Después de lo sucedió en la sala del Consejo, Ignis se fue directamente hasta su oficina a paso rápido. Al llegar, abrió la puerta y cerrándola tras de sí, cayo de rodillas en medio de la sala sin notar a las dos cabezas que se asomaban por el sillón;
-tío- susurro, cuando Noctis se estaba acercando hacia él con preocupación seguido del también preocupado rubio
-dude ¿estás bien? - pregunto Prompto mientras que ayudaba a Noctis a levantar al otro del piso
-su Alteza, Prompto- soltó el castaño siendo sentado por los otros en el sillón - ¿Qué están haciendo aquí?
-vinimos a felicitarte por tu nueva oficina, pero cuando llegamos no estabas aquí. Nos topamos a Nyx y nos dijo que Cor los había llevado a ti y a Gladio a la sala del Consejo- comento Noctis sentándose junto a él
- ¿estás mejor? - pregunto el rubio dándole un poco de agua
-si, gracias- dijo el castaño suspirando. Los chicos guardaron silencio por un momento, hasta que Noctis se coloco frente al castaño y le tomo las manos;
-Specs… ¿Qué fue lo que paso en la reunión? ¿tuviste que ver a los de Niflheim?
-yo… yo volveré a Niflheim en una semana- contesto el chico cuando los otros dos se pusieron de pie
- ¡¿Qué?! - gritaron los menores mirando al otro aterrado
- ¡si fue papá juro que yo!
-nada de eso- fue lo que contesto el asesor y rápidamente le conto a los menores lo ocurrido en en la reunión de Consejo y también con el Canciller. Cuando termino de hablar, los menores se encontraban algo pálidos y lo miraban asustado;
-yo, - comenzó a decir el príncipe -coincido con Gladio. Esto me suena a trampa y tu eres muy listo como para caer
-lo único bueno es que lleva respaldo. - comenzó a decir Prompto -Pero debes estar siempre alerta y principalmente, arreglarte con el grandulón antes de marcharte
-se que ustedes tienen razón y también lo preocupados que están, pero… entiéndanme… mi tío… por mi culpa él está mal y podría morir- contesto Ignis acercándose a la ventana y mirando el comienzo del atardecer
-eso lo sabemos y lo entendemos- contesto Noctis abrazándolo
-solo pedimos que te cuides- soltó Prompto realizando lo mismo. Ignis sonrió y separándose de los menores, tomo unos papeles, un libro y se acercó a la puerta
-iré a buscar a Gladio para que podamos hablar con tranquilidad
-esta en su casa, salió de Palacio en carrera. - menciono Noctis revisando su teléfono -Ya le envié un mensaje a Clarus para que te espere y pueda llevarte
-yo le iba a pedir a Prompto que me acompañara, ya que casi es hora de irse ¿no? - contesto el castaño cuando el otro sonrió
-hoy tengo pijamada con Noct. Papá se queda hasta tarde trabajando así que me dio permiso de quedarme- contesto alegremente el rubio
-justo veníamos también a invitarlos a ustedes, pero dado esto…
-iré con Clarus entonces- contesto Ignis con una enorme sonrisa y salió junto a los menores para encontrarse con el gran escudo de frente.
Por otro lado, Gladio se encontraba acostado en el jardín de la Mansión Amicitia, cuando Iris llego junto al pequeño Talcott;
-nii-san ¿estás bien? - pregunto la niña sentándose junto a su hermano
-sí, estoy bien moogle, no te preocupes- contesto el joven tomando un libro y comenzando a leerlo aun en la misma posición
- ¿quieres jugar con nosotros? - pregunto Talcott mostrando una pelota que tenía en la mano
-ahora no Talcott, solo quiero leer tranquilo. Además, esta anocheciendo y ustedes tienen escuela mañana
-pero aún es temprano nii-san
-solo déjenme en paz por favor niños
-esa no es manera de hablarle a tu hermana y al pequeño Talcott- se escucho decir la voz de Clarus cuando Gladio se incorporo
-lo siento- contesto el otro mirando hacia otro lado
-niños, vayan a jugar adentro, les traje unos dulces. Gladio tiene una visita
- ¿visita? - pregunto el otro y vio a Ignis de pie justo detrás de su padre. El chico lo vio cuando, una vez más, Gladio fijo su mirada en otro lado. Clarus le puso una mano en el hombro al de gafas y le sonrió,
-es algo testarudo, pero no te preocupes- dijo en voz baja y se encamino hacia dentro de la casa junto a los dos niños.
Ignis se acercó al otro quien se había recostado de medio lado en el suelo, dándole la espalda;
- ¿puedo sentarme? - pregunto con voz suave el asesor cuando el otro hizo un movimiento de cabeza. Ignis lo tomo como un sí y se sentó junto al otro -Gladio… debemos hablar
-no tenemos nada de que hablar, tu ya tomaste tu decisión- contesto cortante el escudo
-entonces escúchame. – Ignis se acomodó mejor y miro hacia el frente con nostalgia -Cuando mis padres murieron, el tío Elías dejo su vida aquí en Lucis para ir por mi y poder criarme. Cuando nos disponíamos a venir aquí, el canciller no nos permitió partir, ya que mi tío debía terminar un proyecto que había comenzado mientras terminaba mi luto y en eso se fueron dos años. Luego de eso, todo solo empeoro y para cuando me di cuenta, nos habían separado y yo me había quedado solo.
>> Entiendo el hecho de que estés molesto y sé que tú, como su Alteza y Prompto piensan que es una trampa, que toda ira mal y que pueda que yo… no vuelva a estar con ustedes, pero entiéndeme a mí por un momento, yo… yo no sería nada sin mi tío y si hay alguna manera de que pueda al menos despedirme de él o salvarlo y traerlo conmigo, la tomare, aunque me cueste mi libertad de nuevo
-nosotros no somos los únicos preocupados por ti. – respondió Gladio incorporándose y acomodándose junto al otro -Papá, Cor y por supuesto el rey y los Glaives están más que preocupados por esto
-que rápido se esparcen los rumores- rio el otro
-no fue un rumor. Nyx me envió un mensaje preocupado, ya que el marshal y el Rey estaban buscando a tu escolta
-eso lo sé y de verdad se los agradezco a todos.
Ambos se quedaron en silencio por un rato, hasta que empezó a enfriar e Ignis se levantó;
-bueno, ya no te molestare más. - dijo levantándose un poco -Iré a decirle a Clarus que me lleve a Palacio, nos veremos mañana
-espera, - soltó el escudo tomando al otro del brazo -porque… ¿Por qué no te quedas a cenar y a dormir? Ya es algo tarde
-no quiero incomodar a nadie aquí y me parece una falta de respeto quedarme aquí sin invitación alguna- Gladio suspiro
-yo te estoy invitando, tonto. No incomodas, eres mi novio
- ¡no lo digas en voz alta! - le susurro con fuerza y bastante sonrojado el de gafas. El escudo rio y poniéndose de pie jalo al otro adentro de la casa.