Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

BBC. Él, ella y yo {Johnlock} por amourtenttia

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 6.

Mycroft observa la hora mientras espera la llegada de su hermano. Las noticias han viajado sorprendentemente rápido. Mami le ha llamado hace un rato, informándole de lo ocurrido en la escuela, pronto recibió un mensaje de Sherlock avisando que iban de camino. Se da una idea de lo ocurrido demasiado rápido. Contiene un suspiro. Envía un mensaje de texto segundos antes de que el sonido del timbre le saque de su ensoñación. Mira a través de las cámaras de seguridad, Sherlock mira fijo, suspira finalmente mientras desactiva los seguros.

Recibe respuesta cuando el par entra a su despacho.

Iré más tarde, entonces.
¿Es demasiado extraño decir que te noto preocupado?
L.

Sonríe apenas. Su hermano evalúa su reacción. Pronto John no puede contenerse más tiempo y exige su atención. Necesita una explicación, Sherlock ha repetido antes que no le dará la información que quiere, Mycroft es el que debe hacerlo. Watson puede darse cuenta que se está metiendo en algo turbio cuando el mayor de los hermanos les invita a sentarse.

—Sebastian Moran. ¿Quién es? —ataca John, de inmediato.

Mycroft alza las cejas apenas lo suficiente, antes de mirar a su hermano menos.

—¿Ni siquiera le has preparado? Te creía más precavido, querido hermano.

Sherlock rueda los ojos, sin responder. Mycroft continúa.

—Estimado doctor, debe saber ya que la muerte de mi hermano fue resultado de una acción desesperada que intentaba acabar con la red criminal de James Moriarty, ¿no es así?

—John asiente— Quizá sea bueno informarle también que, así como Sherlock tuvo oportunidad de mirar al abismo a los ojos, Moriarty realizó exactamente las mismas acciones.

—¿De qué demonios estás hablando? —gruñó el rubio, sin creerlo.

—Jim Moriarty está vivo, por lo que pudimos deducir... Ha mantenido un perfil bajo, apostaría incluso que sus más cercanos le han perdido el rastro...

—Dijiste que se voló el cráneo en tus narices, ¿cómo sería eso posible? —murmuró John, hacia el moreno.

—Esa es la parte más interesante, John... Sé lo que vi... Estaba seguro de que murió. Si hubiese sido capaz de probar que fingió su muerte, no habría tenido necesidad de lanzarme—responde, con obviedad

El rubio frunce el ceño, ahoga una maldición y se dirige entonces a Mycroft.

—Sigo sin entenderlo, ¿qué cojones tiene que ver Moran con todo esto? ¿Trabaja para él?

—Es más íntimo que eso... No es para, es con...—le corrige con serenidad el mayor, y toma uno de los folios sobre la mesa, que extiende al doctor— Hasta donde sabemos, Sebastian Moran es el John Watson de nuestro criminal consultor... ¿No es graciosa la ironía? Ex militar. Alcanzó el rango de coronel... Un hombre peligroso, en verdad.

John le fulmina con la mirada, Mycroft no parece realmente incómodo por su mirada.

—Poniéndolo así, entonces... Esa niña, Elise... ¿Es hija suya? —cuestiona, sorprendido, tras unos segundos.

Sherlock asiente.

—Es lo poco que pudimos averiguar... Jim no quiere ser encontrado. El único que sigue moviéndose por el sistema es Sebastian, pero no hay ninguna prueba que pueda enviarlo a la cárcel... Probablemente sea porque es el guardián de la niña.

—Eso quiere decir que salvo por Sebastian, Moriarty no está en la posición de confiar la custodia de su hija a cualquier otra persona... —agrega Mycroft

—Con Irene fuera del mapa, ni siquiera ella podría prestarse para ello—comenta John, en voz baja.

Parece una verdadera locura. De alguna manera debió preverlo. James Moriarty es como una versión distorsionada de Sherlock, debería haber pensado que tendría esa misma capacidad de adoptar bajo su manto a un hijo. Pasa una mano por su rostro.

—¿Alguna vez nos libraremos de él? —cuestiona para nadie en particular, ninguno de los hermanos se atreve a responderle.

—Tenemos un problema ahora... Al parecer Rosie se ha hecho de su primera archienemiga...

—Tan dramático como siempre, pero acertado por primera vez en tu opinión... No puedes exponer a Rosie a ese tipo de compañías. Mañana mismo podrá iniciar en una nueva escuela, si así lo desean—dice, pero observa solo al doctor al decir esto último.

—No, eso no será necesario...—responde, más calmado.

—John...

—Ávila tiene razón... Casi llegamos a los golpes con ese tal Moran, Rosie necesita aprender a convivir con las personas que no son de su agrado. No la educamos para huir, Sherlock...

El detective guarda silencio, asiente apenas.

—Tampoco pienso que debemos enviarla directo a los lobos... Lo más prudente sería rechazar la oferta del director—continúa, su novio le mira con ojos abiertos como platos, ofendido.

—¿Estás bromeando, cierto? Rosamund ha deseado participar desde antes...

—Sherlock... ¿Eres consciente del peligro en el que la pondrías?

El consultor está por responder cuando su teléfono suena. John reconocería ese tono donde fuera. Había olvidado como se sentía esa increíble necesidad de golpear el hermoso rostro del otro.

—Tienes su maldito número registrado...—musita, cansado.

—En mi defensa, nunca antes lo había usado, o contestado algo.

—¿Contestado? Sherlock, ¿te has texteado con tu maldito enemigo?

El moreno alza los hombros, restándole importancia. Mycroft no puede más que negar, arrebatándole el teléfono al par. Esos niños continuarán discutiendo al respecto por las próximas horas, si no se equivoca.

—Holmes...—dice, tan pronto como contesta.

John y Sherlock le observan atentos, el mayor se acomoda mejor en su sitio.

—No pudiste describirlo mejor, justo de eso estábamos hablando...

Watson no puede dejar pasar aquel cambio en su habitual seriedad. ¿Desde cuándo ha comenzado a hablar con Moriarty? ¿En qué maldito momento comenzó a tratarle de tu?

Frunce el ceño con intensidad.

—El esposo de mi hermano no está muy contento con eso... Ya deberías saberlo. ¿Es así? Quizá se los haga saber...

Baja el teléfono un momento, disfrutando del poder que tiene entonces.

—Elise quiere participar, y ninguno de ellos puede oponerse a sus deseos... Trabajarán en Baker S. ¿Están de acuerdo con eso?

John boquea —demasiado sorprendido aún por ser llamado "Esposo de mi hermano" por primera vez, y Sherlock asiente, aprovechándose del momento. El doctor da un golpe al brazo del otro en respuesta, pero es demasiado tarde, Mycroft ya ha informado de la decisión.

—¿Acaso eres estúpido? ¡¿Tendremos a la hija de Moriarty en nuestra casa?! —se queja, en voz baja, mientras tira de la manga de su brazo.

—¿No eras tú quien repetía eso de los enemigos cerca? —murmuraba igual de bajo Sherlock, John quiso golpearlo de nuevo.

—¡No tan malditamente cerca! —casi grita, colérico.

—Disfruta el viaje, entonces... ¿Debemos asumir que podremos contactarte por este número? Una verdadera pena... Siempre es bueno oír de ti... Siempre que se saque algo de provecho, claro.

Watson casi siente asco. ¿Es idea suya o su cuñado está coqueteando descaradamente con alguien que no es su novio? No, no alguien... Está siendo así de... Oh, Dios... Necesita salir de ahí pronto.

—Está todo arreglado... —informa el mayor, una vez que ha colgado— No intentes contactarle, aparentemente a Moran no le gusta que estés buscándole... O que él te busque a ti—dice a Sherlock, luego mira al doctor— Relájese, doctor Watson... Esto podría resultar provechoso para todos... Ellos no quieren dar más información de la necesaria, y Rosie no necesita salir de la casa para participar en esa dichosa feria...

Sherlock le agradece a su peculiar manera, y John se rinde entonces. Nunca entenderá el actuar de ese par. Mycroft les recuerda la hora de la reservación para la cena cuando les acompaña hasta la puerta, entonces toma su teléfono de regreso a la oficina.

Espera uno, dos, tres toques.

—Lestrade...

—Me conoces demasiado bien, al punto de leer mi estado de ánimo... ¿Cómo lo haces? —cuestiona con verdadera curiosidad, escucha la risa del otro.

—Quizá sea la forma en que pones las comas. Hombre, no estoy seguro... Sencillamente lo sabía y ya—responde el otro, divertido.

Se quedan callados un segundo.

—¿Salió todo bien? Lo que sea que te puso así, me refiero...—quiere saber Greg, mientras se aparta de los oídos curiosos de sus colegas, se encierra en su despacho.

Mycroft está observando por los ventanales de su oficina al responder.

—Demasiado bien, en mi opinión... Tendré que aumentar la seguridad, solo por prevenir.

—¿Realmente crees que algo malo pueda pasar ahora? —murmura Lestrade, preocupado.

—No, por eso es que debo ser todavía más cuidadoso...—replica Holmes, luego respira hondo— ¿Has terminado por hoy? Mis padres han sido bastante claros con respecto a la hora... A mami no le ha hecho gracia que llegaras tarde la última vez...

—Estoy a punto de salir... No creí que hubiese alguien más impaciente que tú... Evidentemente no había conocido a tu madre.

Mycroft se ríe bajo.

—Evidentemente—acepta

—Te veré en un rato... —declara el inspector, y tras asegurarse que nadie puede oírlo dice— Te amo.

Holmes sonríe.

—También te amo.
.

.

.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).