Con la fuerza de voluntad que le quedaba Gaara se dirigió al salón de ciencias naturales con la profesora Anko, quien acostumbraba llevar animales exóticos todas las clases y si fuera un día normal, él estaría muy emocionado por ver qué nuevo espécimen traería pero ese día no, tan sólo se arrastró hasta ahí para ver a su rubio amigo.
Desde su recorrido en los pasillos y hasta que llegó a su clase recibió muchas miradas curiosas de diversos alumnos incluso aquellos con quienes nunca había hablado y no porque fuese popular, sino que a causa de su ausencia seguramente era el nuevo chisme en boca de todos.
Respiro hondo antes de entrar al salón y evito intencionalmente cruzar la vista con otros, sin embargo, no sería tan fácil escabullirse.
-¡Vaya! Hasta que nos honras con tu presencia Sabaku.
Suigetsu Hozuki quien le había cortado el paso, era el típico chico problema del salón y aunque no elegía un blanco en específico para molestar, le gustaba hacer leña del árbol caído y en este caso era él.
-¿Acaso te comieron la lengua? o ¿porque tan callado? –Con grandes pasos se acercó hasta rodear el cuello de Gaara con uno de sus brazos -¡Vamos, vamos Sabaku cuéntanos porque has faltado a clases! Todos queremos saber.
Aquello era verdad, todos tenían sus ojos puestos sobre ellos y parecían esperar ansiosamente su respuesta, más no les daría gusto a esa bola de chismosos. Molesto se soltó de aquel agarre y se fue a su asiento, sorprendiéndose de no ver a su amigo por ningún lado.
¿Acaso seguía en las garras de ese hombre?
Suigetsu por su parte se sentó tras de él y continuo haciendo diversos comentarios para sonsacarle información, más se detuvo abruptamente al notar una herida en el cuello del chico. Sus ojos se abrieron con gran sorpresa y su mente comenzó a maquilar los acontecimientos a partir de su reciente descubrimiento.
Contrario a su natural forma de ser, se quedó callado y compasivamente no dijo nada más al beta, se sentó correctamente y espero a que iniciara la clase.
Mientras que Gaara ya estaba considerando saltarse la clase para buscar a su amigo cuando la profesora llego y frustro sus planes, al ser su alumno favorito, resultaba evidente que no le permitiría irse y menos aún después de haber faltado dos días.
-Joven Sabaku, que bueno verle en clase.
-Muchas gracias profesora Anko.
-Espero no sigas faltando jovencito, los exámenes serán muy difíciles y estás perdiendo clases valiosas.
-No, no, descuide- trato de ser cortes aunque le estaba resultando difícil –Estudiare adecuadamente.
Satisfecha con su respuesta se dirigió a su escritorio mientras llevaba una jaula en su mano derecha y su portafolio en la izquierda, todos se sentaron y guardaron silencio, ya que si no lo hacían serían elegidos para maniobrar la criatura que trajera aquel día. El cual podría ser una serpiente, un alacrán, o talvez, algún escarabajo, etc.
Cuando la clase comenzó y tras haber tomado asistencia, la jaula de la transportadora fue abierta y un pequeño mapache fue el protagonista de aquel día, corrió por el salón de clases antes de ser premiado con algunas frutas y finalmente cuando la campana sonó para finalizar la sesión, muchos se acercaron para verlo mejor.
Todos excepto Gaara quien guardaba sus cosas rápidamente para irse pero fue llamado por una melosa voz proveniente de la puerta.
Resulto evidente que sus compañeros dejaron de prestar la atención al mapache para observar a aquel que había gritado “Gaara mi amor” tan sorpresivamente que los enmudeció. La profesora no fue la excepción y le sorprendió grandemente que fuese un Alfa, que además era súper popular en la escuela por su actitud de casanova. Se sintió un poco preocupada e iba a intervenir pero su estudiante tomo sus cosas y jalo al pelinegro con él, sin darle la oportunidad de decir algo.
Gaara camino a prisa y con la vista fija en el suelo para tratar de ocultar el sonrojo que adornaba sus mejillas, después de un rato así no se percató del momento en que Sai empezó a guiar el camino, para evitar por supuesto que chocará con otros.
-¿Por qué has venido?- sus palabras eran apenas percibidas por el Alfa.
-Quería acompañarte a tu otra clase- su habitual sonrisa adornaba su rostro mientras guiaba el camino al aula de algebra –Desde que nos encontramos esta mañana me has tenido preocupado, no te ves muy bien.
Con una creciente ira el Beta soltó bruscamente su mano del agarre del mayor y finalmente le miró con aquellos sentimientos que le habían estado torturando desde que compartieron aquel día de intimidad.
-¿No puedes considerar que es tu culpa? ¿Acaso eres tan malditamente egocéntrico que no puedes ver que me has hecho daño? –Sus ojos se volvieron acuosos pero las lágrimas se negaron a ser derramadas -¿Por qué sigues apareciendo? ¿Humillarme es tan divertido?
Gaara estaba desesperado y esperaba que aquel imbécil fuese lo suficientemente comprensivo como para irse, pero contrario a lo que deseaba, Sai le miro con mayor dulzura y camino lentamente hacia él para tomar sus manos suavemente y de está manera acercarlas hasta sus labios para depositar incontables besos de mariposa. La expresión en su rostro se había vuelto más real y sincera, como si la máscara que usaba para relacionarse con otros hubiera sido quitada.
-¿Qué piensas? ¿Hm? –Su corazón comenzó a latir violentamente al notar el sonrojo que causaba en aquel hermoso chico pelirrojo- ¿Qué decidí en dos minutos hacerte mi pareja? O talvez ¿Crees los rumores que hay sobre mí?
Al notar al Beta fruncir el ceño se dio cuenta de que había dado en el blanco, riendo de su actitud sincera Sai no pudo evitar jalarlo hacia su pecho y abrazarlo fuertemente, una vez cerca enterró su rostro en el delgado cuello para aspirar el singular aroma de su amado.
-No voy a mentirte nunca Gaara- acerco sus labios al oído del chico y dejo intencionalmente que su aliento jugara en ella –Soy el típico Alfa que disfruta probar el placer carnal con Alfas, Omegas e incluso Betas…
Su corazón que había estado latiendo salvajemente y en contra de su voluntad, se detuvo abruptamente cuando escucho aquella revelación. Sintió que comenzaba a caer dentro de en un profundo y oscuro agujero, como si estuviera a punto de colapsar en cualquier momento y su cuerpo comenzó a anticipar el gran dolor de la caída, por lo que comenzó a temblar.
La confusión que albergaba su corazón se transformó en decepción e ira, no es que esperara nada diferente de ese sujeto y en realidad le resultaban muy desconocidas las instintivas reacciones que estaba experimentando, aquellos sentimientos que él estaba seguro de no tener, se manifestaban sin que pudiera hacer nada.
¡¿Qué le estaba pasando?! ¡¿Acaso esa marca tenía algún efecto sobre él?! ¡¿Sería posible?!
Estaba tan asustado por la extraña situación que atravesaba y por tanto dejo su lucha por un momento.
-Pero hay algo más fuerte e intenso que el instinto, y ese sentimiento aparece al estar cerca de ti- con dos de sus dedos levanto la cara de su amado para poder besarle.
Sai cerró los ojos y comenzó con un suave roce de labios que robo un suspiro del Beta, pero era totalmente consciente que cada vez que estaban juntos siempre desearía más. Con gran pesar rápidamente lo soltó y se alejó lo suficiente para poder controlar su impulso de encerrarlo en su habitación.
El Alfa tenía un lado sádico que le había ahuyentado a una gran cantidad de compañeros sexuales y era el único secreto que estaba escondiendo difícilmente de Gaara, él definitivamente no, no podía dejarlo ir.
-Si te soy sincero, debes agradecerle a ese Omega que tienes por amigo el que me haya enamorado tan profundamente de ti.
Tal afirmación le tomo desprevenido y estuvo a punto de decir algo cuando fuertes exclamaciones se escucharon a su alrededor.
-¡Wao, miren eso!
-Sai tiene nueva presa y vaya no es cualquiera.
-Con razón falto dos días, debió ser demasiado intenso el sexo.
-Claro, los Betas no pueden aguantar el vigor de un Alfa.
-No que quería a ese Omega rubio, parece que ahora apunta a ligas mayores
Incómodo se removió entre los brazos de Sai e intento alejarse rápidamente, los molestos comentarios estaban atrayendo a todos los transeúntes que iban hacia sus clases. Por otra parte Sai ignoraba aquellos malintencionados murmullos pues realmente no le importaba que todos supieran de su relación con Gaara pero este parecía un poco asustado y por ello lo abrazo más fuertemente para ocultarlo de las malévolas miradas.
-¡¡¡Malditos chismosos!!! ¡¡¡Cállense!!!
Aquella voz resonó muy dentro de su corazón pues pertenecía a la persona que había estado buscando y justo había aparecido en el peor momento que fue posible.
¡¿Podría empeorar su día?!... ¡Sí!
Cuando giró su rostro para observar a su amigo la imagen ante el desmorono lo que quedaba de su alma.
-¿Acaso no lo escucharon? –secundo el hombre que lo acompañaba.
-¡¡¡Sí!!!- gritaron a coro antes de comenzar a dispersarse.
Aquella pareja era lo último que quería ver y sin esperar reacción de ninguno de los presentes se zafo del abrazo y comenzó a correr tan rápido como pudo, ignorando a su amado amigo, quien le gritó que se detuviera.
Pero ¡¿Por qué lo haría?! ¡¿Por qué querría ver esa escena un segundo más?!
Finalmente dos gotas saladas resbalaron por sus pálidas mejillas y débiles sollozos salieron de su garganta, no sabía hacia donde iba y en realidad no le importaba, tan sólo deseaba alejarse y estar solo.
*****
En otro lado Sasuke estaba reteniendo con dificultad a su pareja quien tenía toda la intención de perseguir a Gaara, y por supuesto él, no podía contener los celos que surgían ante la cercanía que había entre esos dos.
Tratando de romper la tensión en el ambiente fue el primero en hablar- Estaban tan acaramelados que me sorprende que no hayas ido tras él.
Sai lo miro con molestia– Lo dice el causante de mis problemas, tenías que aparecer en este momento.
-Pues claro, por si no lo has notado estamos en el pasillo principal –al sentir un pisotón de su chico le dirigió una ofendida mirada antes de abrazarlo –Si no querías que te interrumpieran, debiste llevarlo a un lugar más privado.
-¡Nunca! –protesto Naruto mientras continuaba luchando por soltarse –Un Alfa como este no debería acercarse a Gaara. De hecho me gustaría saber que le hiciste, se veía muy mal.
La habitual sonrisa desapareció en un instante del rostro de Sai y un aura amenazante comenzó a emanar de su cuerpo después de escuchar aquello, su mirada se tornó despiadada y observo fijamente a aquel Omega. Más no pudo hacer nada cuando su amigo se interpuso entre ambos.
-Más vale que no estés pensando hacer una estupidez –advirtió ocultando atrás de él a su pareja –Al igual que para ti, él es más importante que nuestra amistad.
Recobrando la compostura y sonriendo nuevamente se alejó de ellos –Lo has dicho bien, es más importante que nuestra amistad… y será mejor que mantengas a este estúpido lejos de Gaara, si no quieres que le pase algo.
Sin más se fue antes de que golpeara al insensible y retrasado Omega que tenía por pareja su mejor amigo.
-Suéltame ya Sasuke.
-Por favor, cálmate Naru- hablo dulcemente mientras pellizcaba las abultadas mejillas –Por favor, iremos a ver a tu amigo cuando te tranquilices.
-¡Agh! Como si fuera posible- se alejó de las débiles caricias mientras recordaba a todos esos estudiantes que estaban burlándose de su amigo y luego el intimo acercamiento en que lo vio con ese Alfa playboy –No puedo permitir que lastimen a Gaara.
-Tal vez sea mejor que lo dejes un tiempo con Sai.
-¡¿Qué?! ¿Realmente vas a escuchar a ese maldito?
-No es por eso, por favor –tomo su muñeca y lo jalo junto a él para sentarse ambos en una de las bancas cercanas –Tendré que decirte algo sino quieres arrepentirte luego.
-Decirme que.
Sasuke suspiro profundamente, no consideraba que fuera su responsabilidad revelar los sentimientos del Beta y menos cuando era a quien más le molestaba que los tuviera, pero tampoco podía soportar la idea de ver a su amado destrozado cuando se diera cuenta del error que estaba cometiendo.
*****
Incluso si cerraba los ojos la imagen de Naruto sosteniendo la mano del Uchiha permanecía frente a él y la armoniosa atmosfera que los rodeaba a ambos, le dejo en claro que arreglaron sus diferencias y por tanto finalmente comenzaron una relación.
Corrió durante algunos minutos y cuando sintió algo quebrarse en su interior se desplomo sin tener en cuenta su alrededor, una vez toco el suelo comenzó a llorar amargamente. La jardinera donde se encontraba había sido recientemente regada y a causa de ello sus ropas comenzaron a ensuciarse al igual que su rostro, el cual se manchaba cada vez que el intentaba limpiarse los ojos con sus manos llenas de lodo.
Estaba tan hundido en su pena que no escucho a la persona que se acercó a él y ni siquiera se resistió a los brazos que rodearon su cuerpo. En realidad se perdió en la cómoda sensación que le aportaba aquella persona y se acurruco antes de continuar llorando desconsoladamente a pesar de las suaves caricias que eran depositadas en su espalda.
Durante un rato permaneció en esa posición antes de quedarse dormido, al parecer el cansancio de los días que paso encerrado junto con las extremas emociones que experimento en un solo día, lo agotaron física y mentalmente hasta que finalmente no pudo aguantarlo más.
Sai por su parte lo tomo en sus brazos cuando noto que se durmió, el pequeño Beta se veía tan lamentable que su corazón parecía romperse con tan solo verlo. Aquel chico podría estar sucio tanto de su cuerpo como su ropa pero para él se veía tan lindo que no pudo evitar apretarlo con más fuerza, aunque en el proceso se manchara también.
-Te amo- susurro antes de depositar un beso y con una sonrisa perversa se lo llevó.