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Dark Flowers por LadyDeltaPhantomhive

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Los médicos y las enfermeras se quedaron atónitos con el rápido progreso de Charles. El hecho de estar despierto y consciente, además de poder moverse normalmente a pesar de sus reflejos un tanto lentos, parecía un milagro médico a sus ojos.


No importa cuán feliz Erik estuviera ante la mejora del estado de Charles, sus miedos nuevamente empezaron a importunarlo en sus pensamientos.


Sabía que este período tranquilo y seguro no duraría, Quimera los estaba cazando y temía que estuvieran cada vez más cerca. Probablemente pensaban que Charles tenía información muy importante guardada en su cerebro, y que Erik tenía que ser eliminado simplemente por ser peligroso. Al fin y al cabo fue él quien había aplastado la sede de su cuartel como si fuera de papel.


Erik no tenía tantas ilusiones sobre la situación.


Sin embargo, dudó -Charles mejoraba cada día, pero estaba lejos de estar bien. Se cansaba fácilmente y, aunque sus frases y conversaciones con Erik eran más complejas y largas, no había ningún nuevo progreso. Charles nunca había pronunciado una palabra en voz alta. Sólo hablaba con Erik a través de su enlace, con su voz ahora más personalizada, y seguía proyectando, accidentalmente, imágenes y flashes a las enfermeras. Pero, en general, Charles no hablaba a menos que Erik hablara con él, y Erik no podía dejar de preocuparse.


Todavía no tenía ninguna respuesta de Frost o Leap. Erik temía que no hubieran recibido los mensajes o que tuvieran miedo de exponer el cuello en las calles.


La paranoia de Erik se puso peor -sólo confiaba en las personas del hospital que ya había visto incontables veces antes. No dormía bien por las noches y el agotamiento no ayudaba.


Erik se volvió más sobreprotector con Charles -muy sobreprotector. Erik no tuvo un momento ni siquiera para reflexionar sobre este nuevo sentimiento. No sabía de dónde venía o por qué - sólo que veía en rojo de sólo pensar en que Quimera o cualquier persona pusiera sus manos en Charles. Hank estaba muerto y Erik no sabía a quién más recurrir. Al parecer, Charles estuvo siempre solo-por lo que sabía, la escuela quedó vacía y Hank había sido el único en cuidar de él. ¿Quién podría asegurarle que Charles estaría a salvo si Erik no lo hacia? Charles necesitaba tiempo para sanar, para darle sentido a su mente torturada. Erik no podía ni pensar en dejar a Charles solo ahora, era vulnerable. Y, aunque odiara admitirlo - todavía era peligroso, a pesar de que Quimera se ha mantenido distante. Ambos, Erik y Quimera, tuvieron una fuerte demostración de lo destructivos que eran los poderes de Charles si eran utilizados de manera equivocada.


Por lo tanto, no había escenario alguno en el que Erik se separe pronto de Charles. Y lo más perturbador era, que no tenía ganas de hacerlo. Erik sabía que no estaba bien, que toda la situación era, por lo menos, bizarra, pero por hora, eso era así. Se dijo a sí mismo que él habría protegido y hecho lo mismo por cualquier mutante, no sólo por Charles, por cualquiera que hubiera encontrado en los laboratorios de Quimera. «Mentiroso», su mente le respondió.


Erik alejó el pensamiento. Había prometido que Quimera nunca más pondría sus manos en Charles otra vez -y cumpliría esa promesa. «Sólo sobre mi cadáver, cabrones.»


Los días parecían largos - Erik se mantenía constantemente en alerta. Su paranoia nunca lo dejó. Erik deseaba salir de ese lugar, pero los médicos le habían dicho que Charles debería estar bajo tratamiento por lo menos un mes más.


Erik se sentía cada vez más inquieto.


Hubo más preguntas sobre el "accidente" de Charles.


Erik mintió, manipuló y se hizo el loco para mantener a raya la situación.


Pero finalmente, incluso Charles se dio cuenta de que algo andaba mal. Erik pudo saberlo cuando empezó esa conversación. <¿Erik?>


<¿Sí?>


Erik se alejó de la ventana y miró a Charles. Charles inclinó la cabeza. <...tú no estás bien.>


Cada día, Charles se hacía más y más perceptivo con su entorno -y también, podía diferenciar cada vez más sus emociones y su cuerpo, de las emociones y el cuerpo de Erik. Erik suspiró. <No, no lo estoy.> No había necesidad de mentir al tener a un telépata dentro de su cabeza, no importara cuán dañado estuviera. Charles irradió un poco de preocupación. <¿Por qué?>


Erik apretó los dientes, mirando hacia la puerta de la habitación. <Porque creo que deberemos irnos pronto.>


Charles se tensó. <¿Irnos? ¿A dónde?>


Erik se encogió de hombros y pensó en su respuesta con cuidado para no provocar una mala reacción. <A un lugar más agradable.>


Charles no respondió, pero examinó cuidadosamente su rostro con sus ojos azules. Erik dio un paso hacia la puerta. <En realidad, necesitamos algo antes de irnos. Deben tenerlo aquí. Es la silla de la que te hablé.>


<¿Aquella con ruedas?>


<Sí, esa>, Erik asintió y tomó el pomo de la puerta.


- Volveré pronto. Puedes hablar conmigo mientras yo esté afuera, si lo deseas -dijo. Charles podía hacer eso; Erik sabía, con certeza, que Charles podría alcanzarlo en cualquier parte del hospital. Eso era algo que había notado durante su breve estancia en la cafetería o en otro lugar. Charles no tenía problemas para comunicarse con él a través de su enlace. Eso era, de alguna manera, reconfortante e...impresionante.


- Ya vuelvo. -dijo Erik y abrió la puerta. Salió al pasillo, apresurado, preguntándose dónde podría haber una silla de ruedas. Comenzó a caminar hacia las salas de depósito situadas cerca de la cafetería, eran su mejor opción. Pero de repente, Erik paró en seco, reconoció una figura en el pasillo. Se quedó quieto cuando Leap se volvió hacia él. Le tomó tres cortos segundos a Erik leer en la cara de Leap que algo estaba mal, muy mal...Leap lo vio con pánico y comenzó a correr en su dirección.


- ¡Magneto! ¡Magneto! -el teletransportador gritó y Erik casi no reconoció su nombre. Tampoco tuvo tiempo de reaccionar, porque su corazón trepó a su garganta y giró sobre sus talones, el pánico y la adrenalina corriendo al máximo. «¡Charles!» Al mismo tiempo que Erik se puso a correr, pudo sentir el miedo que irradiaba Charles. Miedo y confusión. Entonces el miedo se intensificó y a la cabeza de Erik la invadió rápidamente un ruido sordo y tan doloroso que casi lo tiró al suelo, pero logró seguir corriendo...«No, no, por el amor de Dios. ¡Charles!»


Erik corrió lo más rápido que pudo, empujando violentamente a las personas a su paso, Leap iba detrás.


Cuando Erik llegó a la puerta familiar, logró divisar a otros cinco hombres caminando del otro lado del corredor, todos irradiando peligro, con armas escondidas. Erik habría reconocido ese uniforme en cualquier lugar -lo usaban las personas que mató en la sede de Quimera. Se le formó un nudo en el estómago cuando casi arrancó la puerta al abrirla y entró.


Habían dos figuras en el cuarto, una junto a Charles, sosteniéndolo con fuerza, y otro apuntándole con su arma.


- ¡No! ¡NO! -Erik rugió y todos los objetos metálicos en la habitación levitaron hasta el techo en respuesta a su pánico, tan rápidamente que algunos lo atravesaron. Pero, para su horror, Erik vio que las armas de sus dos atacantes ni temblaron. «Plástico. Utilizaron plástico», Erik pensó en medio de la desesperación. Soltó un gruñido irritado y, sin pensar corrió hacia los dos hombres con tanta rabia que deseaba partirles la cabeza con sus propias manos. Uno de ellos empujó a Charles violentamente por el brazo, y éste cayó al suelo, sus piernas inmóviles golpearon duramente el concreto. La aguja intravenosa se desprendió, rompió la piel y la sangre comenzó a salir instantáneamente.


Erik podía sentir el pánico de Charles a través de su enlace, como las memorias de Quimera amenazaban con resurgir una vez más. Entonces Erik alcanzó al hombre que sostenía a Charles, tomó su cara en sus manos, clavó las uñas en la piel y le perforó un ojo, tirando al hombre, que gritaba, contra la pared tan fuerte como pudo. Erik buscó cualquier cosa hecha de metal que pudiera usar contra él, pero fue interrumpido por el otro que venía en su dirección. Erik soltó un golpe, que sólo alcanzó parte de su objetivo, y en respuesta recibió una patada, se enfrascó en una lucha con el otro hombre. Con su poder, Erik, instintivamente, reunió todas las pequeñas piezas metálicas que hubiera en la habitación; desgraciadamente, sólo habían elementos como cucharas, clips de papel y plumas, pero eso no le impidió arrojarlas contra su oponente, directo a la espalda y el cuello. La pluma, en parte, atravesó el cuello del hombre que gruñó de dolor. Erik sintió placer, mientras lo observaba caer y ahogarse con su propia sangre -con los ojos abiertos, soltando horribles sonidos. Erik estuvo a punto de girar cuando algo lo golpeó con fuerza en la cabeza. Erik cayó, gritando de sorpresa y de dolor y, por un momento, su visión se hizo borrosa y oscura.


El tiempo pareció ir lento.


Sus oídos zumbaron. Todo le parecía muy distante, como si no estuviera realmente allí.


Erik luchó, intentó recuperar el control de su cuerpo, pero sólo pudo percibir cómo la figura borrosa detrás de sí lo agarró por la camisa, levantó un arma y la apuntó a su cabeza.


Erik sabía que sólo tenía algunos milisegundos de vida. Ese fue todo el tiempo del que dispuso para percibir que iba a morir.


Pero la bala, por lo que fuera, nunca llegó.


En vez de eso, Erik miró hacia atrás solo para ver las manos del hombre empezar a temblar, su expresión cambiando por una aterrorizada -vió sangre escurriendo por su cara, probablemente del ojo herido- y lentamente giró el arma hacia su propia cabeza.


Erik no entendía lo que pasaba, le tomó apenas un momento, pero después su cerebro lo comprendió. «Charles.»


Los ojos de Erik lo buscaron. Charles estaba mirando al hombre armado con una cantidad impresionante de lucidez y rabia. Erik podía sentir el miedo de Charles, su confusión y la ira a través de su enlace. <Déjalo....>


Erik tropezó torpemente al ponerse de pie y corrió en dirección a Charles. Cayó de rodillas a su lado, pero Charles no apartó sus ojos del hombre. <Él quería herirte.>


Erik respiró temblando. <Sí, Charles, él quiere matarme.>


Charles volvió su mirar hacia Erik. El momento pareció transcurrir lentamente. Charles parecía considerar lo que se le había dicho. <¿Matarte? No, ya no puede.>


Sin parpadear ni romper el contacto visual, Charles mantuvo sus ojos en Erik cuando el sonido de un disparo llenó la habitación. Erik gritó de la sorpresa, y una mezcla de horror y temor se apoderó de él.


<Ya no te puede hacer daño>, dijo Charles con determinación.


Erik asintió, con los ojos abiertos, mirando a Charles, que no había vacilado al matar a un hombre. <No, ya no puede. Gra-gracias, Charles.>


Charles parecía no entender lo que acababa de hacer. Erik buscó cualquier indicio de malicia en su rostro, pero no encontró ninguno.


Erik fue traído de vuelta a la realidad cuando escuchó pasos corriendo por el pasillo. El pánico llegó otra vez, y Erik miró apresuradamente a la puerta.


- ¡Leap! ¡Leap! -Erik gritó. El maldito teletransportador venía detrás de él ¿Dónde estaba ahora? «Carajo.»


Erik cerró la puerta con su poder - eso, al menos, retrasaría a los hombres de Quimera por unos segundos. Pero no había otra salida. Estaban atrapados -la habitación quedaba en un piso muy alto, por lo que usar la ventana no era buena idea. No tenían armas y los objetos metálicos de la habitación eran muy pequeños y nada relevantes para hacer alguna diferencia. Erik no era rival para las armas de plástico o de lo que sea que estuviesen hechas, y la impotencia hizo que su rabia creciera. Eran muchos de ellos. Incluso si tomara las armas de los dos agentes muertos en el suelo, no podría luchar él solo contra cinco hombres y al mismo tiempo proteger a Charles. Sin mencionar que Charles no era capaz de esconderse, correr, o moverse a cualquier lugar sin Erik. Tampoco podía confiar en los poderes inestables de Charles ahora. Intentó pensar rápido, pero no podía encontrar nada que pudiera servir.


- ¡Leap! -gritó una vez más, esta vez con desesperación.


El primer golpe impactó en la puerta. Erik se estremeció y se volvió hacia Charles.


- Necesitamos salir de aquí. ¡Tenemos que irnos ahora! -Erik dijo con voz firme.


Charles sólo lo miró, con temor. Tenía una pequeña herida en la sien, un rastro de sangre escurría por el rostro de Charles. Pero Erik lo ignoró, no había tiempo. Podía sentir la mente de Charles a punto de volver hacia las memorias de Quimera, las voces y las imágenes empezaban a acariciar la superficie. El ataque las había provocado, despertándolas a una velocidad alarmante.


<Charles, no. Concéntrate en mí.>


Erik podía sentir las defensas de Charles debilitarse y sus párpados queriendo descender. Erik lo sacudió.


- ¡No, Charles! ¡Lucha!


<No caigas. Quédate a mi lado.>


Erik podía sentir a Charles empezar a hundirse, a ahogarse. Podía sentir el primer signo de dolor en su cabeza. Era sólo cuestión de segundos antes de que se desplomaran en ese abismo. Erik tomó el rostro de Charles en sus manos.


- Charles. Mírame. Abre los ojos -dijo, frenéticamente. Charles respiró ruidosamente, Erik lo sacudió con desesperación- ¡Mírame!


Los ojos de Charles se abrieron, en parte por la sorpresa de escuchar a Erik gritarle por primera vez. Pero Erik inmediatamente clavó sus ojos en los de Charles, exigiendo su atención. Sus rostros estaban a centímetros de distancia.


- Mírame. Son sólo recuerdos. No dejes que ellos te controlen. Yo estoy aquí. Yo soy real, no esas cosas horribles. -Erik murmuró.


Charles parecía triste, perdido. El corazón de Erik sonaba en sus oídos. Su agarre se intensificó.


- Estoy aquí. Yo estoy aquí, Charles, contigo. Yo soy real, no esas memorias.


<Eres real>, Charles repitió débilmente.


- ¡Sí sí! Aférrate a mí. No caigas en ellas. Necesitamos irnos. -dijo Erik, dolorosamente consciente de que su tiempo estaba agotándose. Se mordió el labio con tanta fuerza que dolió.- Coloca tu brazo alrededor de mi cuello. -dijo con prisa. Charles obedeció.


Erik pasó el otro brazo debajo de las rodillas de Charles y lo alzó. Necesitaban salir de allí. A como diera lugar. Los ojos frenéticos de Erik escrudiñaron la habitación. Estaba a punto de girar cuando, de repente, Leap apareció a su lado.


- Hora de irnos. -dijo el joven teletransportador, con el rostro pálido, al tiempo en que estiraba los brazos y agarraba el hombro de Erik y el costado de Charles. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, se habían ido -poco antes de que los disparos atravesaran la puerta.

Notas finales: Bueno, al parecer Quimera ya ha regresado de sus vacaciones :v
Se vienen los problemas (•

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