Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Los lazos que nos unen. por Seiken

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No había aceptado realizar la misión de ir por Dohko, eso no serviría de nada, y se preocupaba demasiado que Shion, el patriarca estuviera más interesado aparentemente, en los fracasos o en las victorias de aquellos que educó como a sus hijos que en los dos dioses que habían atacado el santuario de su diosa Athena, al menos, ante sus ojos, eso era lo que estaba pasando, ya que el patriarca era un alfa, seguía siendo débil ante el vino.

 

-¿Mu te ha contado algo de su niñez?

 

Kiki negó esa pregunta con un movimiento de su cabeza, Mu nunca le hablaba de su niñez o juventud, en cambio Aldebarán le contaba con mucho cariño su pasado, le contaba sobre brasil, su tierra y de cómo conoció a su maestro.

 

-No fue una niñez muy feliz, siempre estaba solo, era temido por todos los demás, yo era su amigo, pero nunca he sido el más amistoso de los hombres, ni siquiera cuando era un niño, así que tu maestro siempre estaba muy solo, demasiado solo, hasta que llegó Alde, ese enorme becerro.

 

Kiki se rio al escucharlo, aunque no trataba de ser gracioso, aun asi Shaka le sonrio, sirviendole algo de té, del que podía tomar un niño, no del que compartía con Mu, de vez en cuando, ese que no le gustaba en lo absoluto al buen toro, que siempre estaba pendiente de su familia.

 

-Aldebarán era huérfano, sus padres habían muerto hacía poco tiempo cuando llegó aquí, yo no conozco bien su historia, no se si acaso Mu si la escucho en el momento, pero, en cambio el padre de tu maestro estaba en el santuario, pero no se hacía responsable de él, no como le hubiera gustado, supongo.

 

Kiki asintió, sabía que Shion era su padre, pero también sabía que Mu no estaba contento con él, no podía perdonarle la clase de entrenamiento que le dio, por eso decía que el suyo era mucho menos estricto, le dejaba hacer maldades en el pueblo y se preocupaba por él, como lo haría un padre por su hijo.

 

-¿Soy hijo de Mu?

 

De pronto quiso preguntarle a Shaka, que mostró su sorpresa, sin comprender esa pregunta, porque no creía que Kiki supiera algo de eso, así que mirándole fijamente, con los ojos cerrados, asintió, porque suponía que el pequeño lemuriano ya lo sabía, pues, sólo existían tres de los suyos, únicamente habia tres lemurianos, todos ellos alfas.

 

-Lo eres, eres el hijo de Mu, aunque no se supone que lo supieras.

 

Kiki había visto el camisón de niño, el vestido de boda, los juguetes guardados, aún una mamila, sabía que su maestro amo a alguien, o le amaba, y por eso el señor Aldebarán estaba enojado, porque su recuerdo hacia que no le correspondiera como debía serlo.

 

-¿Por eso el señor Aldebarán está enojado con mi maestro? ¿Porque mi maestro tuvo un omega que me tuvo a mi?

 

Kiki necesitaba comprender qué estaba pasando entre su maestro y el señor Aldebarán, porque estaban tan distanciados, porque parecía que el amigo especial de su maestro ya no deseaba verle más, tal vez, todo era culpa suya.

 

-¿Es mi culpa?

 

Shaka negó eso, no era su culpa y creía que únicamente por él era que esos dos se habían mantenido juntos tanto tiempo, esperando cumplir promesas que se hicieron, pero, Aldebarán creía que no lo amaban, Mu pensaba lo mismo, aunque fue él quien disfrutó de su becerro, en cambio, el toro se quedó solo, por demasiados años.

 

-No es tu culpa, en ocasiones, mientras más tiempo pasa una persona sin decir lo que piensa o siente, más trabajo le cuesta pronunciarlo, es un círculo vicioso, en el cual, Mu y Aldebarán se dejaron encerrar.

 

Kiki asintió, pensando que eso era posible, pero no explicaría la razón por la cual su maestro y su amigo especial estaban distanciados, además, le había visto en varias ocasiones reir con el maestro de libra.

 

-Mi maestro extraña a alguien, lo añora, pero no se quien es… sólo sé que se siente muy solo y cuando cree que no me doy cuenta revisa una cajita con pequeñas cosas, creo que son artículos de un omega, el mio, creo, pero mi omega no está y él ha guardado el secreto de mi sangre, así que… supongo que tenían una relación prohibida.

 

Un patriarca debía consagrarse a la diosa Athena en cuerpo y alma, toda su vida, todo su cuerpo, todo en ellos le pertenecía a su diosa y Shion deseaba que Mu tomara su lugar, era un alfa, un lemuriano, era su sangre, así que decidió guardar silencio esperando que fuera otro el que ostentara ese puesto, después, mataron al patriarca y su alumno escapó, entre esa fecha y el nacimiento de Kiki, suponía que seguían viéndose.

 

-Tienes razón, su relación no sería bien vista por muchas razones, muchas de ellas injustas.

 

Un año entero Aldebaran desapareció, regresando como si nada, mucho más silencioso que antes, pero seguía siendo amable, después Mu anunció que encontró un pequeño huérfano que entrenaría como su pupilo.

 

-Yo quisiera que mi maestro sea feliz, pero tambien quiero que el señor Aldebarán lo sea, siempre ha sido muy bueno conmigo, casi como si fuera mi propio omega, pero se que eso no es así, porque él me lo hubiera dicho, por eso creo que, si mi maestro sigue pensando en esa persona, no es justo que no deje ir a su amigo especial, además, yo creo que Dohko si habla en serio, si quiere que sea su pareja.

 

Shaka le sonrió, esa era una actitud loable, sin embargo, Kiki no se daba cuenta del amor que Aldebarán aún albergaba por su alfa, que aunque no tuviera su mordida, así lo consideraba el toro, que también era su amigo y por quien esperaba lo mejor.

 

-¿Sabes porque Mu tuvo que educarte fuera del santuario? ¿Porque se ocultó del gran patriarca?

 

Kiki asintió de nuevo, Mu había compartido toda clase de información con él, pero nunca quién fue su omega, y eso le hacía sentir triste, aunque no sentía que lo necesitara, porque en ocasiones especiales Aldebaran iba a visitarlo.

 

-Saga perdio la razon.

 

Era una forma de decirlo, pero eso no respondía el silencio de Mu respecto a su omega, y como Shaka sabía bien, que esos dos nunca le dirían nada, por temor a no ser perdonados por lo que hicieron, supuso que lo mejor era darles un empujón, usando la asombrosa inteligencia de Kiki a su favor.

 

-Fue considerado un traidor, su hijo y su omega corrían peligro en el santuario, pero qué podía hacer, si su omega también portaba una de las armaduras doradas…

 

Su omega era un santo dorado, pero quien, se preguntó el pequeño cruzando sus brazos de la forma en la cual lo hacia Aldebarán cuando pensaba, preguntandose, quién podía ser su otro progenitor y nadie venía a su mente, nadie excepto el gran toro, que lo cuidaba en ocasiones, que le enseñó a pelear, que se enojo demasiado con su maestro cuando le dejó ir a la Atlántida.

 

-Que harias tu si sabes que tu omega será utilizado para matarte a ti, y matar a tu único hijo, al que escondes como tu pupilo, cuando tu omega, por fuerte que sea, no es tan poderoso para enfrentarse a ti, y sabes, que Arles era capaz de enviarlo en tu búsqueda, o sabes, que como posible patriarca, te han prohibido enamorarte…

 

Los escondería a simple vista, pero eso no respondía su pregunta, quien era su omega, a menos, que el único santo dorado que estaba al pendiente de sus entrenamientos y los visitaba una fecha en especial fuera esa persona, que su maestro extrañaba tanto.

 

-Es… es el señor Aldebaran… ¿Aldebaran es mi omega?

 

Shaka asintió, esperando a que Kiki dirigiera toda esa información, comprendiendo demasiados actos extraños, también los celos de su padre, su desesperación al creer que perdería a su omega, y la tristeza de su omega.

 

-Y todo eso lo hicieron por mi…

 

Susurro, con demasiada tristeza, tratando de pensar en que hacer, como hacerles saber que les estaba agradecido, pero antes de eso, queria ir a verlos, tal vez, podría evitar que se lastimaran mutuamente o el maestro Dohko les hiciera daño.

 

-Tengo que ir a verlos.

 

No era una buena idea hacer algo como eso, pues su omega y su alfa tenían que arreglar sus asuntos antes de recibirlo.

 

-Tienen muchas cosas que arreglar, Kiki, no es bueno que tú vayas ahora mismo, pero sí creo que debes saber que los dos te aman, con todo su corazón.

 

Kiki no estaba dispuesto a esperar más tiempo, pero no dijo nada, pensando en la forma de huir, de buscar a sus padres, para que supieran que los perdonaba, que les agradecía todo lo que habían hecho por él.

 

-Tal vez sea lo mejor, pero aún así, quisiera verlos, escuchar que todo esto es real, que estaré para ellos siempre.

 

El cuidaría de Kiki durante su ausencia y les daría la oportunidad de decidir por ellos mismos, si deseaban separarse o no y creía que Dohko les ayudaría en eso, les daría el empujón que necesitaban.

 

-Yo estuve presente cuando tú naciste, estás a salvo conmigo, puedes confiar en mí.

 

*****

 

Pan observaba esa dulce charla, comprendiendo que el joven alfa era hijo de dos santos dorados, un buen premio, además de que era realmente lindo.

 

-Un dulce efebo perdido en el santuario, sin duda es mi día de suerte.

 

El dios se apartó, observando el santuario, como los alfas iban perdiendo la razón, como algunos omegas se iban juntando, al igual que si fueran ganado.

 

—Vamos alfas, comiencen la cacería, necesitamos muchos niños, sanos y fuertes, para nuestra cosecha.

 

De pronto vio como uno de los aspirantes se agachaba, como si sintiera mucho dolor, era un omega con su celo iniciando.

 

-Esto se pondrá divertido.

 

Como si obedecieran sus palabras, un santo de plata, que usaba un escudo con una apariencia interesante comenzó a caminar en su dirección, relamiendo sus labios emocionado.

 

-Hueles tan bien…

 

El aspirante comenzó a retroceder, pero no pudo ir muy lejos antes de ser dominado por ese alfa.

 

-Que buenos tiempos, buenos y dulces tiempos.

 

Se quedó todo el tiempo observando este espectáculo, ese hermoso acto de furia salvaje, que no hizo más que excitarlo, quería sexo y lo deseaba en ese momento, así que buscaría un hermoso omega, que pudiera complacerle.

 

-Y ahora, necesito un omega, o una ninfa, lo que sea… tal vez un efebo, o el dulce arquero, ese será hasta el final, después de arrancarle esa criatura del vientre, para tener más vino.

 

Pan siguió avanzando, viendo cómo la locura seguía su camino, su rumbo, deteniéndose cuando otro alfa atacó a otro dulce omega, riéndose de eso, disfrutando el repentino concierto de gemidos, alaridos y llantos.

 

-Es un hermoso lugar, muy divertido.

 

*****

 

Shion al escuchar que Shaka no deseaba obedecer, que no buscaría a Dohko, quien había partido en busca de ese omega, olvidando todas las promesas que se hicieron, le hacía sentir olvidado, detestar a la figura de su amor.

 

El toro, entre todos los omegas tenía que ser el toro, el omega de su hijo, el menos atractivo de todos ellos, pero suponía que Aldebarán tenía su encanto, su belleza oculta.

 

Aún así, no estaba dispuesto a perder a su amigo, a su compañero, cuando por fin podía librarse de su túnica, de su deber, para estar en compañía de quien amaba.

 

-Yo iré por él.

 

Y tal vez, podría borrar el rostro de ese omega, pero negó eso, Aldebarán era un buen chico, él no tenía nada que ver con eso, con ese deseo, con esa locura.

 

-Pero… Aldebarán no es culpable… él no le corresponde…

 

Estaba tan enojado por eso, tan desilusionado, que se levantó de su asiento, para buscar a su amado, deteniéndose cuando Shaina y Marin ingresaron a su oficina, las dos eran betas, estaban preocupadas.

 

-Están atacando a los omegas, los alfas de plata, están atacando a los omegas.

 

Shion por un momento quiso maldecir su suerte, pero inmediatamente después, salió de su oficina, para tratar de evitar que alguien resultará lastimado, o alguien más sufriera un daño irreparable.

 

-Vayan por Kanon y Saga, necesito su ayuda.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).