería que su amigo pasara por lo mismo que él, pero ir hasta su casa a dejarlos luego de clases tampoco era una opción, ¿con qué excusa se aparecía por ahí? "¡Oh, no puedo dejar de pensar en ti y te preparé estos pastelitos! Hasta me di la tarea de venir hasta tu casa" no, definitivamente no era buena opción, principalmente porque no quería dejar sus sentimientos tan en evidencia, si Elle no sentía lo mismo lo único que provocaría es que éste se alejara, en cambio prefería tantear el terreno, intentar descubrir si al menos tenía una mínima oportunidad.

____

Sachiko dudó en dejar a su hijo solo, sobretodo porque estaría en la cocina; es decir, Light ya había cocinado antes, al menos los platillos más sencillos, pero jamás había manipulado el horno, aún así, y bajo la insistencia de su hijo, la señora Yagami había aceptado salir a beber el té con sus amigas como cada jueves. Ahora Light se encontraba frente a la encimera de la cocina, sobre la cual su madre le había dejado las compras, honestamente  no tenía ni idea de cómo empezar, solamente acomodó los ingredientes sobre el mueble antes de colocar su laptop a un lado.

"Lo primero es precalentar el horno a 180 ºC o 350 ºF antes de comenzar a preparar nuestra mezcla..."

Pausa. Realmente esperaba que encender el horno fuese lo último, no por lo difícil, sabía que solo tenía que presionar el chispero y girar la perilla, aún así no podía evitar ponerse nervioso.

"Una vez tamizada la harina y la levadura, la dejaremos en un bowl aparte para ser utilizada después. Ahora batiremos azúcar junto a la mantequilla en un recipiente hasta obtener una mezcla cremosa y homogénea..."

Light trataba de seguir todas y cada una de las indicaciones de la amable señora del vídeo que había encontrado en internet, sin embargo muchas veces debía dejarlo en pausa al no contar con la agilidad o gracia de ella, de hecho hasta lo más sencillo como agregar uno a uno los huevos a la mezcla se le estaba complicando, era inevitable que la clara no escurriese sobre la encimera cada que los rompía contra ella, peor aún eran los trozos de cáscaras que caían dentro del recipiente, los cuales eran triturados al instante a causa de la batidora eléctrica que seguía en funcionamiento.

"A continuación vamos a agregar el extracto de vainilla. Y ahora agregaremos la harina..."

Pausa.

Bien, al fin el momento de agregar la harina había llegado, pronto serían las cuatro de la tarde y los dichosos cupcakes ni siquiera estaban en el horno, así que teniendo en cuenta que debía darse prisa para partir a casa de Elle, detuvo la batidora un momento y vertió la harina antes de encenderla nuevamente...

De acuerdo... esto no estaba siendo tan sencillo como parecía, ¿¡por qué la harina había salido volando!?

Apagó la maquina con premura mientras con la otra mano intentaba cubrirse el rostro, aún apresurado tomó un trapo y limpió nervioso la perfecta y ex pulcra encimera de granito negro de su madre, era una suerte que ella no estuviese o definitivamente le hubiese dado un ataque ante semejante desorden, había harina y restos de huevos alrededor de la batidora, y Light podía asegurar que un poco de la mezcla colgaba de uno de sus mechones.

"... recuerden agregar la harina poco a poco para evitar desastres... "

Light bufó antes de pausar nuevamente el vídeo, ¿¡y ahora era cuando se lo decían!? Sin embargo intentó no hacer mucha rabieta, más que todo por la falta de tiempo, simplemente incorporó toda la mezcla con una cuchara para que la batidora siguiese haciendo su trabajo, hasta se atrevió a pasar su dedo por una de las orillas para tomar un poco, sintiendo que aún estaba muy simple para el paladar de Elle, añadiéndole entonces más azúcar para que ésta fuese mezclada con la máquina antes de tomar el molde para seis cupcakes.

Pasados diez minutos en los que el horno hacía su trabajo, Light se estaba desesperando, inquieto veía su reloj y luego regresaba su vista hacía el molde dentro del horno, como si su mirada fija apresuraría el proceso. La masa sin forma poco a poco empezaba a parecer más unos panecillos pero aún faltaban otros diez minutos según la receta, aunque... ¿Qué podría pasar si los sacaba antes? Es decir, tampoco era como si les faltase mucho, ya se veían un poco dorados en la parte superior, además aún debía agregarles el betún, según internet los cupcakes ya debían estar fríos para poder decorarlos, y Light planeaba dejarlos enfriar sobre la encimera mientras tomaba un ducha. Así que creyendo que nada malo ocurriría, decidió sacarlos antes, con mucho cuidado para no quemarse, los dejó a un lado y luego subió a su habitación, regresaría a terminar los panecillos de su Elle después.

____

Elle escuchó el timbre sonar, su abuelo estaba en la planta baja y sabía que el veterano podría llegar mucho antes que él a la puerta, aún así saltó de la cama dejando de lado sus cuadernos antes de salir corriendo hacia las escaleras, donde casi se tropieza al finalizar.

—¡Al fin llegas! — Exclamó mientras abría la puerta, sin ver de quien se trataba aún.

—Lo siento... es que tuve un problema —. Masculló cabizbajo, consciente de su tardanza.

—Bueno, al menos ya estás aquí y... ¿Otra vez los lentes? — Enarcó una ceja al prestar mayor atención en su amigo, su atuendo normal no era nada que no esperase, pero los lentes de la primera vez que salieron juntos no le pasaron desapercibidos.

—Sí, ¿no te gustan? — Sonrió alzando la cabeza —. Creo que me veo gracioso con ellos, que te harían reír y no te enojarías conmigo por venir tarde.

Elle negó lento con la cabeza, emitiendo una suave risa.

—Se te ven bien, pero pasa que la tarea es para mañana —. Le tomó una mano dispuesto a llevarlo a su habitación pero Light opuso cierta resistencia.

—¿Y tu abuelo?

—En el jardín... supongo —. Se encogió de hombros antes de intentar hacerlo entrar de nuevo. Pero falló.

—¿No crees que debería pasar a saludarlo primero? — Preguntó con un leve sonrojo —. Es que no quisiera ser un maleducado que solo entra, además la última vez que vine el fue muy amable, y yo no lo fui tanto porque dormí de más en una casa ajena, y mi mami siempre me ha enseñado que debes ser el primero en despertarte, también que...

—¡Light-kun! — Se giro por completo y le enmarcó el rostro con las manos para hacerlo callar. Continuó cuando ya tenía la atención de su amigo —. Él ya sabe que venías, en todo caso lo saludas en la cena si quieres, pero ya vamos bastante retrasados con la tarea, ¿entendido?

Light asintió pero agachó la cabeza, Elle tuvo que contener un "¿¡y ahora qué!?" porque creía que se escucharía demasiado tosco, y por increíble que pareciera, si había aprendido a controlar lo que decía y el cómo lo decía con su amigo, al menos un poco. Sin embargo fue hasta ese momento que se percató que Light había mantenido una mano tras su espalda todo el tiempo.

—¿Está todo bien? — Preguntó curioso, intentando estirar su cuello por sobre el hombro de su amigo con disimulo para poder ver.

—Sí, es que... — Calló, desviando la mirada por todas partes para no encontrarse con la mirada fija de Elle, reprendiéndose mentalmente por sentir las piernas temblando —. Te traje algo... — Dijo al fin, mostrando con temor la pequeña bolsa de regalo hecha de papel azul que también había aprendido a hacer en Internet.

Elle la tomó despacio, viendo a su amigo y luego su regalo un par de veces, no sabiendo como reaccionar, ni tampoco sabiendo porque se sentía tan nervioso al ingresar su mano.

—Me trajiste un... cupcake –. Sonrió levemente mientras sostenía el pequeño empaque desechable que en su interior traía un panecillo decorado con betún rosa y chispas de chocolate.

—Si, solo es uno... — Masculló avergonzado de solo recordar que los otros cinco se habían pegado porque había olvidado engrasar el molde, siendo ése el único que había podido salvar.

–¡No!, ¡no lo dije con esa intención! — Explicó con rapidez creyendo que de nuevo la había cagado con sus palabras —. De verdad me gusta.

—¿¡En serio!? — Alzó la cabeza, su rostro iluminándose al instante.

—Sí, de verdad. ¿Tú lo hiciste, Light-kun? — Alzó un poco el empaque y lo giró frente a sus ojos para verlo a cabalidad. Elle vio a su amigo asentir, sin embargo ignoraba lo orgulloso que éste se estaba sintiendo por dentro —. Lo comeré cuando hayamos finalizado, ¿de acuerdo?

Light no pudo hacer más que emitir algo parecido a un si, el solo sentir a Elle tomándole la mano una vez más lo había dejado inerte, esperando que sus piernas no le fallaran mientras su amigo lo jalaba hacia su habitación.

____

—... Así que creo que mi papá sigue enojado contigo, creo que es porque olías a alcohol, dice que pareces un muchacho lleno de ladillas —. Arrugó la nariz inevitablemente antes de llevar nuevamente a la boca el bombón que Watari les había dado unos minutos atrás. Ambos estaban acostados panza abajo sobre el colchón, la parte superior de sus torsos alzadas y los cuadernos frente a ellos mientras la laptop se encontraba en medio de ambos, escribiendo detalles del artículo que habían encontrado—. Pero eso no importa, a mi mamá le agradas mucho, dice que le recuerdas mucho a un panda por lo pálido y las ojeras, aunque te falta tener más cachetes, de hecho eres muy delgado, ¿cómo haces para ser tan delgado? Yo respiro y engordo.

—¿Qué no has escuchado de las diferentes contextura físicas y metabolismo? — Contestó con su vista fija en la pantalla antes de volver a su cuaderno y seguir escribiendo. Ya ni siquiera se sorprendía tanto de poder leer, escribir y llevarle el hilo a los monólogos de Light al mismo tiempo.

—Sí, pero igual creo que es injusto que haya personas que puedan comer todo sin engordar —. Refunfuñó antes de continuar con su tarea —. Es como un don que ustedes tienen, ¿entonces que tengo yo?

—Unos bonitos ojos color miel —. La respuesta salió sin ser procesada primero, sin embargo su mano quedó inerte sobre su cuaderno tan pronto la dijo.

—¿En... en serio lo crees? — Titubeó nervioso, y solo hizo falta que Elle ladease su rostro para encontrarse con las mejillas rojas de su amigo, consciente de que las suyas se tornaron del mismo color al instante.

—Si... bueno... — Carraspeó la garganta —. Estoy seguro que no es la primera vez que te lo dicen —. Con disimulo pasó su antebrazo por su frente, retirando el sudor que se había acumulado en ella debido al momento.

—Pues... a mí... – Volvió su vista al cuaderno, más sonrojado aún mientras se armaba de valor en decir algo más, creyendo que debía agradecer un cumplido con otro cumplido, sin embargo no era tan fácil cuando la persona a tu lado te aceleraba de manera preocupante el corazón —... a mí me gustan tus labios.

Apenas fue un susurro, pero audible para Elle, quien no entendía el porqué se sentía incapaz de moverse aunque fuese un centímetro, sintiéndose atrapado en el incómodo momento. ¿Incómodo? Era justamente lo que no lograba entender, el porqué en ocasiones las acciones o palabras de Light lograban sonrojarlo como estúpida colegiala, es decir, sabía que su amigo era gay, pero él no lo era.

—Yo ya terminé mi parte... — Masculló sentándose despacio sobre la cama, intentando recuperar la compostura.

—Si, yo ya casi termino el último objetivo —. Sonriendo volvió su vista a la laptop para  seguir leyendo y tomando apuntes.

Elle cerró su cuaderno y se encorvó para alcanzar su bolsón que había dejado a un costado de la cama, sin embargo el momento previo seguía en su mente, recordando inevitablemente que según todos él y Light se habían besado, eso lo llevaba a preguntarse el cómo su amigo había tomado ese desliz, cosa que jamás sabría porque habían quedado claros sobre no hablar del tema, como también él tampoco sabría cómo se había sentido besar a otro chico. Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no supo en qué momento su mirada comenzó a descender de los cabellos castaños hasta posarse en el trasero del otro, ése que tan bien se notaba al utilizar Light aquellos pantalones tan entallados.

—Si no has terminado lo seguimos mañana —. Interrumpió con rapidez antes de ponerse en pie.

—Pero ya...

—Mañana me levanto antes y lo finalizo por ti —. Se encorvó y apoyó una mano sobre el colchón para con la otra cerrar de manera precipitada el cuaderno de Light.

—Bueno... — Estaba extrañado por el cambio repentino, pero Elle era así muchas veces, por lo que decidió no llevarle la contraria, tan solo se sentó sobre el colchón y colocó los lapiceros sobre la mesita de noche, el cupcake que había sido dejado ahí llamó rápidamente su atención —¡Entonces deberías comer lo que traje para ti! — Sugirió emocionado.

—Tienes razón, aunque primero deberíamos ponernos cómodos para dormir —. Light no se movió, en cambio pareció sorprendido antes de agachar la cabeza, y fue ahí que Elle notó algo que había ignorado la tarde completa... no había visto que su amigo trajese consigo una maleta —. No trajiste tu pijama, ¿verdad? — El castaño negó con la cabeza —. Supongo que tampoco tu uniforme, ¿o me equivoco? — La misma acción se repitió —. Aún cuando sabías que dormirías  en mi casa y que mañana nos iríamos juntos a clases —. El muchacho asintió, y Elle se llevó una mano a la cintura y con la otra se dio un leve masaje en el puente de la nariz —. Bueno, no importa, mañana nos levantamos antes y te llevo a casa, por lo pronto... — Suspiró, estaba idiota si realmente sugeriría lo que tenía en mente, más con lo sucedido hace unos segundos atrás, pero es que no tenía opción —duerme en ropa interior, no es la gran cosa —. Susurró apartando la mirada.

Light alzó la cabeza sorprendido y sonrojado, le fue difícil articular palabras al instante, sus labios se movían pero solo emitía balbuceos.

—¡Pero señor fluffy dormirá solo! — Farfulló alarmado como si fuese el fin del mundo. Por supuesto que no lo era, había noticias peores, como el hecho de imaginarse durmiendo casi desnudo al lado de Elle.

—Es... tan sólo un oso —. Parpadeó confundido.

—¡Sí! Pero... ¡pero jamás ha dormido solo! Lo ideal sería que regrese a casa —. Se puso en pie, tomó su mochila e intentó dirigirse a la salida de la habitación, pero el pelinegro se lo impidió al situarse frente a él.

—¿Te quedas más tranquilo si voy por él hasta su casa?

¿Pero qué mierdas estaba haciendo?, ¿no era más fácil solo dejarlo partir? A lo mucho ofrecerse a llevarlo para ser amable, pero impedir que se fuera ¿¡cómo y por qué!?

Light lo que menos quería era irse, y menos cuando Elle mismo parecía no querer dejarlo ir, ¿sería que Elle estaba igual de emocionado que él por tenerlo cerca?, ¿también le gustaba y por eso no quería dejarlo ir? Definitivamente no podía irse cuando era su Elle quien se lo pedía.

—Puedo llamar a mis padres para que lo traigan, y de paso mi pijama y uniforme —. Sonrió dejando caer su rostro hacia un lado, gesto que hizo a Elle hacerse a un lado rápidamente.

—Sí, me parece buena idea —. Murmuró sonrojado, Light... de verdad era bonito, no había nada de malo en admitirlo, ¿verdad? Un hombre realmente seguro de su sexualidad podía decir cuando otro era atractivo, ¿¡verdad!?

Elle caminó hasta su cama y se sentó en ella luego de tomar su regalo, abriéndolo mientras veía a su amigo escribiendo en su teléfono celular, seguramente mandándole el mensaje a la señora Yagami porque Soichiro se negaría al instante.

—Dice mi mamá que vendrán dentro de un rato —. Se dejó ir sobre la cama al lado de su amigo, viéndolo expectante cuando Elle quitaba el papel de la parte inferior del panecillo.

El pelinegro dio un gran mordisco, sin embargo se quedó inerte al instante, el pan estaba... demasiado dulce, aún para él, tanto que podía sentir los grumos del azúcar al intentar masticar. Intentó que su rostro no fuese muy expresivo, pero no pudo evitar abrir los ojos de par en par cuando sintió algo... ¿cremoso?, ¿blando? Estaba seguro de que no era el betún, entonces... ¿¡el panecillo estaba mal cocido!? Estuvo a punto de escupirlo, de salir corriendo a vomitar de ser posible, pero sus ojos se encontraron con la mirada fija de su amigo, a quien podía notar emocionado al tenerlo en frente. No podía matarle la ilusión al decirle que era lo más horrible que había probado, o bueno, si podía, eso ni siquiera era sano, pero no quería, no cuando su amigo se había esforzado en prepararlo para él. Así que dando un hondo suspiro se metió a la boca lo que le restaba del cupcake, a mal tiempo darle prisa, hizo lo posible para masticarlo con rapidez y tragarlo sin formar alguna mueca de asco.

—Estaba... delicioso —. Dijo con un gran esfuerzo, sintiendo su lengua pastosa.

—¿¡En serio!? — Dio un leve brinco sobre el colchón, sintiéndose demasiado orgulloso de sí mismo —. Hoy solo pude hacerte uno, ¡pero puedo hacerte más si quieres!

—¡No! Es decir... — Se removió nervioso, buscando las palabras correctas — No quisiera incomodarte.

—No es ninguna incomodidad para mí, yo te lo hago con gusto —. Sonrió, feliz que al menos este plan si hubiese salido bien, aunque inevitablemente se sentía decepcionado de no haberle podido traer los otros cinco cupcakes.

—O mejor vamos a comer unos el fin de semana y así tú no trabajas.

—O mejor preparo más y llegas a mi casa a comerlos. Mi papá estará en casa el fin de semana, podrían hablar y...

—¿Sabes? Acabo de recordar que no te he contado algo —. Interrumpió con premura. No, no quería más cupcakes hechos por su amigo y tampoco quería ver al padre de éste, al menos no por un buen tiempo.

—Sí, dime —. Sentado aún frente a Elle, se acercó más hasta que su pierna flexionada sobre el colchón quedó pegada a la del otro.

—Ummmm... ¡ah, si! ¿Te conté que Misa me dejó una carta en mi casillero? —Estiró una mano y abrió la gaveta de su mesa de noche, sacando de ella la nota que con mucho cuidado había guardado, entregándosela a Light.

El castaño reconoció el papel al instante, aún así la abrió con sumo cuidado, esperando que no fuese su carta, sin embargo si lo era. Inevitablemente se sintió frustrado, no solo Elle no le había hablado de la nota antes, ¿¡sino que ahora resultaba que era de Misa!?

—¡Pero está ni siquiera es su letra! — Vociferó poniéndose de pie al instante.

—¿No? — Elle también se levantó, siguiendo luego a Light de un lado a otro, quien realmente parecía afectado por la nota.

—¡Claro que no!, ¡su letra no es bonita y su ortografía menos! — Se detuvo frente a su amigo, poniéndole la carta a escasos centímetros del rostro para que él mismo se diese cuenta, esperando que si era su amigo al menos tendría que haber notado su letra en sus cuadernos para reconocerla.

—Entonces... — Tomó el papel, sintiéndose un poco decepcionado de que la nota no fuese de la chica que le gusta —¿De quién es?

—¡Pues es la mi...sma pregunta que yo me hago! — Se rascó la coronilla nervioso antes de volver a la cama, molesto por no haberle podido confesar que él la había escrito.

Sin embargo Elle no pudo seguir hablando, ambos escucharon el timbre sonar y el pelinegro decidió salir con rapidez de su habitación para dejar atrás el asunto de los panecillos y cartas de amor.

—¿Quién podría ser a esta hora? — Cuestionó Watari al encontrarse con su nieto en el pasillo de la planta superior. Al haber escuchado el timbre, también había salido de su habitación utilizando su pijama.

—Debe ser la mamá de Light-kun — explicó sin dejar de caminar rumbo a las escaleras. Era demasiado pronto, pero la casa de su amigo no estaba lejos, además conociendo a la señora Yagami, seguramente se había tirado todos los altos y semáforos en rojo solo por su hijo — lo que pasa es que olvidó su pijama y el uniforme.

Watari asintió antes de volver a su habitación luego de un largo bostezo, realmente no era tan tarde, pero a su edad siempre se dormía temprano. Elle simplemente bajo las escaleras y se dirigió a la puerta con una sonrisa, sonrisa que se borró tan pronto abrió.

—Se-señor Yagami — tragó saliva aún sujetando la perilla —es un placer ve-verlo —. Titubeó mientras sonreía débilmente.

—Solo para que lo sepas, no estoy feliz con esto —. Alzó la maleta que traía en una mano y se la entregó de manera bastante ruda al muchacho, quien jadeó por la repentina presión sobre su abdomen —. Ha sido Sachiko quien  la ha preparado ¡odio lo permisiva que es! — Bufó antes de cruzarse de brazos, molesto de ver el candado asegurando la cremallera. Elle en todo momento se mantuvo en silencio, sin atreverse a interrumpirlo, sujetando la maleta con ambas manos muy cerca de su pecho —Light sabe la combinación del candado, mi propia esposa no ha querido decírmela, pero al menos me permitió que fuese yo quien viniese a dejarla, sirve para recordarte que no debes ver, tocar, ni hablarle a mi hijo de forma inapropiada —. Enumeró cada una con sus dedos, satisfecho de ver aquel muchacho palidecer más — ¿Entendido?

—S-sí señor —. Balbuceó sin saber porqué. Es decir, no es como si iba a abusar de Light al tenerlo en su cama, no tenía planeado robarle su virginidad o aprovecharse de su inocencia o lo que fuese que ese hombre imaginaba, aún así el señor Yagami lograba ponerlo nervioso.

—Bien, sé que eres un muchacho inteligente —. Colocó una mano sobre el hombro del chico antes de sonreír de una forma que haría temblar a cualquiera.

Elle dejó escapar el aire de su boca tan pronto la puerta se cerró, las piernas aún le temblaban y sentía el estómago revuelto, aunque no sabía si eso era a causa del señor Yagami o del panecillo mal hecho que Light le había dado, realmente quería vomitar, la única razón por la que no había mandado a su amigo a casa con el loco de su padre es porque Light realmente le agradaba, ni a él ni a su abuelo les molestaba tenerlo ahí, de hecho le gustaba cuando llegaba,  se sentía menos solo y menos aburrido en esa gran casa. Así que pasado unos segundos del susto, sujetó mejor la maleta antes de subir con ella.

—Dijo tu padre que tú sabes la clave —. Comento tan pronto atravesó la puerta, entregándole la valija al castaño.

—¿Fue mi padre quien vino? — Abrió los ojos de par en par mientras se dirigía con su maletín a la cama, en donde coloco la combinación para abrirla —. Espero que no te haya molestado mucho, él no es malo, solo es algo estricto pero le agradas, muy en el fondo realmente cree que eres buen muchacho, además... ¡oh mira, mi mamá si me mandó al señor fluffy! — El peluche fue lo primero que sacó, el cual estrechó contra el pecho inmediatamente.

—¿Si? ¡Genial! Ahora busca tu pijama —. Sugirió, realmente le urgía que ambos se metieran a la cama para acabar ya con el día, ¿por qué? Porque de pronto ya no se sentía tan bien como antes...

Light ignoraba la incomodidad de su amigo, en cambio se dedicó a hacer lo que él decía, a buscar su pijama bajo su uniforme y productos personales, sintiendo entre sus dedos la suave tela de seda casi al fondo, la cual tomó y jaló al instante. Sin embargo se giró rápidamente dándole la espalda a Elle y ocultando la prenda muy cerca de su pecho, ¿en qué había pensando su madre al mandarle ese pijama que usaba solo en las noches de verano? Ése que consistía en una camisa sin manga cuello V,  pero lo peor...  era el short realmente corto con aberturas en cada costado de las piernas. ¡Lo había comprado porque estaba en promoción pero dormir con eso era igual o peor que dormir casi desnudo junto a Elle!

—¿Sabes? Mi mami olvidó empacar la camisa de pijama, ¿no tendrás alguna que sea realmente muy larga? — Preguntó nervioso aún de espaldas.

—¿Qué tan larga? — Se sobó un poco el estómago, queriendo así mitigar el dolor que iba en ascenso.

—Muy, muuuy larga —. Se giró con rapidez, la única manera en que usase esos shorts era teniendo algo que los cubriese.

Elle se encogió de hombros, siempre dormía en ropa interior, y las camisas que usaba a diario eran de tamaño normal, aún así se dirigió a su ropero, recordando que tenía una camiseta un poco vieja pero que podía servir, la cual encontró hasta el fondo de su ropa doblada. A Light ni quiera le importó ver la prenda primero, tan solo la tomó y se dirigió con rapidez al baño para poder cambiarse mientras Elle regresó a la cama para intentar calmarse, las nauseas eran manejables, el dolor de estómago no era muy fuerte, aún así era incómodo, preguntándose si es que había comido algo en mal estado durante el almuerzo, lo cual era tonto, sabía que es lo que le estaba causando el malestar, pero no quería acusar a Light, aún sin que éste lo supiera no quería hacerlo, prefirió entonces cerrar los ojos un momento mientras su amigo salía.

Light se vio en el espejo enterizo que Elle tenía en su espacioso baño, la camisa de un desgastado blanco de su amigo le quedaba grande, tanto que las mangas le llegaban hasta los codos, pero tampoco era tan larga, le llegaba unos pocos centímetros arriba de la mitad de la pierna, pero al menos cubría el short, ése que dejó al descubierto al tomar la parte inferior de la tela blanca y levantarla, notando el marcado bulto... un bulto que le sonrojó por lo duro que se encontraba, a donde llevó una mano y tembló al rozarlo con los dedos... quería seguir tocando, peor y más incómodo aún, quería que Elle lo tocase... Sin embargo dejó caer su camisa dando un respingo cuando alguien llamó a la puerta.

—¿Te falta mucho? — Llamó el pelinegro alzando la voz.

Light ni siquiera contestó, aún estaba rojo por los pensamientos que habían llegado a su mente, tan solo tomó sus prendas sucias y abrió la puerta con rapidez, encontrándose a su amigo fuera de ella.

—Lamento la tardanza —. Pasó de largo esperando que el otro no notase su nerviosismo, dirigiéndose hasta la cama para guardar todo en la maleta que estaba sobre ella.

—Traes...traes algo bajo la camisa, ¿verdad? — Preguntó nervioso pues cuando Light se encorvo un poco había dejado a la vista más piel de sus piernas.

—Si claro, mi short —. Giró sonriente dispuesto a levantar la prenda para mostrarle, pero desistió al recordar su duro problema.

—Esta bien, esta bien, no tienes que demostrarme nada —. Agitó sus manos al notar la vergüenza  en su amigo —. Mejor nos dormimos ya, mañana hay que despertarse temprano.

Elle se quitó la ropa sin ningún pudor, empezando por su camisa, la cual lanzó a una esquina, y aunque Light quiso apartar la vista, no pudo, inevitablemente se había mordido el labio al ver el torso desnudo de su amigo... quería tocarlo... quería besar de nuevo a Elle. Sin embargo se contuvo al verlo acercarse, fue hasta entonces que ladeó el rostro para ver hacia otra parte mientras su amigo se metía bajo las sábanas.

—¿Vas a acostarte o no? — Cuestionó enarcando una ceja cuando pasados unos segundos, Light seguía parado al pie de la cama.

—Sí, claro —. Masculló llevando a su peluche consigo, sintiendo el dolor en su entrepierna al caminar, acostándose luego en el amplio colchón junto al pelinegro, en donde el latir de su corazón y el palpitar en su miembro aumentó más.

____

Elle se limpió la comisura de los labios aún hincado frente al retrete, jaló la cadena y todo lo que había comido durante el día anterior se lo llevó el agua. No había dormido nada, mientras los minutos pasaban sus nauseas no hacían otra cosa que aumentar, hasta que no pudo retenerlo más. Al menos vomitar realmente había calmado su malestar, se puso de pie y se dirigió al lavamanos para cepillar sus dientes, quizá ahora que se sentía mejor podría dormir, en pocas horas la alarma sonaría y quería descansar aunque fuese un poco.

Abrió la puerta para encaminarse hasta su cama, hizo a un lado el edredón para regresar a su lugar del colchón, sin embargo retiró más de lo que debía, dejando sin cobija a su amigo, quien dormía boca abajo y cuya camisa se había levantado, dejando a la vista un short que cubría muy poco. Aunque más allá de la piel que quedaba al descubierto, estaba el movimiento lento, apenas notable de las caderas de su amigo, cuya respiración tampoco era del todo pausada.

—¿Light-kun? — Llamó avanzando arrodillado sobre el colchón, creyendo que el castaño podía estar teniendo una pesadilla.

Mngh...

Elle se quedó inerte, ese sonido no había sido de pesadumbre, el pelinegro sabía bien de qué debía tratarse, y no era nada del otro mundo, pero Light era tan... tan-no-pervertido-como-él que sentía extraño saber que su amigo debía estar teniendo un sueño húmedo.

Se acostó y colocó el edredón sobre su cuerpo, no obstante no cubrió el cuerpo del castaño, se sentía mal pero parecía que su pene tenía vida propia, no había podido evitar sentir ese cosquilleo en su parte baja gracias a la respiración levemente agitada de su amigo, sus esporádicos jadeos y su redondo culo que parecía tragarse la tela del short.

—Joder Lawliet, el señor Yagami te lo advirtió... — Se reprendió mientras se pasaba una mano por el rostro y desviaba la mirada.

Pero la tentación era demasiada, regresó su vista hacia la parte baja de su amigo y con mucho cuidado se acercó a él. Si olvidaba de quien se trataba ese culo realmente parecía el de una chica... quería tocarlo.

Su mano temblorosa comenzó a acercarse, dudando, ¿qué tenía esa estúpida cama que le hacía perder la cabeza? Sintió una corriente iniciando en sus falanges y recorriéndole el cuerpo cuando sus dedos rozaron su objetivo. En un principio sólo fue una caricia superficial, pero tentado por el momento se atrevió a pellizcar... no, definitivamente no se sentía como el de una chica, pero se sentía bien, tanto que posó su mano abierta sobre una nalga, conteniendo la respiración cuando palpó, apretó y acarició el culo de Light, cuyo rostro se encontraba de lado y levemente escondido en la almohada, aún así Elle podía sentir la respiración de su amigo a muy escasos centímetros de su cara, tanta era la cercanía que sabía que no podría disimular si Light se despertaba, y aún sabiéndolo no se detuvo, no cuando el castaño emitió otro jadeo ahogado, el cual sonó demasiado erótico para Elle. En estos momentos era cuando maldecía esa perversión que había sido parte de él desde más joven, y es que impulsado  por las pulsaciones de su propia entrepierna llevó su mano hasta el periné del muchacho, donde sintió una copiosa humedad, lo que le tentó a  deslizar su dedo por debajo de la tela, pero se conformó con acariciarlo por sobre el short, cuestionándose el porqué se mantenía tocándolo, como también el porqué se había acercado para besarle la comisura de los labios...


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