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Sin miedo a quererte. por Girlyfairly

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Tic, tac... el reloj avanza. A Mello comienzan a sudarle las manos y el sudor en su frente se acumula. Near está frente a él, sus rostros están tan cerca que le es fácil percibir el aroma y apreciar las facciones del otro; como esos inexpresivos pero hermosos ojos, la penetrante fragancia varonil o, mejor aún, esa pequeña boca de labios rojizos que están a escasos centímetros de los suyos, a punto de cumplir una apuesta. Es el momento que siempre ha esperado, aún así los nervios lo traicionan, está congelado, incapaz de acortar la poca distancia que los separa.


—Espera...— pide con voz apenas audible.


Saca un spray bucal para el mal aliento de uno de los bolsillos de su pantalón, pero las manos le tiemblan tanto que le es imposible hacer uso del pequeño bote.


— ¿Problemas de Parkinson, Mello?— Pregunta Elle divertido a la vez que lleva otro puñado de palomitas hasta su boca, como lo harías cuando estás viendo la película más entretenida.


Mello se tensa sobre el colchón, por un momento había olvidado que Elle los observa a través de la cámara como parte de las condiciones impuestas por Near para llevar la apuesta a cabo.


— ¿Por qué mejor no vas a escuchar a la cotorra de tu novio?— Reclama en dirección a la laptop abierta que está sobre la mesita de noche.


—Ya lo hice— le contesta y con una sonrisa añade—. Toda la noche.


—Comienzo a aburrirme...— interrumpe Near mientras enreda un mechón de su blanquecino cabello en su dedo índice — ¿Vamos a hacerlo o no?


—¡S-Sí! Es solo que...


Mello se vuelve hacia él, nervioso e intentando formular una excusa, pero antes de que alguna otra palabra salga de su boca, las pequeñas manos de Near lo sujetan por el cuello de la camisa y lo jalan hacia sí, uniendo sus labios de forma dominante.


Los ojos color zafiro de Mello se abren de par en par por ínfimos segundos, el momento que siempre ha deseado está sucediendo, los labios de Near están sobre los suyos, tan suaves y delicados, perfectos al igual que su amado. Cierra los ojos e intenta recrear los mismos movimientos que ha practicado con su almohada las últimas dos noches, desde que se convirtió en el ganador de la apuesta luego de que su amigo al fin había aceptado que batea para el otro lado.


Elle arruga la nariz y el puñado de palomitas con destino a su boca queda a medio camino. La sensación de ser un mal tercio lo invade, pero tampoco puede apartar la mirada por completo. Dos cosas quedan claras con este acto de homosexualidad: Near -para suerte de Mello- no tiene la boca tan pequeña, y que la copia barata de Madonna no tiene ni la mitad de la experiencia que alardea.


¿En qué momento aceptó ser testigo de un beso entre esos dos subnormales? Claro, seguramente eran los efectos secundarios de estar dos días encerrado. El viejecito amable y sonriente que decía ser su abuelo realmente se había molestado por el tema de la suspensión y le prohibió salir, y como si estar castigado no fuese lo suficientemente malo, vive con la idea de que tiene un novio al que no ha podido ver por la misma razón. No hay nada más deprimente que estar viendo a ese par de homosexuales cumplir con una apuesta porque ÉL salió del closet mientras que él ni siquiera ha dado su primer beso oficial al chico que lo hizo desviarse del camino.


¿Cómo terminó siendo novio de un hombre cuando toda su adolescencia se había proclamado como un macho alfa heterosexual? La respuesta no la sabe, pero ha decidido no cuestionar lo que es obvio, porque las veces que lo ha hecho solo ha terminado cometiendo error tras error.


—¿Y ustedes no piensan respirar?— Interrumpe —.Pensé que la apuesta era solo un beso de un minuto y medio.


Pensar en su novio le hizo desviar la mirada hacia la hora mostrada en la parte inferior derecha de la pantalla, notando que no falta mucho para que Light llegue a casa. Una vez que eso suceda, esos dos pueden olvidar que lo conocen porque, al igual que el día anterior, piensa pasarse la tarde hablando, o mejor dicho, escuchando hablar al castaño de todo lo que hizo en clases.


Near, aún sujetando los laterales del rostro de Mello, ignora a Elle y continúa con el beso al menos por medio minuto más, hasta que de manera lenta se detiene y separa sus labios pero sus narices aún se rozan. El cálido aliento de ambos se une, respiran agitados sin apartar la mirada. Está de más decir que el rostro de Mello se asemeja al de un tomate, y Near, aunque mantiene su apacible semblante, también deja ver un suave sonrojo que le cubre las pálidas mejillas.


— ¿Aprendiste?— Dice Near luego de ladear el rostro y fijar la mirada en la cámara de la computadora portátil.


— ¿De qué hablas?— Pregunta Elle ceñudo, notablemente confundido.


— ¿Cómo que de qué? De cómo debes besar a tu hombre, de eso hablo—. Le dice con esa mirada fría que todos le conocen mientras juega con un mechón de su cabello.


Y aunque mantiene esa expresión de indiferencia, sus palabras causan que Mello vibre sobre el colchón a la vez que se muerde los labios, ¿escuchó mal o realmente Near se refirió a él como "su hombre"? ¿Será que San Antonio ya le está haciendo el milagrito? Y esto que solo lo ha tenido tres meses de cabeza. Si sigue así no necesitará robar los calzones usados de Near para el amarre que tiene planeado... aunque, tampoco desecha del todo la idea de guardar con mucho cariño una prenda íntima de su hombre.


Elle, por su parte, se queda callado por varios segundos. Siente las mejillas calientes y ni siquiera sabe porqué está tan nervioso. El comentario no debería sorprenderle, sobre todo a él que solía ofrecer sus largas manos como medidor para los pechos de sus compañeras, pero por alguna razón le incomoda por tratarse de Light.


—Y-Yo no necesito que tú m-me enseñes— inevitablemente titubea aunque intenta mostrarse serio.


Near ríe, lo hace tan pocas veces que ni su cuerpo sabe cómo reaccionar y usualmente termina formando una mueca que asustaría a cualquiera. En la posición que se encuentra, sentado a la orilla de la cama y con una pierna flexionada sobre el colchón para quedar de lado a la laptop pero frente a Mello, toma ambos muslos de éste último y lo jala hacia sí, haciéndolo caer de espaldas sobre el colchón mientras él se posiciona entre sus piernas.


— ¿Seguro?— Pregunta con una sonrisa traviesa al mismo tiempo que lleva sus manos hasta las caderas de Mello, las cuales han quedado al descubierto debido al movimiento—. Porque te recuerdo que tu experiencia con otro hombre es nula.


Near mueve las caderas simulando una estocada y Mello se tensa, intenta revolverse pero tan sola una mirada por parte del más bajito es suficiente para que se quede quieto, como si esos ojos grisáceos tuvieran algún efecto hipnótico en él.


—Tranquilo...— le susurra a Mello muy cerca del rostro luego de haberse inclinado hacia adelante—. Solo es para ayudar a tu amigo Light, ¿está bien?


—Mello te dirá que sí aunque le digas que es para evitar que un pez se ahogue— reprocha Elle cruzando los brazos sobre su pecho. Debería terminar la vídeo llamada, pero algo en las palabras de Near no se lo permite, tiene razón en que nunca ha estado con otro hombre pero tampoco quiere quedar como un pervertido al aceptar consejos de ese par—. Además, que ahora sea novio de Light no significa que pase pensando en... eso.


—Sexo— corrige Near. Por alguna razón Elle se sonroja, no tanto como Mello, pero lo hace — ¡Ay, por favor! Somos adolescentes, nuestras vergas tienen mente propia, en algún momento tendrán que coger— farfulla indignado pero no obtiene respuesta, así que haciendo uso de esa carita de niño bueno que la vida le dio, infla los mofletes y hace un puchero a la vez que se cruza de brazos — ¡Mello! ¡Elle no me deja que lo ayude!


—Le diré a Light que aún no lavas el pijama donde te corriste y que él piensa que es pipí— dice Mello con el rostro de lado sobre el colchón, saliendo a la defensa de su amado, quien arruga la nariz asqueado por lo que acaba de escuchar.


— ¡¡Te lo conté en confianza!!— Vocifera el pelinegro con los ojos completamente abiertos — ¡¡Y te dije que era porque se me había olvidado!!


—Que asco, Elle, ¿es lo que usas para masturbarte por las noches? Al menos yo lo hago con cosas normales, como Mello usando falda mientras me baila sobre el pupitre o...


— ¡¡Oye!!— Interrumpe Mello a manera de reclamo mientras levanta la parte superior del torso usando los codos de apoyo. Sin embargo parpadea al repasar las palabras del otro, y la quejosa expresión cambia a una llena de ilusión — ¿En serio piensas en mí antes de dormir?


—Claro, bebé. No sabes las veces que me la he jalado en tu nombre.


— ¡¡Suficiente!!— Dice Elle alterado al ver que esos dos estaban a punto de besarse nuevamente, y honestamente es algo que no quiere volver a ver.


Near se encoge de hombros y se yergue antes de tomar una vez más los muslos de Mello y acomodar la espalda baja de éste sobre sus piernas.


—Está bien, no más distracciones. Lo primero que tienes que tener en cuenta es...


— ¡No, no me refiero a eso!— Interrumpe cubriéndose los oídos y cerrando los ojos. No quiere repetir la conversación del día anterior, donde Matt y Near se la pasaron dándole consejos sobre en qué posiciones poner a Light y qué tipo de lubricante utilizar, de hecho ahora comprende el porqué Matt "olvidó" uno la vez que lo visitaron en Japón.


Abre los ojos al no escuchar nada de esos dos y forma una mueca de asco al ver que ya se están besando de nuevo. Seguramente Mello le ha hecho algún tipo de embrujo a Near porque últimamente lo ha visto más... ¿cariñoso? Sí y no, el enano sigue siendo un hijo de puta pero lo ha visto más encimoso, y para alguien como Near eso es demostrar cariño. Se alegra por ellos pero no quiere verlos coger, que asco, imaginarse el culo albino y pequeño de Near hace que se le encoja la verga... "Nada como el culo de Light" piensa con una sonrisa, la cual se borra al percatarse de lo que acaba de pensar. Alarmado se acomoda sobre el asiento y está a punto de detener a aquel par cuando algo lo interrumpe a él.


— ¿Alguien está tocando mi ventana?— Murmura confundido más para él mismo con la vista fija en la ventana frente a él.


Near se yergue y Mello también se endereza un poco al no pasar desapercibido el comentario del otro.


— ¡¡Es Light!!— Dice Mello sonriente mientras se aleja del otro y termina de sentarse sobre el colchón. Near también se acomoda pero no puede evitar soltar un leve bufido por la indiscreción del rubio.


—Se supone que era una sorpresa— le reclama a la vez que le suelta un pequeño manotazo en el hombro.


Elle los escucha iniciar una pequeña discusión pero los ignora, el saber que se trata de Light lo hace ponerse de pie como un resorte, pero antes de poder dar siquiera un paso en dirección a la ventana Near lo interrumpe:


—Recuerda usar los dedos y mucho lubricante— le dice con una sonrisa, la cual se borra al momento que Elle termina la vídeo llamada abruptamente sin despedirse — ¡Ay pero que amargado!— Se pone en pie para cerrar la laptop, pero nota algo diferente en el ambiente, y descubre el motivo al girar el rostro en dirección a Mello, lo ve molesto y de brazos cruzados.


—Pareces saber mucho sobre sexo— está celoso y no pretende disimularlo.


—Puedo enseñarte si quieres— dice y se encoge de hombros. Sabe que uno de sus pequeños dedos ha tenido más vida sexual que todo el cuerpo del rubio.


—Te-Tenemos que ir a-a la es-escuela— titubea nervioso a la vez que se pone en pie.


Sin embargo Near se sitúa frente a él y le cierra el paso. "¿Por qué mejor no nos quedamos en la cama?" susurra con picardía a la vez que le sujeta las caderas y le recuerda que no han dormido nada en toda la noche por culpa de Elle.


Mello siente su espalda de nuevo chocar contra el colchón, pero en esta ocasión el cuerpo de Near está sobre el suyo. Su corazón palpita demasiado rápido como para pensar con nitidez; por una parte desea dejarse llevar y reclamar nuevamente esos pequeños y suaves labios, pero por otra parte está nervioso, sería su primera vez y no sabe qué diablos hacer ¿Y si duele mucho? ¿Y si no le gusta? En las películas pornográficas no se ve tan difícil.


Near, en cambio, al poseer más experiencia no se anda con vacilaciones absurdas, así que acorta la distancia y lo besa, aunque esta vez con mayor demanda, haciéndole saber en cada mordida que de esa habitación no saldrá hasta que su culito virgen palpite satisfecho, está demasiado caliente como para dejar pasar la oportunidad.


— ¿Crees que pase algo malo?— Jadea Mello mientras siente los pequeños labios del otro descender por su cuello. No quiere arruinar el momento pero no puede evitar recordar el desastre que es Light para seguir instrucciones y teme por la seguridad de Elle como sucedió con los cupcakes.


—No creo... — le susurra al oído al mismo tiempo que comienza a deshacerse de la camisa de ambos. Sin embargo, al repasar la situación se endereza extrañado y añade — ¿Con qué iba a tocar una ventana que queda en el segundo piso de una casa?


—Con piedras— contesta con cierto temor y nota que Near también se tensa.


Luego de eso consumar el acto les es imposible, se acuestan uno al lado del otro pero no duermen pese a haber pasado la noche en vela. "No creo que debamos preocuparnos" dice Near mirando al techo pero no suena muy convencido y Mello tampoco comenta nada al respecto. Solo esperan que Light no haga una tontería donde la integridad física de Elle se vea afectada.


oOo


— ¡Te juro que en las películas no ocurre esto!— Farfulla Light desesperado a la vez que se aferra a la cintura de su novio.


Están en la sala, Light al lado suyo en el sofá más largo. Lo último que Elle recuerda es que estaba en su habitación y ahora sostiene una compresa realmente fría sobre la frente porque una roca rompió el cristal.


—Está bien...— susurra cuando Light vuelve a pedirle perdón como lo ha hecho desde que recobró la consciencia.


—Yo solo quería visitarte porque pensé que estarías muy triste porque estás castigado y mi papá también me prohibió salir, pero él no está y mi mamá dijo que podía venir un rato y yo quería darte una sorpresa así como en las películas románticas que el novio llega a cantar a la ventana de su amada, pero yo no sé cantar muy bien y por eso quise llamarte la atención con piedrititas y darte la flor que compré para ti, pero siempre hago todo mal y ¡no sé dónde quedó la flor!— farfulla haciendo un puchero y cruzándose de brazos, y con un tono de voz más bajo y lleno de tristeza añade—. Todos dicen que es porque mi mami no tomó ácido fólico cuando estaba embarazada, pero yo ya le pregunté y dice que sí lo hizo, entonces no sé porque...


—Light-kun— pronuncia y sonríe al momento que aquellos enormes ojos miel buscan los suyos de manera expectante y automática.


Necesitaba detenerlo, con el tiempo ha aprendido a encariñarse de esos eternos monólogos, pero no le gusta verlo tan mortificado por un pequeño accidente.


— ¿Tengo algo en el rostro?— Pregunta tocándose los pómulos debido a la mirada fija del otro, sin embargo la única respuesta que obtiene es un par de dedos sujetándolo por la barbilla.


—Te extrañé— dice a la vez que se acerca un poco hasta que sus narices casi se rozan. Piensa que lo correcto sería hablar de lo que han hecho, no se han visto dos días, pero la cercanía es demasiada tentación para un adolescente como él.


Sabe que ya lo ha besado antes pero bajo efectos y en circunstancias bastante extrañas, será la primera vez que lo bese como novio oficial y eso lo pone nervioso hasta el punto de sentir un cosquilleo recorrer sus labios.


Con Light pasa exactamente lo mismo, la cercanía y las pláticas que ha tenido con Mello y su madre son suficientes para saber lo que se avecina y no quiere echarlo a perder. Casi le abre la frente a Elle por su tonta idea de lanzar piedras, al menos quiere que su primer beso sea perfecto.


Sus labios se rozan una, dos, tres veces por pocos segundos pero de forma ruidosa. Es hasta que Light entrelaza sus dedos detrás de la nuca del otro que el beso se profundiza. Elle cierra los ojos y se deja llevar, es su primer beso con alguien del mismo sexo pero no se siente escandalizado como solía pensarlo una semana atrás, en cambio lleva sus manos hasta la cintura del menor y sus falanges la recorren y se hunden en ella un par de veces.


En mal momento los consejos verbales y visuales de sus amigos aparecen. Disfruta de esos delgados labios pero inevitablemente en su cabeza se recrean las pláticas de los días anteriores y más precisamente lo sucedido hace unos minutos atrás con Near y Mello, pero en lugar de  imaginar a ésos dos, piensa en él y su novio como protagonistas. Y esa excitante imagen se queda estancada en su cabeza. 


Light siente como las manos que estaban en su cintura ahora le recorren la espalda y más abajo. En un principio se paraliza, pero la sensación de incomodidad desaparece al momento que su propio cuerpo comienza a responder ante las caricias, deseando más de ellas. En un acto atrevido abandona la nuca de su novio y desciende por la larga y delgada espalda con sus manos, deseando sentirlo suyo.


Elle, por su parte, más que dejarse llevar intenta controlarse. Recuerda que en Inglaterra tenía su fama de pervertido bien ganada porque le gustaba presumir el trozo de carne que tiene entre las piernas a las chicas. Le llamaba la Elleconda por el tamaño y porque el glande se asemeja a la cabeza de una serpiente al ser más ancho que el resto. Quizá es la abstinencia, la adolescencia o los consejos inadecuados de sus amigos, pero siente a su mascota palpitar entre sus piernas. Sin embargo no quiere ser el pervertido de siempre con alguien tan inocente como Light, así que regresa sus manos a la cintura del castaño e intenta mantenerlas ahí.


Sus labios se separan pero sus frentes permanecen juntas mientras sus manos enmarcan el rostro del otro. Se miran fijamente y sonríen casi embelesados, el cálido e hipnótico ambiente que los envuelve los mantiene alejados de la realidad que los rodea a tal punto de no escuchar la puerta principal abrirse. Watari anuncia su llegada desde el recibidor y mientras se quita el abrigo camina en dirección a la sala, quedándose de pie bajo el umbral al ver la cercanía entre el par de adolescentes.


—Puedo regresar a la farmacia si quieren privacidad— interrumpe el anciano a la vez que se acomoda los lentes y deja las pastillas que compró para su nieto sobre un pequeño buró.


Elle, al estar acostumbrado a que su abuelo aparezca en los momentos menos apropiados, permanece sereno sobre el sofá. Light, en cambio, se sonroja en demasía y se arrastra hasta el extremo opuesto del asiento.


— ¡Le juro que no es lo que parece! ¡Solo estaba revisando el golpe de Elle! ¡No nos estábamos besando... ni tocándonos, ni...


— ¿Seguro?— Interrumpe Watari con una sonrisa ladina mientras se acerca hasta quedar de pie frente al castaño —Mentir es malo, Light.


— ¡Bueno! ¡Sí nos besamos y y... y también nos tocamos! ¡Pero solo un poquito y Elle empezó!— confiesa al ponerse en pie, aún más alarmado y sonrojado.


Los ojos de Elle se abren de par en par y sus mejillas se colorean de un intenso carmesí luego de las palabras de su novio. Watari no se muestra sorprendido ante la acusación de Light, y aunque Elle sabe que el viejo lo considera un adolescente calenturiento y pervertido, no quiere malos entendidos, el hecho de que los demás piensen que no puede vivir sin sexo comienza a molestarle.


—Mejor vamos a mi habitación—sugiere a fin de salir de la incómoda situación. Sin embargo al intentar ponerse en pie siente la tela del pantalón tensarse a la altura de su entrepierna debido a su erección, así que sin dudarlo dos veces regresa al sofá y se cubre con un cojín.


—Elle, ¿estás bien?— Pregunta Light con notable preocupación y se acerca al muchacho, pensando que había sufrido algún mareo por el golpe que él mismo provocó.


Lawliet sonríe y le asegura un par de veces que está bien mientras él otro, ignorando sus palabras, le sujeta el rostro y le abre completamente los ojos con dos dedos para apreciar sus pupilas, suspirando luego de creer que no encontró nada malo en ellas.


—De verdad lo siento, amor... — dice cabizbajo, sintiéndose terriblemente mal al ver que en la frente de su novio se levanta un pequeño y violáceo chichón.


Sin embargo Elle, pese a que no le agrada verlo triste, no pasa por alto la cariñosa palabra que Light utilizó para referirse a él. Lo único que quisiera es tener un poco de privacidad para poder besarlo de nuevo a Watari tampoco le pasa desapercibida la reacción que aquellas palabras causan en su nieto, así que carraspea un poco la garganta y luego dice:


—Recuerda que sin sombrero no hay vaquero, Elle.


El aludido aparta la mirada avergonzado, pero Light parece no notarlo, en cambio sus ojos miel brillaron emocionados luego de la frase usada por Watari.


— ¿Usted también vio esa película?— Pregunta con una enorme sonrisa como lo haría un niño —¿Cuál fue su parte favorita? La mía es cuando todos quieren salvar a Woody y Rex sugiere que hay que utilizar la cabeza y luego grita "¡pero no mi cabeza!" Y todos corren usándolo a él como objeto para romper la rejilla ¡y ni siquiera se abre! Fue muy divertido, ¿no cree?


Watari sonríe hasta el punto de que sus ojos casi se entrecierran y sin poderlo evitar le da unas palmadas en la cabeza, como lo harías con un cachorro.


—Es muy lindo, hasta dan ganas de adoptarlo.


— ¡Vámonos, Light-kun!— Interrumpe Elle antes de que su abuelo le comience a pinchar las mejillas como si fuese un niño pequeño.


Sujeta la muñeca de su novio mientras con la otra mano mantiene un cojín sobre su entrepierna, y se dirige con él hacia el recibidor.


— ¡Pero Elle! ¡Tu abuelo aún no me dice su parte favorita!— Le reclama pero sus pies no dejan de moverse para no tropezar con los escalones.


Lawliet escucha que desde el inicio de las escaleras su abuelo le grita que llamará a la señora Yagami para decirle que su hijo no llegará a dormir, pero el muchacho lo ignora al igual que ignora las quejas del menor. Tan solo lo arrastra hasta su habitación y cierra la puerta a fin de quedar completamente solos, alejados de comentarios y situaciones incómodas.


Sin embargo, no hay nada más incómodo que recordar que aún lleva un cojín para cubrir su erección y que debe deshacerse de ella. Sin soltar a Light, lo lleva hasta la cama y lo hace sentarse sobre ella.


—Tú quédate aquí— le ordena de manera suave pero agitada. Necesita aliviar el pequeño problema de veinte centímetros que tiene entre las piernas.


Pero antes de poder alejarse, Light lo sostiene de la muñeca y lo hace devolverse.


— ¿A dónde vas?— Pregunta con timidez.


Y Elle se tensa. Por la posición en la que están, Light sentado y él de pie, el rostro del otro queda casi a la altura del cojín, y que el castaño lo vea con esa mirada inocente no ayuda mucho. Siente su miembro palpitar bajo el pantalón y la urgencia de alejarse incrementa.


—Al baño— contesta nervioso mientras intenta apartar la mano pero de nuevo se lo impiden.


Light se pone en pie y sus cuerpos quedan demasiado cerca. Ninguno dice nada, solamente se ven directo a los ojos hasta que es el menor de los dos es quien toma la iniciativa de continuar con el beso que dejaron pendiente.


Elle nota que en esta ocasión el beso de Light es más agresivo, pero sin dejar esa pizca de dulzura que lo caracteriza. Piensa que a lo mejor al saber que están solos se siente más cómodo y él intenta corresponder de la misma manera.


No es consciente de en qué momento soltó el cojín y tampoco parece recordar que lo sostenía. Sus manos ahora recorren de forma desesperada la espalda del otro y siente como unos dedos se clavan en su cintura.


Entre besos y caricias ambos se dejan llevar hasta que las pantorrillas del menor chocan contra el borde de la cama y cae sobre ella, trayendo al otro consigo.


—No... Light...— jadea alarmado sin hacer uso del honorífico que siempre utiliza para referirse al castaño.


Se pone en pie e intenta alejarse, pero al igual que antes Light lo detiene al sujetarlo de la muñeca y lo hace regresar sus pasos. Pero en esta ocasión, al no tener el cojín consigo, su pelvis queda frente al castaño, y él no poder ocultar su erección lo hace sonrojarse.


—Elle...— murmura apenas audible y tragando saliva. El aludido, completamente rojo de cara, se cubre con su mano libre, esperando que la inocencia de su novio sea a tal grado que no haya notado el bulto que se dibuja en su pantalón—. Quiero hacerlo...


Elle se tensa y piensa que son sus hormonas las que lo están haciendo escuchar cosas, ya que la voz de Light fue apenas un susurro.


Por los segundos siguientes hay silencio, Elle no sabe qué decir y Light está nervioso por lo que dijo. Sin embargo Light no se arrepiente, quizá la mayoría lo tacha de ingenuo o tonto, pero sabe de sexualidad gracias a la escuela, como también sabe —gracias a su madre— que hacer el amor es un acto en el que dos personas que se aman se unen en cuerpo y alma.


Probablemente lo ideal es esperar un poco antes de dar ese gran paso como pareja, pero también lo desea, debajo de la ropa su piel arde por sentir las manos de Elle acariciándolo y su pene, aunque no tan visible por el tamaño, también palpita endurecido bajo el pantalón.


—Quiero hacerlo— repite mientras alza la cabeza. Tiene las mejillas rojas e inevitablemente se muerde los labios, pero no le aparta la mirada, demostrándole que habla en serio.


— ¿Estás seguro, Light-kun?— Le pregunta a la vez que le sujeta la barbilla con dos dedos. Si, lo desea, pero no quiere que su novio se sienta presionado solo porque él no puede controlar a la bestia que tiene entre las piernas.


—Sí— contesta sin titubear porque no hay nada que pensar. Quiere que Elle sea su primero y único.


Y su respuesta es sellada con un beso que los devuelve a la cama donde, pese a que los nervios los invaden, recorren el cuerpo del otro a fin de grabar en sus palmas su silueta. Y entre besos, caricias y palabras dulces van dejando el miedo a un lado y olvidan lo que les rodea, solo importan ellos y su unión, la cual celebran con un profundo beso que los hace temblar a ambos. 


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