Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vampiros. por Seiken

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Saga termino su entrevista con un suspiro cansado, quitándose el maquillaje, un poco de su vestuario, seguro de que este había sido un hermoso día, uno mas que perfecto, había encontrado dos vampiros y firmado un contrato por dos presentaciones mas en el mejor de los teatros de ese pequeño pueblo. 
 
-En algún momento de esta semana me llamaran buscando al famoso cazador de vampiros, sin importar lo que pase, reciban su mensaje y llevenlo a mi lado.
 
Creía que si alguien necesitaba ayuda debian dársela, especialmente si de vampiros se trataba, porque estos seres en ocasiones ignoraban el pasado o el presente, perdido en una ilusión. 
 
-Probablemente ya no tengamos tiempo que perder. 
 
Su ayudante únicamente asintió, pensando que estaba loco y que no era más que un excéntrico, un mentiroso que se había creído su propia historia. 
 
-Como usted diga... 
 
*****
 
Aldebaran ingreso en el garage buscando a Harbinger, estaba asustado, pensando en lo peor, en lo que haría si llegaban a lastimarlo. 
 
-¡Harbinger!
 
Volvió a gritar, escuchando los pasos de alguien a sus espaldas, ese era Mu, que mantenía sus brazos cruzados, mirándole con tristeza. 
 
-¿Estás asustado? ¿Me tienes miedo?
 
Aldebaran retrocedió, sabía que Harbinger estaba en ese lugar, debía encontrarlo, dar con el y huir, salir de esa casa tan lúgubre, con ese sótano cubierto de sangre. 
 
-Deberías estarlo, porque tienes razón, esa sangre era de alguien que alguna vez estuvo vivo, pero verás, yo soy como un león, ellos como gacelas, son mi alimento y yo soy lo que soy, por amor. 
 
Mu siguió adelante, avanzando en su dirección, notando como Aldebaran chocaba contra una de las paredes, tirando algunos utensilios de los muebles. 
 
-Yo te amaba con locura, tú eras mi mundo, mi sol, aquello que me hacía feliz, pero, estabas enfermo, te ibas a morir y no sabía que hacer, como curarte, a menos, no por medios humanos... tú no lo sabías y después de eso, de curarte, ya no confiabas en mi, me creías un monstruo, un asesino, como ahora. 
 
Aldebaran ya no podía retroceder y esa voz, ese dolor que reflejaba Mu le dolía, le hacía pensar en el pasado, uno que no podía recordar, un sentimiento de desesperación profundo. 
 
-Nunca pude decírtelo, nunca pude explicarte que daría el mundo entero a cambio de mantenerte a mi lado y que las vidas de esos dos jóvenes, no valían nada si yo iba a perderte, lo que termino pasando, de una u otra forma, pero al menos, yo no te ví morir a causa de esa enfermedad. 
 
Su toro era muy fuerte, era grande y resistente, pero también era humano, en sus viajes había enfermado, apenas empezaba el declive, el no lo sabía, pero Mu si, el tendría que verlo, así que busco la forma de curarlo, pactando con ese demonio de piel oscura, para tener a su amado en sus brazos, por siempre. 
 
-Pero si te ví morir frente a mis ojos, en ese momento perdí todo sentido, el dolor casi me destruye y supe, que el mundo había dejado de tener sentido sin ti a mi lado.
 
Mu se detuvo junto a Aldebaran, recargando su oido en su corazón, sonriendo al escuchar ese hermoso latido, al mismo tiempo que las manos de su toro se posaban en sus hombros, tal vez para alejarlo, pero para el eran para reconfortar su muerto corazón. 
 
-Yo busque la muerte, busque mi destrucción, probé de todas las drogas, de todos los males, bebía sangre de quien fuera, de lo que fuera, comprendí todo aspecto de la oscuridad humana y ví, de alguna forma entendí, que tú eras lo único bueno en este mundo, mi dulce toro, mi dulce gigante.
 
Aldebaran al seguir escuchando ese dolor en su corazón, en vez de apartarlo como deseaba hacerlo, le abrazo, rodeando sus hombros, cerrando sus ojos, sufriendo a su lado, recordando una migajas del cariño que sentía por este hombre aferrándose a su cuerpo. 
 
-Tambien comprendí que no estoy dispuesto a vivir sin ti, aun te quiero a mi lado. 
 
Aldebaran entonces sintió una mordida, en su pecho, como si Mu fuera un pequeño niño bebiendo leche, un sentimiento extraño, que le estremeció, debilitando su cuerpo con demasiada rapidez. 
 
-No... por favor... 
 
Aldebaran empujó el cuerpo de Mu, separandolo de si mismo usando toda su fuerza, lanzandolo lejos, mirándole fijamente con una expresión de horror, al ver la sangre manchando su ropa, la boca ensangrentada del vampiro y sus dientes afilados. 
 
-Eres un vampiro... 
 
Mu relamio la sangre de su boca, cerrando los ojos, tratando de controlarse, viendo cómo Aldebaran retrocedía y de pronto escuchaba un sonido en el segundo piso, un cuerpo pesado cayendo al suelo. 
 
-¡Harbinger! 
 
Grito entonces, alejándose de prisa, Mu le vio alejarse, sus dientes afilados aún sobresaliendo de su boca, siguiendo a su toro que veía a Kiki y Harbinger cargando unos muebles, que dejaron caer en el suelo, el vampiro sin entender la actitud de Mu, el toro, al ver la sangre en el pecho de Aldebarán. 
 
-¿Qué diablos te paso? 
 
Aldebaran tiró de la mano de Harbinger, alejándolo de Kiki, viendo cómo Mu ingresaba en esa habitación con una actitud serena. 
 
-Lo mordí, para que me acepte más fácilmente, para que no huya de mi, un cazador, que está cansado de alimentarse de gacelas y ahora quiere un poco de sangre de toro, su toro. 
 
Kiki apretó los dientes, furioso, comprendiendo que Mu lo había hechado todo a perder, el deseaba seducirlos, enamorarlos y después morderlos, hacer lo contrario no servía de nada. 
 
-¡Son vampiros! 
 
Harbinger veía a Mu con una expresión de incredulidad, no se veía diferente, no aparentaba ser lo que era, un vampiro, porque los vampiros no existían, eso era absurdo, pero el había dicho que lo mordió, llamando su atención inmediatamente. 
 
-¡Qué demonios has hecho! 
 
Aldebaran tiró de su mano para que intentarán marcharse, Mu estaba en las escaleras, de allí no se movería, Kiki, tallando su nariz, creyendo que su alumno había perdido la cabeza. 
 
-Esto debe ser una broma... 
 
Se quejo, volteando en dirección de los dos muchachos, el que sangraba del pecho, mirándoles con horror y el otro que no creía lo que estaba pasando en ese momento. 
 
-Mira... debes perdonarlo, pero Mu no llevo muy bien la perdida de su alumno, que eres tú, pero reencarnado, casi pierde la razón y lo único que desea es estar a tu lado, que le des una oportunidad... 
 
Harbinger apenas podía entender lo que pasaba, Kiki no estaba negando ser un vampiro, ni que Mu le hiciera daño a su hermano, quien sangraba de su pecho, a la altura de uno de sus pezones, quien retrocedió un paso cuando Mu intento acercarse a él. 
 
-¿Eres un vampiro? 
 
Le pregunto sorprendido, mirándole fijamente, jadeando cuando Kiki se acercó a él unos pasos, pero para alejar a Mu de los dos. 
 
-Somos vampiros y como vampiros comemos sangre, como tan burdamente lo dijo Mu, los humanos son gacelas para nosotros, pero ustedes no lo son, ustedes, nuestros toros, son nuestros soles, son aquello que necesitamos para seguir con vida, son nuestros compañeros. 
 
Mu deseaba terminar lo que empezó en esa habitación, beber la sangre de Aldebarán, Harbinger trataba de pensar en alguna solución, en algo que hacer para evitar que Mu se acercara al otro, confiando en Kiki, por alguna razón que no alcanzaba a comprender. 
 
-¿Tú y yo también tuvimos una historia? 
 
Kiki asintió, tuvieron una historia y el trato de forzarlo a querer ser uno de los suyo, pero eso era otro tiempo, ahora quería hacerlo mejor, sin equivocarse, porque no quería que su toro se matara de nuevo. 
 
-Te dedicabas a destruir a seres como yo, por eso jamás quisiste aceptarme, no realmente y cuando te mordí, cuando te convertí en un ser inmortal, trataste de matarte frente a mi, pero alguien más, alguien que nunca perdonaré te asesino, de lo contrario yo te habría salvado, habría regresado a mi... porque tú me amabas, me diste tu sangre para mantenerme en pie... Aldebaran también lo hacía, el dejaba que su amado, que era Mu, bebiera de su cuerpo... 
 
Kiki se hizo a un lado, permitiéndoles pasar si eso era la que deseaban, colocando una mano en el pecho de Mu, que no dejaba de admirar a su toro, que a pesar de la perdida de sangre, se mantenía de pie. 
 
-Debemos pensar esto, pero lo meditaremos en nuestra casa, en donde curare la herida de Aldebarán, para que deje de sangrar. 
 
Harbinger deseaba salir de allí, eso era lo mejor, aunque suponía que Mu estaría en contra de eso, de permitirle salir en busca de la seguridad. 
 
-Solo si me prometes que podremos verlos de nuevo, este incidente no volverá a ocurrir... déjenos demostrarles que tan buenos podemos ser con ustedes, nuestros amados toros. 
 
Harbinger asintió, pero esperaban la respuesta de Aldebarán, que también asintió, con un movimiento de su cabeza, un movimiento lento, inseguro. 
 
-Muy bien, pueden marcharse, mañana iremos a verlos y los llevaremos a cenar a un restaurante de cinco estrellas, a Omnia, después a ver un espectáculo, los trataremos como a reyes. 
 
Sonaba como todo un plan, si es que aceptaban realizarlo, Aldebaran pensaba en huir de esa casa, aunque fuera caminando, Harbinger tampoco estaba seguro de esperar a que un león, no se comiera a un toro, además, la forma en que hablaba Kiki no era una invitación, era una orden y no estaban dispuestos a aceptarlas. 
 
-Y Aldebaran... Por favor, no tengas miedo, Mu te ama, únicamente, no puede vivir sin ti, sin su sol, sin su amado toro del amazonas... 
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).