Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vampiros. por Seiken

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El auto deportivo que manejaba Kiki era maravilloso, el rugido de su motor y su forma de conducir era fantástica, además, era tan rápido que en poco tiempo llegarían a su destino. 
 
-Y dime una cosa, siempre has estado viviendo en este pueblo, en este sitio. 
 
Harbinger negó eso, no siempre había estado en ese pueblo, no conocía a Aldebaran desde niños, antes vivía en un lugar diferente y por algún tiempo estuvo en la calle, robando basura, pidiendo limosna, pero eso era una historia que a nadie le importaba escuchar. 
 
-Desde que fui adoptado por Shion y Dohko, antes no lo hacía, pero no me gusta hablar de aquella época, me deprime o me pone de mal humor. 
 
Kiki se desvió en la carretera, para detenerse junto a un restaurante, en un lugar de hamburguesas. 
 
-Este lugar me gusta mucho, espero que a ti también te guste, hoy yo pago, la siguiente ocasión lo harás tú. 
 
Harbinger salió detrás de él, sentándose en una de las mesas, en donde Kiki pidió su orden, una hamburguesa, unas papas fritas y una malteada de vainilla. 
 
-¿Quien dice que habrá otra ocasión? 
 
Esa pregunta la realizó con un tono de burla, mirándole de reojo, con una sonrisa de medio lado. 
 
-Oye, dame una oportunidad, si te la pasas bien, salimos otra vez, sino, insistiré hasta que me des otra oportunidad. 
 
Harbinger supuso entonces que estaba en lo correcto, que ese chico era gay, una bastante valiente que no se intimidaba por su apariencia o su estatura.
 
-¿Así que esto es una cita? 
 
Kiki asintió, entusiasmado, colocando una mano sobre la suya, contrastando con su tono de piel, una mano mucho más pequeña que la suya. 
 
-Si tú quieres que lo sea, sino, simplemente podemos actuar como amigos o futuros amigos, me agradas mucho. 
 
Harbinger no le dijo nada, algo que era una buena señal para Kiki, quien le veía con una sonrisa, pellizcando su comida, una mordida aquí, un trago acá, pero al final, dejo su alimento casi completo en la mesa.
 
-Me gustas, y creo que a muchos les da miedo tu estatura, piensan que eres un gigante aterrador, pero eres uno amable, pero a mí no me das miedo, yo... yo te encuentro encantador. 
 
Pronunció, levantándose de la mesa para tirar su comida, logrando que Harbinger se sonrojara demasiado, pero aún así lo siguiera, pensando que ese chico era realmente extraño, demasiado seguro de sí mismo. 
 
—¿No te molesta que sea mucho más alto que tú o mucho más musculoso? 
 
Kiki subió al asiento delantero con una sonrisa de oreja a oreja, encendiendo el motor, recargandose en el asintió, que era muy cómodo. 
 
—Pienso que así tengo mucho más que amar y si me gustan los hombres, que me gustan, me encanta uno como tú, alto, fuerte, amable... encantador. 
 
Harbinger ya no dijo nada, observando el paisaje, encontrando mucho más extraño aún a ese joven de cabello café, que simplemente conducía en silencio. 
 
—Yo quise mucho a alguien, era mi vida, era el sol que me alejaba de las sombras, una cuerda de salvamento, pero odiaba lo que yo era y odiaba ser algo como yo, pero no porque así pensara el, sino porque le metieron esa idea en la cabeza... se mató, aun lo extraño, demasiado tal vez. 
 
Pronunció deteniéndose enfrente del estadio, esperando que Harbinger saliera del auto, llevándolo a un palco de lujo, en donde podrían ver el partido de fútbol. 
 
—Pide lo que desees y disfruta del juego, porque yo sé que lo haré contigo haciéndome compañía. 
 
Le informo, sentándose a su lado, fingiendo ver el partido, cuando sus ojos estaban fijos en su acompañante, que a su vez, estaba disfrutando el juego, enfocado por completo en ese partido. 
 
*****
 
Aldebaran comió a sus anchas, ignorando la mirada de Mu, que lo llevo al interior de su casa, para que pudieran escuchar un poco de música, algo tranquilo, relajante, sirviendo un poco más de vino para el y una cerveza para su acompañante. 
 
—¿Te gusta la vida de este pueblo? 
 
Aldebaran asintió, sentándose donde Mu le indicaba, estaba mareado, el alcohol y el no se llevaban bien, a pesar de su estatura. 
 
—Es agradable, aunque algo aburrido en realidad. 
 
Respondió, tallando sus ojos, recargandose en el respaldo del sillón, uno grande y cómodo, mullido, que no le ayudaba en lo absoluto a permanecer despierto.
 
—No hay nada que hacer, pero su gente es amable y siempre hemos vivido aquí. 
 
Mu le quitó la cerveza de la mano, sentándose a su lado, acariciando su cabello, sin que Aldebaran se diera cuenta de eso. 
 
—Yo he visto casi todo el mundo, pero nunca he visto nada que me guste, no por mucho tiempo. 
 
Aldebaran sonrió, escuchando eso, preguntándose porque razón no encontraría nada que le gustará en ese mundo, si había tanto que ver. 
 
—A mi me gustaría ver el mundo, dicen que Grecia es hermoso... tal vez la India o Brasil... la selva, debe ser todo un espectáculo. 
 
Mu asintió eso, la selva era un espectáculo, especialmente, cuando estabas acompañado de la persona que amabas, la que estaba sentada a tu lado, sus ojos cerrados, su corazón latiendo a un ritmo agradable. 
 
—Yo podría llevarte y me gustaría mucho que pudieras acompañarme. 
 
Aldebaran abrió los ojos de pronto, al sentir la mano fría de Mu sobre la suya, después sus labios. 
 
—Pero supongo que primero debemos conocernos mejor. 
 
*****
 
En ese momento, un hombre rubio, de ojos azules, un hombre vestido de ropa negra, bajo de una motocicleta, con una mochila a sus espaldas, un hombre que buscaba a dos seres de la noche y qué no se detendría hasta encontrarlos.
 
—La oscuridad no se alimentará de este pueblo... no mientras yo viva. 
 
Y el había vivido mucho tiempo, tal vez, demasiado, por lo cual, la experiencia le hacía comprender, que para dar con ellos, primero debía dar con sus presas. 
 
—Mi querido amigo, esta vez, si podré salvar tu alma... 
 
Lo hacía por amor y el amor, no podía forzarse, por lo cual, no podía evitar que siguiera amándolo después de tantos siglos. 
 
—Porque yo te amo... 
 
*****
 
Como se me hizo un poco corto el capítulo y tuve inspiración, además, de tiempo, para escribir otro, aquí se los dejo, con la misma pregunta. 
 
¿Quieren que Mu y Kiki obtengan el amor de sus toros? 
 
¿Y quién es el que acecha en las sombras? 
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).