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Dark Flowers por LadyDeltaPhantomhive

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No tardó mucho para que los médicos y enfermeras atendieran a Charles, haciéndole exámenes y tratando de diagnosticar su estado mental.


Erik quería simplemente cerrar la puerta y mantenerlos afuera, pero sabía que eso levantaría más sospechas. Por eso dejó que los médicos se acercaran, y esperó pacientemente hasta que salieran.


El tiempo pasó.


Charles se cansó con facilidad y Erik tuvo miedo de dejarlo dormir. ¿Y si no despertaba de nuevo? ¿Y si tuviera que volver a comenzar todo desde el principio?


Pero, afortunadamente, este no pareció ser el caso.


Charles despertó de nuevo sin dificultades, abrió los ojos y vio a las personas que se desplazaban en la habitación. Se quedó quieto, observando un nuevo mundo donde Charles no era Erik, y no importaba lo que alguien hiciera o intentara, él no pronunció ni una sola palabra en voz alta.


Erik pasó horas mirándolo, paralizado. Ver los ojos de Charles tan nítidos y brillantes después de tanto tiempo parecía extraño. Había odiado como a nada la mirada vacía que había tenido en la sede de Quimera.


Charles no hablaba, pero Erik conseguía captar algunas de sus emociones a través de su enlace. Había confusión, sorpresa. Neutralidad. Silencio.


Erik no había intentado hablar con Charles tras la conversación que, por fin, lo había traído de vuelta, porque quería darle algo de tiempo al telépata. Charles pasó ese tiempo observando su ambiente y a los médicos. No intentó establecer ningún contacto con ellos, y no respondió a sus interminables intentos de hacerlo hablar. No movió nada más allá de sus ojos, y eso a Erik no le gustaba. Pero una vez más, él alejó sus preocupaciones y se obligó a ser paciente.


Después de algún tiempo, Charles perdió la mayor parte de su interés por las enfermeras y los médicos. En su lugar, empezó a observar a Erik.


La confusión se sentía a través de su enlace. Era obvio que Charles sabía que Charles no es Erik, pero no podía entender lo que significaba exactamente. Charles miraba a Erik meticulosamente, observando cada centímetro de su rostro, cabello y ojos. Erik se sintió ridículamente consciente de sí mismo bajo la mirada penetrante, se movió en su silla varias veces. El ver a Charles mirarlo atentamente era extraño. No necesariamente incómodo, pero...extraño.


Erik decidió que ya había esperado mucho tiempo, así que con mucho cuidado, lo llamó <¿Charles?>


Charles parecía confuso y lo transmitió a través de su enlace.


Erik intentó de nuevo, esta vez en voz alta.


- Charles. Yo soy Erik. -dijo lentamente.


Charles lo miró, sus ojos azules repentinamente se vieron inquietos. Pero no le respondió.


Erik inclinó la cabeza.


- Charles, mi nombre es Erik. ¿Puedes mover tus brazos?


Confusión. Silencio.


Ahora que Erik podía mirar a Charles a los ojos, vacilaba en tocarlo. Pero sabía que sería mucho más rápido de esa forma. Entonces Erik se levantó y se acercó a Charles. Los ojos del telépata siguieron sus movimientos.


- Charles, debes aprender a usar tu cuerpo de nuevo. No somos la misma persona, ya lo entendiste. Ahora, ¿Puedes mover tus brazos?


Charles sólo lo miró fijamente. Erik suspiró y reprimió el impulso de rodar los ojos.


- De esta forma. -añadió, y levantó sus propios brazos al aire, agitándolos un poco, luego bajándolos.


Hubo un ligero tirón en su enlace. Erik esperó unos segundos en silencio. Su corazón saltó de la sorpresa cuando sus propios brazos se alzaron en el aire, pero no porque él lo quisiera. Erik los miró en el aire, con ligero horror, al sentir que se movian sin su control. Volvió a mirar a Charles con los ojos abiertos, comprendiendo lo que había sucedido cuando intentó retomar el control sin éxito. «No te desesperes. No lo asustes.»


Pero era difícil no hacerlo, cuando Erik recordaba muy bien que Charles podía, literalmente, controlar a las personas si así lo quisiera. Erik tragó en seco viendo cómo sus brazos se movian en el aire misteriosamente, viéndolos como si fueran miembros alienígenas.


- Charles, uh...moviste los brazos. Pero no los tuyos. Tú tienes tus propios brazos. -dijo Erik, tratando de relajarse. La repentina pérdida del control sobre sus brazos era una experiencia horrible. Erik no se atrevió a intentar moverlos. Apostaba a que no podría hacerlo. Charles era instintivamente mucho más fuerte.


Erik tragó en seco.


- Charles...Tus brazos están a tu lado. Puedes...¿Puedes, por favor, soltar los míos? -Charles irradiaba confusión.


- Charles no es Erik, ¿recuerdas? -Erik agregó, esperando que la declaración familiar le ayudara.- Este...Este es mi cuerpo, no el tuyo.


De repente, las manos de Erik cayeron suavemente. Erik soltó un corto suspiro de alivio. Charles lo miró atentamente. <Charles no es Erik>, lo escuchó reafirmar.


- Sí, exacto. -Erik dijo, satisfecho de oír a Charles hablar una vez más y, cuidadosamente, intentó mover su mano derecha. Para su absoluto alivio, logró hacerlo. Extendió la mano hacia el brazo de Charles que descansaba en la cama del hospital. Lo tocó levemente.- Este es tu brazo. Sé que puedes sentirlo. Sólo tienes que moverlo, ¿ok?


Charles pareció entender. Pero, nuevamente, fueron los brazos de Erik los que se dispararon al aire, y Erik sintió una ola de frustración provenir de Charles.


- <No Charles.> -Charles se dijo, supo lo que Erik quiso decirle, pero no tuvo éxito en el intento.


- <Exactamente> -dijo Erik, de nuevo tratando de no desesperarse al sentir sus brazos moviéndose por su propia cuenta. Era bastante aterrorizante para él saber que Charles podía usarlo como una marioneta, de lo perfectamente que sus mentes se habían conectado. Erik sabía, por supuesto, que haberle dado a Charles paso libre a su mente era un riesgo, pero, no dudó en hacerlo, Erik había olvidado lo absoluta y terriblemente poderoso que era Charles. Su telepatía y control mental fluían tan fácilmente, con tanta fuerza, que Erik se esforzaba por recordar que Charles nunca le haría daño. Por primera vez en su vida, estaba totalmente satisfecho con el hecho de que Charles haya elegido usar sus poderes sólo cuando era estrictamente necesario. Probablemente podría hacer que países enteros se arrodillaran ante él, si quisiera.


Pero Erik apartó esos pensamientos tan pronto como sus manos cayeron de nuevo y él, recuperó el control. Charles lo miró de nuevo y el flash de concentración pasó por su enlace.


Erik levantó la mano hacia la cama de nuevo. Dejó que sus dedos acariciaran el brazo de Charles.


- Tú puedes hacerlo. Sólo tienes que mover tu brazo. -dijo en voz baja.


Charles intentó obedecer su petición, pero no lo logró. Erik esperó un tiempo. Al menos ahora Charles no estaba controlando sus brazos. Erik tuvo una idea, pero se sintió extremadamente reticente a realizarla. Sin embargo a medida que los segundos pasaban, y Charles empezaba a irradiar más y más frustración, Erik se obligó a ignorar toda su extrañeza y sin pensarlo demasiado tomó la mano de Charles. Mordiéndose el labio inferior, la sostuvo en un agarre cuidadoso.


- Aprieta mi mano. -dijo Erik.- Así. -añadió y apretó la mano de Charles.


Los ojos de Charles bajaron hacia sus manos. Sin duda, pudiendo sentir su tacto. Esto era un movimiento más simple que el de mover el brazo entero.


- <Erik...La mano de Erik.> -Charles dijo lentamente.


- <Sí, Charles, esa es mi mano, puedes sentirla apretando la tuya. Ahora aprieta la mía.>


Los ojos de Charles volvieron a Erik y luego otra vez a sus manos unidas.- <Erik primero.> -Charles dijo de repente.


Erik lo miró con sorpresa y casi se rió de lo demandante que sonó Charles. Pero hizo lo que Charles le pidió. Éste miraba atentamente cómo los dedos de Erik se contraían y luego se relajaban. Erik consciente de la presencia de Charles en su mente, sentía cómo procesaba el movimiento.


- <Otra vez.> -dijo Charles.


Erik sonrió divertido. Hizo lo que le fue dicho. Podía sentir la concentración de Charles profundizarse, como grababa en su mente el modo en que el gesto era producido para intentar imitarlo.


- <Otra vez.> -Charles exigió. Erik se detuvo para mirarlo, habían progresado bastante. Erik no estaba seguro, pero era como si la personalidad de Charles estuviera mostrando ligeros matices de su existencia. Ese tipo de terquedad la conocía muy bien.


Erik no se dio cuenta que se había perdido en sus pensamientos, hasta que Charles lo sacó de ellos tirando de su enlace, llamando su atención. <Erik. Otra vez.>


Erik no pudo dejar de sonreír. Apretó la mano de Charles obedientemente.


Entonces los dedos de Charles se contrajeron.


Erik contuvo la respiración. Dio otro apretón experimental y esperó. Los dedos de Charles se movieron de nuevo. Los segundos pasaron y finalmente los dedos de Charles envolvieron los de Erik.


Erik tuvo que contenerse para no gritar del alivio. El agarre de Charles no disminuyo. <Eso es, Charles. Esa es tu mano y tu cuerpo>, dijo Erik.


Charles lo miró y pudo notar la alegría que sentía en sus ojos azules.- <La mano de Charles.No de Erik.>


- Exactamente. - dijo Erik, asintiendo con la cabeza, y sin poder dejar de sonreír ni un poco. Erik apoyo el peso de su cuerpo en el otro pie y respiró profundamente.- Ahora, intenta soltarla.


Charles lo hizo.


- Y ahora apriétala de nuevo.


Charles lo hizo.


Erik sólo asentía con satisfacción y aliento. Estaba a punto de decirle a Charles que eso era exactamente lo que quería decir, y que repitiera el gesto para asegurarse de que lo haya entendido. Pero para la sorpresa de Erik, Charles pareció aprender mucho más rápido. Erik saltó en su lugar cuando Charles levantó la mano lentamente de la cama hacia él.


Erik miró aquello como si fuera el milagro más grande que haya presenciado, con los ojos abiertos y, probablemente, pareciendo un idiota, cuando la mano se elevó en el aire.


Charles la acercó hasta agarrar la manga de la camisa de Erik, justo debajo del hombro.- <Erik> -Charles dijo, y su voz mental, por lo general monótona, sonó un poco triunfal.


Erik sólo asintió.


- Sí...Sí -logró murmurar. Todavía no se había recuperado de la impresión de ver el repentino control de Charles sobre su cuerpo, cuando éste levantó la otra mano de la cama también hacia su dirección. Antes de que Erik comprendiera lo que pasaba, Charles dio un apretón en su camisa y dejó que sus dedos envolvieran la tela, tirando un poco para acercarlo a él. Erik sólo pudo acompañar el movimiento, completamente aturdido. Charles inspeccionó el material, acariciándolo con sus dedos. Entonces lo soltó, pero no puso los brazos de vuelta en la cama. En vez de eso, agarró la mano de Erik, acercándola hacia sí. La sostuvo delante de su cara. Erik lo permitió, sorprendido con el fuerte y al mismo tiempo suave agarre de las manos de Charles. Charles estudió cuidadosamente la mano entre las suyas, trazando con los dedos las pequeñas líneas y la forma de sus dedos.


- <Erik. La mano de Erik> -la voz de Charles murmuró, como para asegurarse de recordarlo más tarde.


Erik sólo lo observaba. La recuperación del movimiento junto a la capacidad de comunicación de Charles era...alentadora. Erik sintió una punzada de irritación con el hecho de que esas pequeñas cosas lo hicieran auténticamente feliz. Erik apenas podía reconocerse como el hombre que había sido hace sólo unas semanas, y el pensamiento era perturbador, Erik lo alejó rápidamente. No tenía tiempo para reflexionar sobre sus propias emociones y acciones. Porque de alguna manera, era muy fácil olvidar la rabia y la amargura, generalmente tan características en él, cuando veía a Charles progresar todo el tiempo, justo delante de sus ojos. Esta habitación de hospital, de repente, se convirtió en toda la vida presente de Erik, y no le preocupaba concentrarse en nada más fuera de ella. Se sentía...bien.


Erik nunca se había sentido bien. No de esa forma tan auténtica.


Pero sus pensamientos inquietos fueron interrumpidos cuando Charles cuidadosamente movió su mano, y empezó a doblar sus dedos. Erik se sentía ridículo cuando comenzó a sentir cosquillas. Se negó a prestarle atención a eso y sólo esperó pacientemente mientras Charles giraba su mano en el aire, flexionando sus dedos y observando cómo funcionaban los músculos.


Finalmente, Charles pareció estar satisfecho. Soltó la mano y volvió a mirar a Erik con expectativa. Sus ojos estaban llenos de alegría y emoción; viéndose casi infantil. Erik reprimió una sonrisa e inclinó la cabeza. Charles pareció un poco confuso y después inclinó su cabeza también.


Erik sólo observaba. Charles había imitado su movimiento a la perfección, claramente aprendía rápido. Erik inclinó la cabeza hacia el otro lado de manera experimental, sólo para ver a Charles repetir el gesto. Ahora Erik no pudo evitar sonreír y, para su sorpresa, el rostro de Charles se contrajo. Ni una sola vez, antes, había cambiado la expresión de su cara, y Erik casi desvió la mirada. Muy lentamente, Charles levantó las comisuras de los labios en una leve sonrisa torcida. No era realmente la sonrisa de Charles, Erik pudo reconocerla como suya -ya que era claramente un intento de imitarlo- pero eso hizo parecer a Charles mucho más a él mismo que Erik no pudo evitar sonreír ampliamente. La sonrisa de Charles también se amplió.


Se quedaron así por un momento, sonriendo como dos reflejos de un espejo, mirándose el uno al otro. Charles rompió el contacto y miró hacia sus piernas. Después miró las piernas de Erik y, finalmente, a Erik expectante. La diversión brillaba en sus ojos, entonces, Erik entendió lo que Charles quería que hiciera. Ya había aprendido a usar su cuerpo nuevamente, excepto sus piernas.


Erik sintió una vil y desagradable punzada de culpa atravesarle el pecho, y su sonrisa murió en sus labios. Su apariencia se volvió sombría y Erik tuvo que apartar la mirada por un momento. Era como si le hubieran lanzado agua fría en la cara, haciéndolo temblar. Era verdaderamente notable lo doloroso que eso lo hizo sentir, como si, repentinamente, un nudo le apretara la garganta. No quería arruinar la alegría estampada en los ojos de Charles. Erik maldijo mentalmente, lo hizo sin parar, porque recordaba muy bien los sucesos en Cuba.


- <Erik. Erik primero.> -dijo Charles.


Erik se volvió a ver a Charles una vez más, su rostro era sombrío.- <Charles...Lo siento, pero...tú no puedes caminar.>


Charles irradiaba confusión. Incluso su cara se contorsionó un poco, ahora que podía controlar sus expresiones de nuevo.- <Erik. Erik puede.>


Y, como ejemplo, Erik, de repente, sintió sus piernas moverse y dar un paso adelante sin que él lo hiciera por voluntad propia. Había sido trabajo de Charles, tratando de hacerlo entender. Erik lo entendía.


- Sí, Charles, puedo caminar, pero tú no puedes. Tuviste un accidente hace unos años. -explicó en bajito, tratando de ignorar la culpa picando bajo su piel.


La sonrisa de Charles se esfumó. Él procesó la información. Una repentina ola de tristeza irradió de Charles cuando miró sus propias piernas, inmóviles bajo la manta blanca.


- <¿No...no caminar?>


Erik sacudió la cabeza, casi bruscamente.- <No...no puedes caminar.>


Charles le miró, un poco exaltado. La esperanza impresa en su rostro hizo a Erik querer huir de la habitación.- <¿Por qué? ¿Por qué Erik camina y Charles no?>


La cabeza de Erik se llenó de memorias pasadas, de cuando Banshee, Angel y los demás aún vivían felices, ignorantes de lo que pasaría en su futuro...De Charles, con su entusiasmo infinito, su extrema paciencia...Y el momento en que todo se fue al infierno en Cuba. La manera en como Erik había extraído la bala de su columna. Erik alejó esas memorias, casi con violencia, como siempre lo había hecho. En realidad nunca habían hecho las paces con lo que había ocurrido, nunca habían hablado lo que cada uno sentía acerca de todo eso. Fue mucho más fácil quedarse con la rabia y el dolor, ahogarse en el trabajo y en encontrar sentido en la venganza todos esos años después. Fue mucho más fácil sentir rabia contra Charles, culparlo por ser tan frustrantemente ingenuo. Había sido cómodo para Erik verse a sí mismo como la víctima, el mártir, y pintar todo el resto de blanco y negro.


Charles tiró de su enlace.- <¿Erik? ¿Por qué Erik camina y Charles no?> -repitió, esta vez más triste.


El nudo en la garganta de Erik se apretó más.


- Porque...Porque has perdido la capacidad de caminar desde hace mucho tiempo. Fue un accidente. Un lamentable accidente.


Charles se hundió un poco en la cama.- <¿Erik puede hacer a Charles caminar?> -intentó, esperanzado.


Erik sintió su ira aumentando, pero dirigida a sí mismo.


- No, no puedo hacerlo. Lo siento mucho.


- <¿Puede...Erik puede mover a Charles?>


Eso era algo que Erik no esperaba. Alzó una ceja y un poco de su culpa se alivió.- <Uh, ¿sí? Puedo llevarte, si lo necesitas. O bien, puedes moverte en una silla de ruedas.>


Charles frunció el ceño. Erik maldijo y supo que estaba siendo muy abstracto - la idea de una silla de ruedas parecía ser un poco complicada de entender. <Sí, puedo llevarte, si es necesario.>


Al instante, Charles sonrió de nuevo.- <Erik mueve a Charles> -dijo, como si fuera la respuesta a todo. Erik sólo asintió con la cabeza, estando de acuerdo. Él quería profundizar la conversación, pero sabía que ese no era el momento. Erik se asustó cuando vio un rápido destello de una imagen de sí mismo...¿caminando?- <Erik mueve a Charles>-Charles repitió, y luego la imagen desapareció. Erik lo miró, intrigado. Charles había intentado claramente darle un ejemplo a través de una imagen proyectada, pero las personas que aparecían en ella estaban equivocadas, ambas lucían como Erik. Entonces, Erik ató cabos, recordó que Charles aún no podía recordar su propio rostro, o el sonido de su voz.


Erik miró decididamente a su alrededor, a las paredes. Tomó un pequeño espejo colgado en la pared opuesta y lo colocó delante de Charles.


- No, Charles, tú no te pareces a mí. Tú eres así. -dijo Erik, ofreciéndole el espejo. Charles lo tomó con cautela, girandolo hacia él. Cuando vio su imagen reflejada, jadeó.- <Charles no es Erik> -susurró, y esta vez la declaración parecía definitiva -como si por fin hubiera comprendido su significado.


Erik pudo sentir una leve sensación de reconocimiento del lado del enlace de Charles. Éste obervó su propio rostro durante mucho tiempo. Pero en pocos segundos algo cambió. Erik pudo sentir algo sombrío despertar y, de repente, un dolor desgarrador apareció en su cabeza. Erik gritó cuando vio un flash de un bisturí erguido en el aire por una persona de chaleco, sin rostro. Sintió un enorme dolor en todo el cuerpo - como agujas, una cantidad interminable de agujas, sangre saliendo y su cerebro ardiendo.


El espejo cayó al suelo, rompiéndose en millones de pedazos. Erik no podía parar de gritar, se llevó las manos a la cabeza. Estos no eran sus recuerdos, sino de Charles. Erik podría reconocer esa horrible habitación en cualquier lugar.


- <¡Charles! ¡Charles! Para, es sólo un recuerdo. Detente.¡Ahora estás a salvo!>


Pero el dolor lacerante continuó y Erik vio más flashes de jeringas siendo vaciadas en sus venas, de personas desconocidas observándolo. Entonces vio un flash de Hank rugiendo cuando una cuchilla caliente le atravesó el pecho azul y la forma en la que Charles sintió cada lágrima y corte, como si el daño fuera infligido a él.


- ¡Charles! ¡Para! -Erik gritó, ahora apenas podía ver.- ¡CHARLES! ¡Para! ¡Haz que se detenga! ¡Son sólo recuerdos!


El dolor sólo se intensificó. Erik sintió que sus rodillas empezaban a temblar y su cabeza quería partirse en dos. Cerró los ojos.


- ¡CHARLES! ¡Escucha! ¡Estás a salvo ahora! ¡Esas personas nunca más te harán daño!


Erik tenía que gritar en voz alta, el dolor era absurdamente insoportable. Charles estaba perdido en esas horribles y caóticas memorias, y Erik podía sentir todas y cada una de ellas como si estuvieran sucediendo en ese instante. Erik intentó pensar rápido - hablar no ayudaba. Desesperado, recordó la imagen que Charles le mostró hace un momento, y rápidamente intentó recordarla él mismo.


Trató de eviar a Charles la imagen de la escena ocurrida un poco antes -de ambos en esa habitación del hospital, sonriendo- para calmar a Charles. Pero la memoria no era lo suficientemente fuerte, y fue devorada por el dolor de Charles.


Erik respiraba con dificultad e intentó encontrar los recuerdos más fuertes que tenía. Vio imágenes de su propia madre, de Shaw, del Pentágono...de Raven. Pero se negó a usarlas, porque no eran buenos recuerdos. Necesitaba algo más fuerte. Erik cavó más profundo, tiró más fuerte y abrió una caja cerrada dentro de su cabeza, un lugar lleno de recuerdos de Charles. Charles sonriendo. Charles riendo. Charles corriendo con su estúpida sudadera gris. Charles besando la frente de Raven. Charles sonriendo, embriagado con Erik en un bar, en uno de sus viajes por la carretera. Charles inclinándose hacia Erik, su aliento con aroma a té y a menta. Charles sosteniendo un arma contra la cabeza de Erik. Charles moviendo una pieza de ajedrez. Charles riendo. El ceño fruncido de Charles. Charles tropezando en un camino rocoso y buscando apoyo en el hombro de Erik. Charles sonriendo, sonriendo, siempre sonriendo.


Finalmente, Erik encontró el recuerdo más fuerte, el más brillante de todos los que tenía -el dulce rostro de Charles mirándolo, mientras le decía: “Hay mucho más en tí de lo que piensas, no sólo hay dolor y rabia, también hay bondad. Puedes tomar ventaja de eso.”


Erik se aferró a esa memoria e intentó proyectarla a Charles a través de su conexión, tan fuerte como pudo. El dolor continuó, comenzaba a entumecerlo. Erik reproducía la memoria una y otra vez, la repitió tantas veces para estar seguro de que la mente de Charles la recibiera en cualquier momento. Erik intentó ignorar las imágenes aterradoras que Charles estaba viendo y se enfocó en su recuerdo. Se aferró a su memoria más brillante, la hizo más fuerte, repitiéndola una y otra vez.


Y entonces, como un rayo atravesando el cielo, el dolor paró tan abruptamente como había comenzado.


Erik jadeó y cayó de rodillas cuando su visión se aclaró, y, de repente estaba de vuelta en la habitación, respirando con dificultad. Le tomó un buen tiempo poder volver en sí, apoyándose en la cama. Preocupado, Erik buscó el rostro de Charles. El horror todavía estaba reflejado en su cara, lo veía en sus ojos. Pero también había otra cosa.


Para Erik era como si ambos estuvieran en la cuerda floja de un circo. Una muy inestable. Cualquier paso en falso podría traer de nuevo los recuerdos de Quimera, y Erik estaba seguro de que no sería capaz de enfrentarlos de nuevo. Charles estaba temblando, claramente apenas reponiéndose. Estaban en una encrucijada - si Erik perdía a Charles, probablemente lo haría para siempre y Charles lo arrastraría con él. Erik se ahogaría, así como Frost había dicho. Ellos acabarían como vegetales.


Erik respiró, tranquilizándose.


- Charles -susurró con cautela. Sus ojos azules estaban llenos de agonía, viéndose heridos y torturados.- Charles, está bien. Estás seguro. Estoy aquí y...esas personas nunca más te pondrán un dedo encima. Estás a salvo conmigo, lo prometo. Nadie te hará daño.


Charles lo miró de nuevo. Erik pudo sentirlo vacilar.


- Mira, Charles... -Erik dijo, tratando de ocultar su pánico cada vez mayor- Tú viste la memoria, ¿verdad? ¿Mi recuerdo? Aquel en el que estamos en un gran campo verde, el cielo es azul, y hay un gran edificio cercano? Somos tú y yo, Erik y Charles. Sostente de eso. Sólo sostente.


Charles todavía triste cerró los ojos, aún temblando mucho. Erik intentó reproducir la memoria para Charles una vez más. En un gesto de pánico, sostuvo la muñeca de Charles.


- Sólo concéntrate en la memoria. -dijo Erik, casi implorando. Charles se hundió en la cama, con los ojos cerrados. Erik se inclinó, acercándose, tomó la mejilla de Charles y volteó su rostro hacia él.- No te vayas ahora, Charles, quédate conmigo.


Algo en esas palabras hizo que Charles abriera los ojos nuevamente y viera a Erik. <Quédate>, repitió lentamente.


<Sí, quédate, Charles. Quédate.>


Finalmente, Erik pudo sentir el peligro alejándose. El extremo del enlace de Charles se concentró en la memoria de Erik y la examinó como a un precioso objeto. A los pocos segundos, los recuerdos de los sucesos en la sede de Quimera se volvieron opacos, distantes, y Erik podía sentir la presencia de Charles volverse fuerte una vez más. «Gracias a Dios. Gracias a Dios.»


Charles se calmó poco a poco. Erik soltó un suspiro de alivio, limpiando el sudor de su frente. Notó que su nariz había empezado a sangrar y Erik tuvo que tomar un poco de papel y presionarlo allí por un tiempo. Algunas enfermeras llegaron para revisarlos, pues habían escuchado algunos ruidos. Erik explicó algo que no les pareció muy creíble, pero finalmente, después de una larga conversación, las enfermeras insatisfechas y malhumoradas se retiraron.


Pasó un poco más de tiempo. La nariz de Erik dejó de sangrar. Charles todavía estaba contemplando la memoria, totalmente ajeno de la visita de las enfermeras. Se había quedado en silencio.


- ¿Charles? -Erik llamó.


- <Erik,> -Charles respondió, siempre con la voz del otro. Pero entonces Erik percibió en su mente algo débil la presencia de Charles, afortunadamente, sólo fue algo leve, inofensivo. Después, Charles empezó a hablar: <Charles...Charles no...> -Erik levantó una ceja. Charles lo imitó.- <Charles no...no...no suena como Erik.> -dijo, incierto, y su voz mental pareció menos monótona y de alguna manera...un poco menos como la de Erik.


Erik ya estaba tan acostumbrado a que Charles usara su voz para comunicarse, que se sintió extraño con el hecho de que el telépata notara la diferencia. Además, Erik se sintió totalmente aliviado porque el peligro había pasado y porque algo tan trivial hubiera llamado la atención de Charles. Y, por encima de todo...Charles se había referido a sí mismo correctamente por primera vez.


- <No, Charles, no suenas como yo. tienes tu propia voz> -dijo Erik.


Silencio. Charles lo miró con curiosidad.- <Charles y Erik no suenan igual> -dijo, esperando la reacción de Erik- <...No...no suenan igual.>


Erik le dio una sonrisa alentadora y asintió con la cabeza.


- Está bien -dijo en voz alta.


Charles regresó a la memoria de Erik, escuchando su propia voz en ella. Una y otra vez. Escuchó los matices, el tono. Erik estaba aún más fascinado con eso. Esperó y sintió a su cuerpo relajarse un poco más a cada minuto. Observaba el trabajo de Charles, lo detallado que era.


- <Tengo un sonido diferente> -Charles finalmente dijo, y ahora su voz telepática sonó tan terriblemente cercana a su voz original, que casi lo asustó. Erik tuvo que sostenerse del borde de la cama con fuerza. La nueva voz de Charles no era perfecta, ni siquiera un poco, aún era monótona, por no mencionar las semejanzas que aún conservaba con la propia voz de Erik, sin embargo, era inconfundiblemente parecida a la de Charles ahora.


- <Está mejor así. Es más como tú.> -dijo Erik, tratando de ignorar la calidez que sintió en el pecho.


Charles sonrió y la alegría de Erik aumentó con sólo verlo.- <Charles no es Erik. Lo recuerdo.> -dijo Charles. Enviándole un destello de diversión a Erik a través de su enlace, y Erik una vez más quedó aturdido. ¿Eso fue...fue un intento de bromear con él?


Cuando la sonrisa de Charles se hizo más amplia, Erik tuvo su respuesta.

Notas finales: Espero que les guste, gracias por leer, que tengan un buen fin de semana :3/

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