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Ese algo llamado Amor (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Encuentro II:

Espejismo

 

 

 

Eren Jaeger tiene veinte años y trabaja en la cafetería Anthologypara ayudarse con el pago de sus estudios de Diseño Gráfico. En un futuro le gustaría viajar todo lo que pudiera y, si tiene suerte, encontrar a su persona indicada para pasar el resto de su vida con ella. Un plan muy simple, en su opinión; el problema es que hasta el momento todo son solo sueños, pequeños espejismos inalcanzables.

El trabajo de aquella tarde es agotador. El local lleva lleno desde la mañana y él ha tenido que duplicarse para atender los pedidos junto a Armin e Historia que también trabajan allí.

El alboroto de una mesa llena de colegialas le crispa los nervios cuando se acerca a atenderlas. Ellas ríen nerviosas y lo miran con insistencia y él, intentando ser lo más profesional posible, les devuelve la sonrisa y pregunta que es lo que van a consumir, ante lo que estas se deshacen nuevamente en carcajadas azoradas y algún que otro intento de coqueteo que Eren corta de la forma más amable posible.

Unos minutos después, aparece Hange con la adivina contratada para la jornada especial por San Valentín. La anciana lo saluda con una inclinación de cabeza al pasar y él le sonríe. Ella le devuelve el gesto de forma enigmática y se dirige con paso cansino hasta la mesa que su jefa ha preparado especialmente para la ocasión y hacia donde muchos de los clientes miran ansiosos por poder participar.

Es la cantarina risa de Isabel lo que lo regresa a la realidad. Su prima está en la barra preparando pedidos mientras platica muy animada con un sujeto. Este está de espaldas y Eren no puede verle el rostro, pero solo le basta con contemplar su rígida postura y la tensión de sus hombros para saber que no está para nada cómodo allí. Probablemente aquel hombre es el único cliente soltero absorbido en ese caótico ambiente de amor desbordante y muestras de afecto; es lógico que se sienta tan perdido. Además, siendo la víctima de Isabel y su cháchara incansable… Pobre.

Eren está a punto de ir al rescate del desconocido cuando Armin le pide que se haga cargo de sus mesas ya que Hange le ha ordenado que reparta los números a los clientes para que participen en la lectura de manos. Soltando un cansado suspiro acepta y se prepara mentalmente para sufrir, otra vez, cuando un nuevo grupo de chicas hace su entrada a la cafetería y algunas de ellas se emocionan al verlo.

Él es un chico guapo, lo sabe, pero no se enorgullece de ello, sobre todo porque eso no le ha servido para encontrar el amor verdadero. Lo ha intentado un par de veces, pero jamás ha sido algo memorable; es como si, a pesar de sentirse interesado un tiempo, algo no acabara por encajar del todo. Gustarle a alguien por como luces y gustarle a alguien por lo que eres son dos cosas muy diferentes y tan distanciadas como lo son un «ha sido agradable conocerte» y un «para siempre».

Se deprime un poco al ver allí a todas esas parejas y darse cuenta de que el tiempo pasa y él sigue esperando mientras nada parece cambiar. Tal vez, si se anima lo suficiente, le pida a la anciana que le lea la fortuna. Quizás y hasta resulta que tiene un alma gemela.

Eren se siente algo tonto al pensar en ello y se ríe. Cuando lleva a Isabel el pedido que ha tomado para que lo prepare, se percata de que el desconocido ya no está allí. Y se desilusiona un poco.

—¡He conocido a alguien interesante! —le suelta esta de inmediato, casi atragantándose con las palabras de la emoción—. ¡Creo que deberías hablarle! ¡Te gustará!

Eren la mira confundido pero igual le sonríe lánguidamente. Le explica a Isabel que no es necesario que le consiga más citas; que está seguro de que la persona correcta aparecerá cuando deba hacerlo.

Pero su testaruda prima se cruza de brazos y lo observa desafiante antes de comenzar a regañarlo por su poca consideración hacia su preocupación por él.

Finalmente Isabel se queda sin aliento y lo mira enfadada, con sus coletas pelirrojas desordenadas y sus ojos verdes, similares a los suyos, ardiendo de indignación. Bajita y menuda, sonrosada de cólera como un tomate, esta se ve graciosa y adorable, por lo que Eren no puede evitarlo y se ríe a carcajadas mientras ella renueva su enfadado regaño.

Y es entonces que lo siente, o lo presiente mejor dicho. Una sensación extraña, de saberse observado y, quizá, reconocido. De estar finalmente en el lugar correcto, en el momento indicado.

Y al volverse, lo ve.

Es el hombre de la barra y le está mirando. El lacio cabello negro le enmarca el rosto y acentúa su piel demasiado pálida. Sus ojos afilados, del claro gris del mar en invierno, lo contemplan asombrados.

Y Eren lo sabe, está seguro de ello, ¡es él! Su persona indicada, la que ha estado esperando…

Pero antes de que pueda hablarle siquiera, aunque no tiene idea de que le diría, le llaman de una mesa y se despista unos minutos. Sin embargo, cuando su mirada vuelve a buscarlo, este ya no está.

Ha desaparecido… como un espejismo.

Y el mundo se desmorona por lo que ha perdido. Por esa oportunidad del destino que no ha sabido aprovechar.

—Te lo dije, ¿no? —le dice Isabel, pero él no le presta atención realmente. Entonces ella le da un doloroso pellizco en el costado y le indica con un gesto la librería del frente—. Trabaja allí, es el dueño.

Y es entonces que Eren siente que el mundo vuelve a iluminarse. Ni espejismos ni oportunidades perdidas; ese hombre es a quien estaba esperando. Su indicado.

Y mientras le ve cruzar la calle lentamente, llevándose junto a él su ilusión desmedida, Eren comprende dos cosas importantes:

El amor no es para nada un espejismo.

Y ha descubierto que ama los libros.

Notas finales:

Lo primero, como siempre. Muchas gracias a todos quienes han llegado hasta aquí y por darse el tiempo de leer; espero por lo menos haya valido la pena el tiempo invertido y que les resultase entretenido.

Por lo demás, muchas gracias por lo bien recibida que fue esta primera entrega; me alegra saber que ha gustado a  pesar de ser tan cortita y de no ser mi tipo habitual de escritura. No puedo negar que me  sorprendió un poco, pero a la vez me sentí gratificada, así que por el momento he decidido continuar con esto hasta donde la imaginación y las ganas alcancen. A diferencia de mis otras historias que ya tienen un final establecido, esta serie de viñetas es por completo al azar; pero creo que es bueno arriesgarse un poco a veces, así que, ¡vamos a la aventura!

Po otro lado, no dejaré una fecha aproximada para las actualizaciones de las viñetas porque las iré sacando cuando pueda. Como he dicho, escribirlas es rápido, así que lo más probable es que salgan dos o tres por semana; así también aprovecho de practicar mi escritura mesurada.

También, para quienes siguen mis otras historias (ya que he visto caritas conocidas por aquí), aviso y me disculpo. Voy un poco atrasada con las actualizaciones ya que el último capítulo del manga me ha bajado mucho los ánimos y me quitó la inspiración para escribir, por lo que he debido recurrir a reencantarme un poquito con los personajes antes de poder continuar. Pero tranquilos, lo estoy retomando; así que por lo menos el capítulo final de Amar en Tres Tiempos debería salir la próxima semana. In Focus está en beteo ahora mismo, por lo que en cuanto me la devuelvan haré las correcciones pertinentes y subiré el capítulo.

Y por supuesto, mi agradecimiento a todos quienes dejan comentarios, votan, añaden a sus listas, alertas y favoritos o envían mp’s. Como siempre lo digo, anima mucho.

Un abrazo a la distancia y mis mejores deseos. Hasta la siguiente.

 

Tess


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