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Errores del Pasado por Yushurija

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Notas del capitulo:

Primero que nada, una disculpa por haber dejado colgado el fic, prometo continuarlo aquí y seguir subiendo los capítulos en wattpad. Por cierto, en la plataforma (wattpad) pueden encontrarme como: Nereidasan. O bien, buscarme por el título del fic. 

  Sin más, besos. <3 

Salió corriendo de la sala desesperado y con lágrimas. No, no eso no pudo suceder. Su padre no era así, su madre tenía un corazón piadoso, entonces ¿Por qué...? ¿Por qué fueron así? Apretó sus dientes y puños, su corazón latía con rapidez que le provocaba una sensación de sofocación. Quiso secarse las lágrimas y terminó chocando con alguien, sin embargo no se esperó para nada, ni siquiera se fijó con quién había chocado.

 

-¡Harry!- así que fue con Sirius. El pelinegro al ver a su ahijado corriendo tan rápido y con un aura deprimente, lo siguió. En el camino se topó con Remus y al decirle lo que había pasado, los dos siguieron a Harry. Terminaron llegando al Gran Comedor donde se suponía que deberían estar todos comiendo, pero en realidad, las miradas de todos los estudiantes así como profesores eran de confusión total, a diferencia de las expresiones de James y Lily Potter, ellos lo veían con sorpresa y nerviosismo- Harry...- susurró Sirius.

 

-¡¿Cómo demonios pudieron tener un corazón tan frío?!- gritó Harry- Yo...¡Yo los admiraba! ¡Maldita sea!

 

-¿Qué está pasando, amor?- preguntó Lily mientras se levantaba de la mesa y se acercaba a su hijo siendo seguida por James.

 

-¡Ustedes jugaron y lastimaron al Profesor Snape!- hasta ese punto Harry empezaba a llorar. Draco se levantó de su lugar y fue hacia Harry pasando por un lado de James.

 

-¿Qué estás diciendo, Potter?- preguntó fríamente.

 

-Malfoy- habló James y tomó por el hombro al rubio, y al momento su mano se vio retirada de manera brusca por Harry.

 

-¡No le hables! ¡Ni siquiera lo toques!- sus ojos verdes chocaron con los de James- Eres un asqueroso cerdo violador- las orbes verdes centelleaban y James se asustó por eso- ¿Qué acaso no tienes suficiente del Profesor Snape? ¿También quieres llevarte a la cama a Draco?

 

-Harry ¿Qué estás...?- James no hallaba qué decir. Lily se acercó tomando la mejilla de Harry las subió hasta que se vieran a los ojos, se notaba la desesperación y total duda en sus facciones.

 

-Cariño ¿Por qué...?- también fue apartada por el adolescente.

 

-Ustedes dos...no me toquen.

 

-Basta- dijo Albus después de ver tales escenas- Harry, James, Lily, vayamos a mi oficina para hablar de este asunto- El Director sabía lo que estaba ocurriendo, así como también que el destino de Harry y Severus no se salvaría, menos ahora que faltaba una semana para que las escuelas de Francia y Alemania arribaran en Hogwarts. Bien decían, no importa lo que hagas, no se puede cambiar el resultado final, al menos no para el futuro ya escrito.

 

20 años antes...

 

-¡No necesito la ayuda de una Sangre Sucia!- apenas terminó de gritar se dio cuenta de su error, volteó a ver a Lily que estaba sorprendida con los labios entreabiertos- Yo...no quise...- la pelirroja no lo dejó terminar y se fue rápidamente mientras los que estaban alrededor murmuraban.

 

-¡Espera, Lily!- gritó James siguiendo a Lily y tomándola de un brazo.

 

-¡Suéltame, Potter! ¡Y no te atrevas a dirigirme la palabra nuevamente! ¡Ustedes son igual de inmaduros y estúpidos!- y siguió su camino mientras James trataba de hablarle. Severus se encontraba estático ¿Qué idiotez había dicho?

 

-Bien hecho, Snape. Tu asquerosa casa debe estar orgullosa de ti- dijo con sarcasmo Sirius y se fue para alcanzar a su amigo, seguido de él Remus que iba con la cabeza baja y un Peter apenado sin saber por qué estaba avergonzado ¿Pena ajena, quizá?

 

Severus no había hallado qué decir en esa ocasión aunque después se le ocurrieron buenos argumentos para defenderse de Black, sin embargo, eso ya no tenía importancia pues había perdido su amistad con la única amiga que tenía...y fue su culpa. Pasó noches y días atormentándose de lo que sucedió que meterse en las Artes Oscuras era, como dirían los muggles, su droga y escape. Sin darse cuenta terminó sabiendo demasiado de la magia negra que magos y brujas como Bellatrix, Lucius y demás slytherins empezaron a estar con él, puede que fuera por conveniencia o no. Una noche fue a la Torre de Gryffindor, no había podido dormir bien y se le notaba por las ojeras, el cabello desordenado y la palidez enferma en su piel. Pidió ver a Lily y con amenazas de pasar la noche fuera de la entrada la pelirroja fue a su encuentro.

 

-Lily, perdóname, por favor- empezó Severus- No quise decir eso, solo que Potter...

 

-No quieras culpar a otros, Severus. Te he estado viendo, estás siendo amigo de gente como Bellatrix, personas como los hermanos Carrow ¡Son magos oscuros, Severus!

 

-Pero ellos no son como Potter y la bola de sus amigos.

 

-No, son peores. James y sus amigos hacen travesuras...¡Ellos hacen Magia Oscura!- hubo un momento de silencio donde Severus no encontraba alguna excusa, ni un argumento para defenderse- No puedo estar contigo hasta que cambies de parecer- y la pelirroja se dio media vuelta para regresar al interior de su casa.

 

-¡Espera, Lily!- y Severus no fue escuchado, la puerta de la Torre de Gryffindor fue cerrada en su cara.

 

Desde ese momento, Severus quiso alejarse de los demás integrantes de la casa de las serpientes, mejoró considerablemente en las demás materias, quiso ayudar a los de primero aunque siempre escapaban cuando lo veían, su apariencia no ayudaba mucho para socializar. Su piel estaba entre pálida y verdosa, el cabello parecía más grasoso que antes y sus ojeras se marcaban cada vez más. Al final, Severus terminó por parecer más un muerto de hambre, las serpientes al verlo así lo abandonaron; su único objetivo cumplido. Ese día estaba haciendo una poción por enésima vez en el mes, poco a poco iba mejorando pero le faltaba. Estaba solo pero no fue por mucho, pues en seguida la puerta se abrió estrepitosamente y por ella entraron Lucius, los hermanos Carrow, Regulus y las hermanas Black, así como Avery, los Lenstrange, Mulciber y Barty Crouch Jr.

 

-¡Estamos hartos, Severus!- empezó Malfoy- Tus estúpidos intentos de persona simpática nos ha dejado en ridículo con toda la escuela.

 

-Todos están diciendo que la casa del honorable Salazar es hogar de payasos muertos- siguió Mulciber con ira y refiriéndose al pobre aspecto de Snape.

 

-Quieres ser amigo de esa sangre sucia ¿No es así?- la voz de Bellatrix era baja pero cargada de veneno- Déjame te digo, Severus, ya que me parece que no te has dado cuenta- y una pequeña risa burlona atacó la silenciosa estancia- Ella es novia del famoso merodeador James Potter- Snape dejó de moverse, sin embargo, no emitió ni un solo ruido o los volteó a ver a la cara.

 

-¿Querías ser su amigo nuevamente?- Barty parecía impresionado- ¡Eso es algo estúpido! ¡No puedes deshonrar así a tu casa!

 

-Basta, Barty- la suave voz de Narcisa se hizo audible- no hace falta que lo sigan atormentando, está sufriendo y ustedes no ayudan mucho...

 

-¡No lo defiendas, Cissy!- gritó Malfoy rojo de cólera- Si lo que quieres es alejarnos entonces lo has conseguido ¡No vuelvas si quiera a mostrar su asquerosa cara!- así todos salieron dejando a un Severus inmóvil, y a decir verdad, ninguno de ellos le importaba, era Lily, la pelirroja de quien estuvo enamorado era novia de su peor enemigo, todos sus esfuerzos se vieron vanos.

 

Habían pasado cerca de dos meses en que Lily y James eran pareja, todos lo sabían y felicitaban. La pelirroja se mostraba más feliz que nunca y James no podía pedir más, los últimos partidos antes de las vacaciones las había ganado Gryffindor, obviamente por el guapo buscador y capitán. Severus, en cambio, parecía más un sombra que rara vez se le veía y solo era durante las clases, después de eso no pisó siquiera el Gran Comedor y poco se sabía de su existencia.

 

Las vacaciones de Navidad no se hicieron esperar y todos los alumnos empacaban para regresar a sus casas. De los cuatro Merodeadores, tres se irían. James despedía a su novia y amigos en la estación. Sus padres le habían comunicado que una tía por vía materna estaba enferma e irían a visitarla. Para James no había problema, sin embargo, tendría que buscar alguna diversión. Al regresar al castillo algo le llamó la atención en una de las ventanas pudo distinguir la sombra de Severus, Sonrió y se metió a lo que sería su casa en las vacaciones y, por ende, patio de juegos solo necesitaba encontrar a su juguete y sabía, el cazador, dónde y cómo entrar al territorio de su presa.


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