Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encadenado por Andromecat

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Muchas gracias por cada lectura, por cada comentario, que siempre me hacen el dia!

Nos acercamos a una parte más intrincada en la historia, aunque por ahora llega algo liviano. 

¡Espero les guste!

Capítulo VI
Pelea

 

Shiryu se quedó pasmado, intentando procesar las palabras que su mejor amigo acababa de pronunciar. Las repasaba una y otra vez, frente a él, congelado.  ¿Cómo era que eso había sucedido? ¿Era siquiera real o un juego de su imaginación?

Seiya, se encogió un poco al ver la duda en el semblante del otro chico, se moría de la vergüenza, de la pena por no obtener respuesta y con timidez bajó la mirada viendo sus propios pies.  Estos no respondían, parecían de sólido metal fundido al piso –aunque sus rodillas bien parecían de gelatina.

Shiryu le miró con profunda tristeza, si bien confundido, era obvio que el dolor de todo lo que se generaba en su cabeza; si bien la confusión de tener a su amigo de la infancia siendo tan directo sobre sus sentimientos y por otro lado Ōko, siempre Ōko. Se sintió entre la espada y la pared. Ni siquiera se atrevió a preguntarse a sí mismo lo que él sentía con respecto a esa confesión.

Temía, por su amistad, por Seiya y por sí mismo.

— Seiya yo…— Empezó, y el moreno supo, que si detrás de una confesión la respuesta empieza tan lamentada, no significaba nada bueno. Pero guardó compostura y permitió que Shiryu fuera honesto. — Seiya yo… no sé qué decir… gracias supongo…

No era una respuesta, para él.  Pero para Seiya aquello fue todo lo que necesitó escuchar, para saber que si insistía, aunque el tiempo avanzase, sólo encontraría la negativa.  Seiya decidió reunir el valor para, tanto mantener su palabra como para mantener su dignidad intacta.    

— Ya… Entiendo, Shiryu, no te tortures.

— Seiya…no…yo, lo siento — le miró con profunda tristeza, desde luego no quería lastimarlo.

— Shiryu. No tienes por qué disculparte…sólo quería que lo supieras aun si eso no lograba ningún cambio…

—Es que no sé qué respuesta darte…

—Creo que la falta de respuesta es ya una en sí… no tienes por qué darle tantas vueltas Shiryu, lo último que quería era …complicarte más,  fue… movimiento tonto de mi parte a sabiendas que tú y Ōko, bueno…— juntó los índices de sus dos manos simulando un beso.

— No es eso, Seiya… — intentó explicarse. ¿Estaba con Ōko o no? ¿Quería estarlo? Aquella horrible sensación de vacío le hacía sentir querer arrancarse las entrañas. — Es sólo que estoy confundido…

Seiya sólo lo miró, intentando esconder su mirada de cachorro botado.  Tenía que mantenerse firme, serio y no vulnerable, aunque sabía que Shiryu lo conocía tan bien que podía leer a través de cada uno de sus gestos.  El chico suspiró derrotado.

Shiryu, por su parte continuó —… Dame tiempo de formular una respuesta de tratar de entender el cómo me hace sentir esta declaración en específico…

Porque aunque su cuerpo se sentía vacío por lo ocurrido con Ōko, no estaba seguro de quererlo lejos de su vida.

¿Era amor siquiera?

Las palabras de Seiya, ¿Qué le hacían sentir?

Seiya frunció el cejo — Hey…no es necesa-

— Lo es— interrumpió— Porque has sido honesto y si tomas como respuesta mi duda, tampoco tendrás una respuesta honesta. — Suspiró — Hoy, Seiya, mi día ha sido muy confuso ¿Sabes? No sólo por esto, hoy he visto a Ōko…

— No necesito saber eso…— Se quejó el menor ­— Trato de ser abierto pero…— Shiryu interrumpió.

— No me sentí del todo bien.

Hubo un silencio incomodo entre los dos.  Seiya fue el primero en intentar romperlo — ¿Entonces… ustedes…no están… juntos?

— No lo sé realmente, no lo sé, y parte de mi confusión es sobre… — se talló la cara ­—No sé si quiero estar con él o no, y sobre todo las razones. Y lo que acabas de decirme… bueno, es importante para ti y por lo tanto es importante para mí…

— Ya con eso me estás dando la respuesta…—

— Quizás, pero al mismo tiempo…­

Seiya le miró intrigado — ¿al mismo tiempo…?

— Quiero pensar en todas las posibilidades…

— Oír la negativa de tus labios definitivamente será pesado… — Seiya se estiró — pero si quieres tiempo en pensar… es lo menos que puedo hacer por ti.

— Seiya…

­—Shiryu… — Entonces caminó de regreso a su motocicleta y antes de subir le sonrió levemente — Pero al final, sea como sea, sabrás que lo importante no es amar o no sino hacerlo bien.  Y yo, Shiryu, te quiero y bien… — Dijo con las mejillas profundamente encendidas, un tanto turbado por su propia honestidad, pero confiado en la velocidad de arranque de Pegaso, Seiya se perdió por el camino dejando a Shiryu ahí, de pie, con aun más dudas en la cabeza…

… Y con el corazón latiendo de prisa.

 

------------------------------------------------------------------------

Los días venideros fueron un tanto rutinarios para los chicos sin contar con las subidas y bajadas de sus planos amorosos, pero al menos en el panorama laboral todo continuaba sobre una base rígida, cotidiana y similar a la del día anterior y el día anterior a ese.

Seiya había evitado hablar de lo ocurrido, Shiryu también guardaba su distancia y Hyoga permanecía ajeno a los dramas de aquellos dos por vivir su propia historia que lo tenía embobado. Claro, tenía que decirles sobre el hecho de que el fin de semana posiblemente su hermoso y sexy rostro –o trasero- iba a ser pateado por Ikki, el Fénix de Narayama en un intento de desafío por el derecho de sacar a Shun de paseo.

Pero sería después del trabajo, aquella información era tan elocuente como hilarante – ¿Cómo lo tomarían sus amigos? Esperaba que al menos fueran al lugar del encuentro a echarle ánimos.

— ¡Dis-cul-pe~! —Una vocecita lo sacó de sus cavilaciones — Quiero ver una de esas casitas para jardín que son bodega.

Hyoga volteó para encontrar a Shun frente a él, con una mirada pícara y sonrisa dulce que fingía inocencia. Las manos detrás de su espalda y balanceándose en sus talones.

Lo llamaba tanto, que Hyoga sentía un día no podría más y le comería a besos, en el momento.

El rubio sonrió, enormemente, y entendiendo la pregunta, no pudo evitar sonreír con satisfacción, y un dejo de pillería — Ven, por acá, tenemos una gran variedad de bodegas para jardín pre-ensambladas y fáciles de armar.  — Le guiñó un ojo — Te puedo enseñar las que ya tenemos armadas de muestra.

Así, se dirigieron a la zona donde se alzaban seis pequeñas bodegas con forma de casa que bien parecerían de juguete de no ser por su tamaño adulto y su costo elevado.

— Me gusta esta que no tiene ventana… — Comentó Shun divertido. 

— ¿Por qué no la revisa por dentro?  — Hyoga le abrió la puerta, cortésmente. — Después de usted. 

Shun se metió jalando a Hyoga al interior de la bodeguita, riendo y esperando que nadie los hubiera visto. — ¿Crees que alguien…?

— No me importa ­ —Respondió el rubio abrazándolo por detrás — ¿Te puedo comer a besos?  ¿O todavía no puedo hasta que tu hermano me parta la cara?

Shun rio levemente pero se dio la vuelta preocupado cuando tomó el tema en serio, suspiró — No me dejará escapar de sus sermones del por qué no debería estar con alguien débil, pero no te preocupes, me escaparé para verte.

Shun ya no podía distinguir en dónde empezaba la broma y dónde era la realidad.

Hyoga se atragantó — ¡Vaya que estás seguro que perderé! Gracias por tu apoyo, pequeño Shun.

El chico le dio un pequeño golpecito en la nariz — Es que no conoces los alcances de mi hermano, realmente creció peleando

Ante eso, Hyoga frunció el ceño — ¿En qué sentido? ¿Pandillas?

Shun se notó un tanto melancólico —Yeah.  No se juntó con buena gente, por ello es bueno peleando y defendiéndose; tiene muy buena técnica.

Aquello lo sorprendía, estaba obteniendo información al respecto, pero Hyoga no queriendo importunarlo, acarició los mechones verdes y le dio un beso en la frente —Uhm, te tengo para mí unos minutos a solas, no los quiero gastar hablando de cómo tu hermano me va a patear el trasero.

Shun rio levemente y asintió tomando al mayor por las mejillas atrayéndolo en un beso, cálido, húmedo y plenamente disfrutable.  Dos breves besos más, y los ojos azules entrecerrados se enfocaron perdidos en los labios del peli verde, un suave susurro escapó de ellos.

— También sé defenderme sabes — Beso. — Pero prometo no lastimarlo — Beso — Es tu hermano…

Beso, Beso, Beso.

Shun respiró a profundidad, aclarándose la garganta.  Aquello podría salirse de control en cualquier momento. 

—Me gustaría saber más de ti, sé que es absurdo que primero me quiera partir todo por ti y luego descubrirte pero… — Dijo Hyoga.

— ¿Pero?

— Hay algo en ti que simplemente me dice que, eres para mí— completó, tomándole por ambas mejillas, depositando un pequeño beso en sus labios. — Aunque estés lleno de misterios.

—No son misterios interesantes, y por ahora sólo quiero disfrutar que estás aquí…— Le miró, con ojos grandes y llenos de pena, con tristeza. Fueron besados por el rubio.

Una parte de su corazón le dijo que debía ser honesto, que no debía ceder tanto ante el por qué su futuro era incierto.

Pero su boca reclamó más besos, de su pecho escaparon los jadeos, y su piel sonrojada clamó por un reconfortante abrazo que buscaba más, mucho más. 

Hyoga –sabía- que pudo bien tomarlo ahí mismo, pero hacía caso a la razón y la sensatez.

Además hacerlo en una bodega de jardín de muestra en una tienda de productos para el hogar y construcción no era precisamente la mejor idea para una primera vez.

“…aunque la adrenalina de ser descubiertos…” ­pensó, mientras bajaba las manos.  “NO” Se detuvo a sí mismo.

A tiempo, pues escucharon voces provenientes de afuera. 

— ¿Hyoga hijo? ¿Dónde estás? Tengo un cliente acá que pregunta por un artículo que le enseñaste la vez pasa-

El chico salió de la bodega, cerrándola con cuidado — Hey pap, acomodaba las ménsulas de la bodeguita muestra, no estaba bien armada.

­­—Ya veo ­— creyó a totalidad las palabras de su hijo y decidió no cuestionar más.  — ¿Puedes apoyarme con éste cliente? 

— Claro — respondió el muchacho —Vamos por acá, viene por la fresadora, ¿cierto? — Hyoga se llevó al cliente consigo hacia otra área, asegurándose que su padre regresase a su oficina.

Shun se asomó por una ranura hasta ver que de nuevo se encontraba a salvo y salió de la bodeguita, suspirando y tocándose el pecho. — ¡La vi cerca…!

Sin más decidió que dejaría a su ¿novio? Trabajar en paz y optó por amarrar su cabello en una coleta colocándose una gorra rosa y a vagar de nuevo hasta encontrar con qué entretenerse.

No tenía deseos de permanecer en casa, aunque fuera contraproducente.   Se estiró — ¡Si tan sólo pudiera sacar a Andrómeda!

Pero la última vez, sacarla había generado una ola de reacciones por su diseño llamativo – aunado al llamativo uniforme de neopreno que Shun, llamativo per se, utilizaba.

Aquella vez, la misma que conoció a Hyoga, un hombre se le había acercado cuando daba una última vuelta por el barrio.

— Joven Sakurano — Dijo un hombre de edad mediana, escondido tras las sombras de un par de árboles en la acera.  

Shun se congeló en su lugar, sintiendo las rodillas temblar. — Señor Hanomusitó y esperó que aquel hombre hablase.

Ellos no tardarán en llegar a Miyanouchi por favor, no sea tan descuidado en sus andares.  Le he comentado al joven Ikki… tomen precauciones. 

— Gracias…Hano…

Aquel hombre asintió y desapareció por donde había llegado, dejando a un chico sumamente consternado.

Desde entonces Ikki le había regulado – por no decir prohibido- el uso de la motocicleta y de ciertas piezas que pudieran delatarlo.  Shun suspiró pesadamente, irritado por aquella situación, pero sabía que tampoco podía llevarle la contra a Ikki y provocar que éste tomase medidas extremas.

Shun apretó las manos — Hyoga…­

 

 ------------------------------------------------------------------------

 

— ¡¿Qué hiciste que?! — Seiya se acababa de atragantar con un maní y bebía soda para intentar recuperarse — Aceptar el reto de Ikki… ¿Es que tan en serio vas?

Hyoga asintió seriamente.

…Como la vez que había prometido levantarse temprano en el domingo.

…Asistir a la misa con su abuela.

…Comer más sano

…Dejar de beber

Sin cumplir ninguna de esas cosas.

— No es que no te crea, sé que vas en serio pero… ¡Tan en serio como para liarte a golpes con un sujeto por un par de ojos bonitos!

— ¡Y qué ojos!

Hyoga — Seiya se talló la cara, pero honestamente ocultando las ganas de reír — Pero apenas lo conoces…

— Quiero ganármelo para tenerlo conmigo, para desvelar todos sus secretos… conocerlo…

Su amigo rio — Uuuuuuy ­… Se me hace que te estás enamorado…

— Creo que sí, es que si lo vieras… Todo de él es tan…— Se quedó embobado — y que besos…

—No necesito saber esoooo —Se quejó el moreno.

—Tiene una energía renovadora, y es tan…astuto, no sé.

Seiya no pudo negar aquello último — Muy perceptivo, eso si te puedo decir…

Hyoga arqueó una ceja — ¿A qué te refieres?  

Muy en sus adentros se sintió con ganas de cuestionarlo “¿Y tú que andas hablando con él?”  ¿Celos? ¿Celos? Hyoga, el frio ¿Sintiendo celos

Seiya negó levemente — Me dio un consejo el otro día que lo conocí.  Un consejo apenas viéndome…vaya parece que tu chico sabe ser parte de la vida de las personas en corto — chasqueó los dedos— ¡Es rápido!

—Lo es —sonrió el rubio — Pero… ¿Consejo de qué?  

— Un consejo que aunque no me dio el resultado favorable…no me arrepiento de haber seguido, al menos mi alma descansó — rio con un dejo de amargura.

Hyoga le miró confundido, así el que el otro chico se apresuró a contar, si Shiryu lo sabía, que lo supiera todo el mundo, ya qué. — me he sincerado con Shiryu, y le he dicho que me gusta.

Hyoga bien pudo ver en su mente a un hámster intentando procesar lo que le habían dicho — Espera… ¿Qué? ¿Tú y Shiryu?

—Más bien…­Yo con Shiryu y él con Ōko — O ya no sabía pero para él, las palabras de Shiryu aun daban entender senda situación. Al menos en la mente de Seiya.

— Vaya, así que te le declaraste y te dijo que estaba de regreso con su ex… Lo siento hermano, de verdad… — le dio una palmada en la espalda — ¿Te darás por vencido?

Seiya caviló por unos instantes — no lo sé…una parte de mí, quiere seguir peleando por él y la otra quiere… proteger mi dignidad.

— Como tu buen amigo que el próximo sábado irá a partirse la cara por unos ojos bonitos y el corazón que me tiene encadenado… te lo digo así, no hay dignidad en quien no defiende lo que quiere el corazón.

Seiya rio levemente y asintió — Yeah, viene de alguien dispuesto a ir a golpes por el derecho de salir con alguien, suena a alguien que no se dará por vencido.

— Y aunque me derrote, te juro que seguiré y seguiré.  Vale la pena, ¿Y tú?

—… ¿Yo?…— Se quedó pensando seriamente.   

— ¿Shiryu vale la pena?

Seiya entonces, sintió su piel erizarse, tembló ligeramente y su corazón emocionado se brincó un par de latidos, completamente estremecido — Claro que sí…él vale la pena.

Hyoga sonrió, a sabiendas de que acababa de impulsar a su amigo para que su corazón volviese arder y viajara contra viento y marea por la persona a quien amaba.

Seiya le jaló la mejilla — Quita esa sonrisaaa — se quejó en berrinche.

------------------------------------------------------------------------------------------------------

El sábado siguiente en el prado donde los corredores se reunían, alejados de los ojos de curiosos que no tenían conocimiento de ese mundo de máquinas y velocidad; un vasto grupo de muchachos en coloridos trajes de neopreno se dieron cita y se reunieron, no por una carrera sino por otro vívido acontecimiento… y mucho chisme.

— ¿Era necesario que todos se enteraran de esto? — Preguntó Hyoga, con la voz pesada.

— huh, no pensé que habrían tantos.  Siempre se enteran pero esto si es novedad —comentó Shun mirando a los alrededores, llevaba el cabello atado en una coleta alta lo cual acentuaba sus rasgos delicados; también llevaba de nuevo su traje brillante en tono rosa con azul turquesa y el casco en sus brazos, pero no había indicios de la máquina Andrómeda por ningún lado.

— ¿Dónde la dejaste?

—En casa —respondió de manera simple, él peliverde miraba atento por si encontraba al Fénix, su hermano.

— Me pregunto si algún día volveré a verte corriéndola…— comentó el rubio con cierta melancolía ante lo cual, Shun frotó su brazo con suavidad. 

—Verás que si…

De pronto las risitas agudas de un grupo mixto de chicos y chicas les llamaron la atención, una de las chicas, la más asertiva se acercó a Hyoga, y sonrisa en boca le saludó con coquetería.

— ¿Sabes? No es necesario involucrarse en asuntos de bárbaros… Si te quieres divertir malsanamente hay otras formas…— comentó en un tono sugerente.

Hyoga sintió la sangre subir a sus mejillas, vale que era de todos conocido que el chico era malo, malo cuando se trataba de chicas. — ¿Eh? Jajaja — rio nervioso y tosió intentando mantenerse cool.

Shun le miró con ojos pesados y le tomó de la mano jalándolo de ahí — ¿Ojo alegre?

— ¿Eh?

El peliverde se cruzó de brazos, molesto, celoso, con un mohín de puchero y resoplando un mechón verde que estaba fuera de lugar.

— ¿Qué no está viendo que esto lo haces por mí?

A Hyoga le pareció adorable, fascinante. Verlo celoso era una nueva faceta que estaba disfrutando. Y verlo altivo y conocedor de los extremos a los que Hyoga era capaz por el…Shun podría ser alguien muy dulce pero definitivamente sabía lo que provocaba.

Sonrió de lado, tomando la situación en sus manos — Es bueno conocer que tengo otras opciones por si lo de hoy no sale bien.

— ¿Ah? Entonces mejor que pierdas — Su postura, aun con brazos cruzados, pero con su delgado cuerpo en una pose elegante dejó sin habla al rubio por unos instantes. 

Pero Hyoga rio un poco — Andrómeda…

Pato… — Shun se quejó.

Y Hyoga se atragantó — ¡Tú también! — Shun rio y el rubio se acercó a él para darle un sutil beso en la mejilla —Eres de lo peor.

— No te pongas tan cómodo con él antes de tiempo — Ikki apareció, montado en su motocicleta.

—Ikki… así que ya llegó el momento.

Shun corrió junto al chico, emocionado de verlo, como si no viviera con él — ¡Hermano! —Y entonces susurró — recuerda que me prometiste algo…

—No golpes bajos y no en la cara, sí, pero hazlo prometer eso también, no seas injusto.

—Ya lo hice.

— Bien

— ¿En serio es necesario que hagan esto? Me parece muy absurdo…

— Si, y si le sigues moviendo te juro que lo primero que haré será dejarlo sin bolas.

Ikki.

Ikki sabía bien que cuando Shun se dirigía a él por su nombre de manera directa, implicaba una súplica o que se encontraba molesto.  No podía con ninguna de esas dos visiones. 

— ya, ya, ya.

Seiya, se encontraba en primera fila junto con otros de sus amigos quienes también conocían a Hyoga, habían ido a darle ánimos aunque dentro de esos “ánimos” estaban botellas de agua, y un botiquín de primeros auxilios.

— Es bueno ver que me tienen fe. —Dijo Hyoga viendo los teléfonos preparados en el 911

Seiya sonrió —sólo estamos siendo precavidos amigo, las malas lenguas dicen que si los ha enviado al hospital.

— ¡Eleven sus apuestas, Fénix 10:1 Cygnus! — Se escuchó una voz, y Hyoga miró que se trataba de Misty.

— Hijos de perra —se quejó Hyoga cuando vio a un grupo de sujetos apostar en su contra.

Jabú entre ellos salió con un paquete de billetes de apuesta y tomó asiento al lado opuesto al de Seiya. — No puedo creer que vayas a hacer esto, Cygnus, así que tus intenciones siempre fueron acercarte a Andrómeda…

Hyoga rodó los ojos.  

— Para tu información, me corresponde. 

Ajá, no te eleves demasiado, pato, o la caída será más estrepitosa.

Para callar las bocas de todos los burlones, Hyoga se aproximó hasta donde estaban los dos hermanos aun charlando mientras todo quedaba listo para el encuentro, una vez con ellos, tomó de la nuca a Shun pegando un intenso beso que dejó a más de uno con los ojos como platos y la boca abierta.  Entre ellos los chicos que habían estado haciendo mofa.

Shun jadeó, sorprendido y se tocó los labios cuando fue liberado — No creo que hacerlo enojar antes de que peleen sea… buena idea…

Hyoga asintió ­— Deséame suerte baby.

Para entonces Ikki ya estaba quitándose la chamarra de piel y tronando los dedos — Yo si te mato, pato desconsiderado.

Y así, la pelea dio inicio.

Tal y como Shun le había dicho, Ikki era extremadamente hábil y sus golpes eran firmes, fuertes y bien dirigidos; sabía a la perfección en dónde atestar el golpe y si Hyoga no hubiera sabido defenderse, desde el primer contacto el teléfono de Seiya ya estaría en línea con las emergencias.

Sin embargo ése era su secreto, Hyoga sabía pelear, no en balde él mismo había sido un chiquillo rebelde en épocas de conflicto. Tenía el conocimiento pleno para bloquear los ataques del oponente. Sabía que Ikki era voraz por la fuerza que empleaba para detenerlo, pero no se dejaba amedrentar.

Muchos miraron la escena, sorprendidos, jamás imaginando que un chiquillo mimado como Hyoga pudiera moverse de esa forma.  Entre los murmullos hubo gritos de ánimo para el rubio y poco a poco algunos de los asistentes movieron la apuesta hacía él.

Ikki estaba igualmente sorprendido, nunca un sujeto le había puesto tanta batalla en medio de una pelea, usualmente quedaban noqueados a los primeros golpes sin lograr siquiera bloquearlo y mucho menos atestarle uno.

Ikki miró de reojo a su hermano que se cubría la cara, pero viendo todo a través de los espacios entre sus dedos, aquella distracción bastó para que Hyoga pudiera darle un golpe en el abdomen sacándole el aire y haciéndolo redoblarse.

Todos soltaron un grito de sorpresa y Shun se encogió en su lugar — ¡Hermano!

­— ¡Hey! — se quejó Hyoga, y de nuevo ese momento sirvió de distractor para que ahora el Fénix lanzara otro golpe que el rubio intentó esquivar, pero se dobló por delante, recibiendo el golpe en el ojo izquierdo.

— ¡Hyo…Cygnus!­ — Gritó Shun y Seiya al ver que el chico era el foco distractor, rio.

Adolorido, el cisne lanzó otro puñetazo a ciegas sobre Ikki, dándole en el pecho y logrando que éste cayera al suelo.  Hyoga también cayó a su lado, imposibilitado de seguir el combate pues la sangre de su ceja abierta le nublaba la vista.

Ambos quedaron cubiertos de tierra, sudor y un tanto de sangre, jadeando y con un fuerte dolor de cabeza. 

— Pato desgraciado… si sabes… — Ikki reposó el brazo en la frente — Veo que si podrás defenderlo… Cuídalo… Si algo le pasa te juro que la próxima vez, te dejo sin bolas.

Hyoga supo que Ikki no bromeaba, tragó saliva — Primero muerto que a dejar que algo malo le pase…

—Más te vale… porque su situación es especial…— cerró los ojos para descansar un poco.

— ¿Su situación?

—Luego hablamos.

Andrómeda corrió hasta ellos — ¿Están bien?— Ambos levantaron un pulgar y entonces él les jaló las orejas — ¿Qué necesidad había de todo esto? ¿Arreglaron algo siquiera?

Ambos se quejaron de dolor. — Lo…lo acepto como el tipo que te estará sacando…

Shun abrió los ojos sorprendido y sonrió jalando de las manos a Hyoga para ayudarlo a levantarse.  Ikki lo logró sin apoyo, se encontraba en mejor estado.

Ikki entonces habló en voz alta ­— Si bien logró aturdirme y no pega como princesa, mi derrota no es definitiva, Pato.  Goza tu victoria por ahora.

Y así tomó asiento en una de las bancas donde una chica se aproximó a atenderlo.   Los que habían apostado corrieron a recoger sus billetes o a intentar huir sin éxito.

— ¡vaya! Creo que muchos se dieron a la fuga —comentó Seiya yendo hasta su amigo y su chico. ­— ¡Felicidades! Creo que no necesitaremos de los primeros auxilios…

— De hecho…— Shun tomó la cajita y sacó el alcohol y algodón para limpiar la herida sangrante del cisne.

Hyoga se quejó y le salieron un par de lágrimas cuando el algodón empapado en alcohol le fue pasado por la herida abierta.  Shun le jaló la mejilla — ¡Pero bien que ahí estabas! Violencia genera violencia, ahora si me permites haré que esto te duela un poco más, porque tiene que quedar muy limpio.

­— Baby, fue por ti.

— ¡Que por mí, ni que nada! — Se quejó Shun.

—Al menos podré invitarles algo de beber en un rato — Dijo Seiya divertido y mostrando un fajo de billetes — 3200 mones gracias a la valentía de mí amigo pato.

— ¿¡Tú también me llamarás así!?

Todos rieron, hasta que otra voz se escuchó en el lugar.  — Felicidades Hyoga, diste una buena pelea. — Dijo un chico de cabellos largos y negros.

El aludido lo miró sorprendido y le sonrió. Seiya por su parte le miró como si acabase de ver un fantasma, y un frio le recorrió la espina.  — Shiryu…

—Seiya…

 

Fin del capítulo 6

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!

Como siempre sus comentarios son bien recibidos~

Ya se revela un poco más, en el proximo capitulo se viene algo bueno. ¡Espero!

Nos leemos~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).