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Sin miedo a quererte. por Girlyfairly

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No deseaba abrir los ojos, quería convencerse que aún se encontraba soñando, y es que debía ser una mala broma si realmente lo que sentía en su entrepierna era una erección mañanera, ¿y más incómodo que eso? Es que algo más la estaba presionando. Sin embargo sus ojos se abrieron de par en par sorprendido al momento que un gimoteo adormilado acompañado de un movimiento perezoso hizo más presión sobre su miembro, encontrándose con lo que él hubiese deseado que fuese irreal. Y es que no entendía como ambos habían terminado en la cursi posición de "cucharita", aunque no era como si su mente tuviese cabida para buscar una explicación, lo único que sabía es que su amiguito estaba despierto, y que el trasero de Light pegado a él no estaba haciendo las cosas más fáciles.

"¡Está vestido de oso, Elle Lawliet, por amor a lo dulce!, ¡eso caería en zoofilia!, ay pero que pendejadas digo a veces, él no es un animal después de todo, ¡el animal soy yo!, ¡es menor que yo, mierda...!, bueno... yo cumpliré dieciocho en octubre y él cumplió diecisiete, no es como si fuese mucha la diferencia...¡argh, pero esto no está bien!"

Se reprendió mentalmente, pero sin separarse, porque aún sabiendo que no estaba bien, con mucha vergüenza admitía estar disfrutando ese roce, reteniendo lo mejor que pudo un traicionero gemido al momento que Light se volvió a mover un poco perezosamente, aún con su respiración profunda, asegurándole a Elle que seguía dormido.

"¡Mierda!, ¡y tú...!, ¿¡que no se suponía que le íbamos al equipo de los pechos grandes y saltarines!?"

Jadeó suavemente, queriendo convencerse que debía huir de ahí... pero en cambio, con tanto miedo y cuidado, pasó uno de sus brazos alrededor de la cintura del muchacho, despacio para no despertarlo, pero aferrándose a ella antes de hacer un suave vaivén con la intención de continuar sintiendo la excitante sensación que le brindaba el final del trasero de Light, entre las piernas del muchacho, más exactamente su pene rozando el perineo del menor... ¿sería demasiado pervertido si se sacaba su miembro para no verse imposibilitado por la tela de su propia ropa interior...?, definitivamente esto debía ser culpa de la abstinencia, no se había masturbado desde que llegó a Japón, tanto así que no pudo evitar temblar cuando su propia mano se adentró en su bóxer para liberar su sensible y erecto pene, cuyo rojizo glande emanaba líquido preseminal de manera copiosa. 

"Agujero es agujero, aunque sea de caballero"

Las palabras que alguna vez Mello le había dicho se reprodujeron en su cabeza, sin embargo estas no estaban ayudando en nada, por lo que no pudo evitar maldecir al rubio mientras sus caderas se movían de manera lenta pero certera, creyendo que no podría retener más los gruñidos que intentaba apaciguar entre sus labios, necesitaba acabar, realmente su miembro palpitaba por eyacular...

—Elle, habló la... — Watari se quedó inerte aún sosteniendo la perilla de la puerta, viendo al muchacho sentarse alterado y avergonzado sobre el colchón luego de haber sido descubierto por su abuelo —Desconocía que eras gay— Pudo al fin decir apenas audible luego de aclarar la garganta.

—¡Y no lo soy!— Vociferó, arrastrándose por la cama nervioso con intenciones de salir de ella, pero deteniéndose cerca de la orilla al recordar que ponerse de pie sería dejar al descubierto la desnudez de su parte baja.

Sin embargo el casi grito alarmado de Elle junto a sus desesperados movimientos sobre el colchón lograron ser percibidos de manera lejana por el menor, quien se desperezó mientras bostezaba ampliamente luego de restregar sus ojos, sentándose abruptamente al notar la presencia de Quillsh en la habitación.

—¡Señor Watari!, ¡buenos días!— Farfulló apenado al ver que el reloj de la mesita de noche mostraban las 9h34. En su casa siempre le habían enseñado se debe ser el primero en levantarse cuando se es visita. 

—Tranquilo, muchacho— Sonrió amablemente al notar al chico sonrojado y desviando la vista —Yo venía a avisarte que tu madre ha llamado, quiere que llegues antes del almuerzo, le he dicho que no me causa ninguna molestia que estés aquí con mi nieto, pero ella ha insistido, así que bajen a desayunar para que Elle pueda acompañarte.

El castaño asintió, pero no se movió de su posición aún cuando el mayor cerró la puerta de la habitación.

—Ve a bañarte— Pidió apuñando más las sabanas sobre sus piernas. Pero sus palabras no parecieron inmutar al muchacho, quien se quedó inerte aún cabizbajo —¿¡Que esperas!?—  Fue imposible que no alzase un poco la voz, pero es que le urgía que Light desapareciese de su vista por un minuto al menos para poder si quiera subirse los bóxer. 

—Es que yo...—  masculló, sin atreverse a ver a su amigo.

—¿Tú qué?— Preguntó arrastrándose por la cama para acercarse al menor con intenciones de encontrar su mirada, pero sin soltar en ningún momento lo que le protegía de la cintura para abajo.

—Es que me da pena— Susurró, notándolo Elle mortificado cuando lo tomó por la quijada para alzarle el rostro. 

—Anda, tranquilo, puedes contarme lo que sea— Le acarició la espalda a manera de darle ánimos.

—Es que creo que mojé la cama— Confesó apenas audible, ojos llorosos de vergüenza, tomando las cobijas y cubriéndose con ella la parte inferior del rostro, aunque eso no ocultaba lo rojo que éste se encontraba —Siento mojado allí abajo— Murmuró al borde del llanto —¡Lo siento!

Elle no pudo evitar sonrojarse igual o más que el castaño, sabiendo que esa humedad de la que Light hablaba no era precisamente orina, y se sentía jodidamente mal de no sacar al muchacho de su error, de verlo tan mortificando y avergonzado, ¿pero como lo explicaba de todas formas?, "¡hey, tranquilo!, no te orinaste, simplemente yo me estaba masturbando con tu culo mientras dormías", ¡ni de joda decía algo como eso!, así que lo sentía mucho por la dignidad de su amigo, pero vio en esto una oportunidad para salir librado.

—Tranquilo, déjame tu pijama para lavarla y luego te la entrego— sonrió, sea como sea debía quedarse él con esa tierna pijama para deshacer la evidencia, o corría el riego que la señora Yagami lo dejase como un eunuco si descubría esas secreciones sospechosas en la ropa de su "niño"

—Pero que pena contigo... ¡y que pena con tu abuelo!

—Nadie debe enterarse— intentó calmarlo. ¡Por supuesto que nadie debía enterarse! —No hagas drama, conmigo no tengas pena— “porque el jodidamente avergonzado soy yo" pensó —tú no le dices nada a tus padres, yo no le digo nada a mi abuelo, meteré las cobijas junto a tu pijama a lavar sin que mi abuelo se percate, luego te la entrego y hacemos como si esto jamás paso.

—¿Estas seguro?— Preguntó con timidez, bajando las sabanas blancas que tenía aferradas a su rostro. 

—¡Claro!— y más le valía a Light no decir nada más, que de seguirle viendo esas mejillas rojas y ojos de cachorro le terminaría diciendo toda la verdad.

Sin embargo Elle se quedó sin aliento cuando los brazos del castaño le rodearon el cuello, atrayéndolo hacia su cuerpo antes de besarle de manera risueña la pálida mejilla.

—¡Elle, eres el mejor amigo que tengo!— Lo apretó con más fuerzas, ignorando el esfuerzo que el muchacho hacia por seguir cubriendo su parte baja —Bueno, realmente eres el único que tengo, de hecho hace años no tenía uno, pero aunque tuviese muchos amigos seguirías siendo el mejor...

—¡Está bien, está bien, solo ve a bañarte!— Farfulló interrumpiendo al muchacho antes de que se le ocurriese comenzar con alguno de sus monólogos —¿¡Que haces!? —  Preguntó alarmado al ver al castaño hincándose sobre el colchón para bajar la cremallera de su pijama enterizo.

—Desvestirme para ir a bañarme— Contestó sin pizca de picardía, despojándose de su prenda.

Y Elle se relajó al ver que debajo el muchacho traía una camiseta de centro blanca y sus bóxer del mismo color, por lo que se quedó callado esperando que Light le brindase la pijama que él luego pondría a lavar. Le indicó donde encontrar las toallas en el baño y lo vio ingresar a la puerta que estaba en una de las esquinas de su habitación antes de él dejarse ir de espaldas sobre el colchón, sintiéndose un maldito pervertido al notar que la humedad había traspasado la pijama, dejando un pequeño círculo en la ropa interior del menor, y peor era el motivo por el cual había notado esa mancha... porque de manera rápida y nada disimulada había posado sus ojos en ese trasero antes de que el castaño se encerrase en el baño. Pero al estar solo no se dio mucho tiempo para reprenderse, se subió su propia ropa interior y apuñó cobijas y pijama para llevarlas al cuarto de lavado que estaba en la planta baja, llevando su toalla a la vez consigo, tomaría una ducha en el baño que estaba al final del pasillo, no podía esperar a que Light desocupase el suyo pues aún y con toda la incomodidad del momento, su calentura no había desaparecido por completo, por lo que necesitaba con urgencias atender sus necesidades. 

-_-_-_-


—Le prometí a la señora Yagami que yo personalmente te iría a dejar hasta tu casa— Se cruzó de brazos frente a la puerta principal, rehusándose a la idea de Light por marcharse solo.

—Pero mi mamá entenderá, además no vivo tan lejos. Tu abuelo dijo durante el desayuno que necesitaba limpiar la azotea y lavar su auto, lo mejor sería que en vez de irme a dejar, te quedes y le ayudes— Sonrió, retomando la maleta que hace unos minutos había apoyado en el suelo.

—Créeme, todos los domingos lava su auto y nunca lo usa— Se mantuvo serio, pero de pronto, suspiró vencido cuando Light negó lento con la cabeza, indicándole que nada le haría cambiar de opinión —Está bien... pero si mamá Sachiko luego no me quiere será tu culpa— Advirtió mientras abría la puerta, acompañando a su amigo hasta la salida del pórtico —Me llamas tan pronto llegues— Le revolvió los cabellos y Light asintió.

—Gracias por haberme invitado— Esbozó una leve sonrisa que Elle reconoció como nerviosa, y no sabía a qué podían deberse los nervios del menor, pero si creía que eran los mismos responsables de que Light se hubiese mantenido menos parlanchín a como usualmente era.

—Eres bienvenido cuando quieras— Aseguró, provocando que la sonrisa en aquel rostro se ensanchase —Prométeme que me llamaras— Finalizó alzando el meñique antes de dejarlo marchar.

Y Light entrelazo su dedo con el de su amigo, aunque no era como si realmente hiciera falta hacer dicha promesa, lo más probable es que le hubiese llamado aún sin que se lo hubiese pedido, porque solo llevaba unos minutos de haber comenzado a alejarse de aquella casa y ya creía extrañarlo, ya quería escucharlo, pero que aún así había hecho lo posible para convencerlo de dejarlo partir solo ya que Light realmente quería tener esos minutos para poner en orden todo lo que andaba por su cabeza desde hace pocos días atrás.... y es que le gustaba estar con Elle, su presencia lograba emocionarlo, aunque últimamente también se había descubierto sintiéndose nervioso a su lado, y eso lo estaba confundiendo.


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