Se encontraba en el sótano que solían usar como vestidores. Estaba colocándose las vendas en sus muñecas cuanto de repente sintió una leve molestia en la cabeza que lo hizo detener su acción.
Mientras, se escuchaba una serie de pasos acercándose.
–¿Estás listo? Hoy tu arrancas – hablo un hombre de larga cabellera rubia desde el vano de la puerta.
Ignoro su dolor, seguro pasara más tarde; se paró lentamente colocándose una toalla en la cabeza – Vamos ya Killer – respondió el peliverde mientras subía las escaleras.
–Destrúyelos Yon – dijo mientras le daba un golpe en el hombro y siguiéndolo por detrás.
–Esta es por ti Rei – se dijo a si mismo mientras chocaba los puños, yendo camino al octágono del depósito en el que se encontraban e hizo su ingreso mientras era bañando por fuertes reflectores y una ola de insultos.
………………………………………………………
El silencio que había en la pequeña habitación era sepulcral, los hermanos estaban tensos. De repente Niji alzo la vista, observando la sala, no era muy grande teniendo en cuenta que solo había un par de cuadros en las paredes y unos cuantos sofás de estilo nórdico que compraron en Ikea, aparte de eso contaban con un Kitchenette y los cuatro cuartos de arriba más el baño.
Volvió a mirar a sus hermanos, estaban jodidos.
–Bien, simplificando estamos en la mismísima mierda, ni vendiendo esta pocilga podremos juntar suficiente – fue directo, no tenía porque adornar la realidad.
–¿Entonces qué? ¡Dejamos a Reiju morir sin hacer nada! Tenemos diez días, algo se nos puede ocurrir – El rubio no se iba a rendir. Estaba decidido a salvar a su hermana.
–Me parece genial Sanji ¡Anda! La puerta está allí busca a algún idiota que tenga dos millones en el bolsillo y nos avisas, te esperaremos con el desayuno – dijo muy animado el peli azul mientras recibía una mirada asesina de su hermano menor.
¿En verdad Sanji era tan idiota? ¡Ni vendiendo sus culos juntarían tanto dinero!
–Pedí un préstamo en la firma – hablo finalmente el pelirrojo, haciendo que sus hermanos dejaran su lucha de miradas para verlo fijamente.
– Ningún banco nos prestara esa cantidad, ya que no tenemos ni dos años viviendo en Londres; así que no nos hagamos ilusiones – Era franco, el siendo un economista, sabía perfectamente como se manejaba el mundo – Pero tal vez el bufete si acceda. Yo mismo he hecho el balance de sus ingresos – hizo una pausa – es irreal, ingresan millones mensualmente.
Niji seguía escéptico – ¿Crees que acedan? Tu mismo lo dijiste, es mucho dinero.
–Recursos humanos acepto mi carta y no la tiraron a la basura, por lo que al menos tengo la certeza de que la leerán – Si ese era su ultimo as se lo iba a jugar – Si me llegaran a aceptar el préstamo y lo juntamos con el dinero que ha estado haciendo Yonji los últimos meses, más tus propinas, viendo a Sanji y tu sueldo, refiriéndose a Niji, tal vez podríamos llegar.
¡Oh Yonji! Su hermano peliverde. Ninguno imagino que el menor de los cuatrillizos terminaría de esa forma. Aunque era un hecho que la lucha por apuestas era ilegal en Reino Unido a nadie le importaba un rábano y las ganancias que se daban en ese lugar hacían que valiera la pena todas las golpizas.
El peliverde ingreso a ese circuito por un amigo en común y desde su llegada se encontraba invicto, lo que eran buenas noticias para sus hermanos.
– Solo recemos porque no termine como Apollo Creed, sino moriremos de hambre.
Bien, eso fue la gota que colmó el vaso su paciencia y termino agarrando a su hermano del cuello de la ropa –¡Imbécil eso no es gracioso! Estoy moviendo cielo y tierra por Reiju y tu no paras de decir idioteces Ni.
–¡Hey! Ichi tranquilo es una broma, ya suéltame o tendrás que pedir otro préstamo para comprarme un nuevo suéter.
–¡Niji esto es serio! ¡Madura de una vez! – dijo gritando el rubio, como odiaba ese humor tan retorcido de su hermano.
Estaban a punto de golpearse cuando de repente se asomó un peliverde por la puerta y sus miradas se dirigieron directo a él. Por un instante la respiración de los tres hermanos se corto cuando vieron a Yonji.
¿Qué rayos hacía aquí a las dos de la mañana?
Si él llegaba a casa a esta hora ¿Era porque...? ¿Acaso él?
–Tranquilas señoritas no pasó nada, solo quise llegar temprano porque me sentía cansado y que suerte que llegué porque estaban a punto de jalarse de las mechas.
El oxígeno les volvió a la sangre. Si Yonji perdía una sola pelea significaba malas noticias para todos.
–Bien ¿Qué paso? –Pregunto mientras se dirigía a la cocina por comida
Los tres hermanos se miraron analíticos y fue el rubio quien hablo
– Yon, deja eso un rato tenemos que decirte algo.
–Claro ni siquiera un ¿Cómo estas hermanito? o ¿Qué tal estuvo la pelea? Son unos malditos malagradecidos. Yo me saco la mierda por Reiju ¡Literalmente! Y ustedes ni si-
–Yonji con un demonio quéjate otro día por tener los peores hermanos del mundo, pero ahora ¡Siéntate! Tenemos que decirte lo que paso esta mañana con Law – Ichiji en verdad estaba muy agotado, tanto física como mentalmente. Por lo que quería terminar su agradable reunión familiar de una buena vez.
– De acuerdo, habla de una vez – dijo serio el peliverde mientras cerraba la refrigeradora y se dirigía al sofá.
–Veras….
………………………………………………………
Preparaba unos Cosmopolitan en la barra mientras la gente gritaba eufórica. El trago iba y venía, mientras que Nami y Nojiko servían cervezas en todas las mesas. Estaba contento, hoy sería un buen día para las propinas.
Finalmente, el tacaño de Scratchmen había entendido que si quería que el bar reventara de gente tendría que abrir la billetera y contratar a alguien que pudiera mover masas. Ese alguien era Brook, el autodenominado Dios del Soul y tenía que admitirlo, en verdad se merecía el nombre. El sujeto era un dios con la guitarra.
–Sanji, tres Long Island para la mesa cinco – le dijo con una peli naranja vestida en un ajustado traje rojo.
– Entendido Nami – estaba contento, no podía negarlo. El ambiente era genial, o al menos lo era hasta que apareció Apoo, el dueño del bar, visiblemente molesto.
–¡Sanji! Yo me encargare de la barra. Necesito que saques la basura, las botellas se están acumulando demasiado; no quiero que haya una pelea en el bar y mi piso se llene de vidrios rotos.
Claro, le preocupa su maldito piso, pero no las denuncias que le caerán al establecimiento si alguien se llega a cortar con eso, ¡Apoo era sorprendente, en verdad! ¿Por qué ninguno de sus jefes podía ser normal?
–Bien, yo me encargo– dijo el rubio, sin mas fue por las bolsas y se dirigió a la puerta.
………………………………………………………
Estaba tirando la basura cuando algo llamo su atención. Había una persona sentada al lado del hediondo conteiner, no lo podía distinguir bien ya que tenía una larga polera gris que tapaba todo su rostro.
–Disculpa, ¿Estas bien? – pregunto curioso mientras le tendía la mano, pero de repente esa persona se paró exaltada y le grito.
–¿Qué quieres? De seguro eres otro asqueroso reportero ¡Aléjate de mí! – le respondió molesta, era una chica y por lo poco que podía ver era muy delgada y tenía el cabello color toffee.
– No no no, tranquila yo trabajo en este bar – dijo alzando las manos, lo que menos quería era que la chica lo atacara.
– No me importa, ¿Que eres sordo? dije que te alejaras de mí.
Exaltada la mujer estaba a punto de empujarlo, pero Sanji fue más rápido y la tomó de las muñecas – ¡Por favor señorita cálmese! No deseo hacerle daño.
–Escucha idiota sino me sueltas voy a llam– un sonido proveniente de la chica seguido por un fuerte sonrojo de parte de esta distrajo a ambos jóvenes y el rubio no pudo evitar reírse.
– ¡Piérdete imbécil! – le grito, pero a cambio el rubio le dio una gran sonrisa.
– Tienes Hambre – no era una pregunta; la chica solo agacho la cabeza.
–Sígueme, mi turno terminara en un par de horas, pero creo que te puedo preparar algo de comida y sin más reingreso al bar.
–¡Oye! Espera, ¿Por qué me estas ayudando? Ni siquiera me conoces – dijo confundida la chica, de donde ella venia era muy raro que las personas se preocuparan por desconocidos. Lo que le llevaba a preguntarse ¿Quién era ese chico?
–Nada en especial pero nunca le negaría un plato de comida a alguien ¿Cómo te llamas? – le pregunto con esa estúpida sonrisa nuevamente.
Dudo por un momento en decirle quien era, pero había algo en esa mirada que le decía que el chico era sincero. Aparte si en verdad la hubiera reconocido se hubiera lanzado sobre ella apenas verla.
–Pudding, Charlotte Pudding.
………………………………………………………
Estaba en la oficina, bueno al menos en físico porque su cerebro estaba apagado. No pudo dormir, las ultimas dos noches se había quedado despierto haciendo todos los presupuestos posibles para poder costear la operación de su hermana.
Contaban con muchas fuentes de ingreso, pero de poco presupuesto y sumado al hecho de que el departamento de Recursos Humanos aun no le notificaba nada con respecto a su carta lo desesperaba más.
Necesitaría inyectarse cafeína sino quería caer desmayado en su escritorio. Lo peor era que ya no tenía dinero para el jodido Starbucks – Maldición ¿Por qué no pueden poner simples máquinas de café como en cualquier otra empresa normal? – pensó mientras intentaba hacer la lista de cobros del mes que le había pedido la marrana de Drake, entiéndase Bonney.
Estaba quedándose dormido hasta que el intercomunicador hizo un pitido y escucho esa maldita voz.
–¡Vinsmoke Ichiji! A mi oficina ¡Ahora! – se escuchaba molesto, que sorpresa, pero hasta donde el recuerde no había hecho nada para cabrear a su jefe, al menos no en los últimos días ¿O sí?
Cuando estaba a punto de ingresar al despacho de su superior, una Bonney visiblemente desarreglada salía de la oficina y le daba una mirada de culpabilidad.
¿Qué rayos?
Ingreso a la gran oficina, en verdad ¿cómo era posible que tuviera un espacio tan amplio para una sola persona? Ese lugar tenía el tamaño del primer piso de su casa.
Busco a Drake con la mirada y lo encontró en el bar de la oficina, se estaba sirviendo un trago.
–¿Quieres algo Vinsmoke? Vamos con confianza, tengo casi todo. – dijo de espaldas a él, con un tono muy tranquilo, algo anda mal pensó
¿Desde cuándo Drake era tranquilo?
–No gracias solo bebo Brandy – dijo seco, aunque era verdad, lo habían acostumbrado a tomar bebidas muy finas, pero eso no importa ya.
–Claro, lo olvide eres francés – dijo sonriendo mientras le ponía un par de hielos a su vaso – Cuando estábamos en América nunca falto un buen Bourbon. Pero ahora solo encuentro puros Scotch –Su tono se estaba oscureciendo – Es una tortura sabes, dejar una Nueva York con puros Bourbons, para venir a una Londres infestada de Scotch.
–¿Qué quieres Drake? – se estaba cansando del monologo de su jefe, si quería que alguien escuchara sus dilemas existenciales para eso tenia a Bonney – Escucha si es por la lista de cobros, no la podre presentar si sigo aquí parado mientras me ofreces alcohol.
–Olvida la estúpida lista, para eso está la señorita Jewerly. La razón por la que te llame es porque me he enterado de que mandaste una carta a recursos humanos – dijo mientras terminaba el vaso de un solo golpe y volteaba a verlo
Ichiji se puso tenso, se supone que su jefe no tendría que saber eso; el área de recursos humanos era muy estricta en cuanto a la privacidad de sus empleados ¿Cómo era posible?
Bonney.
¡Esa maldita! Le pondría veneno a su hamburguesa.
–Ichiji – le devolvió la vista a su jefe, su mirada se había oscurecido varios tonos – Si esa carta contiene algo que perjudique mi imagen con la junta directiva – hizo una pausa mientras se acercaba lentamente – Juro que no descansare hasta que termines en la calle y no me va a importar que seas el hijo de Judge o de la mismísima Reina de Inglaterra.
Un segundo
¿Ese idiota pensaba que se había quejado de él, con el departamento de personal? Tenía sus sospechas, pero ahora lo confirmaba ¡Drake era un completo imbécil!
–Drake esa carta no tie–
–¡Cállate! No te di permiso para hablar, no me importa lo que diga esa carta, pero yo mismo me encargare de quemarla – le grito colérico.
¡Oh no!
Eso sí que no. Le podía aguantar muchas cosas a este mugroso Yankee porque necesitaba el trabajo, pero de ahí a que él se meta con la última esperanza de vida de su hermanita era algo muy diferente.
–Mira Drake si quieres despedirme hazlo, pero si te atreves a interferir con mis asuntos, yo mis–
–¿Tus asuntos? Crees que los directivos le harán caso a la palabra de un maldito niñato como tú en vez de a uno de sus jefes de departamento. Debes estar soñando y ahora puedes estar seguro de que cumpliré tu deseo. Hare que nunca vuelvas a encontrar otro empleo maldito mocoso malnaci– En ese momento el teléfono principal de la oficina de Drake sonó y fue inmediatamente a contestar.
Ichiji estaba muy tenso, pero no por las amenazas del castaño sino porque quería romperle la cara a golpes.
¿Quién rayos se cree que es? ¡Nadie le habla así a Vinsmoke Ichiji!
–Drake – contesto seco
De repente su tono cambio –¿Y-ya llegaron? –parecía nervioso – Bien voy para allá.
Corto la llamada y fue hacia la habitación continua, donde se encontraba el archivador y volvió con unos papeles debajo del brazo.
–Salvado por la campana Vinsmoke, pero no celebres tanto. Apenas termine la reunión lo primero que firmare será tu carta de despido – dijo molesto y se fue dando un portazo.
–…Merde – ¿Y ahora que iba a hacer?
………………………………………………………
Era un día especial en Londres, dos pares de autos se aparcaron frente al gran edificio de vidrios polarizados en pleno corazón de The City; que tenía escrito Emperors en letras plateadas. Los Valet parking fueron a recibir los autos, pero se quedaron anonadados al ver un Bentley Mulsanne Speed, del cual bajaba un hombre algo subido de peso, por no decir mucho, en un traje gris con un largo bigote al igual que una muy larga cola alta; además te tener un par de googlees que tapaban completamente sus ojos y un Maserati Alfieri; del cual bajaba otro hombre alto y con un cuerpo muy atlético, vestido en un traje completamente negro.
–¿Qué están esperando? Esto no es un Auto Show ¡Llévense los malditos carros de una buena vez! – grito molesto el hombre de negro.
–¡Ay no empieces a actuar como un imbécil tan temprano King! No vamos ni un minuto de haber llegado y ya estas maltratando personal– le respondió exaltado el otro hombre.
–¡Cállate Queen! Todo esto es tu culpa, no puedo creer que te hayas dejado engatusar por el mocoso ese y ahora míranos. Estamos en la jodida Londres comiendo pescado con patatas cuando bien podríamos estar en Nueva York viendo a los Gigants destrozando a los Patriots – le seguía recriminando al otro hombre mientras entraban al gran Hall de la firma.
–Ya haz silencio lastre y déjame hablar – le respondió Queen con molestia, mientras se acercaban hacia la recepción en la que se encontraba una linda señorita de cortos cabellos verdes.
– Buenos días señores, bienvenidos a la firma Emperors. Mi nombre es Camie ¿En qué puedo ayudarlos? – les pregunto con una gran sonrisa en el rostro.
Pensándolo bien Londres no es tan horrible, se dijo a sí mismo; si se iba a quedar en esta ciudad al menos le sacaría provecho – Buenos días preciosa, Mi nombre es King y so– fue interrumpido por un gran chillido y volteo su vista para ver a una rubia abrazando a Queen como si la vida se le fuera en ello.
–¡Señor Queen, que alegría verlo! Finalmente llego a Inglaterra – chillaba exaltada la mujer
Mikita ¡Maldita sea! ¿Quién rayos decidido traer a esta loca a Londres?
–Mi querida Miss Valentine que emoción encontrar un rostro conocido a penas entrar. Espero que todo haya marchado bien en nuestra ausencia, pero teníamos qu–
–¡Queen, cierra la boca! – lo interrumpió, no quería que el gordo hablara de mas.
–Es un placer verlo igualmente Señor King– dijo la rubia dirigiéndose respetuosamente hacia el otro hombre.
Si había una regla no escrita en Emperors era que nadie podía molestar a King a menos que el edificio estuviera en llamas; todo lo contrario, a Queen, el cual era una de las personas mas amenas de ese lugar, aunque algo sádico, y teniendo en cuenta que en la Gran manzana, la firma se había hecho la fama de Emperors, el bufete de las bestias. Era mucho que decir.
–Disculpen si los interrumpo, pero no me dijeron que en que los puedo ayudar – hablo con voz nerviosa Camie, estaba intimidada por la presencia de ambos sujetos.
Mikita le dirigió una mirada venenosa a Camie, estúpida londinense.
– ¿Trabajas aquí y no sabes quienes son? ¡El señor King y el Señor Queen son los directores de la firma! Déjalos pasar si no quieres terminar trabajando de mesera – le dijo molesta mientras miraba como la peliverde perdía el color del rostro.
–Y-yo no lo sabía, un momento por favor, los anuncia–
– No es necesario, teníamos una reunión pactada para hoy, pero respóndeme algo linda ¿El CEO ya llego? – pregunto afilando la mirada King mientras avanzaba con su compañero hacia el ascensor.
–A-aun no directores – respondió nerviosa.
–Bien, que tengas buen día Camie – Sin mas el ascensor se cerró permitiendo que la peliverde por fin pueda dar un respiro.
………………………………………………………
La primera reunión ejecutiva del bufete desde su llegada al Reino Unido había empezado hacía unos quince minutos. Presentaciones y un agradecimiento por adelantado hacia todos los jefes de departamento, incluido Drake, así como a los de las diferentes ramas de abogacía que ofrecía la firma.
King estaba hablando de la importancia de mantenerse a la vanguardia como una de las firmas más prestigiosas del mundo hasta que el zumbido de un helicóptero aterrizando se escuchó muy cerca de la gran sala de conferencia, haciendo que Queen se empezara a reír y causándole un gran fastidio al otro director.
Escucharon un par de pasos cuando de repente la puerta se abrió. Dando paso a un hombre muy alto de cabellos granate con una penetrante mirada rojiza que era en parte cubierta por una gran bufanda negra en el que se podía leer las siglas Prada, a simple vista se podía notar que tenía un cuerpo muy bien trabajado por el traje azul noche hecho a la medida de Hugo Boss que llevaba puesto.
El nuevo CEO finalmente hacia acto de presencia y todos los presentes se levantaron de sus respectivos asientos para recibirlo.
–Buenos días, Señor Charlotte – repitieron simultáneamente todos los empleados; a excepción de los dos directores claro está.
– Es un placer verlos nuevamente, en nombre de la junta directiva y mío les agradezco infinitamente el contar con ustedes en este nuevo proyecto – dijo con una voz muy profunda que hizo que mas de uno, tanto hombres como mujeres presentes en esa oficina se les prendieran las mejillas.
Sin duda alguna Charlotte Katakuri era de esos hombres que aparecían una vez cada cien años..
–Continúe con su discurso director – dijo con un tono neutral que pasó desapercibido por todos los presentes excepto por King y Queen, ese niño no los engañaba, en verdad se estaba divirtiendo con la situación.
Sin más la reunión siguió sin contratiempos, Se hablo de la cantidad de casos registrados en los últimos meses, las licencias que habían obtenido de los diferentes municipios de la ciudad, el marco legal del país anglosajón y cómo afectaría sus inversiones en américa; y así sucesivamente hasta que llegaron a la parte que mas le llamaba la atención al Charlotte, Contabilidad Financiera, en el que Drake salió a exponer los avances de su área.
– Como todos sabrán muchos analistas pronosticaron que nuestros ingresos disminuirían en un 47% al venir a Londres per–
–Son todos unos idiotas ¡Era imposible que nos hubiéramos arriesgado a tal grado sino hubiéramos estado seguros de que el traslado seria exitoso! – dijo Page One, jefe de Operaciones.
Muchos de los presentes en el salón apoyaron la opinión de Page.
Katakuri no puedo evitar soltar una ligera risa.
Drake continuo – pero permítanme decirles que no pudieron estar mas equivocados. Emperors llego aquí hace seis meses y desde ese momento solo hemos triplicado nuestras ganancias, con pérdidas mínimas para la empresa; llegando a facturar un estimado de veinte millones mensuales – dijo orgulloso el castaño, a lo que todo el salón empezó a aplaudir.
Mientras Katakuri solo revisaba el informe, algo no encajaba.
La reunión prosiguió hasta que fue el turno de Kiku, jefa de recursos humanos y lo que dijo puso en jaque a varias de las cabezas del lugar e hizo que a Katakuri frunciera el entrecejo, aunque muy levemente.
Prometiendo que el personalmente resolvería ese asunto, dio la reunión por terminada.
Todos empezaron a salir de la habitación, habían estado sentados aproximadamente cuatro horas debatiendo y antes de que cierto castaño se retirará del lugar alguien lo llamo por la espalda.
–D-dígame Señor King – pregunto con cierto tono de ¿Miedo?
–Drake, estoy muy sorprendido por el análisis financiero que presentaste sobre la firma, en verdad todas las proyecciones fueron acertadas, logramos superar nuestras estadísticas y los números que ingresamos fueron correctos, no se te escapo nada – dijo con una media sonrisa.
– Por eso quiero que me digas ¿Quién lo hizo? – dijo serio mientras su expresión iba desapareciendo seriamente.
Conocía muy bien al castaño, el imbécil prefería los vicios del sexo y el alcohol a sus responsabilidades en la firma y si había llegado tan lejos fue solo porque Basil Hawkins, otra de sus putas, era el que llevaba las riendas del departamento. Por eso mismo lo dejo allá, necesitaba que alguien con cerebro se quedara en Estados Unidos.
Se le adelanto.
Una de las muchas cosas que tenía que reconocerle Katakuri a su padrino era que el desconfiaba hasta de su sombra. Igual que a King, para él; algo tampoco cuadraba en el informe de Drake.
Había leído todos los reportes financieros anteriores de la empresa y siempre había alguna cifra que se le escapa, pero este era simplemente perfecto.
–Se-Señor King, vera y-yo – estaba visiblemente nervioso
–¡No me importa Drake! Responde la maldita pregunta o te mandare devuelta a Nueva York en una caja – dijo tajante.
–E-Es un ch-chico nuevo, postulo cuando la f-firma llego a Londres – dijo con tanta rapidez que se le atragantaron las palabras.
King soltó una fuerte carcajada, en verdad amaba su trabajo.
–Eres un tipo con mucha suerte, ruégale a tu Dios por que ese niñato no se canse de tu estupidez y se largue; o de lo contrario perderemos un gran potencial y tu perderás tu puesto ¡Ahora largo! – le grito y Drake salió como alma en pena de la habitación.
Dejando a solo tres hombres en el gran salón de conferencias.
–King no tenías porque ser tan bestia con él, estaba a punto de mojarse en los pantalones ¿Te imaginas lo que hubiera sido eso para el personal de limpieza? – le regaño Queen mientras sacaba un habano de la caja de Cohiba Behike y lo encendía.
–Queen juro que si me vuelves a dirigir la palabra en lo que resta del día ¡Te voy a matar! – Ya había aguantado al muy desgraciado desde la mañana y este había puesto al límite a su dé por si poca paciencia.
– ¡Y no creas que me olvido de ti! – giro la vista hacia Katakuri, que estaba sentado tranquilamente con las piernas cruzadas mientras leía unos reportes – ¿Como es posible que llegues tarde a tu primera reunión como CEO?
Dejo los reportes en la mesa y hablo – Queen tenemos que hacer algo con respecto a lo que dijo Kiku – ignorando olímpicamente a su querido padrino.
– ¡Katak– antes de que King le diera un ataque, el intercomunicador de la oficina sonó dando paso a la dulce voz de la secretaria del Charlotte.
–Jefe, su hermano acaba de llegar.
–Dile que esp– Ni siquiera pudo terminar, la puerta fue abierta de un portazo.
–Hermano ¡Que malvado eres! No me esperaste te dije que ya casi estaba listo – decía con una falsa pena un joven de larga cabellera morada amarrada a una cola, alto y de buen físico, pero lo que mas destacaba de este era su cicatriz en su ojo.
–Si lo hice Cracker pero te dije cinco minutos, no media hora – respondio tranquilo el Charlotte mayor.
–Como sea, ya estoy aquí. Gordo, flaco ¿Cómo andan? – dijo saludando a los dos hombres restantes en la habitación.
–Hola galletita ¿Cómo estás? – le pregunto Queen en un tono que hizo temblar al pelivioleta.
–¿Por esta cosa te retrasaste? – le pregunto King mientras señalaba al recién llegado, estaba a nada de volver a estallar cuando de repente algo o mejor dicho alguien lo distrajo.
Unos tacos se empezaron a escuchar y los presentes dirigieron su mirada a Donquixote Violet, mano derecha de Katakuri; una hermosa morena, española de nacimiento y una de las pocas personas que poseía el título de amiga del Charlotte.
–Perdón por la demora, pero tuve unos inconvenientes en casa– dijo mientras saludaba a todos los presentes.
–No te preocupes Violet ¡A ti se te puede perdonar todo! – dijo muy feliz King ¿Para qué negarlo? Esa mujer era muy atrayente. Tenía ese encantoandaluzque hacía que los hombres cayeran a sus pies.
–¿Qué paso Violeta? ¿Doffy se volvió a ir de viaje con Crocodile sin avisar? – dijo con sorna el Charlotte menor, desatando la risa de Queen.
–Cracker – El Charlotte mayor le dio una mirada de advertencia.
Todos sabían que, si bien a Violet ya no le importaba ese tema, Doflamingo seguía siendo su esposo, pero eso era otra historia que preferían no abordar.
–De hecho, el BMW se averió y tuve que llevarlo al taller. Niño, si ya terminaste tu show espera afuera; los adultos tenemos que trabajar – dijo muy tranquila Violet, conocía muy bien a la familia Charlotte y entendía perfectamente porque el hermano de su amigo la odiaba, pero eso no significaba que se iba a dejar amedrentar por él.
–Aún no lo eches Violet, tal vez nos sea útil – hizo una pausa – Verán, todo estuvo bien en la reunión hasta que el área de recursos humanos me informo de algo que me tiene intranquilo – Menciono Katakuri.
–¿De qué se trata? – dijo la pelinegra sentándose en uno de los asientos de la sala de conferencias.
–Se trata de un problema muy estúpido que de por sí se pudo haber evitado con los idiotas del personal – Dijo molesto King, dirigiendo su mirada hacia Katakuri
–No creo que haya sido tan sencillo – respondió tranquilo Queen, mientras daba otra calada a su habano – Lo que paso fue….
Después de dar una rápida explicación y contextualizar a los recién llegados Cracker soltó una risa altanera.
–Hermano ¡Eso se resuelve de una forma muy simple!
Escucharon al joven y por primera vez en mucho tiempo a Katakuri no le pareció tan estúpida una idea de su hermano, pero como siempre King se opuso tajantemente.
–¡No! ¡Definitivamente no! Tu padre jamás hubiera permit–
–Padrino, respeto tu opinión, pero la idea de Cracker no me parece tan mala, de hecho traerá mucha publicidad a la firma – se levantó y empezó a tomar rumbo a la salida.
– Si tanto deseas saber la opinión de mi padre, puedes ir a buscarlo en su safari por Kenia. Debe estar cazando animales o haciendo que ellos lo cacen a él – Sin más salió de la habitación siendo seguido por Violet y Cracker.
–Encárgate de todo y mantenme informado – le ordeno a la española
–Perfecto ¿Cuándo se llevará acabo? – preguntaba la chica, tenía que organizarse.
–Lo mas pronto posible – le contesto mientras se dirigía al helipuerto.
–Hermano ¿Ahora a dónde vamos? – pregunto curioso Cracker.
–A Whole Cake – aún tenía mucho por hacer.
De vuelta en la oficina el robusto hombre de cola alta observaba como su habano se consumía hasta morir – Terminaras igual si sigues explotando por todo ¿Qué esperabas? A fin de cuentas, por mas que sea su hijo, también es el hijo de esa maldita mujer.
Le dirigió una última mirada a su compañero y hablo cansado –…Te maldigo Queen – saliendo de la sala de reuniones, necesitaba un trago y uno fuerte.
………………………………………………………
Se encontraba en la vinoteca de su casa; su querido esposo le había comprado un Chateau Petrus en uno de sus viajes a Francia y tenía muchas ganas por probarlo. Estaba a punto de abrir la botella cuando uno de sus mayordomos lo interrumpió.
–Señor Dracule acaba de llegar esto para usted – le entrego la invitación en una bandeja de plata y se retiró.
–Tendrás que esperar mi querido Chateau – dijo mientras dejaba la botella en una de las cavas y abría el fino papel.
La Prestigiosa Firma de Abogados “Emperors” Tiene el agrado de invitar a:
Dracule Mihawk & Akagami No Shanks
A la fiesta de gala que se realizara en celebración a su llegada al Reino Unido. El cual se llevará a cabo en The Mandarin Oriental Hyde Park, el di..–
–¡Papá! – El grito de su hija lo desconcentro. Una jovencita con unos profundos ojos ónix y larga cabellera rosa llego corriendo hasta donde él se encontraba; se veía muy exaltada.
–Perona ¿Qué ocurre? Sabes que no me gusta que corras en este lugar, podrías romper algo –dijo serio, mientras dejaba la invitación en su bolsillo.
Odiaría que uno de sus vinos se hiciera añicos. No por el contenido en sí, sino porque Shanks le había comprado cada una de esas botellas. Tenían un valor sentimental muy importante para él – Pensaba eso mientras volvía a tomar la botella de vino y con la otra mano el abridor.
–Vamos hija dime – decía haciendo presión en el corcho con la llave.
La joven seguía callada, como si estuviera pensando detenidamente sus siguientes palabras.
–Papá es Zoro – La sola mención de ese nombre hizo que al hombre se le fuera el aliento – El h-ha regresado – dijo finalmente con un tono de incertidumbre su querida hija.
Un fuerte ruido se escuchó después –¡Ah! ¡Por Dios Papá! ¿Qué te pasa? – grito la joven asustada.
La mirada de Mihawk estaba fija en la nada y la botella de Chateau Petrus yacía en el piso hecha añicos.