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Reto cada dia de la semana. Versión Puppyshipping. por MizaiTan

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Notas del capitulo:

Hello! Ya es el penultimo día!

Frase escogida: No importa cuanto lo analice, simplemente te amo, cachorro

Metodo de escogencia: Lanzar el dado por cada fraase y escoger la que tiene el numero mas alto

Ganadora: Raiza

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Esto s eubica en el universo de "Kaiba-Gumi" por favor pasar a leer para mayor entendimiento aunque en general se puede leer independiente

-Oh, Jonouchi-sama. ¿Qué trae por aquí?

El rubio señala con el pulgar a su propio guardia personal.- Me dijo que habían capturado a un ladrón que estaba en la mansión y no pude evitar sentir curiosidad.- Jonouichi dice con una sonrisa.

Mientras ambos guardias se miran entre si y acuerdan que de ser necesario ambos lo sacarían de la habitación de interrogatorios de la mansión japonesa, si era mucho para él. Incluso si debían arrastrarlo.

-Pues la verdad yo también acabo de llegar luego de recibir la llamada por el audífono equipado – Señala el aparato en su oreja, similar al de todos los guardias en traje negro.- Y no queremos perturbar a Kaiba-sama por lo que será resuelto por nuestra parte hasta que llegue.

Jonouichi asiente y hace tronar sus nudillos.- Me encantaría algo de acción. Así que si necesitan a alguien que golpee, estoy disponible.

Lo cual sonaba atractivo, en vista que el chico en sus tiempos libres alzaba numerosas pesas. Claro que sólo aceptarían la oferta si entre tres guardias sostienen al intruso para sacarle información. Nada que pueda poner en riesgo ni un rasguño en Jonouichi-sama.

Pero los tres detienen sus propios pensamientos cuando un llanto se escucha en la sala de interrogatorio. Pero no es un llanto de misericordia como los que se suelen escuchar. Es un llanto de un niño, o casi un bebé por el tipo de sonido.

Jonouichi no se demoró en abrir la puerta con fuerza. La escena lo hizo fruncir el ceño y casi romper la manija.

-¿¡Qué mierda significa esto!?

Es que no era para menos. Allí delante de tres de los mafiosos preparados para interrogatorio, estaba una pequeña niña de tres años aproximadamente con cabellos negros revueltos y un moretón en su mejilla. Tenía uno de sus pies amarrado a la silla mientras sus manos apretaban su vestido hecho jirones. Su cara estaba roja de tantas lágrimas que aun caían.

Uno de los guardias, viendo lo normal del asunto se inclinó antes su futuro Aniki, así como los otros dos.- Jonouichi-sama. No se preocupe, está tardando un poco pero descubrirem…

Fue detenido por el golpe en la mejilla que dio el rubio.

Aunque quería desahogar su ira, decidió concentrarse en la niña mientras se arrodillaba para verla de frente. Trata de quitar el amarre en el pie pero la niña se estremece de miedo al verlo. Él le sonríe, espera que pacificador.- ¿Esos hombres de negro te asustaron, princesita bonita? – Dice el arrullo a lo que la niña lo mira aunque aún con temor. Jonouchi señala su camiseta sencilla junto a sus jeans rotos y sus tenis.- Pero mira, yo soy diferente.

La niña aun solloza y mira toda la habitación para luego caer su mirada en el rubio.- ¿No ellos?

Su voz es tan tierna y llena de inocencia que hace que el rubia sonría con sinceridad esta vez.- Soy diferente. Y te protegeré, ¿Vale, princesita?

La niña asiente, esta vez permitiendo que Jonouichi desenrede su pierna. Una vez hecho no pierde el tiempo y se abalanza a Jonouichi, ocultado su rostro en la clavícula del rubio.

El guardia que recibió el golpe se pone de pie y se acerca al rubio.- Jonouchi-sama, por favor, hay que seguir el…

El guardia personal de Jonouichi se pone entre ellos, también tiene un ceño fruncido.- No tienes permitido acercarte a tan poco distancia de Jonouchi-sama.

-Ni menos a esta niña.- Gruñe Jonouichi a lo que, en agradecimiento por defenderla, la niña abraza su cuello. Jonouichi comienza a sobar su cabello revuelto.- ¿Qué tan malo fue lo que hizo para que ustedes imbéciles trataran a casi una bebé en una criminal?

Uno de los interrogadores avanza y se inclina.- Esta niña estaba revisando entre la basura para después correr dentro de la mansión y entrar por un agujero de la pared. Fue vista por uno de los muchachos en entrenamiento y nos avisó para encontrarle allí. Podría ser espía de un clan enemigo

La explicación sólo lo hizo apretar más la niña para ninguno de estos imbéciles pensaran en siquiera tocarla.

-Muéstranos dónde está ese lugar.

 

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Jonouchi no pudo evitar arrullar a la niña cuando ve lo que sólo podía pensar como un hogar improvisado. Además, ¿Cómo podría una niña de tres años ser espía? ¿Eran imbéciles o qué?

Se notaba que tomaba las sobras de la basura para poder sobrevivir.

Era triste de solo pensarlo.

Así que la primera misión de Jonouichi, buscarle comida de verdad.

Avanza hasta la cocina y quiere sentar a la niña en la barra pero está casi pegada a sí mismo, por lo que opta por dejarla en su regazo.

-¿Qué te gustaría? – Le pregunta con una sonrisa.

La niña baja la mirada y se alza de hombros.

Posiblemente refiriéndose a que no sabe su comida favorita o que aceptaría cualquier cosa. El rubio suspira.- Algo de Takoyaki estaría bien.- Le dice al chef que se inclina.

-De inmediato, Jonouichi-sama.

La niña está de lado recostada en su pecho mientras juega con los dedos del adulto, pero sin hacer ruido.- ¿Cómo te llamas? – Jonouichi se aventura en preguntar. La niña alza la cabeza para mirarlo y él le sonríe alisando su cabello, que jura que tratará de peinar después.- Vamos, ya te dije que no te lastimaré.

La niña lo mira para que luego se acumulen lágrimas en sus ojos y abrazar el gran torso, haciendo que Katsuya casi se caiga.

-…

-¿Eh?

-No tengo.- La niña susurra muy bajita, mucho más bajo de lo normal para una niña de su edad. Y Jonouichi no puede evitar abrazarla, porque sabe lo que es estar sólo en el mundo. Antes de estar con Seto sólo se enfrentó a la soledad después de huir de su casa para no ver más a su padre.

Ser acogido por el Gobierno para luego tener una nueva familia y poder finalmente ir a la escuela, es algo de lo que se siente agradecido.

Se levanta para rebotar a la niña que se agarra aún más fuerte a su cuello. Y sólo puede pensar que un hombre como Jonouichi Katsuya tiene honor, no dejará que alguien que está pasando por algo parecido a él sea dejado de lado.

 

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El takoyaki fue un éxito para la niña, aunque sólo pudo comerlo después de ver a Jonouichi hacerlo con un gesto de gran deleite que trató de imitar, y fue condenadamente tierno para todos los yakuzas alrededor.

Las maid llegan diciendo que un baño caliente ha sido preparado y se preparan para cargarla pero ella solo se aferra a Jonouichi con más fuerza.

-Vamos, querida. La hora del baño de niñas como tu es con buenas mujeres.- Dice la jefa de las maid con otras tres maid detrás.

Pero la pequeña pelinegra no tiene nada de eso.- ¡No! – Sacude su cabeza con fuerza.

Todos sudan porque una niña callejera está siendo caprichosa y mimada con el futuro Aniki.- Por favor, señorita.

La niña levanta su cara para ver al rubio con lágrimas que están por salir, y él simplemente no tiene el corazón de obligarla.

-No se preocupen, yo la bañaré.

Muchos protestan, incluso las maid dan paso al frente pero el rubio ignora todo eso y camina con la niña en brazos, que se ve aliviada, hacia el baño.

Al menos al estar dentro de la mansión hace que su guardia personal no sea una puta sombra, sino tendría que decirle que cambiara su traje negro.

Llegan al baño y Joey pone su mano en el agua y sonríe con la buena temperatura. Baja a la niña a la alfombra y se arrodilla a su nivel.

-¿Me dejaría bañarte?

No piensa obligarla, no lo merece después de todo por lo que ha pasado.

La niña aprieta su labio inferior pero asiente tímidamente. Jonouichi quita el vestido y los pequeños shorts que lleva. Realmente está muy sucia, sus pies están muy negros.

Lavarla en la ducha requiere un desafío donde el agua sucia corre varias veces y debe echar shampoo al menos cuatro veces

Al principio meterla en la tina demora un poco, más aun con ella colgada como un pequeño simio. Pero una vez que tocó el agua quedó encantada y empezó a reír con un volumen normal de risa, haciendo a Jonouichi reír con ella, a pesar que quedó casi igual de empapado con tanto chapoteo.

La niña le sonríe y jala su brazo.- ¡Aquí! – Dice emocionada.

Jonouichi iba a negarse pero no encontró razón para no hacerlo si igual ya está mojado. Se quita todo a excepción del bóxer y entra poniéndola en su regazo.

La niña ríe y eso lo hace feliz asi que pone burbujas para entretenerla además de su patito de goma.

 

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-¿Qué nombre te gustaría?

-¿Eh? – La niña se voltea para verlo.

Jonouichi detiene el cepillo un momento.- Creo que si no tienes nombre, podrías ponerte el que quieras.

-¿Oh? – Pregunta curiosa.

Jonouichi trata con otra táctica.- ¿Cómo quieres que yo te llame?

La niña sonríe.- ¡Pincesita!

Rayos, eso fue condenadamente tierno. Jonouichi carraspea para ocultar su sonrojo.- Ok, yo me llamo Katsuya, mi mamá me puso ese nombre hace muchos años.

La niña abre los ojos y se voltea para arrodillarse en el regazo del rubio y pone su pequeña mano en la mejilla.- Katu.- Sacude la cabeza.- Tuya.- La sacude otra vez.- Katu.- Hace un puchero de frustración y Jonouichi no puede evitar reírse mientras acaricia su mojado cabello.

-Si, supongo que es un poco difícil.- Le sonríe alentador.- Puedes decirme como desees.

La niña asiente aun con su mano en el mismo lugar.

-Pongámoste un nombre bonito, porque eres muy bonita.

La niña sonríe con el cumplido y suelta una pequeña risa.

Jonouichi piensa un poco, en lo que ha aprendido de ella en el trascurso del día. Y lo que viene a la cabeza es su momento más feliz.- ¿Te gusta Mizu*?

-¿Mizu? – Inclina su cabeza a un lado.

Jonouichi asiente y también agarra su mejilla.- Porque eres una bonita sirenita.

La niña sonríe y empieza saltar en el regazo ajeno.- ¡Mizu, Mizu, Mizu!

Jonouichi no puede evitar abrazarla, aunque sabe que no debe apegarse porque debe irse pronto, ya llamaron a la trabajadora social quien dice que vendrá mañana. Posiblemente la urgencia es por ser en una casa Yakuza y eso mueve influencias.

 

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Mizu está dormida cuando Seto llega junto a Roland y Jonouichi usualmente lo saludaría en la sala de estar pero le prometió a Miku que se quedaría con ella hasta que despertara así que no se mueve del lado del futón, y no hace ningún esfuerzo en mostrar su presencia porque con tantos yakuzas, guardias y trabajadores afuera y es solo cuestión de segundos.

La puerta de la habitación se desliza mostrando al Kumicho de Kaiba-Gumi

O Milisegundos. Piensa Katsuya con una sonrisa cuando Seto se arrodilla para besar su frente.- Me contaron que has tenido una interesante compañera hoy.- Le susurra para evitar despertar a la niña.

El rubio sonríe.- Es bueno tener lindas risitas para variar de tanta testosterona de este lugar.

Kaiba se sienta en el suelo y consigue jalar a Jonouichi hasta que éste se sienta en su regazo. Ambos quedan en silencio mirando a la niña acurrucada en la manta color rojo favorita de Jonouichi.

-¿Te trae recuerdos? – Jonouichi sonríe porque su novio es muy inteligente. Entrelaza sus dedos para quedar justo sobre su estómago.

-Claro que sí, tonto yakuza.- Apoya su cabeza en el hombro para poder verlo.- Por eso quiero ayudarla. A mí me salvaron hace años, es lo menos que puedo hacer, ¿Cierto?

Kaiba sonríe y lo besa y Jonouchi solo puede reírse al pensar en el sanguinario Kumicho ser un osito de peluche sólo con él.

-¿Llamaste a un trabajador social?

-Sí, viene mañana.

Ambos quedan en silencio un rato aun viendo a la niña y Jonouchi muerde su labio inferior.- ¿Crees que es lo correcto?

-¿Qué cosa?

-Dejar que se la lleven después de decirle que confiara en mi.- Aprieta las manos entrelazadas con más fuerza.- Aparte de mí no quiso estar cerca de nadie porque la lastimaron.

Kaiba suspira.- Se lo que tratas de decir, pero es lo mejor.

-Lo sé, pero…

-¿Mami?

Una pequeña vocecita los interrumpe y apenas notan que dejaron de verla por un rato, pues Mizu está sentada sobando su ojo izquierdo.

Pero, espera.

-¡¿M-M-Mami?! – Jonouichi no puede evitar sorprenderse y su quijada casi toca el piso.

-¿Qué rayos le enseñaste, cachorro? – Pregunta Kaiba con una gota cayendo por su nuca.

El rubio voltea a verlo y niega con la cabeza.- ¡N-Nada de eso! – Voltea a ver a Mizu que está arrastrándose hasta quedar sentado frente a los dos.- M-Mizu, ¿Por qué me dices m-mami? – Pregunta con una mueca.

Mizu sonríe.- Tu mami te llamó Katuya.- Hace un puchero porque aún no le sale el nombre pero casi enseguida vuelve su sonrisa.- Tu llamaste a Mizu, tu mami.

Jonouichi está mortificado y la risa justo detrás de su espalda no ayuda.- Bueno.- Dice el muy cabrón.- No se puede discutir con esa lógica.

-Eres un…- Se detiene al mirar a Mizu casi mordiendo su lengua - … tonto.

Una nueva risa y un beso en la mejilla para compensar.- Eres adorable.- Mira a la niña que tiene gacha la mirada al descubrir a una nueva persona.- Hola, señorita.- Dice Seto con un tono muy calmado.- Mi nombre es Seto, soy el dueño de este lugar.- La niña se muerde el labio inferior empezando a formarse lagrimas porque siente que será regañada por colarse en su casa.- Y también soy el novio de toda la vida de tu mamá.

Mizu levanta la cabeza con eso y Jonouchi golpea el brazo de su prometido.- ¡Eso sonó horrible!

Kaiba lo ignora en favor de la niña que abre su boca.- ¿Amor?

Kaiba asiente y besa la mejilla de su quejumbroso cachorro.- Lo amo más que a nada en el mundo, haría lo que fuera por él. Incluso ser tu papá.

Jonouichi se detiene y mira a su novio boquiabierto.- ¿S-Seto?

-¿Un papi? – Pregunta la niña con ojos abiertos y esperanzados.

-¿De verdad, amor? – Pregunta Jonouichi sin poder creerlo.

-Separar a una niña de su madre no es bueno para su crianza.- Recibe un nuevo golpe de parte de Jonouichi.- Pero además sabes que te conozco, y lo vi en tus ojos lo que sentías por ella.

-Pero no se trata solo de mí. Si las adoptamos debemos estar seguros los dos.

Kaiba se alza de hombros.- Una bebé de solo tres años pudo burlar la seguridad del clan Yakuza más peligroso de Japón por quien sabe cuántos meses de seguro tiene un buen cerebro que puedo considerar importante.

Jonouichi no lo resiste y se abalanza al hombre que ama tanto, seguido de Mizu que ríe mientras salta.

El rubio los abraza a ambos con fuerza.- Una familia ya, y ni siquiera estamos casados aun.- Besa la mejilla de Kaiba.- Gracias.

-¿Yo? – Pregunta Kaiba que se sienta mientras pone a los otros dos en su regazo, peninando el cabello de Mizu mientras ella sigue susurrando “papi” abrazando a ambos hombres con sus cortos brazos.- Eres tu quien la protegió y le trajo a nosotros.- Besa su frente.- ¿Es posible amarte más? Porque no importa cuanto lo analice, simplemente te amo, cachorro.

Jonouichi ríe aun con el sonrojo.- Tonto cursi.

Kaiba levanta a la niña que lo abraza y se deja acostar en la cama. Se hace la dormida mientras ve a sus nuevos padres reir en voz baja y darse besitos. Quieren que duerma pero es imposible por la emoción que siente, porque desde aquel día que los vio salir de un edificio de la mano, y completamente enamorados el uno del otro mientras ella estaba sentada al lado del basurero, supo que quería conocerlos. Conocer qué es el amor.

Te amo, princesita.

Su mami acababa de decirlo y la tenía casi saltando de la cama

Notas finales:

*Mizu: Agua en japonés

Este tipo de trama con niños y bebés son mi devilidad, amo escribri y leer de ella (Creo que mis lectores más fieles ya lo han notado)

Nos vemos mañana para la ultima frase

Besos!


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