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Sin miedo a quererte. por Girlyfairly

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Era incomodo estar en la misma mesa junto a Elle, todos en la cafetería reían y conversaban mientras comían, aprovechando la hora de almuerzo antes de volver a clases, a excepción de ellos, quienes se mantenían callados, y es que el pelinegro había estado tan ausente todo el día que Light no sabía qué hacer, solamente atinaba a jugar con el tenedor en los fideos que su mamá le había preparado, pensando si decir algo era peor que no decir nada.

—¿Sabes?, ayer fui a comprar mi traje para el baile —. Comentó despacio, apenas sonriendo, su actitud difiriendo enormemente a como él realmente hablaba cuando algo le emocionada.

—¿Te molestaría si te dejo solo por lo que resta del almuerzo? —. Preguntó luego de soltar el aire por los labios. Ni siquiera espero respuesta, es más, ni siquiera había encontrado su vista con la de Light, en cambio solo tomó su charola para luego ponerse de pie, encaminándose hacia la salida del saturado lugar.

Light parpadeó confundido antes de poder reaccionar, guardando todo con premura para luego ponerse en marcha con rapidez, importándole poco o nada chocar con algunos alumnos mientras intentaba abrirse paso en el pasillo fuera de la cafetería, sin despegar su vista del objetivo, de aquellos cabellos azabaches que caminaban unos metros adelante de él.

—¡Elle! —. Llamó, comenzando casi a correr hasta lograr tomarlo apenas por el saco del uniforme —¿Estas así por lo que Misa anda diciendo? —. Inquirió intentando recuperar el aire, mordiéndose los labios porque no solo Lawliet andaba raro, él también se había sentido extraño, no le agradaba que Misa supiese algo que él desconocía porque Elle había decidido contárselo a ella.

—En serio no quiero hablar de ello, Light-kun —. Se removió con pereza, intentando retomar sus pasos, pero que el castaño se situó frente a él, impidiéndole avanzar.

—Pero si querías hablarlo con Misa, ¿verdad? —. Espetó, no creyendo que realmente se estuviese sintiendo celoso, ¡pero es que él era el amigo de Elle, no ella!

—Ella me preguntó el porqué me había mudado a Japón, yo simplemente se lo conté —. Se encogió de hombros, pasando de lado al castaño, pero no previó que éste se le lanzaría a abrazarlo, notando Elle rápidamente como muchas miradas se posaron en ellos.

—Siento mucho lo de tus padres —. Lo estrechó con fuerzas, besándole la mejilla para incomodidad de Elle, quien rápidamente intentó zafarse, dejando a Light confundido... y hasta dolido.

—De verdad Light-kun, no quisiera hablar de ello —. Intentó excusarse con rapidez, pero la verdad era que apenas habían pasado dos días del incidente que había ocurrido en su cama, por lo que no lograba sentirse cómodo alrededor de Light, y no era como si ya no le agradaba, sin embargo no podía sostenerle la mirada por más de cinco segundos —Realmente quisiera estar solo un momento, ¿está bien? —. Sonrió pero sin verlo realmente, sabía que desde hace algunos días ciertos alumnos andaban con rumores de una posible relación entre ellos dos, pero Elle estaba seguro de su heterosexualidad, por ejemplo en Inglaterra solía juntarse solamente con los tres tontos que tiene por amigos, pero jamás ocurrió algo fuera de lo usual en una amistad, como tampoco había sentido atracción por algún compañero, de hecho hace algún par de años había sido novio de manita sudada con una chica mayor, por lo que cualquier comentario respecto a un noviazgo entre él y Light le hacía reír, claro... cualquier comentario antes del domingo, antes de que estuviese a punto de eyacular sosteniendo la cintura de su amigo, no logrando su cometido por la interrupción de su abuelo, que hasta el momento no sabía si reprocharle o agradecerle el haber entrado sin tocar la puerta.

—¿Te puedo dar otro abrazo? —. Preguntó despacio abriendo un poco los brazos. Lo dejaría estar a solas si así lo quería, pero necesitaba sacarse de la cabeza la idea que se había formado en ella, idea que se fortaleció cuando su amigo no correspondió, en cambio éste parecía nervioso viendo a cada uno de los alumnos que pasaban cerca de ellos —No quieres que te vean conmigo, ¿verdad?

Estuvo a punto de contestar, sus labios se separaron de manera indignada, pero nada salió de ellos, admitiendo avergonzado que algo de verdad había en las palabras de Light.

—¡Elle! —. El grito animado de una chica corriendo entre los alumnos en dirección a ellos llamó la atención de ambos, suspirando Elle aliviado por la interrupción —Elle, ¿estás ocupado? —. Preguntó deteniéndose frente al de cabellos negros, mordiéndose el labio nerviosa cuando esos dos grandes ojos encontraron los de ella —Quisiera que me acompañases a la cancha de fútbol... pero no sé si podrías.

Al igual que Misa, Elle desvió disimuladamente su mirada, viendo que Light seguía ahí de pie junto a él, y no iba a mentir, el que la chica apareciese había resultado perfecto para romper el incómodo momento previo, y el hecho de que fuese Misa Amane lo hacía aún mejor, por supuesto que no dejaría pasar la oportunidad...

—Nos vemos luego, ¿está bien? —. Preguntó con timidez al verlo tan serio, sintiéndose intimidado ante la desconocida fiereza de esos ojos color miel, atinando solamente a alzar una mano haciendo un ademán de despedida al no recibir respuesta por parte de su amigo, girando luego sobre sus talones indicándole a Misa que la acompañaría.

"Pensé que querías estar solo" pensó mientras sentía todo su cuerpo tenso al verlo alejarse, y por un momento realmente consideró pasar lo que restaba del almuerzo en la azotea, ahora era él quien necesitaba un tiempo a solas para intentar pensar sobre las posibles razones que tenían tan raro a Elle, pero esa idea fue descartada cuando sus pies comenzaron a avanzar por cuenta propia, acelerando sus pasos para no perder de vista a la pareja.

Y el cúmulo de alumnos intentando pasar por la estrecha entrada de la cancha no fue impedimento para el castaño, quien decidido se abrió paso entre ellos, ganándose algunos codazos y quedando casi asfixiado entre sus compañeros que entre empujones intentaban acceder al lugar, sintiéndose Light más intrigado por saber que ocurría ahí adentro y el porqué Misa había llevado a Elle hasta ahí. 


Una presentación de las animadoras era con lo que Light se encontró al lograr entrar, aún hasta arriba de los graderíos, colocándose de puntitas para poder ver sobre los hombros de algunos chicos, encontrando que escalones más abajo estaba su amigo junto a Misa, embelesado como los demás muchachos de ver las cortas faldas levantándose en cada salto. Bufó antes de cruzar los brazos, no entendiendo como un par de piernas podía causar tanto alboroto, sintiéndose aturdido entre tantos gritos, silbidos y aplausos cuando él creía que tampoco era para tanto, es decir, a él no le atraían las mujeres, pero aunque lo hicieran no se pondría a actuar de manera tan tonta solo por ver los pechos de éstas saltando, al menos de eso intentó convencerse cuando la verdad era que desde hace unos minutos había dejado de prestar atención a la actuación, su mirada estaba fija en la pareja para la cual estaba dedicada el show, sintiendo su rostro caliente al momento que vio a Misa apoyando su cabeza en el hombro de Elle. Sin embargo su atención volvió a la cancha ya que los gritos de sus compañeros comenzaron a incluir el nombre de su amigo y el de la chica que lo acompañaba, abriéndose sus ojos de par en par tan pronto como leyó la pancarta que las animadoras habían extendido en el último movimiento. 

"¿Te gustaría ir al baile conmigo?"  


¿¡Misa estaba invitando a Elle como acompañante!?, era más de lo que podía soportar, el aire comenzó a faltarle ya fuese por la impresión o por lo abarrotado que se encontraba el lugar, por lo que girando con premura sobre sus talones decidió salir de ahí, no interesado en ver la reacción de Elle y menos en saber su respuesta, pero aún desde afuera pudo escuchar el bullicio animado de todos, dándose una idea de lo que estaba sucediendo, acelerando los pasos para alejarse cuanto antes al descubrirse molesto, no sabiendo como controlar la inquietud que le embargada el pecho, frustrado porque comprendía exactamente el motivo, sin embargo no estaba bien, no le gustaba sentirse así... no debía estar celoso porque Elle era solo su amigo.

—¡Hey! —, Light se detuvo abruptamente antes de chocar con la persona que había aparecido frente a él de repente —necesitamos hablar sobre lo que pasó el otro día —. Carraspeó la garganta, hablando bajo y sin despegar la vista de un libro que tenía entre manos. Shuunsuke había visto correr a muchos emocionados hacia la cancha de fútbol, por lo que aprovechando el poco alumnado que había en el patio principal, decidió acercarse, y es que Light le ignoraba las llamadas y mensajes desde el incidente del sábado, mientras que en la escuela se pasaba todo el tiempo con ese su amigo —Espérame en la esquina de siempre y yo paso por ti luego de clases.

—No... — Intentó pasarle de largo, no estaba de ánimos, solo quería alejarse de ahí porque aún podía escuchar toda la algarabía a la distancia, pero que solo dio dos pasos antes que Shunnsuke le impidiese continuar, quien aún fingía leer mientras disimuladamente veía a su alrededor para confirmar que nadie los veía —Dijiste que serias gentil —. Espetó entre dientes, no muy seguro si realmente era el incidente el verdadero causante de su malhumor.

—¡Y lo sería, pero fue tu culpa por comenzar a patalear!

—¡Porque me dolía! —.vociferó, provocando que el otro cerrase el libro de golpe debido al sobresalto.

—¡Shhh, no alces la voz!, al menos acompáñame a los baños y lo hablamos —. Miró nervioso hacia todas partes antes de avanzar unos pasos esperando que Light lo siguiese.

—No, debo ir a entregar un libro a la biblioteca —. Suspiró angustiado cuando al entrecerrar los ojos logró divisar a Elle caminando junto a Misa, ella tomándole del brazo.

—No me quieras dejar como el malo de la historia —. Imponente, se situó de nuevo frente al muchacho al momento que éste intentó esquivarlo una vez más —Te recuerdo que yo no te forcé a nada, tú estabas de acuerdo desde un principio.

—¡Si pero no fue como yo pensé que sería!, ¡me dejaste una marca en el cuello que he debido ocultar para que mis padres no se molesten! —. Farfulló, completamente apenado.

—¡Y por eso te he estado llamando pero parece que te la pasas ocupado con ese tu amigo!, ¡sé que me equivoqué pero es que me emocioné demasiado!, ¡carajo, no sabes las ganas que tengo de estar contigo! —. Sus manos se movieron por sí solas, casi tomando con ellas el rostro de Light, pero su mente le recordó que estaban en público, volviéndose al instante —El baile será la próxima semana y no quisiera que sigamos enojados para entonces, realmente lo siento, no quiero justificarme porque sé que actué como un idiota, pero es que no sabes lo que siento cada vez que te veo —. Susurró, casi encorvándose sin dejar de pasear su mirada por todo lo que le rodeaba para asegurarse que solo Light lo escuchase, después de todo le había prometido que lo llevaría al baile, pero eso es algo que solo ellos sabían.

—Shunn... bésame —. Pidió de repente, apenas audible y con ojos suplicantes.

Y el aludido sintió unas gotas de sudor frío bajando por su musculosa espalda, abriéndose sus orbes de par en par, ¿cómo se le ocurría pedirle eso?, de hecho el más alto ya ni siquiera se sentía cómodo de seguir en esa conversación, una vez el alboroto de las animadoras finalizó, todos volvieron a lo suyo, habiendo ahora más alumnos en el patio, notando la mirada extrañada de algunos pocos.

—Acompáñame a la azotea y te hago lo que quieras...

—¡No, hazlo aquí! —. El corazón le palpitaba con fuerza y no de emoción, más bien entre decepción y miedo.

—¿¡Estás loco!?, si algún maestro nos ve estaremos castigados y lo sabes —. Intentó explicar de manera calmada, aunque las palabras habían salido atropelladas de los mismos nervios.

—Tú tampoco quieres que te vean conmigo, ¿verdad? —. Preguntó retóricamente, desvió la mirada decepcionado y luego retrocedió, alejándose de ahí cuanto antes al percatarse de lo nublada de su visión.

-_-_-_-

De repente la idea de un café helado ya no le parecía tan grandiosa, el polvo de cocoa aún estaba intacto sobre la crema chantilly pese a que ya habían pasado al menos diez minutos de que la mesera le había llevado la copa a la mesa. Creyó que sus ánimos regresarían, Misa le había dicho que luego de clases debían celebrar el que irían juntos al baile, y a él no le importó la envidia con la que lo veían algunos de sus compañeros, encantado había aceptado, cautivado por aquella sonrisa y ojos azules. Sin embargo, contrario a lo que pensó, no se la estaba pasando bien.

No era como si la plática del vestido fuera del todo aburrida, más bien era que andaba demasiadas cosas en la cabeza como para prestar la atención debida. Durante el primer receso Misa se había acercado a hablar con él al verlo extrañamente solo, claramente no podía decirle que estaba evitando a Light, mucho menos podía contarle la razón por la cual quería mantenerse alejado de su amigo, así que solamente atinó a decirle llanamente el verdadero motivo del porqué había debido mudarse a Japón, ganándose inmediatamente un abrazo por parte de su compañera de clases, el cual aceptó porque tampoco era como si le hubiese mentido, no había día que no extrañase a sus padres, y muchas veces el recuerdo de ellos lograba afectarle

El problema es que como la mayoría de cosas en su vida, las hacia sin pensar, y solo recapacitaba hasta horas después de haberlo hecho. Le había aceptado el abrazo sin rechistar a Misa, sin embargo había rechazado el de Light, a eso podíamos sumarle que se la había pasado evitándolo, intentando crear excusas convincentes para no hacerlo sentir mal, aunque ahora que lo pensaba con calma, recordaba todas las veces que lo vio agachar la mirada cada que él le pidió que lo dejase solo, y lo peor es que se daba cuenta que su actitud evasiva no solo se debía a la vergüenza de haber hecho lo que hizo con su amigo, la ausencia de sus padres le estaba pegando fuerte, el recuerdo de los ataúdes descendiendo llegaba a su mente sin intenciones de darle tregua, llenándose su pecho de agobio, no sabiendo cómo lidiar con ello porque jamás se lo había contado a alguien, se había convencido que así era mejor, ni sus amigos de Inglaterra lo sabían, pero por primera vez realmente deseaba abrazar con fuerzas a alguien y llorar todo lo que había retenido. Sin embargo ahí estaba, en una cita con una de las chicas más bonitas mientras su mente solo pensaba en el chico al que había estado ignorando todo el día, queriendo que por esta vez estuviese él presente en lugar de ella...

—Misa... — Interrumpió mientras se acomodaba sobre su butaca de madera —¿Te importaría si dejamos esto para luego?, de pronto me he sentido mal —. Llevando una mano a su estómago, fingió una mueca de dolor. 


—¿Te sientes bien? —, su puso de pie con premura, situándose al lado del muchacho, claramente preocupada —¿necesitas que te lleve?, ¿te duele algo?

"Solo ser tan imbécil" pensó con molestia.

—Solo un poco el estómago. Me ha gustado pasar la tarde contigo, sin embargo parece que algo me hizo daño —. Se puso de pie para sacar su billetera cuando luego de hacerle una seña a la camarera, ésta se acercó con factura en mano —Dime que esto no me hace perder cualquier oportunidad contigo.

Los ojos de Misa se abrieron de par en par al caminar al lado de su cita buscando la salida, negando agitadamente con la cabeza ya que no pudo articular alguna palabra, con su vista fija al suelo al sentir su rostro complemente caliente.

—También me gustó que pasáramos la tarde juntos —. Susurró apenas audible, dejando salir el aire por la boca, sintiendo su pecho menos comprimido al haberse atrevido a decirlo.

—Te acompañaré hasta tu casa, así que puedes terminar de contarme lo del vestido mientras llegamos —. Sonrió mientras le abría la puerta del restaurante como el caballero que intentaba ser. Y es que estaba seguro que Misa le atraía físicamente, pero no la conocía más allá de las escuetas y a veces pequeñas charlas que tenían en el colegio, por lo que desde hace días quería tener un tiempo como el que habían tenido esa tarde, sabiendo que el hecho de no haberlo disfrutado como debía no tenía nada que ver con ella, más bien era por ese detalle que no lo dejaba estar tranquilo, el cual debía arreglar pronto.

—No debes preocuparte, mi papá trabaja cerca de aquí, le mandare un mensaje para que venga por mí —. Sacó su teléfono celular de la falda de su uniforme, pero Elle arrugó la nariz, no estando muy de acuerdo.

—Lo correcto sería que yo te lleve hasta tu casa.

—Elle, en serio quédate tranquilo. Pronto atardecerá, si me llevas a mi casa, es muy probable que ya el sol se haya ocultado para cuando regreses a la tuya, no digo que esta ciudad sea peligrosa, pero puede que tu abuelo se preocupe si llegas muy tarde —. Elle estaba a punto de refutar, pero Misa lo tomó por ambos hombros antes de colocarse de puntillas, alcanzando con sus labios la mejilla de su compañero, dejándolo inerte —¿Almorzamos juntos mañana en la escuela?

El muchacho solo atinó a asentir despacio, sonsacándole una sonrisa nerviosa a la chica debido a su anonadada expresión, a quien segundos después vio alejarse, Elle alzó y agitó tontamente una mano a manera de despedida, mientras con los dedos de la otra se rozaba la mejilla, sintiendo un extraño cosquilleo en donde un poco antes habían estado los labios de ella. 

-_-_-_-

No eran ni las 19h00 y ya estaba encerrado en su habitación, su madre se había mostrado preocupada cuando le dijo que no quería comer, pero gracias a la intervención de su padre lo habían dejado subir sin cenar. Y ahora ahí estaba, hecho un ovillo en la cama mientras aferraba contra su pecho al Señor fluffy, jugando de manera distraída con una de las afelpadas orejas mientras su vista seguía fija en la ventana, aunque no era como si realmente prestaba atención al paisaje que ésta le brindaba, tanto así que fue brusca la manera en la que se sentó al momento que su celular comenzó a vibrar sobre su mesita de noche. Sin embargo no contestó con la misma rapidez, se mordió el labio nervioso al leer el nombre que le mostraba el identificador de llamadas, dejándolo sonar hasta que su celular emitió el leve pitido que hacía cada que una llamada era desviada al buzón de voz, escucharía luego el mensaje si es que acaso le dejaban uno. Pero contrario a lo que pensó, su teléfono comenzó a vibrar de nuevo, atendiéndolo luego de pensarlo unos segundos.

—¿Light-kun? —. El aludido se quedó callado, sin embargo no despegó el teléfono de su oreja —No te culpo si estás molesto, sé que todo el día actué como un idiota... otra vez —, suspiró con pesadez mientras daba vueltas por su habitación nervioso, el silencio lograba inquietarlo, sin embargo agradecía que al menos el castaño estuviese del otro lado, su respiración pausada se lo hacía saber —¿sabes?, siempre suelo actuar primero y pensar después, aunque eso no quiere decir que esté bien... ¡ya sé!, pídeme lo que quieras, lo haré sin rechistar si con eso logro que me perdones —. No había sido su mejor idea, quizá practicar antes de llamar hubiese sido bueno, pero es que deseaba resolverlo pronto, siendo esto un déjà vu porque de nuevo no quería que Light se fuese a la cama creyendo que era un pendejo, aunque la verdad si lo era, razón suficiente para que esta vez no tuviese el valor suficiente como para ir hasta su casa y hablarlo frente a frente.

—¿Qué te desagrada de mí? —. Masculló unos segundos después, apenas abriendo los labios por lo que un desconcertado Lawliet creyó haber escuchado mal.

—¿Qué...?

—¡Si!, es decir, ¿qué cambiarías de mí?, ¿cómo se supone que debo ser?, ¿que está mal conmigo...? —. Se detuvo al momento que la presión en su garganta no le permitió continuar, abrazando con más fuerzas el oso que aún tenía entre brazos, y esta vez Lawliet agradeció el silencio, porque le había calado la desesperación combinada con agobio presente en la voz de su amigo.

—Lo estas mal entendiendo, tú no hiciste nada, fui yo el que se desquitó contigo su mala actitud...

—¡Pero no eres el único! —. Interrumpió, alterado —Yo no parezco agradarle a nadie, no encajo en ningún sitio, no es como si tú debieses ser la excepción.

—¿Qué...? —. Jadeó, más confundido que antes —¿Quién habla de los demás?, ¡me importa un carajo lo que esa bola de retrasados piense!, ¿¡es que acaso insinúas que te hablo por lástima!?, ¿¡me crees tan hipócrita!? —. Espetó, inevitablemente molesto aunque no era eso la idea que tenía en mente cuando decidió hacer la llamada.

—¡No!, tú eres alguien... demasiado genial —. Se removió nervioso sobre el colchón, aún afectado de haber escuchado a Elle tan exasperado —. Pero no te culparía si ya no quieres hablarme, es decir, si la mayoría no lo hace es porque el problema soy yo.

Shit, Light! —. Bufó pasándose una mano de manera brusca sobre el cabello, haciéndolo para atrás —¿¡Podrías dejar de justificar todo!?, ¡deja de creer que todo es tu culpa!, ¡mándame a la mierda luego de haber sido un imbécil contigo hoy!, ¡¡no tengas miedo de enojarte con los demás cuando éstos hacen algo que no te gusta!!

—Pero yo no quiero enojarme contigo —. Masculló, pegando sus piernas lo más que podía a su pecho mientras seguía sentado en la cama con teléfono en mano.

Y aunque la voz de Light había sido apenas audible, logró calar al pelinegro, quien dando un leve respingo relajó sus facciones, negando lento con la cabeza ante la respuesta de su amigo.

—Yo tampoco quiero que estés enojado conmigo —. Suspiró vencido, lanzándose de espaldas a su cama —Pero tampoco quiero que te dejes pisotear por los demás, que se vayan a la verga.

—Quizá me tienen envidia porque te pasas todo el tiempo conmigo y no con ellos —. Sonrió, notando Elle el cambio en su voz, sonando como el Light que conocía.

—Nah, en todo caso deberían envidiarme a mí porque soy el único que tiene el placer de ser tu amigo —. Dio un vistazo rápidamente a la laptop que tenía sobre su mesita de noche, riendo quedamente al imaginarse la cara asqueada o de sorpresa que habrían puesto sus tres amigos de haberlo escuchado.

—No creo que eso sea algo muy envidiable, pero...

—Light-kun... — Interrumpió —Creo que no te das cuenta del valor que tienes, si a ellos no les interesa hablarte, pues que se vayan a la verga, ellos se lo pierden... siempre he sido de los que no le importa lo que piensen los demás, por lo que la opinión de todos me la puedo pasar por el culo.

—¿Y siempre tienes que decir tantas groserías? —. Elle rió suave desde el otro lado por haber sido interrumpido cuando más inspirado estaba.

—Créeme, no son tantas, ¡y déjame terminar que me ha sido difícil ordenar mis ideas! —. Advirtió antes de continuar —El punto es que... aunque no me importe lo que los demás digan, si me importa lo que tú pienses de mí, no quisiera que creas que soy un idiota, aunque si lo soy, sé que no es la primera vez que te lo digo pero si quisiera que fuera la última, porque aunque nuestra amistad no empezó hace años atrás, me importas demasiado.

Light sintió su rostro caliente junto a su corazón agitado, no logrando articular palabra, de pronto la comisura de sus labios se elevaron por sí solas, esbozando esa tonta sonrisa nerviosa que no podía deshacer.

—Tú también me importas demasiado —. Murmuró con un hilo de voz, sintiendo que todo el oxígeno en la habitación le era insuficiente en estos momentos.

—Yo lo sé, me lo has demostrado cada día desde que te conozco —. Sonrió, ignorante de lo que sus palabras previas habían causado en el otro —Siento mucho no haberte dicho lo de mis padres, no es que sea algo que deba contar a todos, sin embargo no debí decirte que ellos habían decidido mandarme una temporada con mi abuelo el día que me lo preguntaste, siempre he sentido que contigo es tan fácil decir lo que siento que no sé porque ese día te mentí en lugar de decirte la verdad.

—No... no debes disculparte por eso —. Susurró, dejando su emoción previa y mordiéndose los labios porque él no podía imaginarse vivir sin sus padres —Sé que has de extrañarlos mucho —. Fue lo único que atinó a decir, no quería decir "lo siento" de nuevo, no quería seguir tocando el tema si eso afectaba a su amigo.

—Si, los extraño demasiado —. Cerró sus ojos y luego colocó su antebrazo sobre su frente, quedándose ambos en silencio por un momento —¿Sabes?, mi madre siempre me abrazaba antes de dormir, aún si regresaba muy tarde del trabajo, entraba a mi habitación despacio para no despertarme, pero yo podía sentirla, su aroma, sus brazos, su beso en mi frente... — pausó para recuperar el aliento, sintiendo su garganta tortuosamente cerrada —, voy a sonar como un chiquillo al decir que extraño el abrazo que recibía antes de dormir, pero es que desde que llegué aquí ya nadie entra a mi habitación para decirme que pase una linda noche, y está bien, no es como si mi abuelo y yo seamos tan unidos.

—Yo... no sé qué decir... — Se sintió avergonzado de no haber encontrado las palabras idóneas, sobretodo cuando la voz de Elle se había escuchado tan débil.

—No es necesario que digas algo —. Sonrió sin muchos ánimos, pero sonrisa al final de no creer posible que fuese el mismo Light parlanchín el que había dicho la última oración, aunque no podía culparlo, y era sincero al decir que no esperaba palabras de su parte, le bastaba con saber que estaba ahí —¿Es mi celular o el tuyo? —. Cuestionó confundido al momento que escuchó algo parecido al sonido de una alerta, creyendo que era su teléfono que se estaba descargando.

—Solo es un mensaje que me ha entrado.

—¿Es de tu novio? —. Preguntó con rapidez, y no hizo falta respuesta, el silencio de Light contestaba por sí solo.

—Quiere que nos veamos, pero ya casi van a ser las ocho de la noche, de todas formas no puedo salir —. Explicó, no intentando ocultar que efectivamente era un mensaje de Shunnsuke, porque de igual forma Elle había adivinado, y hasta el momento era el único que lo sabía.

—Quizá si llega y habla con tus padres ellos te den permiso —. Sugirió mordaz, no pudiendo evitar morderse el labio inferior con un poco de molestia.

—¿Qué...?, ¿cómo crees?, solo le diré que aunque quisiera, no puedo salir a esta hora —. La voz levemente más emocionada de Light fastidió al pelinegro, y es que simple y sencillamente ese tipo le desagradaba tanto que no entendía que era lo que su amigo le veía.

—¡Clarooo!, olvidaba que tú solo eres su novio a escondidas —. Afirmó, recordaba claramente lo que había visto y escuchado en la azotea —Algo así como una amante, a quien besas y tocas mientras nadie mira, pero a quien niegas cuando alguien pregunta —. No, no le gustaba que ese tipo apareciese y se llevase toda la atención de Light, porque estaba seguro que era justo eso lo que había pasado el sábado que recibió el mensaje por parte de su amigo pidiéndole que fueran a patinar otro día.

—No entiendo porqué te enojas, ni siquiera lo conoces —. Las palabras de su amigo habían calado, pero intentó mantener la calma.

—¡No me importa si tú le crees todo lo que te dice, es más, tampoco me importa si te quedas con él hablando mientras yo me voy a dormir, ya que no se pueden ver ahora porque no puedes salir, quizá y arman algún plan para otro día, ahhh pero eso sí, a un lugar donde nadie los vea, como un motel o un bosque, porque ni creas que se va a ir a caminar a la plaza contigo mientras te sostiene la mano!

Light se llevó una mano a la boca, completamente impresionado, pero a la vez afectado, apagando rápidamente su teléfono para no contestarle a ninguno de los dos, acostándose y ocultándose bajo las cobijas luego, cerrando los ojos con fuerzas. Elle por su parte lanzó el celular hasta la otra esquina de la cama una vez la llamada fue desconectada, pero que había alcanzado a escuchar algo parecido a un gimoteo, provocando que patalease con furia sobre el colchón porque no era así como se suponía que debía terminar esa llamada, no entendiendo porqué ese tipo tuvo que aparecer justo cuando la conversación iba tan bien, como tampoco entendía porqué le molestaba tanto recordar cómo Light parecía emocionarse cuando en alguna ocasión pasada le había hablado del capitán del equipo y de todo lo perfecto que ese tipo era, y es que aunque para Elle no era más que un idiota, no podía evitar sentirse opacado por ese chico alto y rubio, quien muchas veces parecía robarle toda la atención de Light cada que salía a flote su nombre sin necesidad que estuviese presente... pero no podía estar celoso de Shuunsuke, ¿o sí?


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