A la mañana siguiente, Caligo despertó y se estiró con fuerza sobre la enorme cama de docel en la que había dormido.
El hombre se puso de pie y se acercó al baño con cara de aburrido y aun algo adormilado;
-levantate niño, ya es hora de que te pongas a alistar las cosas para irnos- dijo mirando dentro del baño y buscando con la mirada. El hombre entro de prisa al lugar sin encontrar al otro - ¡Demonios! - grito con fuerza y dió un fuerte golpe a la puerta.
De inmediato, el hombre salió y llamo a los guardias para que estos llamarán al rey ya que su "ayudante" había desaparecido.
Por otro lado, Gladio se había levantado del sillón donde había dormido y estirándose miro al otro con tristeza,
"¿Hace cuánto no puede dormir tan tranquilo?" penso para si cuando Noctis despertó y le tocó un brazo sacándolo de sus pensamientos
-vamos por algo de comer antes de que despierte, - exclamó el príncipe aún adormilado -asi podrá elegir que quiere
-no debe ser muy pesado Noct, no sabemos hace cuánto no come bien o al menos no come nada, y ayer estaba vomitando
-tienes razón. – el príncipe se levanto y se acerco a la puerta -Bueno vamos, igual no es como que pueda ir a ningún lado.
Ambos jóvenes salieron del lugar y cerraron la puerta tras de si mientras hablaban en voz baja.
Cuando ya se hubo cerrado la puerta y los murmullos de los otros no se escuchaban, Ignis abrió los ojos y se incorporo con cuidado. Aun estaba magullado por los golpes, lo cual lo hacia mas lento;
“¿porque son tan amables?” se pregunto el chico poniendose de pie y buscando una salida dentro del pequeño refugio en el que estaba metido “Debo salir de aquí antes de que vuelvan y me entreguen, aunque… ¿Por qué me entregarían si me sacaron de ahí? ¿sera que me quieren vender? ¿podre confiar en ellos?”
El chico se coloco su saco caminando por el pequeño lugar y comenzó a escudriñar cada cosa que había ahi, sin encontrar nada de lo que buscaba, como una salida alterna, alguna puerta secreta, una trampilla, no había nada.
El castaño se encontraba cerca de la fogata cuando la puerta se abrió. El chico de imediato se puso pálido y se quedo quieto en el lugar en el que se encontraba;
-que bien, ya estas despierto. - sono detrás de él la voz del príncipe mientras que su escudo entraba con una enorme bandeja en sus manos -Ven y siéntate para que puedas comer algo
-no se preocupe por mi su Alteza. - dijo el castaño con calma -Yo… yo estoy bien
-tu cuerpo dice lo contrario. - dijo Gladio colocando todo en una mesa que había a un lado y levantando las tapas de los contenedores que había dentro de la bandeja -Algo de aquí a de gustarte- agrego cuando vio como al castaño se le hacia agua la boca al ver toda la comida
-vamos, acércate- exclamo Noctis sentándose en la mesa y separando tres platos.
Gladio extendió su mano a Ignis y cuando este se disponía a tomarlo, la puerta se abrió de nuevo;
- ¿a nosotros no nos invitas? - dijo una voz haciendo que Noctis y Gladio se tensaran
-Noctis Lucis Caelum, quiero una explicacion- dijo el rey con autoridad cuando el príncipe se puso de pie e Ignis se oculto detrás de Gladio temblando de arriba abajo
-y la tengo padre- dijo el príncipe acercándose a su amigo
-asi que aquí es donde estaba el “ayudante” del general Ulldor, la persona pérdida... ¿Quieres explicarme que está pasando aquí Gladiolus? - pregunto Clarus con enojo mirando a los jóvenes. Gladio trago con fuerza al enfrentar a su padre de frente, sintiendo tras de sí a un castaño tembloroso que tenía agarrada su chaqueta con dos dedos. Gladio al sentirlo miró a su padre con decisión,
-nosotros lo secuestramos, ya que se notaba que necesitaba nuestra ayuda y sabíamos que no podíamos pedirlo gentilmente al general Ulldor- dijo con toda la tranquilidad que podía permitirse
-sabes que en el castillo hay una revuelta en este momento por la desaparicion de ese chico, ¿no?
-estamos consientes de eso- interrumpió Noctis
- ¿que harán al respecto joven príncipe?
-por-por favor, - exclamó Ignis aún atrás del escudo -no-no me devuelvan con ellos, se los suplico- termino cuando sus piernas fallaron y cayó hincado en el suelo con fuerza abrazándose a si mismo.
Clarus y Regis lo miraron asustado mientras que Noctis se acercaba y Gladio pasaba una mano por sobre los hombros de este,
-no lo permitiremos amigo. - exclamó el príncipe colocándose frente a él. Luego volvió a ver a su padre -Aceptare toda la responsabilidad-. Regis lo miró con decisión y acercándose le puso una mano sobre el hombro
-estoy orgulloso de ti. - dijo y agachándose le coloco una mano al castaño mientras que Gladio se alejaba -No permitiré que te hagan más daño pequeño, ahora eres un refugiado de Lucis. Solo que si me gustaría que habláramos más tarde. - el chico lo miro con lágrimas en los ojos -Por ahora quédate aquí, nosotros nos encargaremos de los enviados de Niflheim
-su Magestad- interrumpió Clarus levantandolo, Regis sonrio
-vamos a ver el control de daños
-si. - el hombre se volteó hacia los tres más jóvenes y se marchó junto al otro.
Al cerrarse la puerta, príncipe y escudo suspiraron fuertemente,
-salio mejor de lo que pensé- dejo salir Noctis con un suspiro
-jure que papá me mataria- comento Gladio y volvió su mirada hacia el castaño que aún llacia en el piso. Noctis hizo lo mismo y acercándose le tendió la mano
-ven Vollex, vamos a comer- dijo cuando el otro lo miro con ojos temerosos
- ¿porque son tan amables conmigo? - pregunto aún sin tomar la mano del otro. Noctis se sorprendió
-no hay razón alguna, solo creo que seremos buenos amigos y como amigos ayudamos a quién está en problemas
- ¿somos amigos?
-creo que desde que te secuestramos- el chico lo miró aterrado cuando Gladio intervino
-lo que el príncipe cabeza hueca quiere decir es, - dijo ante el reproche del otro -que nos gustaría que fueras nuestro amigo- Gladio también extendió su mano. Ignis lo miro por un momento y sin pensarlo tomo ambas manos y se levantó.
Los chicos lo guiaron hasta la pequeña mesita y le acercaron un vaso con agua;
-come todo lo que quieras. - comenzó a decir Noctis -Mas tarde te traeremos ropa limpia y te llevaremos a qué te bañes, ¿te gustaría? - el otro chico asintio mirando toda la comida con sorpresa, pero sin tocar nada. El escudo lo noto y le sirvió un poco de sopa en un cuenco
-lo mejor es que empieces con algo liviano, ¿hace cuánto no comes? - dijo cuando el chico sorbio un poco y sonrió
-hace cuatro días- contesto tranquilamente ante la mirada de los otros
- ¡¿que?! - soltó Noctis - ¿Cómo es eso posible?
-anteriormente han sido más días. El general Ulldor me alimentaba una vez al día, es más de lo que comía en... Casa- acabo con tristeza mirando el plato de sopa casi vacío. Ambos lo miraron y Noctis le sirvió un poco más y le acercó un poco de pan
-eso se acaba aqui- exclamó y sonriendo retomo su propia comida.
Luego de un rato de comer tranquilamente, Noctis se estiró mientras que Gladio e Ignis se pasaban hacia el sillón,
-demonios, - soltó el príncipe viendo la hora en su celular -debo ir a clases
-me alegra tener libre hoy- exclamó el escudo estirándose
-debo irme, nos vemos más tarde. Gladio no dejes a Vollex solo
-entendido
-Ignis- soltó el castaño y los otros dos lo miraron
- ¿disculpa? - pregunto el príncipe mirándolo
-Ignis. - repitió el chico -Mi nombre es Ignis Scientia, no Vollex
- ¿porque dar un nombre falso?
-el general me ordeno que no diera mi verdadero nombre y el canciller también, por eso menti
- ¿sabes por qué? - pregunto Gladio interesado, el otro negó con la cabeza
-lo siento
-no te preocupes, - dijo el príncipe dándole un leve golpecito en el hombro -nos veremos más tarde Ignis
-que tenga buen día en la escuela su Alteza- Noctis se sonrojo al oirlo y sonriéndole salio por la puerta, dejando a los otros dos solos.
. . .
Caligo era una maraña de nervios. Ya había caído la noche y no había señales del chico por ningún lado, lo cual lo tenía aterrorizado,
-me matará… - decia mientras caminaba de un lado a otro por la habitación -Si él se entera, me matará
-señor- dijo un hombre al entrar por la puerta
-dame buenas noticias
-lo siento señor, es como si hubiera desaparecido de la faz de Lucis, no está en ninguna parte
-aun no entiendo cómo escapó ese maldito mocoso, tú dejaste bien cerrado ¿no?
-si señor
-debemos encontrarlo antes de irnos mañana. ¡No podemos volver a Niflheim sin él!
-pero señor...
- ¡Sigan buscando!
- ¡de inmediato! - soltó el soldado y salio de la habitación cuando el celular del general sonó. Este lo tomo y viendo el número, trago con fuerza,
- ¿hola?
-general.... - dijo una voz por la bocina - ¿Cómo van los tratados con el reino de Lucis?
-señor canciller, muy bien muy bien- dijo el otro aterrado
- ¿como se está portando mi pequeño niño?
-callado y sin vergüenza como siempre. Al menos sigue bien las órdenes
-me gustaría hablarle- Caligo sudaba frío ante lo escuchado
-e-en este momento está un poco difícil que se pueda señor canciller, ya que... Ya que ahorita está un poco ocupado- el hombre guardó silencio
- ¿haciendo favores? Dejé muy en claro que NO puede hacerle favores a nadie más que a mí y a quien yo decida
-nada de eso, simplemente... Está durmiendo- más silencio
-si me entero que algo pasó y usted no me quiere decir general... Atengase a las fuertes consecuencias- y se cortó la llamada. Caligo miro el celular aterrado
-ese maldito mocoso debe aparecer… no me voy de este lugar sin él.