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Harry Potter y el misterio del diamante. por Maryk0k0

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Las cosas continuaron con regularidad, Harry, Ron y Hermione solian pasear como tres estudiantes normales, después de las medallas de Potter apesta, los de Gryffindor pusieron las imágenes de Cedric Diggory con la cabeza en llamas eso no le llamaría tanto la atención si cierto Slytherin con el rostro de un chico de piel negra  se riera a carcajadas de los dibujos que hizo Dean Thomas, reconocía a ese chico.

—¡Por el amor al diamante!

—H—hola.—dijo Harry.

—Hola.—dijo el Slytherin desviando la mirada.

—Queria darte las gracias por las botas.

—Son una creación mia.—dijo el Slytherin.—Están hechas con goma y algodón común.

Sintió vergüenza que haya pensado que se trataba de una manualidad normal.

—Mis cuidadores tienen una empresa de calzado y ropa.—dijo él como si fuera poca cosa.—Llevan en el mercado más de 140 años.

—Creia que eras hijo de muggles.—dijo Harry.

—En realidad.—dijo componiendo una cara pensativamente graciosa.—No soy un sangre pura… un hibrido quizá…

—¿Es en serio?

—Si. Los hibridos no están bien parados. La gente suele huir de los diferentes… Por eso la imbecilidad sobre los hijos de muggles y los sangre limpia. No suelen saber que al final de todo tienen algo de lo que odian en su propia sangre. Recuerdo a un viejo enemigo que odiaba a la gente negra pero ¡oh sorpresa! Él tenía ancestros de piel negra. Los brujos son tan imbéciles como esa gente.

Miró sorprendido al Slytherin, Harry comprendía que todo eso era lo mismo también.

—Espero que te hayan gustado tus botas.—dijo el Slytherin viendo hacia el lago con expresión preocupada.

El silencio era incomodo, sabia que el Slytherin parecía mucho más preocupado.

—¿Tienes algo que te preocupa?

—Alla afuera hay tres chicas perdidas. 

—Creia que solo eran 3 monstruos.

Harry se sintió asustado por eso, ¿Habian 3 más?

—No, no te preocupes, las otras dos chicas están bien. Simplemente están…—el Slytherin bajó la mirada.—Nos llevamos mal… Una de ellas estuvo presa por mucho tiempo y según mi hermano ella estaba tan mal anímicamente que simplemente quería huir, la otra quiere venganza.

—¿Por qué?

—No siempre hay mortífagos y asesinos.– dijo con la mirada cansada.—A veces, nosotros mismos hacemos daño sin saberlo. A veces buscas tu bienestar, el bienestar de los tuyos, a veces las cosas no se resuelven con el dialogo, a veces tienes que pelear... o simplemente… alejarse.

Dos lágrimas se soltaron rápidamente.

—Cometimos grandes errores y remediarlos es realmente difícil. El daño… el daño está hecho y no hay vuelta de hoja. A veces quisiera que el tiempo retrocediera para darme un puñetazo en el rostro y evitar todo esto… pero a veces creo que fue necesario… nuevas semillas deberían germinar… nueva vida...

Miró hacia el lago con tristeza, parecía que daba entender que quería ir allí y ahogarse en él. ¿Pensaba en el suicidio?

—¿Estás bien?

—Si. Tengo… tengo que ir a la sala común. Gracias a las estrellas que podemos ver el lago de foma subterránea… ¡Suerte con la segunda prueba!

Harry se despidió de él. Parecia que él estaba sufriendo de algun modo y parecía bastante pensativo con los monstruos. ¿Cuál era su historia?

 

La profesora McGonagall estaba parada con las jaulas de las gallinas que convirtieron en conejos, el conejo de Neville parecía tener todavía plumas y le mandó más deberes siendo injustos porque un Slytherin le rompió su varita mágica, el muchacho chilló por lo grave de su problema. Ron y Harry habian aprovechado jugar con sus varitas que se convertían en pollos y se daban de golpes contra si mismos, Hermione leyó un libro de transformaciones.

—¿Podrian prestar atención, señor Weasley y señor Potter?

Los demás se quedaron viéndolos, Dean y Seamus se mofaron de ellos dos.

—Tengo un anuncio importante que hacerles.

»Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si así lo desean podrán invitar a un estudiante más joven.

Las chicas parecían emocionadas, a excepción de Hermione que no terminó de expresar su mal humor.

—Será obligatoria la túnica de gala —prosiguió la profesora McGonagall—. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien... —La profesora McGonagall recorrió la clase muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire —dijo, en tono de desaprobación.

Lavender se rió, poniéndose la mano en la boca para ahogar el sonido. Harry comprendió dónde estaba aquella vez lo divertido: la profesora McGonagall, que llevaba el pelo recogido en un moño muy apretado, no parecía haber echado nunca una cana al aire, en ningún sentido.

—Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora McGonagall— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustaré muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio.

Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían las cosas y se echaban las mochilas al hombro. La profesora McGonagall llamó por encima del alboroto.

 —Potter, por favor, quiero hablar contigo.

La profesora McGonagall esperó a que se hubiera ido el resto de la clase, y luego le dijo

 —Potter, los campeones y sus parejas...

—¿Qué parejas? —preguntó Harry. La profesora McGonagall lo miró recelosa, como si pensara que intentaba tomarle el pelo.

—Sus parejas para el baile de Navidad, Potter —dijo con frialdad—Sus parejas de baile.

Harry sintió que se le encogían las tripas.

—¿Parejas de baile? Yo no bailo —se apresuró a decir.

—Sí, claro que bailas —replicó algo irritada la profesora McGonagall— Eso era lo que quería decirte. Es tradición que los campeones y sus parejas abran el baile.

Harry se imaginó de repente a sí mismo con sombrero de copa y frac, acompañado de alguna chica ataviada con el tipo de vestido con volantes que tía Petunia se ponía siempre para ir a las fiestas del jefe de tío Vernon.

—Yo no bailo —insistió.

—Es la tradición —declaró con firmeza la profesora McGonagall—. Tú eres campeón de Hogwarts, y harás lo que se espera de ti como representante del colegio. Así que encárgate de encontrar pareja, Potter.

—Pero... yo no...

—Ya me has oído, Potter —dijo la profesora McGonagall en un tono que no admitía réplicas.

 

Una semana antes del baile de navidad, Harry no habia encontrado pareja.

—Mira, no vas a tener ningún problema. Eres un campeón. Acabas de burlar al colacuerno húngaro. Me apuesto a que harían cola para bailar contigo.

Ron redujo al mínimo la amargura de su voz. Y, para sorpresa de Harry, resultó que Ron tenía razón. Al día siguiente, una chica de Hufflepuff con el pelo rizado que iba a tercero y con la que Harry no había hablado jamás le pidió que fuera al baile con ella. Harry se quedó tan sorprendido que dijo que no antes de pararse a pensarlo. La chica se fue bastante dolida, y Harry tuvo que soportar durante toda la clase de Historia de la Magia las burlas de Dean, Seamus y Ron a propósito de ella.

Al día siguiente se lo pidieron otras dos, una de segundo y (para horror de Harry) otra de quinto que daba la impresión de que podría pegarle si se negaba.

—Pero si está muy bien —le dijo Ron cuando paró de reírse.

—Me saca treinta centímetros —contestó Harry, aún desconcertado—. ¿Te imaginas cómo será intentar bailar con ella?

Recordaba las palabras de Hermione sobre Krum: «¡Sólo les gusta porque es famoso!» Harry dudaba mucho que alguna de aquellas chicas que le habían pedido ser su pareja hubieran querido ir con él al baile si no hubiera sido campeón de Hogwarts.

Para esos días, Universe se veía mucho más ojeroso y traía un oso de peluche que para todos lados llevaba en diferentes años pero en esa ocacion el pareció ver el mango negro de la espada que vio desde el principio. Al parecer el peluche no era más que una mochila y no estaba tan equivocado, un día jaló una parte del cuello del oso y salió una cinta de mochila, él la llevaba detrás de la espalda cuidado perfectamente su contenido, Malfoy intentó burlarse pero la mirada de Universe parecía intimidarlo.

—¿Qué le pasa?—dijo Malfoy a Crabbe.

Algunos profesores, como el pequeño Flitwick, desistieron de intentar enseñarles gran cosa al ver que sus mentes estaban tan claramente situadas en otro lugar. En la clase del miércoles los dejó jugar, y él se pasó la mayor parte de la hora comentando con Harry lo perfecto que le había salido el encantamiento convocador que había usado en la primera prueba del Torneo de los tres magos. Otros profesores no fueron tan generosos. Nada apartaría al profesor Binns, por ejemplo, de avanzar pesadamente a través de sus apuntes sobre las revueltas de los duendes. Dado que Binns no había permitido que su propia muerte alterara el programa, todos supusieron que una tontería como la Navidad no lo iba a distraer lo más mínimo. Era sorprendente cómo podía conseguir que incluso unos altercados sangrientos y fieros como las revueltas de los duendes sonaran igual de aburridos que el informe de Percy sobre los culos de los calderos.

También McGonagall y Moody los hicieron trabajar hasta el último segundo de clase, y Snape antes hubiera adoptado a Harry que dejarlos jugar durante una lección. Con una mirada muy desagradable les informó de que dedicaría la última clase del trimestre a un examen sobre antídotos.

—Es un puñetero. —dijo amargamente Ron aquella noche en la sala común de Gryffindor—. Colocarnos un examen el último día... Estropearnos el último cachito de trimestre con montones de cosas que repasar...

—Mmm... pero no veo que te estés agobiando mucho —replicó Hermione, mirándolo por encima de sus apuntes de Pociones.

Ron se entretenía levantando un castillo con los naipes explosivos, que era mucho más divertido que hacerlo con la baraja muggle porque el edificio entero podía estallar en cualquier momento.

—Es Navidad, Hermione —le recordó Harry.

Estaba arrellanado en un butacón al lado de la chimenea, leyendo Volando con los Cannons por décima vez. Hermione también lo miró a él con severidad.

—Creí que harías algo constructivo, Harry, aunque no quisieras estudiar los antídotos.

Sabía a que se refería, él había metido el huevo en el baúl del dormitorio y no lo había vuelto a abrir desde la fiesta que había seguido a la primera prueba. Después de todo, aún quedaban dos meses y medio hasta el día en que necesitaría saber qué significaba aquel gemido chirriante.

—¡Pero te podría llevar semanas averiguarlo! —objetó Hermione. —Y vas a quedar como un auténtico idiota si todos descifran la siguiente prueba menos tú.

—Déjalo en paz, Hermione. Se merece un descanso —dijo Ron. Y, al colocar en el techo del castillo las últimas dos cartas, el edificio entero estalló y le chamuscó las cejas.

—Muy guapo, Ron... Esas cejas te combinarán a la perfección con la túnica de gala.

Eran Fred y George. Se sentaron a la mesa con Ron y Hermione mientras aquél evaluaba los daños.

—Ron, ¿nos puedes prestar a Pigwidgeon? —le preguntó George.

—¿Porqué?—contestó Ron.

—Porque George quiere que sea su pareja de baile —repuso Fred sarcásticamente.

—Pues porque queremos enviar una carta, tonto —dijo George.

—¿A quién están escribiendo, eh? —preguntó Ron.

—Aparta las narices, Ron, si no quieres que se te chamusquen también — le advirtió Fred moviendo la varita con gesto amenazador

—Bueno... ¿ya tienen todos pareja para el baile?

—No —respondió Ron.

—Pues mejor te das prisa  o pillarán a todas las guapas —dijo Fred.

—¿Con quién vas tú? —quiso saber Ron.

—Con Angelina —contestó enseguida Fred, sin pizca de vergüenza.

—¿Qué? —exclamó Ron, sorprendido—. ¿Se lo has pedido ya?

—Buena pregunta —reconoció Fred. Volvió la cabeza y gritó—¡Eh, Angelina!

Angelina, que estaba charlando con Alicia Spinnet cerca del fuego, se volvió hacia él.

—¿Qué? —le preguntó.

—¿Quieres ser mi pareja de baile?

Angelina le dirigió a Fred una mirada evaluadora.

—Bueno. —aceptó, y se volvió para seguir hablando con Alicia, con una leve sonrisa en la cara.

 —Ya lo ven. —les dijo Fred a Harry y Ron.

— Pan comido. —Se puso en pie, bostezó y añadió—Tendremos que usar una lechuza Ron. Vamos...

En cuanto se fueron, Ron dejó de tocarse las cejas y miró a Harry por encima de los restos del castillo, que ardían sin llama.

—Tendríamos que hacer algo, ¿sabes? Pedírselo a alguien. Fred tiene razón: podemos acabar con un par de trols.

Hermione dejó escapar un bufido de indignación.

—¿Un par de qué, perdona?

—Bueno, ya sabes —dijo Ron, encogiéndose de hombros— Preferiría ir solo que con... con Eloise Midgen, por ejemplo.

—Su acné está mucho mejor últimamente. ¡Y es muy simpática!

—Tiene la nariz torcida —objetó Ron.

—Ya veo —exclamó Hermione enfureciéndose—. Así que, básicamente, vas a intentar ir con la chica más guapa que puedas, aunque sea un espanto como persona.

—Eh... bueno, sí, eso suena bastante bien —dijo Ron.

—Me voy a la cama —espetó Hermione, y sin decir otra palabra salió para la escalera que llevaba al dormitorio de las chicas.

-¿Sabes, el Slytherin podría tratarse de una chica?—dijo Harry pensativo.

—¿En serio lo crees?

—Si. Ya sabes por la conversación de Snape y Gagnon.

Ron parecía recordarlo.

—Pero acusaban a Universe…

—Voy a presionarlo para que me diga ya que no puedo intimidar a Rossend. Él dice que no estaba disponible y no buscaba pareja, pero si es una chica podré invitarla a salir…

—Sabes que también podría ser un chico.—dijo Ron.—No porque lo diga Gagnon sea cierto…

—Pero el Slytherin tenía una joya en el ombligo y estaba en la habitación de chicas el dia del incendio. Me gustaría saber al menos quien es él.

—¿Y porque no le pides que vallan los dos juntos?

Harry se puso ruborizado.

—¿No se verá mal?

—No necesariamente. No es anormal eso.—dijo Ron.

A Harry le habia invado el color rojo y se miró las botas que le regaló el Slytherin. Era algo imposible, a decir verdad. El Slytherin era una clase de manifestación extraña, debía haber alguien en peligro mortal para que él apareciera, Harry miró hacia donde estaba Neville que leia muy entretenido en su libro de herbologia y un cometa rosado adornaba ese momento.

 

Deseosos de impresionar a los visitantes de Beauxbatons y Durmstrang, los de Hogwarts parecían determinados a engalanar el castillo lo mejor posible en Navidad. Cuando estuvo lista la decoración, Harry pensó que era la más sorprendente que había visto nunca en el castillo: a las barandillas de la escalinata de mármol les habían añadido carámbanos perennes; los acostumbrados doce árboles de Navidad del Gran Comedor estaban adornados con todo lo imaginable, desde luminosas bayas de acebo hasta búhos auténticos, dorados, que ululaban; y habían embrujado las armaduras para que entonaran villancicos cada vez que alguien pasaba por su lado. Era impresionante oír Adeste, fideles... cantado por un yelmo vacío que no sabía más que la mitad de la letra. En varias ocasiones, Filch, el conserje, tuvo que sacar a Peeves de dentro de las armaduras, donde se ocultaba para llenar los huecos de los villancicos con versos de su invención, siempre bastante groseros.

Faltaba un dia para el baile de navidad y todos tenían pareja. ¡TODOS! Incluyendo a Neville Longbottom, Hermione Granger, ¡Si hasta Gregory Goyle y Vicent Crabbe consiguieron pareja! Pero ellos dos no. Lo peor es que eso llegó a oídos de Universe que parecía bastante divertido con la idea quien colgaba de un árbol cercano al vestíbulo.

—Siempre esta la posibilidad de ir ustedes dos.—dijo Universe con una sonrisa picara.

—¡Olvidas que tu no tienes pareja!—dijo Ron molesto.

El rostro del niño se volvió serio.

—¿Crees que tengo tiempo, ganas, entusiamo y energía para ir a un puñetero baile de adolescentes pedantes?

Él miró a Ron.

—Me lo han pedido y he dicho que no.—dijo Universe.

—¿Quién te lo pidió? ¡¿El segundo campeón de Beauxbatons?!—se mofó Ron pero el rostro del niño se mostró serio.

—Él no me agrada. Y sí, fue él y le dije que: NO. Se que soy atractivo...

Se tocó el cabello negro.

—Pero vivo feliz… solo… sin nada de crisis románticas… ni locas que se creen elfos domesticos o pervertidos como Rosier y Selwin…

Compuso una cara molesta, ¿Es que Rosier y Selwin eran pervertidos? ¿En que sentido? ¿Es que sabían los profesores sobre esa actitud o daba por hecho que estaban bajo la maldición imperius?

—Creía que te juntabas con ellos…—dijo Ron seriamente.

—Queria llevarlos por el sendero de los hombres bien… ¡Pero no funciónó! ¡Mira Rosier, no hables asi de los muggles! ¡Selwin, deja de leer esas cosas de AO! ¡Portate bien con la profesora Siniestra, Rosier! ¡Estas obsesionado con Granger, Malfoy! ¡Al profesor Snape le disgusta la palabra sangre sucia, Selwin…!

Ron saltó furioso.

—¿Qué quieres decir que Malfoy esta obsesionado con Hermione?

—Eres menor de edad.

Harry y Ron se miraron con enfado. Ron se había puesto colorado.

—¡¿Cómo?!

—Son cosas que no debería decirles.

Saltó del árbol pesadamente.

—No le busquen pelea. Ignóralo. —dijo Universe molesto.

—¿Y tú por qué estabas leyendo artes oscuras?—dijo Harry sorprendido.

—¿Cómo?

—Dejaste atrás dos libros de la sección prohibida.—dijo Ron asqueado.—¿Dinos que piensa Malfoy de Hermione?

—¡Calmate Romeo!-dijo Universe moviendo las manos como si pujara algo invisible. -Esos dos libros, ¿Los tienen?

—Si. Pero no pienso devolvértelos, a menos que sea con una condición.

—¿Qué condición?

—Dinos quien es el Slytherin que nos ayuda.

El parecía pensativo pero luego se acercó a ellos con un rostro burlón.

—Pueden quedarse con esos libros, ya los leí, los copié y ya los reemplace.  Sobre el porqué leo AO, es porque… Bueno eso no les importa.  ¿Ahora, ustedes dos porque no se ponen a prácticar juntos el vals de inauguración? Podrian practicar para darse… be—si—tos.

Las carcajadas de Universe le habian vuelto loco. ¿Él podría ser el Slytherin? Realmente lo dudaba mucho, Ron le miró con enfado y apuntó con la varita mágica pero fue repelido.

Pero Universe no habría sido quien repelió el embrujo, habría sido otra persona, él niño volteó hacia el otro lado y vio a la profesora McGonagall acercarse a ellos.

—Por atacar a un alumno desarmado tiene 5 puntos menos para Gryffindor, señor Weasley.

—Él se reia de nosotros. Porque no tenemos pareja. 

La profesora McGonagall le miró con sorpresa o más bien con terror. Sirius Universe le miró con burla.

—¿No ha encontrado pareja señor Potter?

—Eh… la verdad.

—El baile es mañana…

Universe se iba ir de allí lentamente pero la profesora McGonagall.

—¿A dónde vas, Universe?

—Yo no voy a ir al baile.—dijo Universe con preocupación.—Tengo cosas que atender que un baile ridículo…

—Es obligación de todos los cuartos años asistir al baile y le recomiendo que valla a buscar pareja.

—Pero no quiero… prefiero ir a casa…

Ella volteó los ojos irritada.

—Podria ser la oportunidad para una buscar pareja o un amigo; la etapa más hermosa de cualquiera es durante el colegio y lo pasas evitando a todo el mundo metido en esa biblioteca leyendo solo Dios sabe qué, pero no pones atención a tus estudios comunes…

—¿Qué caso tiene?—dijo con la voz seria.—Todas las que realmente me importan están locas, quebradas, muertas.  No me importa hacer amigos si todos terminan muertos.

El silencio  era incómodo, Harry vio a Universe con una lágrima traicionera el ojo pero le miró retadoramente, Ron estaba estupefacto, la profesora McGonagall parecía confundida.

—Yo creía que eras un hijo de muggles, Universe. No sabia que tú…

Ella le miró con lastima, Ron y Harry estaban anonadados pero al menos él sabía que se referia a sus familiares que estaban locas, de hecho afuera estaba una chica loca.

—Es importante que busques pareja para el baile de navidad. –le dijo ella a él.—Que es mañana mismo no puedes abrir el baile sólo.

—Pero profesora todas están escogidas.

—Yo te lo adverti con anticipación.

—Si pero…

—Y no espero excusas, señor Potter… Universe… acompañame al despacho del profesor Snape.

—Tengo cosas que leer...

—Vamos… necesito hablar contigo y con el profesor Snape…

Harry salió corriendo, Ron le siguó de cerca y buscó a las chicas con la mirada. Ron estaba pidiéndole a una chica de Beuxbatons sobre si salir con él y su amigo. Supo que le dijo que tenia pareja  que no porque llegó con un rostro más cambiado.

—¿Sabes Harry?—dijo Ron molesto.—La verdad es que eres demasiado exigente.

No habia ido con nadie más, las bonitas ya habian conseguido pareja, las de tercero ya salían con otros chicos, él buscaba a una chica de tercero, cuarto y quinto pero la verdad no habia conseguido a nadie de su agrado, Ron habia intentado ir con Ginny para que saliera con Harry.

—¿Por qué antes no se lo pedí a alguien más?—dijo Harry.—A Cho, por ejemplo.

Pero Cho iria con Diggory. Hermione iria con alguien que aun no conocían, Ginny iria con Neville y las gemelas Pavarti irían acompañadas de dos de Beauxbatons, sin mencionar que otras irían con varios chicos más altos que ellas. Ron se acercó a Harry.

—Si los gemelos Pink han buscado pareja, voy a morir de un paro…

La profesora McGonagall entró por el hueco de la sala común.

—Potter, ¿Ya encontró pareja?

Negó con la cabeza.

—Hasta las de tercero ya están escogidas.—dijo Ron molesto.—¿No nos va a obligar ir a los dos, no?

—Suena tentador, Weasley. Suena muy tentador.

—Pero...—miró Ron a Harry.— a Él no le parece ir con un hombre pero yo sí.

—¡Oye!

—Dijiste podrias ir con el Slytherin…

—¡Ron!

Se habia avergonzado tanto, no podría confiar en Ron para cosas como esas. La profesora McGonagall miró con enfado a Harry.

—Bueno si es así, ya tengo pareja para ti.—dijo McGonagall.—Fue difícil  convencerlo…

Ron se carcajeó de lo lindo enfrente de Harry como si fuese su bufón personal.

—¡No le crea profesora!—gritó Harry con molestia.

—Señor Potter. Le he estado esperando que buscara a alguien durante todo diciembre.

—Si pero…

Miró a las otras chicas, ¿Por qué tenia que salir a un baile?

—Y estoy segura que cualquiera hubiera preferido salir contigo sin rechistar. Venciste a un dragón y por lo sé, el más peligroso.

Harry se avergonzó. 

—Pero no puedo hablar con ellas. Y a las que ya les pedí ya salen con otros… Además que salir con un chico…

No. No se imaginaba el dolor de tener que salir con un chico, Harry negó con la cabeza, quizá en el mundo mágico era normal pero no para él, era extraño. ¡Si, si pensó en bailar con el Slytherin pero es que se trataba de dos chicos!

—No es que se viera extraño. Es decir, al menos la mayoría saben que eres un doncel. ¿Lo recuerdas?

Harry le miró confundido. ¿Qué demonios era un doncel?

—¿Por qué me ves asi Potter?

La mujer puso una mirada seria, Ron parecía boquiabierto.

—¿No me digas que nadie te lo explicó?

Negó con la cabeza.

—¡Por Merlín!

—¿Es en serio?—dijo Ron sorprendido.—¿Eres un omega y nadie…?

—¡Calla Ron!—gruñó Harry quien empezó a preocuparse de la mirada de los otros.

—Venga, Potter.—dijo McGonagall con impaciencia.

La siguió hasta donde estaba ella. Harry no entendia nada y se estaba hartando que Ron le mirara a cada rato. Subieron hasta el despacho de la profesora McGonagall y les ofreció galletas y té. Harry estaba asustándose ¿Era algo importante?

—Supongo que…—dijo McGonagall con rubor.—Que al menos le contaron como es que funciona la reproducción sexual, ¿no es así?

Él afirmó con la cabeza, Ron afirmó también y se mostraba tan asustado como Harry.

—Y supongo que todos te hablaron sobre como es que se hace el coito.

—Si.

—Pues… hay una clase de magos y brujas solamente que son… ¿Cómo decirlo…? Tienen ambos sexos funcionales.

Harry parpadeó varias veces. No lo habia escuchado como debería ser.

—¿Perdón?

—Que por disposición genética, podrias tener herencia. Ya sea por medio de una mujer o de un hombre.

—¿Y solo hay chicos así?—dijo sorprendido.

—No. Tambien están las caballier.—dijo McGonagall.—Ellas son alfas y sucede lo mismo.

Ron le levantó la ceja con nerviosismo.

—P—pero… pero… ¿Cómo es que…? ¿Mi cuerpo va a cambiar?

—No.—dijo McGonagall.—Madurara como la de un chico normal. Claro, el vello será menor en algunos casos, es nulo, en otros no desarrollan un cuerpo adulto normal, pero es normal en algunos casos…

—Pero… ¿Cómo sabe que lo soy?—dijo Harry confundido.—Me gustan las chicas.

Sabia que habia tenido una gran excepción.

—Si. Lo sabemos…—dijo McGonagall.—Un doncel se nota para el ojo observador. Además que James y Lily nos advirtieron desde un principio de tu nacimiento, algo raro para el hijo de una nacida de muggles. Creiamos que podría tratarse de un error y un medimago lo comprobó.

—¿Por qué es raro?—dijo Ron a McGonagall.

—Dicen que la condición suele pasarse de madres a hijos. Pero eso quien sabe. Son pocos los donceles que por vergüenza no dicen nada sobre eso. Se supone que el celo es algo sumamente doloroso y penoso.

Harry abrió la boca. ¿Cómo que celo? ¿Es que se pondría como un chiflado en busca de pareja?

—Mantengase virgen y no habrá celo.—dijo McGonagall.

Ahora lo entendia todo. Le habian dicho que no se tocará ni buscara tener novias. Eso fue lo que le dijo tia Petunia. Sus orejas se pudieron coloradas, ahora no solo no quería ir al baile de navidad, no quería salir para absolutamente nada. Ron le seguía viendo con incredulidad.

—Pero se supone que los donceles son… metaformagos…

—Es un mito.

—Y son unos pesados.

—Es un mito.

—Y son bastante delicados y se arreglan más.

—Son un mito.

—En todo caso, Diggory es un doncel.

—Si. Diggory y Longbottom.—dijo McGonagall.—¿Ve señor Weasley que es un mito?

—¿Y Universe?

—No.—dijo McGonagall.—Se lo pregunté y no lo parece.

Los dos se quedaron viendo entre sí. Si habia alguien más femenino era él, no podría negárselo. Harry deseaba poder hablar con Sirius pero no podría escribirle, tenía pavor que él viniera y lo reconocieran solo por meter allí las narices. Harry se tapó la cara con ambas manos.

—No deberías desesperarte.—dijo ella con compasión.—No todos los donceles hacen parejas con otros hombres. Ve al profesor Gay. Él es un hombre casado con la profesora Siniestra.

Miró a McGonagall. ¿Quién demonios era el profesor Gay? Ron también parecía confundido.

—Él da una materia optativa llamada: Estudios necrófagos... no tiene popularidad.

—¿Es en sexto?

—No, en tercero. Es una materia muy interesante, se iba a convertir en una materia de currículo pero con Adivinación se volvió en una clase optativa.

Y lo peor era que habia una materia mucho más útil e interesante que adivinación, ¿Por qué demonios no lo tomó? La profesora le quitó a Ron un escarabajo que llevaba pegado en la túnica y lo arrojaba lejos, Harry escrudiñó bien, ¿había un globo rosado en el lago? Pero después dejó de verlo, quizá era su imaginación.

—Usted tiene buena puntería, profesora.—dijo Ron burlonamente. —Harry… ¿Considerarias ir a Africa para que limpien malas energías?

Si le decía donde era, iria aun con todos sus ahorros.

—¿Quién es la pareja con la que abriría el baile?—dijo Ron sorprendido.

—Él no quizó y se comportó grosero con el profesor Snape sin olvidar que rompió la varita de Neville Longbottom, pero al final accedió si tu no encontrabas pareja. Pero ahora que no tienes le iré a dar la noticia.

—Por eso.—dijo Ron devorando una galleta.— ¿Quién es?

—Sirius Universe.


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