Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dark Flowers por LadyDeltaPhantomhive

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Disculpen el retraso jeje (;^

Eran las cuatro de la mañana cuando Erik finalmente se levantó y se arrastró hasta el baño. Lavo la sangre de su cara y las orejas, cambió sus ropas pegajosas por otras nuevas.

No se miró en el espejo.

No hizo ningún sonido más allá de lo estrictamente necesario. Nunca antes, Erik había apreciado tanto el silencio.

La cabaña estaba hecha un desastre.

Era como si hubiera sido golpeada por un huracán, y Erik tranquilamente usó su poder para arreglar la mayoría de los muebles rotos y arreglar todos los objetos que se extendían por el suelo y que cayeron de las paredes. Los volvió a colgar, limpió y limpió. Por lo general, no le importaba el polvo o el desorden, pero ahora Erik sentía como si quisiera frotarlo todo con cuidado. Hizo su trabajo en silencio, de forma eficaz -casi mecánicamente.

Era un alivio tener algo que hacer.

Una tranquilidad apasionante cayó sobre él solamente cuando no hubo nada más para limpiar, y se vio de pie en medio de la sala, tratando desesperadamente de encontrar algo que arreglar.

No había nada.

La cabaña todavía parecía un desastre, pero al menos estaba entera.

Erik intentó mirar a cualquier dirección, excepto a la cama donde Charles estaba acostado, todavía inconsciente.

Erik no tuvo otra opción que quedarse sin hacer nada, entonces empezó a caminar. Se preguntó por cuánto tiempo más el suero haría efecto. Erik se odió por eso, pero deseó que nada más volviera a suceder pronto. No estaba listo para otro tipo de tormento del mismo nivel. Experimentar la telepatía de primera mano había sido un poco traumático -siendo optimista. Fue algo diez veces más intenso de lo que jamás había imaginado en sus sueños más salvajes.

Todavía quedaban tres jeringas más y Erik las depositó sobre la mesa como si fueran una preciosa fuente de salvación. Hace tres días, estaría listo para aplastarlas, torcer las agujas hasta dejarlas inútiles, y tirarlas con desdén.

Pero ahora, Erik se cercioró de que ninguna de las jeringas estuviera rota, y cerró la caja negra cuidadosamente, casi con reverencia.

Sintió un poco de auto aversión.

Erik alejó ese pensar y se sentó en el sofá. Sus ojos se dirigieron a Charles.

Los pensamientos zumbaban en su cabeza como abejas furiosas, y Erik sabía que no tenía esperanza de conseguir una hora de sueño. Además, no quería dejar a Charles solo ni por un minuto. No dejó de respirar o algo drástico así que el suero hizo efecto, pero Erik no estaba dispuesto a correr riesgos.

Deseaba más que cualquier cosa que Charles despertara pronto. Pero también temía el momento en que lo hiciera.

Erik intentó pensar en cualquier cosa que pudiera decir o hacer...¿O cuál podría ser la condición de Charles? ¿Realmente recuperó sus memorias o lo que sucedió fue sólo un momento de conciencia súbita? Erik no sabía lo que haría si Charles regresaba a su modo monótono.

Pero no tenía otra opción excepto esperar.

Las horas pasaron. Finalmente, cuando la luz de la mañana llegó, Charles empezó a moverse, y Erik sintió a su ritmo cardíaco aumentar.

Erik no sabía qué hacer con las manos o los pies, los movía nerviosamente y se contorsionaba en el sofá. Al final, no podía simplemente quedarse sentado allí, entonces se levantó y se acercó un poco más a la cama.

Finalmente, Charles dio señales de despertar. Suspiró y su cara se contrajo, luego sus párpados comenzaron a temblar. Erik tragó en seco y levantó la barbilla con anticipación. No tenía ni idea de qué esperar.

Cuando Charles, por fin, abrió los ojos, Erik ni se atrevió a respirar. Charles parpadeó desorientado y le tomó un momento para enfocar su visión. Miró al techo, tenía las cejas fruncidas en confusión. Erik aguardó, tenso, mientras Charles miraba a la cama, claramente sin saber dónde estaba. Erik observaba todos sus movimientos y expresiones a distancia.

Lentamente, Charles se forzó a sentarse, tambaleando cuando su codo aún sin sanar dolió con el esfuerzo. Después, miró a la cabaña y sólo entonces notó a Erik. Se asustó y se le quedó mirando, Erik sintió su corazón saltar nervioso cuando sus ojos se encontraron. Era como si aquellos ojos azules pudieran hacer que su rostro quemara.

Por dos segundos el tiempo pareció pasar muy despacio.

Erik contuvo la respiración, esperando, preocupado, temeroso.

Entonces la expresión de Charles cambió y sus ojos se abrieron un poco. Soltó un suspiro estrangulado, no desvió la mirada en ningún momento, el reconocimiento se instaló en su rostro. Charles sabía quién era Erik -realmente lo sabía. Erik estaba al mismo tiempo agradecido y perturbado por ello, y, de repente, se sintió nervioso. La mirada de Charles era impresionantemente intensa y afilada. Pero Erik se negó a siquiera parpadear -se quedó impávidamente en su lugar como una roca, tragando en seco.

Las cejas de Charles se fruncieron y cerró los ojos por un momento, para abrirlos enseguida -como si Erik pudiera haber desaparecido en el proceso. Los ojos de Charles se deslizaron, inquietos, hacia una pared más lejana, después de vuelta a Erik, luego de vuelta a la pared. Se quedó ahí haciendo varias expresiones que se reflejaron en su cara. Erik reconocía todas y cada una de ellas, y verlas después de tanto tiempo era un alivio.

Entonces Charles frunció el ceño y se puso una mano sobre la cara, frotando su frente como si le doliera. Esto hizo que la preocupación saltara en el pecho de Erik. Pero una vez más, sus peores miedos no se hicieron realidad -la telepatía de Charles no regresó inesperadamente, Charles no perdió el control por completo y tampoco quedó inconsciente. «Gracias a Dios por los pequeños milagros», Erik pensó con un sentimiento agridulce.

Largos segundos pasaron.

Erik dudó ¿debería decir algo o quedarse callado? Abrió la boca sólo para volver a cerrarla. Charles parecía triste, los pensamientos claramente corrían salvajes en su cabeza. Pero Erik no tenía idea de cuáles eran. Sorprendentemente, podía sentir el enlace entre ambos -el suero no lo había bloqueado o roto en absoluto-, sin embargo la conexión ahora estaba silenciosa, y Erik no podía encontrar en ella nada de lo que Charles sentía.

Sólo podía esperar.

Charles deslizó la mano distraídamente a su cuello, donde Erik había puesto la inyección, y frotó el lugar antes de bajarla. Pasó un tiempo más. El silencio en el cuarto era pesado.

Charles claramente evitaba mirar a Erik -en su lugar, miró a su alrededor, con una mirada perpleja en el rostro. Pero ésta pronto se desvaneció y Charles volvió sus ojos hacia abajo, sólo inspirando y expirando.

Erik le dio tiempo, porque no sabía qué hacer.

Charles empezó a mirar sus piernas, y jadeó cuando dejó su mano caer en su muslo. Sus dedos se estremecieron un poco mientras se congelaba por un momento. Después, dejó su mano deslizarse hacia la rodilla, cautelosamente. Dio un apretón y su pierna saltó levemente en respuesta. Charles cerró los ojos y se mordió el labio viéndose tan aliviado que Erik se sintió mal, la vieja culpa lo apuñaló una vez más.

Pero pronto se desvaneció y se transformó en incredulidad cuando Erik vio lo que Charles hizo enseguida.

Él se movió hacia el borde de la cama y Erik no pudo evitar dar un paso automático al frente, no disfrutando de la idea de que Charles se levantara, sin embargo, paró a medio camino y una vez más, se quedó inmóvil. Charles también se congeló cuando percibió el movimiento de Erik, miró al suelo cerca de sus pies como en una advertencia -todavía negándose a verlo a los ojos. Cuando Erik permaneció donde estaba, Charles empezó a moverse nuevamente y posó sus pies en el suelo.

La mano de Erik se contrajo -sólo quería pedirle a Charles que se detuviera, o que abriera la boca y dijera algo, pero simplemente no pudo. Lentamente, Charles usó como soporte la cama y tomó impulso. Erik lo vigilaba de cerca, abriendo la boca sin que ninguna palabra saliera de ella. Charles se estremeció y cayó sentado en la cama, Erik dio un paso adelante. Pero antes de que pudiera decir o hacer cualquier cosa, la mano de Charles se disparó en el aire de forma exigente y Erik obedeció, quedándose donde estaba y en silencio.

Charles esperó un momento antes de hacer un nuevo intento, y tomó un impulso casi violento. Sus piernas se tambalearon y casi cedieron, pero Charles se mantuvo de pie con la ayuda de la parte superior de su cuerpo. Sus labios formaron una línea estrecha, Charles se quedó en el mismo lugar antes de estirar las piernas lenta y cuidadosamente. Quedándose unos segundos, casi sintiéndose como minutos, de pie en su lugar.

Parecía extraño verlo así después de tanto tiempo, y Erik grabó en su mente esa visión.

Finalmente, Charles dio un paso experimental. Sus piernas lo sostuvieron, aunque débiles, Charles tomó apoyo de cualquier cosa que pudiera alcanzar -y empezó a caminar hacia la puerta. Erik estiró sus manos hacia Charles para luego dejarlas caer de nuevo, sin saber qué debería hacer. Soltó un suspiro de frustración, pero Charles continuó, aunque lentamente. Llegó hasta la puerta y casi tropezó, pero se forzó a caminar hacia afuera de la cabaña por pura fuerza de voluntad. Erik dio unos pasos vacilantes detrás de él -sin tener la menor idea de lo que Charles pretendía hacer.

En el exterior, el aire estaba más frío.

Charles lo respiró así como la luz de la mañana llegó a sus ojos, y abrió la puerta aún más. Erik se apresuró y fue detrás de él. Era como si todo esto fuera una especie de instinto de fuga que Charles tenía que poner en práctica. Erik salió por la puerta a tiempo para verlo sentarse en el pequeño balcón de madera -más bien se dejó caer-, ya pálido y exhausto. Erik dio algunos pasos cuidadosos en su dirección, pero no se atrevió a llegar muy cerca.

Era extraño cómo rápidamente las cosas habían cambiado -antes, Erik no habría tenido ningún problema en tocar o estar físicamente cerca de Charles- pero, de repente, con el peso de los viejos recuerdos, de la tensión, de las peleas y eventos actuales presentes en el aire, no tenía idea de cómo actuar en presencia de Charles. Erik se sentía muy consciente de cada movimiento y gesto suyo.

El sol estaba empezando a subir en el horizonte, detrás de las nubes.

Erik decidió darle tiempo a Charles, porque admitir que no tenía nada que decir era más difícil.

Charles se frotó las sienes y pasaron largos minutos en silencio.

El mundo alrededor de ellos se volvió más iluminado, pero la atmósfera de alguna forma parecía sombría.

Erik, por fin, empezó a perder la paciencia, ya que su nerviosismo estaba haciéndolo sentirse incómodo. Aclaró la voz, pero, por algún motivo, todavía sonaba insegura.

- ¿Charles? -dijo, con cautela.

Charles tomó aliento. Entonces, miró a Erik y sus ojos estaban repletos de emociones e incertidumbres que parecían abrumadoras después de todo el tiempo que Erik pasó al lado de una versión más simple de él. Vio una pequeña mancha de sangre seca en la boca de Charles, de la noche anterior, y tuvo que permanecer firme al recordar cómo le había ayudado a recuperar la respiración, aunque vaciló sólo un momento.

Erik cruzó los brazos y cambió su postura, moviéndose nerviosamente.

- ¿Cómo...cómo te sientes? -preguntó, era la única cosa que se le ocurrió.

Charles lo miró, neutro, sacudió la cabeza y alejó su mirar de nuevo. A pesar de su expresión tranquila, Erik podía sentir que libraba una guerra de emociones en su interior.

Erik suspiró frustrado.

- Charles, yo... -empezó, pero su voz desapareció y todas las palabras se le escaparon. Miró al suelo.- Yo...te rescaté -dijo finalmente, con voz firme.

Los ojos de Charles parpadearon y volvieron hacia él, esta vez su mirada no se alejó. Erik vio la atención como un permiso para proseguir, entonces inclinó la cabeza con cuidado.

- De tus...de tus captores. Te saqué de allí con la ayuda de los nuevos miembros de la Hermandad. Eso sucedió hace unos meses. Hemos estado...tú estuviste en el hospital por un tiempo. Estamos en esta cabaña desde hace unos días.

Charles no respondió. Sólo miró a Erik, y éste se retorció bajo esa mirada intensa. Había transcurrido mucho tiempo desde que Charles realmente lo había mirado, con ojos conscientes, y Erik había olvidado cuán profundos y asfixiantes eran. Cambió un poco la postura de sus brazos.

- Mira, Charles. Tuve que darte una dosis del suero la noche pasada. Era la única cosa que bloquea tus poderes. No tuve otra opción, una vez que... -Algo extraño brilló en el rostro de Charles y Erik se quedó quieto, atento.

Un pesado silencio siguió. Erik no estaba seguro de si mencionar a Quimera o cualquier otra cosa podría ser peligroso. Intentó pensar en algo que decir, o por dónde empezar. Pero en su lugar, decidió ser práctico y sencillo, haciendo preguntas. Y tenía preguntas importantes.

Erik tosió para limpiar su voz de nuevo.

- ¿Cuánto tiempo dura el efecto del suero?

Charles se quedó en silencio.

Erik continuó obstinadamente.

- El efecto ya ha durado aproximadamente 14 horas. Por lo general, ¿cuánto tiempo dura, un día, dos o incluso tres antes de que comience a dejar de surtir efecto?

Erik concluyó que todo el tiempo que Charles pasó sin el suero probablemente habría aumentado su tolerancia a él. Erik esperó, pero Charles no dio indicios de responder. Erik empezó a temer que, de alguna manera, su mente se hubiera dañado, incluso cuando la mirada de Charles estaba consciente.

- Charles, realmente espero que puedas responderme. Estoy empezando a preguntarme si entiendes lo que estoy...

<Todavía queda tiempo>, Charles dijo en voz baja, casi agotado, incluso cuando habló telepáticamente.

Erik levantó una ceja con sorpresa -los poderes de Charles fueron bloqueados, pero ¿todavía podía hablar con Erik así? Le tomó un instante para recuperarse de la impresión, entonces se apresuró a responder, ahora que finalmente tenía un avance con Charles.

- Queda tiempo. -dijo, lentamente.- Uh, está bien. ¿Podrías ser más específico? ¿Puedes darme una aproximación de cuánto tiempo?

Hubo un silencio tan largo que Erik ya estaba seguro de que Charles no iba a responder, pero sí llegó, aunque era débil.

<No mucho. Hasta el anochecer, tal vez.>

Erik asintió, satisfecho de tener algo sólido en que guiarse.

- Claro. Bueno, eso es...es bueno saberlo. -no encontró las palabras de nuevo. ¿Por qué era tan difícil?

- ¿La telepatía...la telepatía regresa con rapidez o de forma lenta? -preguntó.

Charles suspiró.

<Lenta.>

Erik asintió con la cabeza de nuevo. Las respuestas de Charles eran cortas, tan cansadas, que no sabía qué pensar al respecto. Erik comenzó a frustrarse porque él también estaba cansado de preocuparse, de adivinar, de tener miedo a causa de Charles. Enderezó su postura.

- Bien, eso es bueno. Porque...porque tu telepatía se activó la noche pasada y casi...casi mueres, Charles. No sé exactamente cómo volvió, pero lo hizo de repente y...fue demasiado.

Era el eufemismo del año. Pero a Erik no le gustaba la idea de entrar en detalles, o decirle que sus opiniones habían sido puestas a prueba y que habían cambiado después de eso. O, lo sorprendido e impactado que Erik había quedado después de la experiencia y cómo lo había asombrando su mente hasta el momento. Como se había sentido de humillado después de una verdadera muestra de los poderes de Charles. Pero Erik decidió que esa conversación -si un día se daba- quedaría para más tarde. Así que sólo continuó tranquilamente:

- Creo que tu telepatía volvió muy rápido, entonces...tú dejaste de respirar. Yo...conseguí...bueno, tardó algo de tiempo, pero...afortunadamente, volviste a respirar.

- <Gracias> -llegó la respuesta automática y apática.

Erik estaba tan preocupado como irritado por lo distante que era Charles.

- Sí, bueno...de nada. Yo...fue... -tuvo que parar, Erik detestaba su tartamudez. Le tomó un instante organizar sus pensamientos.- Fue demasiado, en mí opinión. Pero espero...que haya sido sólo esta vez, considerando que todo tu poder ha vuelto muy rápidamente. Lo más probable es que lo que ocurrió la noche pasada fuera sólo una reacción al shock o una sobrecarga sensorial. Algo así. Pero como dijiste que tu telepatía regresa poco a poco después del suero, creo que, en ese sentido, estaremos seguros.

Charles no respondió, sólo continuó mirando hacia el horizonte.

Una vez más, el pesado silencio cayó. Erik lo odiaba, y lo mal que le sentaba ahora con la preocupación punzando en su pecho.

Era como si estuvieran a millas de distancia.

Intentó pensar en cómo podía mantener a Charles hablando. Erik lo miró cuidadosamente durante mucho tiempo. Cuando estuvo a punto de abrir la boca, un suspiro escapó de los labios de Charles y se estremeció, llevó una mano a su frente y, antes de que Erik tuviera tiempo de reaccionar, a su mente llegó la imagen de un niño -que le parecía de alguna forma familiar, aunque Erik nunca lo hubiera visto- en una cocina.

De repente, la imagen se desvaneció y Erik se balanceó aún de pie, aturdido. Miró a Charles.

- ¿Eras...eras tú? -preguntó, confuso, porque la imagen no había venido de su propia cabeza, pero le parecía imposible que hubiera venido de Charles, considerando que su telepatía no debía estar activa.

Charles sólo asintió apenas, concentrándose en sí mismo.

- ¿Fue algún tipo de proyección? ¿O es el suero dejando de surtir efecto? -Erik preguntó con cautela.

Charles lo miró por sorpresa, con el ceño fruncido, confundido.

< no debiste ser capaz de ver eso.>

Erik parpadeó.

- Oh, bueno...lo hice. Tal vez sea por la conexión que hay entre nosotros. Es telepática. -Charles lo miró por un segundo y Erik sintió un ligero tirón en el enlace. Charles lo había localizado, y estaba inspeccionándolo- eso decía mucho de lo que podía hacer sin su telepatía. Erik levantó una ceja. Charles pareció sorprendido al encontrar el vínculo.

Erik inclinó la cabeza.

- ¿Nuestro enlace podría estar roto ahora que tu telepatía está bloqueada? ¿O cómo es posible que todavía esté recibiendo tus pensamientos y escuchándote hablar conmigo?

Charles, entonces, pareció darse cuenta de que realmente no había dicho una palabra en voz alta, sólo había conversado telepáticamente con Erik. Se quedó en silencio por un largo tiempo, y Erik lo sintió observar su enlace -era como sentir plumas acariciando la parte posterior de su cabeza. Erik se quedó silenciosamente impresionado con lo capaz que era la mente de Charles de hacerlo, a pesar de lo destrozada, torturada e impotente que estaba ahora.

Los pensamientos de Erik fueron interrumpidos por una mirada extraña que apareció en el rostro de Charles. <No está roto.> Su confusión se profundizó. <Sólo debilitado.>

Erik alzó las cejas.

- Ok... -dijo, sorprendido.- ¿Cómo? Quiero decir... -Pero decidió que eso no era tan importante ahora.- Bueno, si todavía está intacto y fuerte, realmente no me importa, pero ¿qué era lo que acabo de ver?

Como una respuesta a su pregunta, otra imagen llegó a la cabeza de Erik.

El mismo niño, caminando hasta la cocina. Entonces, una pequeña niña de piel azul apareció, y Erik la habría reconocido en cualquier lugar. Tardó un segundo antes de que se diera cuenta de que el niño era Charles -por supuesto, debería haberlo notado-, eran Charles y Raven cuando eran niños.

"- ¿No me...tienes miedo?

- Siempre supe que no podría ser el único en el mundo, el único que es diferente, y ahora aquí estás.

Charles le dice su nombre. Ve el rostro sonriente de Raven, y su apretón de manos vacilante.

- Tienes hambre y estás sola, toma todo lo que quieras, hay mucha comida aquí, no tienes que robar, de hecho, nunca más tendrás que robar."

Erik vio la memoria, profundamente fascinado por ella. Ambos, Charles y Raven, sólo mencionaron cómo se habían conocido, pero ver ese momento como un recuerdo de Charles hacía todo más sólido.

Entonces la imagen desapareció y Erik nuevamente se encontraba parado en el exterior de la cabaña. Charles se sostuvo la frente. Erik le dio una mirada preocupada e, instintivamente, dio un paso más en su dirección.

- ¿Charles?

Silencio.

- Esas son tus memorias, ¿verdad?

<Sí.>

- Entonces, ¿por qué las veo? -Erik preguntó e intentó recordar lo que dijo Frost. Ah, sí -que en los laboratorios de Quimera, Charles había escondido sus recuerdos-, pero evidentemente estuvieron en algún lugar en el fondo si ahora salían a la superficie.

<Temo que tendrás que verlas, Erik, por un tiempo.>

Erik asintió con la cabeza, tratando de parecer tranquilo.

- Está bien, yo...no me importaría verlas. En realidad, puede ser bueno, para variar, conocer un poco de tu mente. -dijo en tono de broma. Pero había un poco de amargura en sus palabras, y Erik no podía ocultarla completamente.

Charles negó con la cabeza lentamente.

<No te gustará lo que verás.>

Una pausa. Charles respiró.

<Pero, sin mis poderes, no puedo impedir que lleguen a ti.>

Erik se encogió de hombros.

- Como dije, no me importa.

Charles parecía más distante. <Lo hará.>

Erik alzó una ceja, pero no quiso discutir. Se apoyó en el otro pie -y se sintió un poco mejor con la situación-, claramente la vida de Charles no estaba bajo ningún riesgo y el suero estaba surtiendo su efecto, y podía comunicarse con Erik perfectamente. Además de eso, no estaba enloqueciendo por saber quién era y dónde estaba. Era mucho más de lo que Erik pudo esperar. Aceptaba lo que le fue dado.

- ¿Quieres quedarte afuera o vas a entrar? ¿Tú, uh, necesitas ayuda? -preguntó Erik.

Charles sólo negó con la cabeza.

Erik asintió. Se quedó allí por un momento, pero sentía que Charles quería estar solo, así que caminó lentamente hacia la puerta de la cabaña.

- Voy...voy a estar aquí si necesitas algo. -murmuró. Le parecía extraño decir eso. Todo parecía tan tenso y Erik odiaba eso.

Charles no respondió.

Erik lo miró por un largo momento, hasta que se volvió y entró.

No estaba ni remotamente satisfecho con la situación, pero sabía que tenía que darle tiempo a Charles. Por otro lado, Erik estaba secretamente emocionado porque, al menos, iba a ver algunas de las memorias de Charles. Éste había hablado poco de su pasado cuando se lo preguntó directamente, e incluso había sido vago. Pensando en eso, Erik se dio cuenta que casi no sabía nada del pasado de Charles.

En realidad no conocía a Charles tan bien.

Y ese pensamiento incomodaba a Erik mucho más de lo que osaba admitir.

Entonces, no esperó ver nada interesante en las memorias de Charles más allá del estilo de vida campestre, de beber té y ser rico, siendo mimado y bien educado.

Si hubiera sabido lo equivocado que estaba, habría estado nervioso por las largas horas que tenia por delante.

Todo comenzó con Raven.

Tuvo que ver partes del crecimiento de Raven y Charles -flashes aquí y allá. Los recuerdos de Charles estaban emergiendo de algún lugar en el fondo. Y ahora que no podía bloquearlos u organizarlos con sus poderes, empezaron a surgir espontáneamente. Erik pudo sentir todos ellos regresando, ahora que Charles estaba realmente inmerso en su propia mente.

Pero a medida que el tiempo pasaba, las memorias iban siendo más claras y también más oscuras. Erik permaneció dentro de la casa, mientras Charles pasaba esas largas horas en el exterior.

De repente, Erik empezó a ver flashes del padre de Charles, cuyo nombre no sabía. Sólo podía sentir cuánto lo amaba Charles. Entonces, en la siguiente memoria, vio a un joven Charles en el entierro de su padre, su madre lloraba bajo un paraguas negro. Charles sintió la agonía de ella mucho más que la propia, su telepatía amplificaba el dolor.

"Está en un lugar mejor ahora", la mujer le había dicho a su hijo, a pesar de que ni ella misma lo creía.

Entonces Erik vio escenas de la madre de Charles, con los ojos acuosos y botellas de whisky. Un tiempo después, ella estaba con otro hombre, se llamaba Kurt. Junto con Kurt vino un joven, presumiblemente hermano adoptivo de Charles y Erik podía verlo abusando sin descanso de Charles, golpeándolo, llamándole por feos apodos, haciéndolo sentirse mal delante de otros. Erik miraba, perplejo, mientras las memorias avanzaban -sintiéndose cada vez más enojado con el desconocido hermano adoptivo, en un momento estuvo preparado para golpearle el rostro al niño, cuando Erik vio al padre -Kurt, el padrastro de Charles- subyugándolo y pateándolo muchas veces, mientras Charles gritaba y se retorcía dos pisos arriba, en su propia habitación, sintiendo cada golpe de dolor como si fueran infligidos a él mismo.

«Dios Mío.»

La alegría que Erik sintió por saber más del pasado de Charles comenzó a desvanecerse. Se sentó en el sofá de la cabaña, viendo a la pared, con una mirada impactada en su rostro, sintiéndose aliviado por no tener que encarar a Charles. Se sentía como un intruso. Esto no era algo que debía ver, como el propio Charles le había dicho, pero no era como si pudiera impedirlo. Erik casi deseó correr fuera de la casa y apagar su cerebro.

Porque las memorias siguientes no fueron felices. Todo lo contrario.

Erik vio a la madre de Charles bebiendo hasta el olvido, el alcohol fluía sin parar, semana tras semana, mes tras mes. Y Charles podía sentir cada trago y sus pensamientos brumosos. Después, Erik estaba viendo el entierro de ella también.

"Adiós, mamá." Charles susurró junto a su tumba.

Lo último de satisfacción que Erik sentía se deshizo con eso.

Tensó su mandíbula e intentó no ver, pero no tenía elección, porque las memorias invadieron su cabeza, una a una. No podía bloquearlas -Erik simplemente no poseía la habilidad o capacidad de hacerlo. No importaba si Charles estaba allí, porque los recuerdos lo alcanzaban y el enlace era lo que los conducía hasta Erik. Algunos de ellos parecían borrosos y ruidosos, pero la mayoría eran fuertes y Erik captó algunas de las emociones de Charles en ellos.

Erik presenció, impotente, como el padrastro, Kurt, golpeaba a su propio hijo, y Charles sufría al lado de su hermano adoptivo. De repente, hubo fuego, veía las llamas y sentía el calor, la mansión estaba ardiendo en toda su gloria, Charles gritaba y su hermano estaba llorando, pero Kurt llegó y los salvó. Erik vio con horror a la mansión quemarse en esa memoria. Podía incluso sentir el olor del humo. Charles y su hermano salieron, pero Kurt quedó atrapado dentro. Las manos de Erik se cerraron en puños cuando testificó como quedo rodeado por las calientes y masivas llamas. Entonces, vio cuando Charles cayó en la húmeda hierba, en el jardín de la mansión, y gritó a todo lo que sus pulmones daban al sentir la piel de Kurt quemarse y sentirlo agonizar mientras las llamas lo devoraron y el humo lo sofocaba. Erik probó la bilis en su lengua cuando el joven Charles gritó y gritó, hasta que Kurt murió y Charles sintió que él también.

Si Erik todavía tenía un poco de su antigua arrogancia respecto a la telepatía, ésta se había ido para siempre a partir de ese momento.

El tiempo pronto dejó de tener sentido. En algún punto, Charles entró -su paso había mejorado visiblemente, pero todavía se apoyaba en cualquier cosa que pudiera alcanzar- Erik ni siquiera se atrevió a mirarlo. Su visión ignorante y estereotipada de Charles se rompió poco a poco a lo largo del día, y no estaba seguro de si podría recibir un ataque tan fuerte como el de la noche anterior.

Erik sintió que toda la impresión que tenía acerca de su viejo amigo se disolvía, convirtiéndose en un lío confuso.

Casi deseaba haber podido escoger ignorarla. Pero, naturalmente, no podía hacer esa elección.

Minutos pasaron y más recuerdos vinieron a la superficie. Varios de ellos de la época de adolescencia, cuando accidentalmente paralizó a las personas en una pequeña ciudad, causando varios accidentes de auto y que algunas de las personas fueran atropelladas, el haber sido capaz de oír los pensamientos de un asesino cuando estaba apunto de cometer el crimen, y la culpa que Charles sintió mientras apagaba las memorias del hombre por el shock. Impidió un asesinato, pero se sintió responsable del destino del hombre por años.

Erik se sintió incómodo. Sus pensamientos estaban girando -nunca tuvo idea de cuán fuerte era el poder de Charles y cuánto tenía que concentrarse para bloquearlo, en lugar de usarlo cuando le placiera.

Erik también vio cómo Charles captaba información de la mente de los jefes de policía, estudiantes universitarios, profesores y personas comunes. Erik vio tantas memorias de Raven, llenas de amor y cariño, y Raven sonriendo inocentemente a pesar de sus inseguridades. El amor que Charles irradiaba por ella en esos recuerdos se sentía con mucha fuerza, pero también con mucho dolor.

Años y años, flashes aquí y allá. Pero no importa lo horribles que fueran las mentes que conociera, Charles sólo sentía empatía por todos.

Erik sólo podía reírse, mitad por frustración, mitad por cariño -era tan característico de Charles sentirse así...- incluso por los seres humanos más podridos y malvados.

No le hablaron o miraron al otro.

Las horas pasaron y Erik acompañó a la puerta a los enfermeros cuando vinieron para revisar a Charles.

Erik ahora estaba viendo las memorias de Charles cuando era un soldado en Vietnam. Y esa fue la parte del día en que se sintió nervioso, caminando en círculos en la sala viendo a ese Charles que parecía estar casi muerto, él sentía a los demás soldados morir a su alrededor, su horror y su nostalgia casi lo ahogaron. Charles estuvo al borde del colapso debido a esa sobrecarga.

Eso Erik nunca lo imaginó.

Y los recuerdos continuaron, habían muchos de Raven y Hank, y después de sí mismo. Era extraño para Erik verse a través de los ojos de Charles, pero sólo sentía afecto y ternura emanando de esos viejos recuerdos, de sus conversaciones y de Erik aprendiendo a controlar su poder.

Pero cuanto más Erik veía, más humilde se sentía. Quería apartar las memorias, pero en vez de eso las veía como si estuviera hechizado. Y cada recuerdo lanzaba una nueva luz sobre Charles, Erik vio tanto dolor y tragedia, así como lo vio luchar por mantener sus poderes bajo control. Erik se dio cuenta de que Charles hacía lo posible por mantenerse alejado de las mentes de las personas, y no al revés. Se sorprendió, tanto como se odió por eso, porque también sintió compasión, empatía y...poco a poco, lo entendía más. Charles había estado en miles de mentes, había visto tantas personas diferentes, conocido sus pensamientos más íntimos, y aún así no se había vuelto cínico y gruñón. En vez de eso, Charles absorbía toda la información y el conocimiento, y eso sólo aumentaba su esperanza, su percepción y comprensión. Siempre buscaba las cosas más brillantes en las personas.

Erik casi sintió rabia porque Charles era muy gentil, muy optimista, y no sabía si lo envidiaba o lo admiraba por vivir en una carrera telepática mortal todos los días de su vida y, aún así, mantener la cabeza erguida.

Mientras la tarde avanzaba, Erik caía en un torbellino de pensamientos confusos y perspectivas destruidas sobre su viejo amigo, y no sabía qué pensar.

Su respeto por Charles creció, supo cuánto dolor había escondido detrás de esa sonrisa radiante, y Erik no podía entender cómo alguien podía tomar todas esas cosas malas y transformarlas en una fuente de energía. Charles lo había soportado todo y nunca se quejó. En vez de eso, jugaba con Raven y dejaba que la personas pensaran que su mutación era algo agradable de usar, no continuas migrañas y una marea agonizante de voces.

Erik se sintió un idiota por haber caído en el mismo truco como todos los demás.

Él debería ser el único en conocer mejor a Charles. Sin embargo, cuánto más veía, más convencido quedaba de que realmente no conocía a Charles Xavier.

Cuando la noche rodeaba la cabaña, las memorias de Charles se acercaban más y más al tiempo en que Erik y él se conocieron, y no podía negar su creciente curiosidad. Pero al mismo tiempo, las memorias de Charles comenzaron a ser borrosas debido a que el suero ya iba perdiendo su efecto y él las bloqueaba como podía. Erik casi se sintió molesto por eso.

Porque ahora consiguió captar algunos recuerdos de Alex, Angel, Banshee y todos los demás. Y de él. Tantos recuerdos de sí mismo...y se sintió extraño por lo radiantes y afectuosos que parecían ser, casi sintió sus mejillas arder por toda la atención que le brindaba Charles, a pesar de venir de esos viejos recuerdos.

Entonces pasaron a Cuba y Erik pudo sentir un poco del horrible dolor en la espalda de Charles y la pérdida del movimiento de sus piernas. Después de eso, meses y meses pasados ​​en hospitales y cirugías, aturdido por el dolor y los medicamentos, sintiéndose solo desde el momento en que Erik y Raven lo habían abandonado.

Erik sintió un poco de culpa cuando veía a Charles pasar por un montón de fisioterapias, sin que nada le devolviera la capacidad de caminar.

Vio a Charles mirar las noticias sobre el asesinato del presidente y sentirse traicionado, shockeado, compasivo, y enojado con Erik.

Tuvo que presenciar cómo los mutantes comenzaron a morir y a Charles sentir cada una de esas muertes como un fracaso personal; los recuerdos de Charles se tornaron más sombríos cuando su visión idealizada sobre el gobierno y los seres humanos fueron destruidos en Cuba. Sin embargo, Charles luchaba por mantener su optimismo. Pero, la mansión se fue quedando vacía y las personas morían, Charles se refugió en la bebida y Hank vino con el suero. Raven y Erik habían desaparecido, todos, excepto Hank, dejaron a Charles atrás. Y Erik pudo sentir su rabia por ser rechazado y abandonado, de ser usado como una herramienta.

Aún peor fueron las memorias pasadas en la mansión, a pesar de lo lejos que estaban. Erik vio, con desaprobación, a Charles beber whisky para callar las voces, para dormir el dolor, y tomar el suero para que así Hank no tuviera que quedarse al lado de la cama y sostenerlo mientras él gritaba aterrado durante las noches, porque él ya no sabía si era Charles Xavier u otras seis personas, o todas ellas.

Días y años que pasaron con él aturdido en la ebriedad y Erik sintió asco y pena por tener que ver la forma en que Charles se autodestruía, la esperanza en sus ojos y el optimismo ya habían desaparecido. Luego vio el cambio radical de Charles a una versión más enojada y amargada, y Erik casi sintió miedo, porque había empezado a entender, a comprender que realmente Charles Xavier había sentido odio, uno que se hacía más fuerte.

Pero cuando las memorias de Charles comenzaron a llegar al punto en que Logan apareció, Erik se detuvo para verlas atentamente. De repente, se detuvieron completamente. En su lugar, empezó a escuchar los primeros susurros, y Erik odió y temió saber que la telepatía estaba retornando y que el suero comenzaba a perder totalmente el efecto.

El día había pasado rápido, y Erik sólo entonces se levantó y miró a su alrededor. Charles había entrado a la cabaña hace varias horas, pero había salido de nuevo.

Erik se paró para calmarse -se sintió drenado por todas las emociones que había experimentado a lo largo del día.

Erik salió y encontró a Charles otra vez en el balcón. Charles lo miró, cansado, su piel se veía pálida a la luz crepuscular.

Erik intentó encontrar algo que decir. Se quedó en silencio por un largo tiempo, mordiéndose el labio.

- Yo...siento mucho lo de tus padres. Nunca lo supe. -consiguió murmurar.

Charles miró hacia el horizonte y se encogió de hombros.

Como si no fuera nada, como si toda la visión que Erik tenía de él no hubiera cambiado drásticamente en un día.

Erik se tragó su frustración.

- ¿Ya no puedo ver las memorias, pero todavía se están desarrollando?

<Sí.>

Erik poco podía decir cuando las respuestas de Charles eran monosílabos. No podía hacer nada, excepto sentirse más y más irritado. Parece que una pelea era inevitable y ya estaba asomándose en la superficie. Pero Erik intentó comprender a Charles -revivir sus memorias no debería ser fácil. Tan sólo ayer Erik tuvo que hacerlo solo, y eso lo perturbó y despertó antiguos recuerdos que esperaba olvidar.

Se acercó a Charles.

- La telepatía está volviendo, ¿no? -preguntó en voz baja, como si ya no supiera la respuesta. Sólo quería alguna reacción adecuada de Charles.

Charles sólo asintió con la cabeza.

Erik odiaba lo cansado y *flemático que Charles estaba, pero no podía decir nada sin sentir rabia por él. No era hora de discutir, no cuando Charles aún se estaba recuperando.

- ¿Qué...qué te gustaría hacer? ¿Tomar otra dosis? -sugirió, pero no había ninguna arrogancia o burla en su tono. Claramente eso sorprendió a Charles, podía sentirlo a través del enlace. Algo oscuro se reflejó en el rostro de Charles, como amargura.

Podía sentir su rabia cada vez mayor -conocía a Charles, y probablemente encontraba a Erik un hipócrita- ahora que él había vivido por un breve momento lo que era tener telepatía, estaba bien que Charles tomara la dosis, aunque antes se opusiera tan fervientemente. Y Erik comprendía la rabia de Charles ahora, y eso hizo que todo pareciera aún más complicado. Erik estaba enojado con Charles, y consigo mismo, y eso hacía que fuera difícil concentrarse.

- Vamos...vamos simplemente a ignorar todo esto por el momento. -Erik dijo firmemente- Podemos hablar de eso cuando estés un poco mejor, pero sólo respóndeme...¿Quieres que te dé otra dosis o no?

«Por favor, di que sí», Erik pensó, para su propia vergüenza. «Dios, que diga que sí», no dejaba de pensar, al mismo tiempo que trataba de mitigar su culpabilidad.

Charles asintió. Erik soltó un suspiro aliviado.

- Está bien. Entremos entonces. -dijo con toda la naturalidad que logró reunir. Charles se levantó y sus piernas temblaron peligrosamente cuando lo hizo, entonces Erik se paró cerca de él. No quería ser demasiado intrusivo, pero temía que Charles cayera.

Charles se apoyó de la pared e hizo una mueca cuando sus piernas respondieron muy lentamente. Erik sólo pudo permanecer a su lado y tratar de actuar normalmente. Casi le dijo que si necesitaba ayuda bastaría con pedirla, pero se quedó en silencio. Charles no miró hacia Erik, en vez de eso mantuvo su vista a sus pies. La atmósfera se llenó de tensión.

La caminata de Charles fue dolorosamente lenta e inestable, y bufaba con frustración algunas veces.

Pero cuando ambos estuvieron casi en la puerta, la pierna derecha de Charles cedió y habría caído si Erik no lo hubiera sostenido por el brazo y tirado hacia arriba. Charles soltó un suspiro pesado, y apretó la muñeca de Erik. De repente estaban cara a cara, y tan cerca uno del otro que la respiración de Erik hacía que el cabello de Charles se moviera ligeramente.

Erik miró a Charles con cautela. Estaban tan cerca que Erik podía distinguir cada detalle. Charles estaba pálido como normalmente lo era, sus ojos eran tan azules como nunca había visto y tan intensos y feroces como siempre. Erik tragó en seco, sin saber qué hacer a continuación. Por fin, forzó una mirada neutra y se enderezó.

- No tenemos prisa. -murmuró.

Los dedos de Charles apretaron alrededor de su muñeca cuando se volvió hacia la puerta. Dio un paso más y empezó a caminar de nuevo. Trató de soltarse de Erik, pero perdió el equilibrio enseguida, entonces volvió a sujetarse de su brazo y lo usó como apoyo para entrar.

Tardó un poco, pero Charles recorrió todo el camino hasta la cama. Erik fingió no oír el suspiro de alivio cuando finalmente se sentó. En vez de eso, fue a buscar una de las jeringas. La piel de Erik había empezado a hormiguear a causa de los crecientes susurros y voces en su cabeza. La ciudad más cercana estaba muy lejos, como Frost prometió, pero no parecía que eso fuera algún problema para Charles. Su alcance era casi espantoso.

Charles estaba tranquilo cuando Erik lo tomó de su brazo sano y tiró de la manga de su camisa, alejándola con cuidado. Erik evitó los ojos de Charles cuando empujó la aguja en la piel y vació la jeringa. También ignoró el débil suspiro de alivio que Charles dio cuando el líquido desapareció debajo de su piel y los susurros comenzaron a perder fuerza.

Por primera vez, Erik no sintió ninguna desaprobación con eso. Se sintió secretamente aliviado por no tener que experimentar los horrores de la última noche otra vez.

Una vez más, Erik se sintió molesto por su comportamiento anterior, por la vergüenza que se ocultaba en el fondo de su mente.

De alguna manera, probablemente era mejor que Charles no fuera capaz de oír sus pensamientos.

La cabaña estaba de nuevo muy tranquila.

Erik sentía como si hubiera una enorme distancia entre Charles y él -tenían tanto que hablar y resolver. Era insostenible, Erik lo sabía, pero ahora necesitaba darle tiempo a Charles. Sin embargo, eso no quería decir que Erik no pudiera sentir la creciente tensión subiendo a la superficie. Ésta podría irrumpir en algún momento, no había forma de detenerlo.

Charles se acostó en la cama. A medida que los minutos pasaban, los susurros desaparecían, pero sus recuerdos se volvían más fuertes otra vez. Ya no podía bloquearlos. Erik los atrapó, vio los recuerdos de la vida de Charles después de todo el asunto con Trask. En un shock repentino, Erik se dio cuenta que Charles se acercaba a las memorias de Quimera, su mente estaba recuperando todo lo que había sucedido hasta ese día.

Erik se sentó en la cama con cuidado.

- Charles. Puedo ver tus recuerdos de nuevo. Y...te estás acercando hasta el presente. Pero...necesito saber: ¿Recuerdas algo de los últimos seis meses?

Charles lo miró y frunció el ceño.

<Estaba capturado.>

Erik asintió y sintió un nudo en la garganta.

- Sí, eso es cierto, pero...¿no recuerdas nada de las personas que te capturaron o el lugar donde te tuvieron?

Charles sólo se le quedó viendo.

<En realidad no.>

Erik estuvo casi feliz por eso, pero al mismo tiempo se dio cuenta de que esto significaba que Charles recordaría pronto. De modo que su mente se pondría al día. «Dios. No recuerda que Hank está muerto.»

Los ojos de Erik se abrieron de par en par y contuvo el aliento.

Charles lo miró interrogante. De repente, tenía sentido para Erik el por qué Charles había estado tan tranquilo y sereno todo ese tiempo. Se estaba recuperando, pero no tenía idea de lo que Quimera había hecho con él.

Y como si el universo se pusiera en su contra, de repente, Erik vio las imágenes de la captura de Charles, éste jadeó, sus párpados se cerraron.

Los recuerdos llegaban con tanto dolor y miedo, que también dejó sin aliento a Erik. No tuvo tiempo de advertir a Charles.

De repente, también fue absorbido por los recuerdos.

Los latidos erráticos de su corazón. Violencia. Hank encadenado.

Charles siendo puesto sobre la mesa de ese horrible laboratorio, y esas personas colocándole las agujas y los cables. La tortura. El tormento.

Las imágenes eran borrosas y Erik sintió un poco de pánico porque recordaba muy bien cómo Charles estuvo cerca de matarlos en el hospital al recordar eso.

De repente, vio a Hank siendo torturado, le hacían pruebas, obligaron a Charles a rastrear mutantes, darles sus nombres y direcciones. Y, a veces, lo obligaron a hacer que los mutantes se suicidaran, o que fueran sus seres queridos quienes terminaran el trabajo, Charles estaba sufriendo, pero no podía derrotar al telépata al servicio de Quimera cuando estaba siendo controlado mentalmente y a la vez estaba inmovilizado por esa horrible máquina.

La máquina lo obligó a elevar aún más su poder.

Lo hicieron olvidar su rostro, su nombre, y le dijeron que se llamaba Reach.

Los días pasaron.

Charles sufría desmayos, no conciliaba el sueño, lo llenaban de drogas.

Charles gritaba, y después, al instante, lo dejaban en la oscuridad.

Hank seguía siendo torturado, y Charles sentía todo en su propia carne.

Charles seguía sufriendo.

Deseaba que alguien lo ayudara. O que lo mataran.

Charles se sentía al borde de la locura.

Los recuerdos eran tan fuertes y horribles que pronto Charles estuvo gritando a través de su enlace, y Erik sólo podía quedarse sentado junto a él, mientras que los recuerdos pasaban borrosos. Pero mientras la telepatía fuera bloqueada por el suero, los recuerdos no serían tan dolorosos como lo habían sido en el hospital, y Erik estaba agradecido por esos pequeños milagros. No los matarían, al menos no físicamente.

Erik se sentía impotente al ser testigo del horror y crueldad de Quimera dentro de su mente, sintió el dolor, el miedo y la desesperación de Charles. El shock total de pensar en todo lo que había vivido en esos laboratorios.

Erik, sin embargo, sólo podía esperar con temor hasta que Charles llegara al final de su tiempo como prisionero.

De repente, Erik pudo identificar el momento en que él y su Hermandad habían puesto en marcha su plan; Charles había visto todo, desde sus mentes, y el grupo interno de Quimera había escapado de la sede. Antes de retirarse, Erik se dio cuenta con horror absoluto, que habían matado a Hank unas pocas horas antes de que él y su equipo llegaran -la muerte de Hank había sido causada por el ataque de la Hermandad a la Sede.

Erik no podía respirar, quería correr, huir -porque nunca fue muy cercano a Hank, pero él era realmente importante para Charles, y ahora por su culpa estaba muerto. Se sintió casi derrotado por saber que había algo más que añadir al malentendido entre él y Charles, luego gritó en voz alta de la frustración y la ira.

Charles gritó en su mente por los horribles recuerdos, pero lo único que podía hacer Erik era esperar.

Momentos de agonía pasaban como horas. Afortunadamente, Charles no podía recordar, algo sólido o nada sobre el tiempo en que estuvo en los laboratorios, y pronto los recuerdos se desvanecieron. Cuando desaparecieron, Erik tragó al sentir la profunda tristeza de Charles a través de su enlace.

Cuando Erik fue capaz de enfocar su visión de nuevo, parpadeó y miró a Charles, que estaba acostado en la cama, cerrando los ojos con fuerza. El dolor y la tristeza eran tan difíciles de ignorar, eran tan fuertes y terribles que pasaban a través de su conexión. Y Erik sentía una culpa infinita e ira por sólo sentarse y ver.

- ¿Charles? -Erik susurró con voz quebrada. Charles estaba completamente inmóvil y rígido.- ¿Charles? -Erik llamó de nuevo y se inclinó en la cama.

Lentamente, Charles empezó a jadear y todo su rostro se contrajo de dolor. Se quedó sin aliento, como si no pudiera respirar y Erik lo miraba con una pena tan grande que apenas podía soportarla. Vio las lágrimas fugaces escaparse de los párpados de Charles y tuvo que mirar hacia otro lado por un momento.

Terribles segundos transcurrieron, el aire estaba tan lleno de conmoción e incredulidad que Erik casi deseó desaparecer.

Pero Charles dependía de él, por lo que Erik se quedó a su lado.

- «Hank» -llegó finalmente el desolado pensamiento de Charles. Las lágrimas comenzaron a fluir con más fuerza y Erik tuvo que tragar varias veces.

Se sentía vulnerable al ser testigo de la agonía de Charles, odiaba a Quimera y se odiaba a sí mismo; Erik se sintió tan incómodo en su propia piel y con sus acciones pasadas, que quería hacer algo para remediarlas.

Charles dejó escapar un gemido y abrió los ojos. La mirada en ellos a su vez hizo que el interior de Erik quemara.

Charles dejó escapar un sollozo de dolor, las lágrimas seguían fluyendo, mientras miraba a Erik.

- <¿Es verdad?> -Preguntó, todavía con algo de esperanza desesperada en su voz.

Erik quería decir que no, pero no se podía negar la verdad. Negó con la cabeza con seriedad.

Con eso, se rompió la presa, y Charles se llevó las manos a la cara y lloró. Instintivamente, Erik se estiró hacia Charles, pero se detuvo y volvió a su lugar.

Odiaba ver a Charles así -nunca lo había visto desmoronarse por completo.

Erik se sentía fuera de lugar. No tenía idea de qué hacer y sólo encontró consuelo en la ira. Quería destruir a Quimera, más que nunca, y juró venganza en el silencio de las sombras de su propia mente.

- <Lo siento> -Erik dijo a Charles a través de su enlace, porque no confiaba en su voz.- <Realmente lo siento.>

Charles simplemente irradiaba dolor y tristeza.

Erik dio un suspiro tembloroso. <Fue en parte culpa nuestra. Mataron a Hank porque íbamos a rescatarte. Sabían que nosotros -Yo y la Hermandad- íbamos a llegar, pudieron ver nuestro plan a través de tu telepatía.>

Charles no respondió.

Erik tuvo que secarse los ojos con enfado. <Lo siento mucho, Charles.>

No sabía qué más decir.

Quería decirle a Charles que fueron los seres humanos quienes habían asesinado a Hank, que era exactamente por eso que nunca podría haber paz. No podían confiar en los seres humanos. Erik tuvo la decencia de mantener la calma -y no añadirle más sufrimiento a Charles. Entonces se quedó sentado allí, queriendo consolar a Charles, pero siendo incapaz de encontrar cómo. Sólo prometiendo venganza. Se retorció las manos con ansiedad.

Los sollozos de Charles no había desaparecido por completo cuando su mente reprodujo las horribles imágenes de Hank siendo torturado. <Fue mi culpa, Erik. Mía. No quise dejar que usaran mi poder, y se desquitaron con Hank.>

Erik lo miró y sacudió la cabeza con furia. <No no. No fue tu culpa, Charles, ni en millones de años. No te atrevas a culparte por ello. Cúlpame a mí o a Quimera. Tú no podrías haber hecho nada. Lo sé porque vi lo que te hicieron. No había manera de que los detuvieras.>

Charles gritó estrepitosamente. <Deberías haberme dejado allí. Causé la muerte de muchos. He hecho cosas terribles.>

Erik jadeó de incredulidad. <De ninguna manera te hubiera dejado allí. ¿Me escuchas? Y eso no es tu culpa, Charles. Abusaron de ti y te utilizaron como un arma.>

Charles negó con la cabeza. <Podría haber luchado más. Podría haber hecho algo, cualquier cosa...>

Erik tomó las muñecas de Charles, sacudiéndolo. <Para. ¡Sólo basta!>

Charles dejó caer las manos y miró a Erik, las lágrimas fluían como una corriente sin fin. <Asesiné a más personas de las que puedo contar. Nuestra especie. Mutantes. Algunos de ellos eran niños. ¡Niños, Erik! ¿Cómo pude? ¿Cómo pude convertirme en un monstruo en sus manos? Hice que se mataran, o que sus padres o amigos o amantes lo hicieran. O que los agentes los encontraran después. Merecía esa tortura. Todo.>

Erik se quedó en shock, eso era un insulto.

- ¡No, Charles! -dijo en voz alta.- No digas que lo merecías, nunca lo mereciste. Utilizaron tu mente para hacerlo. Nunca fue tu elección. ¡Nunca...!

Charles parpadeó con los ojos llorosos y tragó con fuerza. <¿Cómo puedo vivir conmigo mismo, Erik? Recuerdo algunos de sus nombres, sus caras...y cómo se sintieron al morir.>

Erik se inclinó, sobre él, y puso sus manos sobre los hombro de Charles. Lo miró a los ojos.

- Vas a tener que tratar de olvidar, Charles. Esto no fue tu culpa. Nunca habrías hecho nada de eso sin esos malditos bastardos. Y van a pagar por ello, te lo juro.

Charles abrió la boca y cerró los ojos, volviendo la cabeza hacia un lado. Erik se inclinó aún más. Charles aferró sus dedos a sus muñecas con tanta fuerza que casi dolía.

<...¿Fueron rápidos con Hank?>

Erik tragó en seco. Intentó olvidar el olor a putrefacción y el cuerpo mutilado, colgando de las pesadas cadenas en esa pequeña habitación. <Al final, creo que sí.>

Charles trató de calmar su llanto, pero éste sólo se hizo más fuerte. Finalmente, Erik no pudo quedarse sentado allí y ver, por lo que decidió no preocuparse por ningún tipo de barreras. Sólo se inclinó junto a Charles. Charles se apretó instintivamente contra él, enterrando su rostro en el hombro de Erik.

Se quedaron así, juntos, y Erik sabía que esto era algo que no hubiera pasado, ese momento de comodidad e intimidad eran el resultado del colapso total de Charles. Pero por un momento, Erik se sintió bien sabiéndose importante.

Miró a la pared de enfrente, Charles estaba cálido y temblaba, ambos en un semi abrazo. El pesar se sentía a través de su enlace.

<Hank trató de llegar a un acuerdo. Pero lo trataron como a un animal.>

Erik suspiró. Sintió la caliente respiración de Charles a través de la camisa, era irregular y superficial. Se sentía mal al haber estado satisfecho por que Charles hubiera experimentado cautiverio. Hubiera dado lo que fuera por haberle evitado a Charles este dolor y pérdida. Ahora que Erik también sabía que Charles no estaba al tanto de la tragedia.

- <Siento mucho lo que te pasó, Charles.> -dijo Erik ,y se dio cuenta de que no sólo estaba hablando de Quimera. Todavía podía ver la imagen de Charles sufriendo mientras su padrastro moría en el fuego, de Charles perdiendo amigos innumerables en la guerra.- <No te lo merecías. Nada de eso.>

Una vez más, Erik sentía una enorme ola de protección hacia Charles. Sentía como si hubiera llegado a una conclusión importante en esa nueva visión que había formado de Charles.

<No puedo hacer esto, Erik.>

Erik mantuvo sus ojos en la pared. <Sí puedes. Eres una de las personas más fuertes que conozco>,le dijo , y su respuesta le sorprendió a él mismo.

<Estoy solo. Siempre estaré solo. Hank era mi único amigo. Él cuidó de mí todos estos años...la mansión fue nuestro hogar. Y yo confiaba en él con mi vida.>

Erik estaba extrañamente tranquilo cuando respondió. Había una triste nostalgia en sus palabras: <No estás solo, Charles.>

El abrazo de Charles se intensificó.

<No estás solo.>

-------------------
*Flemático: de temperamento apático o que actúa con tranquilidad excesiva. (Por si no lo sabían :v)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).