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Punto final por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Damas y caballero, me enorgullece presentar la función del día de hoy del Show del horror. Adelante, pasen y siéntanse cómodos, que esto solamente va iniciando.  Cualquier cosa puede pasar en este Show.

— Damas y caballeros, el Show del horror se enorgullece de mostrar al nuevo talento ¡la  magnífica Arber!—  Ah, ¿pero que tenemos aquí? Otro infortunado más al que mis palabras han atrapado. Si has entrado aquí, supongo entonces que quieres saber que es el show del horror, que ese título te llamo la atención y tu curiosidad te hizo llegar a este escrito. Que mal, en verdad que lo siento por ti, pobre lector ¿nunca escuchaste que la curiosidad es el  principio de todos los pecados? Pero tranquilo, vamos por partes. Te invito a que sigas leyendo, ya que lo que a continuación escribo, comenzó con un humano curioso, así como tú. Pero no te preocupes, sigue leyendo.


El espectáculo inicia entre luces neón y canciones con ritmos inquietantes. Siempre que aparezco en el escenario lo hago con máscaras o maquillaje, usando ropas coloridas y un bastón elegante. Nunca aparento más de treinta años.  El espectáculo termina una hora y media después. 


Lo primero sería presentarme, decirte mi nombre, quien soy. Te adelanto que soy alguien muy convencional, pero para esto te pediré un poco de paciencia, me gusta generar interés. Me conocen por muchos nombres, he tenido varios a lo largo de los siglos pero mi favorito siempre ha sido Bael, por ese nombre te dirigirás a mí en este escrito.


¿No te has perdido con lo que cuento? Quizá deba comenzar a contarte algo de mí.  Soy el dueño, productor y director del Show del horror, un espectáculo que se presenta diario en el salón de teatro que compre hace un tiempo.  Aparentemente es un show inocente, una ilusión de magia, oscuridad y cosas grotescas y aterradoras que busca engañar los sentidos. O eso es lo que todos creen.   Para mí no es más que un capricho, estaba aburrido cuando se me ocurrió esta idea del show de horror. Los seres como yo nos aburrimos con mucha, muchísima facilidad, pero te invito ahora a seguirme.


En las calles concurridas del barrio artístico, centraremos nuestra atención en el hombre de chaqueta tinta, aquel de los pantalones de mezclilla, si justo él.  No puedes saberlo, pero ha venido al mismo lugar toda la semana. Intentando pasar como un humano más en estas calles, haciendo fila como todos y entrando a buscar el lugar que marca el boleto que compra en la entrada.   Como todos se queda la hora y media que dura el espectáculo y sale sin hacer nada más para dirigirse  a  la parada de autobús.


Su nombre es Antoine Didier. ¿Te interesa saber más de él? lo sé todo sobre él. Sé que tiene veintiséis años. Sé dónde vive, sé que tiene un auto pero que no trae para ver el show.  Vive en un apartamento solo, tiene un gato y durante una parte del día está en la agencia privada donde es empleado porque no paso los exámenes para ser agente de policía hace dos años. No es muy atractivo, pero lo cierto es que los hay peores también. 


 


Él piensa que pasa desapercibido, quizá lo sea para los humanos comunes y corrientes, pero yo no soy un humano común  y corriente, es más, ni siquiera soy un humano (no espero que lo hayas adivinado antes, pero si lo pensaste has superado mis expectativas, felicidades afortunado lector, mucho más si sabes lo que soy). Lo que delata a Antoine es su mirada.  Él es un investigador privado,  y le han enviado a seguir las pistas del asesinato de una mujer llamada Fátima, lo único que saben de ella es que frecuentaba el edificio donde se presenta el Show del horror, por lo que no les extrañe que venga diario en busca de algo nuevo. Debo admitir que es tenaz,  no se ha dejado desmotivar por la falta de pistas, aunque sí que le he visto frustrado cuando se marcha. Desde que supe el motivo por lo que venía, he puesto mi atención en su cruzada, este tipo de personas siempre lo hacen ¿Qué tan lejos llegara? ¿Cuándo va a rendirse?


Me gusta cuando alguien intenta averiguar mis secretos, es como un juego del gato y el ratón, aunque yo siempre soy el gato. Y con Antoine no será diferente.


Ahora solo me queda esperar a que mi trampa funcione ¿crees que lo hará? Ah, claro, olvido que ni siquiera sabes cuál es mi plan, te pido una disculpa, infortunado lector, pero olvido con frecuencia que no todos tienen el conocimiento que yo tengo. La chica, Arber, no es otra más que Fátima, pero te revelare ese misterio pronto, por ahora debes poner atención al investigador, que se nos está acercando.


—  espere… eh… ¿señor?


—  ¿te diriges a mí?


—  sí, ¿usted es el dueño del show?


—  llámame Bael.


—  Soy Antoine, estoy investigando la desaparición de esta chica—  ah, sorpresa, se ha delatado. No ha podido con lo que vio ¿tú qué harías en su lugar, lector?


—  no la conozco, ni la he visto.


—  asistió a su espectáculo frecuentemente.


—  ¿quieres que recuerde a todos los que vienen aquí? vienen cientos de personas en un día, mi memoria no es tan buena—  lo cierto es que lo es. Puedo recordar tantas cosas… prestar atención a los detalles. Me ofende un poco que me haga esa pregunta a mí, uno de los grandes señores del infierno. Ah… veo que no te he sorprendido con mi revelación.


—  no, solo…—  él está cohibido ahora, es el motivo por el que no lo aceptaron en la policía. Es muy fácil manipularle, pero que cosas digo, para mi es fácil manipular a todos ¿no te has preguntado porque entraste aquí? ¿O porque sigues leyendo? No importa, sigamos—  la última chica que participo hoy en los trapecios se parecía un poco ¿no lo cree?


—  Ella es nueva, pero tienes razón, se parece un poco a esa mujer—  es la misma mujer, pero quiero jugar un poco más con este humano.


—  investigue un poco más, y veo que hay varias desapariciones cuyas víctimas fueron vistas por última vez en su show—  puedo verle nervioso, no quiere contrariarme. Sonrió.


—  Es un espectáculo muy reconocido, muchas personas vienen aquí—  es muy tonto, a decir verdad. Espero que tú no seas igual de tonto, lector.


—  podría tener a alguien peligroso asistiendo a sus funciones, quizá alguno de sus empleados lo sea.


— ah… eso sería una tragedia. Me jacto de conocer bien a todos los que trabajan para mí—  porque yo mismo los he seleccionado, yo mismo les he traído aquí y les he dado un lugar bajo mi mando. No son más que marionetas en el escenario—  si vienes mañana temprano, puedes hablar con algunos de los artistas. No quiero causar problemas.


—  Muchas gracias, señor Bael— más bien, yo debería agradecerle. No soy de los que agradecen, pero esa situación es especial.


Mientras esperamos a que él regrese, te contare un poco más sobre lo que hago aquí.  En el show que dirijo se juega con los sentidos humanos. Les hago creer que lo que ven es falso, oculto cosas ante sus mismos ojos y ellos disfrutan ser engañados. Los humanos disfrutan que alguien más dirija sus vidas. No hay un número exacto de actores en el show, puede haber tantos como me dé la gana, pero eso sí, todos y cada uno de ellos son especiales, a todos los conocí muy íntimamente.   No es momento de decirte todavía más sobre eso, pero paciencia, inquieto lector, que lo sabrás antes de que termines tu lectura.  Volvamos a mi show. No hay una edad común, tampoco hago distinción de sexos. Cualquiera puede ser miembro del show siempre y cuando yo lo seleccione. Puede haber un show normal con trapecios, acrobacias y contorciones o solamente mostrar las cosas más  aberrantes de la naturaleza, malformaciones increíbles y esas cosas, puedes encontrar de todo ¿quizá quieras ser invitado alguna vez a verlo?  Este show lleva funcionando diez años, creo ¿o son quince? todavía no me acostumbro al tiempo humano.   No recuerdo de donde saque la idea.


Pero que me aburro de esto, humano ¿quieres presenciar un poco de mis poderes? Considérate afortunado, que no muchos tienen el honor de estar ante alguien como yo.  Avanzaremos en el tiempo hasta la hora en que Antoine venga. Solo  cierra un momento los ojos y déjate llevar.


 Ya está, mira con atención a ese investigador, hablando con los actores mientras hacen sus labores de siempre. Observémosle solamente, nos acercaremos en unos momentos, finjamos que todavía no nos percatamos de que esta aquí ¿no te encanta jugar con los demás? Si lo has hecho antes, sabrás de lo que te hablo, si no lo has hecho, deberías disfrutarlo y dejar de preocuparte por que pasara.   


—  Señor Bael.


—  ¿has terminado?


—  no, solo hable con algunos. Tiene empleados muy dedicados.


—  por supuesto. Pareces cansado ¿puedo invitarte a tomar algo?—  él duda, ¿puedes ver en sus ojos la cautela?


—  tengo que irme, pero espero mañana encontrarme con otros de sus empleados—  ah, no te decepciones, hoy me tomare la molestia de entretenerte también a ti. De seguro notaste que Antoine ha visto algo extraño, que siente en el ambiente que algo no está bien ¿tú también lo sentiste?  Sigámosle entonces.


 


Nos moveremos de los salones del teatro hasta una calle cercana, fría y oscura. Crucemos y entremos a la cafetería, donde Antoine está esperando. No ha mentido al decir que no estaría en el teatro.  No esperes que yo sea tan amable para invitarte algo.  Solo observemos.


 Ya se ha levantado, pero no le seguiremos, sé a dónde ira, te ahorrare la fatiga. Regresemos al teatro y en lo que esperamos, te aclarare un par de cosas más. Si te he llevado de un lado a otro es solo por capricho. Te lo he dicho, me he aburrido, jugar con la mujer, Fátima,  no me entretuvo tanto como pensé. Esta mañana han encontrado el cuerpo de una mujer en un basurero a muchas calles de aquí, su noticia está en la primera plana en el periódico que ves sobre mi escritorio, pero voy a ahorrarte tiempo. Encontraran que la mujer es la desparecida Fátima, que su cuerpo presenta varias fracturas, y heridas causadas por algún animal salvaje, o alguien simulando usar unas garras de animal porque no hay registro de que una bestia tan grande exista.


Pff, novatos. A Fátima se le rompieron cuatro costillas, el tobillo izquierdo, el radio del brazo izquierdo y tres dedos de las manos. Además de las heridas presenta moretones y está casi desangrada. Las heridas son más profundas y más largas de lo que ellos concluyeron. ¿Cómo lo es? Fácil. Yo la mate.  Eso pasa cuando me aburro de algo ¿acaso has pensando en que pasara cuando me aburra de ti? Veo que no… pero no te preocupes, que todavía tengo que encargarme de Antoine.


**************************************


Sé que hay algo raro en el teatro. No suelo equivocarme, aunque a todas las personas les guste y admiren este espectáculo, para mi hay algo que no encaja. Todo es perfecto… demasiado perfecto. No puede haber nada tan perfecto. Los actores, el director, son imposibles. Hoy quiero investigar más, decidí entrar por mi cuenta cuando ya no haya nadie. Hace un rato que todo debió terminar, y  no parece que nadie se quede en el lugar cuando cierran. Mientras hacia las entrevistas vi varios lugares por los que puedo entrar.


El primero es una puerta, y está libre. Si alguien me descubre, diré que olvide algo aquí y que es importante que lo recupere. No está completamente oscuro, y todo está tranquilo. Confirmare que aquí pasa algo extraño y que se relaciona con  la desaparición y muerte de Fátima.


—  ¿Hola?—  hablo en voz baja, pero no hay nadie. Reviso despacio los camerinos,  hasta que llego a la oficina de Bael. El sujeto es extraño, no puede ser normal, demasiado extraño  en una forma que no comprendo todavía. La puerta también está abierta, y dentro, comienzo a revisar las cosas. Cajón por cajón.  No encuentro nada extraño, y eso me molesta. Esperaba encontrar algo; ah que mal. Dejo todo como estaba y me giro para salir. Que frio se ha puesto aquí, no traje chaqueta y ahora… ¿eso fue un grito? ¿De dónde viene? La puerta del escenario está abierta, hay una luz encendida ¿llego alguien? maldición…


—  Tú…—  pego un brinco, y me llevo las manos al pecho. No grito solo porque no encontré mi voz para hacerlo—  el amo te espera.


—  ¿Quién? Espera… ¿tú eres Fátima? – Es la misma mujer de la foto—  ¿lo eres?—  ella no me mira, sigue caminando, como si no tuviera más voluntad. Parece una muñeca. Me doy la vuelta para salir, pero la puerta por donde entre está vigilada. Todas las salidas… estoy atrapado en este lugar. Iré a enfrentarme a Bael, le preguntare que quiere de mí y me disculpare por estar aquí sin permiso.


*************************************************


 Ha llegado el momento de más diversión para mí ¿nunca has visto la cara de horror de alguien cuando  se da cuenta de que ha cometido el error más grande de su vida?  ¿No? qué raro…  entonces comienza a apreciarla, porque es justamente la cara que pone nuestro joven amigo.


—  ¿Qué es esto?


—  ¿esto? no es más que un ensayo. Quizá quieras sentarte y observar—  tú también, intrépido lector que me has acompañado en estas líneas. Observa con atención lo que va a pasar, quizá vayas a ver de cerca tu destino.


—  Pero… ¿Qué demonios es esto?—  ya no hay luces de colores ni música. Ahora está viendo el horror mismo sin disfraz.  Lo que antes era maquillaje, ahora son heridas supurantes  sangrantes. Los cuerpos se arrastras dejando tras de sí manchas rojas. Las risas y muecas alegres se convierten en lamentos, muecas y gritos de angustia.


He traído el infierno a la tierra.


— estas presenciando el show del horror. Todo lo que creías falso aquí se vuelve real. Todo lo que pensabas imposible está aquí.  Por favor, mira hacia allá, que no puedes perderte como se prepara esto—  ¡Mira, mira! Observa cómo se pelean por una mano. Todos a quienes les que castigado arrancándole las manos se pelean por tenerla, mordiéndose como perros en medio de  trozos de piel desgarrada y sangre reseca.


Por allá andan deambulando aquellos que no tienen ojos, sus parpados cocidos con hilos de colores y la sangre chorreando por las mejillas como lagrimas eternas.


Si prestas atención a la izquierda, veras mis creaciones,  fueron tan gratos para mí que decidí premiarlos con esas manos que arranque… veras hombres, mujeres, niñas y niñas con cuatro manos, tres piernas, seis ojos.


Notaste que el olor es nauseabundo, sangre y viseras podridas, el olor de la putrefacción en el aire, olores que te hacen pensar en lo agradable que es desgarrar un cuerpo, como se siente hundir las uñas en la piel tan frágil, como se llena de sangre tibia y el cálido olor metálico. La hermosa vista de las entrañas saliendo, ver el rostro agónico, escuchar los gritos suplicando que todo termine. Es lo que más me gusta hacer, ver… pero los humanos son tan frágiles que nunca dura lo suficiente para mi deleite. A veces me gusta desgarrar la piel más blanda con mis dientes, despacio, escuchando, viendo como me miran implorando misericordia….


Ah… si…


—  Eres un monstruo—  a todos los olores añade el olor del vomito de Antoine.


—  Lo soy…—  debemos darle puntos por enfrentarme, por quedarse aun cuando quiere salir corriendo—   pero ¿ellos no lo fueron? Dime, ¿supiste acaso que esta mujer…—  empujo el cuerpo de Fátima—  se dedicaba a robarle a los hombres a los que embaucaba?  No, no lo sabes. No puedes saber que hay más depravación, más horrores aquí que los que ves. Asesinos, ladrones, mentirosos, pederastas, adúlteros… tu señálame uno, y te contare lo que fue en su vida.


—  no…


—  ninguno fue santo, y les estoy dejando redimirse hasta que llegue su hora, pero para entonces, habrá nuevos talentos que explotar en este lugar, querido Antoine. Actúan, hacen lo que yo les ordeno e intentan hacer felices a los que antes hicieron daño ¿no es justo acaso?—  ¿Tu lo crees justo, lector? ¿Piensas que es una buena forma de pasar el rato después de morir?


—  no lo creo.


—  ¿entonces debería dejar que sigan causando daño? ¿Debería devolverles a la vida aun sabiendo que los humanos no podrán castigarlos?—  míralo temblar, puedes ver como respira agitado.


—  estas intentando engañarme, quieres confundirme y hacer que te dé la razón—  ah, pero que impertinente… tiene razón, me importa poco castigarlos. Son mi entretenimiento—  s- si es así, déjame ir. Yo no he hecho nada, no tengo que por estar con estas personas.


—  ya veo. Tienes razón, por supuesto. No hay forma de compararte con todos los que están aquí— ahora pon más atención, mortal lector, que esto es algo que no debes perderte. Hacerle creer que puede salir de aquí, que aún tiene una posibilidad de vivir y luego aplastar esas esperanzas es algo que todos deberían aprender—  pero… me temo que no puedes irte.


—  ¡No le dire a nadie! ¡Nadie me creerá!


—  ah... ¿no lo entiendes? No puedes irte. Una vez que ves el show del horror, es imposible  salir de él. Haremos algo distinto. Necesito un ayudante. Encargarme de todo esto me está resultando aburrido, y no necesito más almas en pena actuando como marionetas. Lo que estoy buscando son ayudantes, personas que me ayuden a encontrar nuevos talentos, nuevas formas de llevarle al mundo el show del horror. Y, tú resultas muy interesante para el puesto.


—  no… no, no.


—  shh. No va a doler—  esto sí que no te lo permitiré ver, lector. La forma de hacer las cosas es diferente ahora. Confórmate con escuchar sus gritos, suplicas… los sonidos obscenos y los gemidos. Confórmate con saber que ahora tengo un leal ayudante que está dispuesto a complacerme en todo.


Espero que te quedara claro lo que es el show del horror. Que entendieras lo que va a pasar ahora contigo, ingenuo mortal ¿acaso pensaste que saldrías a salvo de esto? pff, como me diviertes. Fuiste testigo de lo que  paso con Antoine y aquí sigues… leyendo, y leyendo sin detenerte.


Sabes que nadie sale del show del horror una vez que lo ha visto.


Pero… considérate afortunado, lector, pues todavía no me aburro de mi nuevo juguete, te dejo ir, pues, pero no te pongas muy cómodo, pues yo no olvido a todos los que visitan el show del horror, y no te sorprenda encontrarme en el lugar y momento menos esperado. ¿Estás seguro de que  tu profesor sigue siendo él? ¿Estás seguro de que esa gruñona secretaria no te está espiando?  ¿No te pregustaste porque nunca te hable de mi aparicioncita?   Pero anda, ve y disfruta tu vida… o lo que quede de ella.


 Cuídate entonces, hasta que sea el momento de ir a buscarte.


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