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Punto final por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Gideon pasa un mal momento, su novia de años le ha dejado y él se ha dado cuenta de mas cosas de las que quisiera saber. Estando de bar en bar, termina encontrándose con su enojado amigo Tristan.


Así que ahora solo tiene tres palabras para decirle a cualquiera que le pregunte por su ex: Quédate con esa.

Hace frio. El lugar donde estoy es duro y frio, y el olor a alcohol me quema la nariz.  Abro los ojos, me cuesta enfocar mi propia sala, llena de envases vacios de comida y otro montón de basura. Estoy tirado a un lado de la puerta, y no recuerdo haber llegado hasta aquí. Mi ropa tiene algunas manchas y de allí proviene el olor a alcohol que me despertó. La cabeza me duele y sigo viendo borroso.  Veo mi reloj digital sobre el mueble de la televisión, ya casi son las siete.


Ah, es un poco temprano para ir a un bar de nuevo. Me cuesta un par de caídas levantarme de nuevo. Mi ropa esta tan sucia… quizá deba asearme un poco antes de volver a salir ¿Cuándo fue la última vez que lo hice?


Llego hasta la regadera sujetándome de las paredes y los muebles, el espejo del baño me regresa el reflejo de un hombre desaliñado, el cabello  claro descuidado, sin brillo y mugriento. Los ojos oscuros medio cerrados, con marcas oscuras debajo. La barba de días sin afeitar. Me veo fatal.  El agua fría me ayuda con el dolor de cabeza y me hace despertar por completo. Ya no me siento mareado cuando salgo, con una toalla en la cintura y otra en la cabeza.


— Que desastre…— mi casa es un asco.  Paso de largo hasta la habitación, todo está igual de desordenado. Apenas queda ropa limpia en los cajones, una camisa informal, dos pantalones, un par de calcetines y solo unos bóxers.  No me importa que la ropa no sea apropiada, me visto y tomo mis cosas de vuelta para salir… en realidad solo me aseguro de tener dinero suficiente para pagar lo que haga esta noche.  Me gustaría decir que iré a pagar por compañía, pero lo único que hare será embriagarme hasta perder el conocimiento y casi morir por intoxicación de alcohol, llevo casi dos semanas de esta manera y lo único que puedo decir es que al menos hoy si llegue a casa.  Como dije, todo comenzó hace dos semanas, pareciera que ha sido más pero solo han sido dos semanas desde que me convertí en esto. Hace dos semanas tenía una casa limpia, un trabajo y una novia. Ahora solo tengo una casa. Yo y Jessica teníamos casi cuatro años de salir, nos llevábamos bien y éramos una buena pareja y yo solo tenía un problema: Ella nunca quiso ir más en serio con lo nuestro a pesar de que se lo propuse varias veces.  Siempre pensé que ella era muy independiente,  libre y todo eso, y eso me gustaba, que ella fuera tan… ella.  Nunca me extraño que a veces no nos viéramos en días, que solo nos comunicáramos por teléfono o que se fuera de repente por trabajo o no saliera conmigo porque saldría con sus amigos. Eso pudo ser verdad algún tiempo, pero ya no, no cuando yo mismo la vi con otra persona, casi a punto de…


Ella solo me termino cuando le quise pedir explicaciones.


Demasiado tiempo tirado a la basura, y que mejor forma de sacarme todo eso que ahogándome en alcohol.  Posiblemente me arrepienta después,  pero olvidarme de todo y sentirme bien es lo único que quiero.


— otra vez por aquí ¿eh? ¿Qué te sirvo?


— tequila. Deja la botella— hoy elegí un bar tranquilo, nada de música ruidosa, de bailes desenfrenados y ligues por todos lados. La música y la luz están bien aquí, no muy molestos. La botella aparece frente a mí— A su salud.


 


Ah… tan feliz… no puedo  parar de reír, aunque no sé de qué me estoy riendo.  La persona a mi lado también se ríe.


— y en-entonces ella me dejo— o eso es lo que creo que digo. Nos reímos más fuerte.


—  mi jefe acaba de despedirme— o eso es lo que entiendo. Que sujeto tan gracioso— ¡Mesero! Ya no hay…— agita la botella vacía. Alguien habla con voz chistosa, aparecen más botellas, más para beber.


— ¡Yo conozco esa canción!— la música es lo único que puedo escuchar— Near, far, wherever you are, I believe that the heart does go on…


— ¿Gideon?


— Shh… es la mejor parte.


— No puedo creerlo…


Once more you open the door, and you're here in my heart, and my heart will go on and on


— Gideon


— haz el coro


— no voy a cantar en una botella.


— ¿umm? ¡Tristán, eres tú! ¿Dónde estabas?


— lo siento mucho, pero no puedo dejarlo así.


— ¿A dónde vas Tristán?


— solo cállate…


— sujétame, voy a volar como en ese barco… ¡Y no voy a dejar que se ahogue! Los dos podían estar en esa mesa ¿Por qué se ahogó? ¡Dime!


— ¡Gideon, basta!—  todo deja de dar vueltas, algo no está bien— vamos, levántate.


— ¿Por qué eres tan grande? yo quiero ser grande también ¿me has encogido? Dime la verdad.


— te caíste, pedazo de…  no puedo levantarte, ayúdame un poco ¿quieres? Gideon… Gideon… ¡No en mis zapatos! Eres asqueroso.


— tú me dejaste.


— ¿Qué?


— tú solo te fuiste y… ya no somos amigos…


— alguien está muy ocupado con su novia para llamar a sus amigos. Vamos, muévete.


— Ya no más… me dejaron y…. ¡No me importa!  Tú… tú tenías… tenias… ¿Qué tenías? Un momento… tú no eres Tristán…


— ¿de qué hablas?


— ¿Qué has hecho con Tristán?


— soy yo, borracho tonto.


— no, no lo eres… él es más… Tristán es… ¿tú eres un chico?


— ¡Idiota!


Ah… todo está oscuro….


 


Mi cabeza… santos infiernos ¿Qué demonios hice anoche? Siento que me hubieran metido la cabeza a una trituradora. Los ojos me pesan como nunca, y tengo unas ganas de vomitar… eso es lo que me hace abrir los ojos, tan rápido que me duelen. Necesito ir al baño. Me tambaleo hasta donde está el baño, pero solo choco con una pared. ¿Qué demonios…? Ah, no estoy en casa.


No reconozco donde estoy, pero veo el baño, porque la puerta está abierta. Me apresuro a entrar, la sensación de vomitar se ha ido pero beber toda la noche  y no ir al baño no es una buena combinación. Mientras orino, noto que la camisa que tengo puesta no es la misma que usaba anoche, ni siquiera es  mía. No conozco este lugar. Me lavo las manos y la cara cuando termino,  no escucho nada en este lugar ¿Dónde estoy? Regreso a sentarme a la cama, estoy molido.


— Despertaste— miro a la otra puerta, no escuche que se abriera, pero lo está y allí esta…


— ¿Tristán? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estamos?


— Estas en mi casa— no suena contento. Ha pasado… ¿Cuánto? Mucho desde la última vez que hable con Tristán en persona—  Me tengo que ir, solo venia a ver si tenía que llamar una ambulancia— está molesto. Mucho, pero también trae un vaso de agua, que deja en la cómoda más alejada de mi— solo cierra la puerta cuando te vayas— se da la vuelta.


— Olvidaste los analgésicos— no alcanzo a ver cómo me lanza las pastillas a la cara. Mi mano se mueve demasiado lento, y si, la caja me da en la cara. No me molesto en pensar por ahora, solo saco dos pastillas y me las meto a la boca antes de ir por el agua— que amable— murmuro. Me vuelvo a acostar en la cama ahora que se donde estos, más o menos.


¿Qué hago en casa de Tristán? 


Yo y Tristán nos conocimos en el último año de bachillerato,  de hecho en los trámites para iniciar la universidad. Durante los primeros años de la universidad fue mi mejor amigo, hacíamos todo juntos y en fin éramos inseparables. Debo admitir que muchas veces él me salvo de no aprobar más de una clase. Estudiar leyes  no es tan sencillo. 


Se me revuelve el estomago y no tiene nada que ver con mi borrachera. Cuando comencé a salir con Jessica muchas cosas siguieron igual, es decir, era normal que saliera con alguien y por un tiempo Tristán y yo seguimos siendo amigos, él fue el que me dijo que ella no me convenía, que no era lo que yo creía.  Pero Jessica era tan buena, linda… no le creí a Tristán. Otras personas, incluida Jessica, me dijeron que a él le gustaba ella.  Ah, la discusión que tuvimos el día que le  confronte por eso, cuando yo estaba cansado de que me repitiera lo mismo, de que no dejara de llamarme y quedar salir…  me disculpe, claro, pero desde entonces él ya no me busco. Siempre estaba ocupado, o tenía alguna escusa para no vernos, yo también deje de buscarle después de un tiempo.  Y al final resulto que él tenía razón.


Que Tristán aparezca justo cuando termino lo de Jessica es raro.


Abro los ojos, el cuarto esta oscuro. Me siento mucho mejor, aunque no me di cuenta de que me volví a dormir.  Me levanto, tengo que regresar a casa y no sé qué tan lejos estoy. Bien podría volver a otro bar.


Tristán está de regreso también, parece que acaba de llegar, porque esta quitándose la corbata y me mira sorprendido, parece que le asuste.


— ¿Sigues aquí?— me suena a pregunta, aunque bien pudo ser una afirmación.


— Me quede dormido— él vuelve a poner la misma expresión molesta de la mañana.  Tristán esta diferente a la última vez que le vi… o al menos su cabello, se lo ha dejado crecer y ahora le cae por un lado de la cara, se ve muy diferente por eso no me extraña que no le reconociera cuando entro a la habitación. Ah, recuerdo haberlo visto anoche… con ese cabello luce un poco afeminado.


— umm.


— ¿Cómo llegue aquí?— sus ojos miel se clavan en mi con furia.


— ¿No lo recuerdas?


— la verdad es que no— pone los ojos en blanco y tuerce la boca antes de caminar hasta una pequeña zona oscura, que cuando enciende la luz noto que es la cocina.


— no me extraña, idiota. Estabas ahogado en alcohol, haciendo el ridículo mientras cantabas, te caíste, hablaste tonterías, vomitaste mis zapatos y…— cada palabra suena afilada, un reproche en cada una— y yo no tengo que estar soportándote ¿Qué demonios crees que estabas haciendo bebiendo de ese modo?— ahora también el ruido del metal en la cocina acompaña sus palabras.


— bueno…— espero que se haya olvidado de nuestra última conversación.


— ¿O ahora también eres solo independiente y libre?— no, no se le olvido. Sigo sin entender porque esta tan molesto, y tampoco es como decirle que me está pasando que solo se me ocurre decir una cosa.


— Jessica y yo terminamos— Le veo mirarme, no dice nada— tenias razón— espero un “Te lo dije”, eso sería mejor que el silencio. Me siento en el sofá, aun esperando una respuesta de Tristán, pero solo recibo silencio— estoy… enojado. Prefiero estar borracho que pensar en todo lo que esa… todo lo que deje por su culpa— así es, no es tristeza lo que siento, lo que me lleva a los bares a perderme, sino el que no solo me distancie de Tristán, también de otros muchos amigos y amigas, de cosas que disfrutaba y que poco a poco fui dejando porque a ella no le gustaba.   


— Es un poco tarde para darse cuenta. Pero si crees que ya has perdido mucho por su culpa entonces no pierdas más cosas por ella. Me dijeron que has estado en los bares por dos semanas, tampoco te has presentado a tu trabajo.


— ah…


— estas hecho un asco. Si de verdad te importa entonces no le des más.


— Tristán…


— Ya puedes irte.


— Sí, sí, ya me voy— no parece que vaya a decirme en donde estoy, así que solo me aseguro de tener mi cartera y las llaves de mi departamento conmigo.  No conozco el lugar, como imagine. Camino buscando algo familiar para poder seguir a mi casa. Lo único que encuentro es una plaza comercial. Bien, entonces iré en taxi.


La nueva casa de Tristán queda lejos de la mía, no sabía que se había mudado. Mi casa sigue siendo un asco, Tristán tiene razón conmigo otra vez en que no puedo seguir así.  Tengo que limpiar este lugar y conseguir de nuevo mi trabajo.  


Entre separar la ropa y la basura, me toma gran parte de la mañana siguiente.  La limpieza más detallada tendrá que esperar a que termine de atender otros asuntos más importantes, como mi trabajo.  El edificio donde están las oficinas queda relativamente cerca del centro, y mi casa igual relativamente cerca también.  Las puertas de cristal oscuro se abren apenas llego, luego tengo que subir un piso para llegar a las oficinas que busco.


—así que has vuelto al fin.


— Ian— es uno de los dueños de las oficinas jurídicas donde trabajo, le conocí mientras realizaba algunos trabajos prácticos para la escuela, y también resulta ser amigo de Jessica.


— Tu trabajo atrasado— me señala el escritorio de la secretaria, donde no hay nadie por ahora. La pila de papeles me hace querer regresar a casa.


— ¿Solo así?


— Todos tenemos malos días. Si hubieras esperado dos días mas no hubieras encontrado tu trabajo— sonríe, dándome unas palmadas en el hombro. Es un poco más bajo que yo,  rubio y bastante alegre.


—  Pues… gracias.


—  olvide mencionar que estos días serán descontados de tus vacaciones— ah, es mejor que nada— sé lo que paso con Jessica, así que te entiendo por no querer saber nada del mundo. No tenía idea de que ella fuera… que hiciera algo como eso.


— no importa. Está bien poder volver a las cosas que me gustaban. Ahora, creo que iré a avanzar ese papeleo.


Lo mejor por ahora es que regrese a mi vida normal, y me olvide de los bares por un rato.  Salgo de la oficina cuando ya todos se han ido, el aire de la ciudad me parece diferente incluso. Los días que pasan hago lo mismo: Asear, redecorar y adelantar todo el trabajo que tengo atrasado a base de salir más tarde del trabajo.  El viernes casi no lo resisto, quizá pueda ir a beber solo un par de tragos. 


Una de las calles donde se ubican los bares es luminosa, llena de gente y desborda alegría. La mayoría de los lugares de por aquí son más exclusivos y espero que eso me ayude a contenerme más. Mientras decido a cuál de todos sería mejor entrar, veo entre la gente a Tristán.  Se está despidiendo de tres personas más, les veo reír y hablar, y este Tristán es mas como el que recuerdo.   La pasaba bien con él, nunca debimos dejar de ser amigos.  Pienso en la coincidencia de encontrarle otra vez en  poco tiempo cuando hasta hace poco no coincidíamos. Hasta hace poco había dejado de salir, o salía siempre acompañado.


— tú…


— Hoy no estoy ebrio— digo, cuando he pasado la calle y me parado frente a él— ¿Una salida de relajación para el fin de semana?


— No te importa— Ha vuelto a ser el chico gruñón que recuerdo también, aunque nunca se molesto conmigo hasta que paso eso.


— vamos, Tristán, hoy no he hecho nada— le alcanzo a escuchar cuando resopla. Intenta detener un taxi, pero yo le hago la seña de que no se detenga.


— ¿Qué haces?


— Solo quiero hablar contigo— sus ojos se entrecierran y luego me encara, su dedo presiona con fuerza en mi pecho.


— Que ella te dejara no significa que puedes regresar y pretender que no ha pasado nada, Gideon. No soy tu maldito paño de lágrimas que puedes usar y desechar cuando te plazca— su agresividad me sorprende y me toma con la guardia baja.   


— ¡Yo no hice tal cosa!— aunque no creerle, molestarme con él y luego ya no hablarle debe ser muy semejante.


— solo déjame en paz. Estoy bien sin ti, no te necesito— para mí, que soy algo egocéntrico, esas palabras son una molestia. Sé que no me necesita y todo eso pero no tiene que decírmelo en la cara.


— ni siquiera sé porque estas tan enojado conmigo. Eso paso hace mucho— él se aleja dos pasos, negando con la cabeza.


— me hiciste pasar vergüenza en el bar.


— ¿Estas molesto porque arruine tu cita?— me mira, la sorpresa en sus ojos— puedo disculparme y explicar lo que paso si me dices quien es ella… ¿Tristán?— sus ojos se clavan en la calle, lejos de mi— Vamos, Tris.


— no me vuelvas a llamar así.  Me largo.


— si tanto te molesto ¿Por qué me ayudaste? Pudiste fingir que no me conocías— grito, pero él ya se está alejando entre la gente. No le sigo porque estoy cansado y no quiero cometer otro error que empeore lo que pasa entre nosotros.


No me extraña enterarme que ya no tiene el mismo número de teléfono, ni sigue en el mismo trabajo que cuando nos separamos. Con todo, no me toma mucho tiempo enterarme que ahora trabaja en oficinas de gobierno.  Dejo que las visitas en mi propio trabajo queden en la misma semana, y el lunes para la hora de la comida me dirijo a la dirección de las oficinas donde trabaja. Es un lugar pequeño y está lleno de gente. Me reclino en un auto, con una bolsa de comida en una mano. Quizá no está aquí,  si tuvo audiencia o algo mas entonces no le voy a encontrar aquí hoy.  Ah, allí esta.  Le dice algo a la chica de la entrada, mira el reloj y luego sale. Me adelanto hasta que me ve.


— ¿Otra vez? ¿Qué estás haciendo ahora?


— Una ofrenda de paz— levanto la comida. Él me dirige una mirada despectiva— Son samosas de cordero, Uttapam de no sé qué y algo llamado Biryani o algo así— Tristán tenia esta debilidad por la comida hindú. Espero que aun la conserve— ¿Tienes algún lugar donde comer?— me quita la bolsa y comienza a caminar hasta dar la vuelta al edificio, donde hay un estacionamiento grande, una cancha de baloncesto y algunas bancas. Le sigo hasta las bancas.


— sigo molesto contigo.


— No puedes comer Biryani y estar enojado, es en contra de la tradición— lo que digo es una completa estupidez, porque ni conozco nada de tradiciones hindú ni Tristán es hindú para decirle eso. Por primera vez desde que nos reencontramos veo  su mirada divertida mientras estoy con él.


— en serio eres insufrible.


— ¿Qué le puedo hacer?— dejo que saque algunos empaques mas— ¿Cómo has estado?— aparta la mirada de la comida, que ha estado acomodando en un orden que no me interesa, para verme.


— también es un poco tarde para preguntar.


— nunca es tarde para preocuparse por un amigo. ¿Qué tal es este lugar? ¿Por qué te mudaste?


—   ya te dije que no puedes solo regresar y pretender que no pasó nada.


—  Pero hasta traje comida— señalo la comida. Él se encoje de hombros y toma algo que parece una empanadilla— está bien, pero no voy a rendirme esta vez— y como no parece dispuesto a hablar, soy yo el que le cuento como ha sido mi trabajo, intentando recuperar un poco del tiempo perdido. La hora del almuerzo termina y los dos nos levantamos.  Cuando veo que ha entrado, me digirió a la chica de recepción y después de unos cuantos comentarios coquetos y guiños de ojo, obtengo el nuevo número de Tristán.


                                                                                                                    


Para habernos alejado por ese tiempo, y parecer tan molesto, Tristán se comporta bien. No le llamo porque sé que enojara más si sabe que conseguí su teléfono. Cuando tengo tiempo almorzamos juntos, siempre comida hindú que yo consigo de camino. Comenzamos a ponernos al día, él un poco reacio  a hablar pero es lo bastante amable para dejarme hablando solo. A veces le encuentro hablando con sus compañeros de trabajo, en especial un chico rubio que me recuerda demasiado al Capitán América antes de serlo.


— ¡Tristán!— Otra alegre coincidencia, pues apenas salgo de la sala de juzgados le encuentro hablando con ese chico.


— ah, otra vez tú— al menos ya no me mira feo cuando lo dice— ¿tienes trabajo?


— Si, ya he terminado.


— ¿Qué te parece si salimos a algún lado un día? prometo no embriagarme ni vomitar en tus zapatos.


— ah,  entonces tu eres ese amigo de Tristán— interviene el chico, lo único que pienso es que él estaba con Tristán ese día.


— solo fue un mal día ¿y qué dices?


— lo voy a pensar. Nos tenemos que ir— yo también me comienzo a ir. 


Él viernes termino mi trabajo temprano, y me dirijo como siempre a ver a Tristán. Espero reclinado en un auto, mirando la hora y luego él sale y nos dirigimos a las bancas. Cuando nos despedimos y comienzo a caminar hasta el auto de la empresa, pensando en lo tonto que soy porque me olvide de preguntarle a Tris si podíamos salir hoy, una mano helada me detiene. Me giro, y me encuentro con la última persona a la que quiero ver ahora: Jessica. Ella sigue igual que siempre, su cabello largo, negro, largas pestañas, labios rojos, los mismos ojos marrones, su sonrisa linda.


— Hola, Gideon. Veo que estas bien.


— ¿Por qué no habría de estarlo?— realmente no creo que ella sea una mujer promiscua. Quizá solo demasiado liberal, demasiado inmadura para atarse a una sola persona.


— claro, claro, hey ¿ese con quien hablabas es Tristán? Ha pasado mucho desde la última vez que le vi.


— era él.


— ya veo.


— Jessica, me tengo que ir— no dejo que hable más, sigo caminando y subo al auto. De nuevo me siento molesto, no sé qué hacer con eso. No quiero ir a un bar y hacer el ridículo. Me quedo dando vueltas en el auto hasta que oscurece, que es cuando logro calmarme. No puedo permitir perder más el tiempo. Por la mañana me acudo a un campo de tiro,  me quedo viendo algunos partidos de baloncesto y quedo con algunos amigos para pasar el rato.


 


— Gideon ¿Estás seguro de esto?


— sí, necesito que me ayuden— Tristán suspira, pero no dice nada más. Le paso una de las cajas que llevo. La mayoría tiene cosas que no son mías, cosas de Jessica que logre encontrar entre las mías, y cosas mías que ya no quiero— No puedo hacer esto solo.


— como digas ¿Cómo es que tienes tantas cosas de ella? ¿Nunca fue por ellas?


— No, y realmente necesito espacio— llevarlas a un centro de ayuda fue la mejor idea que tuve, al menos mejor que quemarlas en algún lugar o arrojarlas a la basura.


— no parece que necesites ayuda, estas muy convencido de hacerlo— Tristán ha dejado de estar tan enojado conmigo, aunque no deja pasar cualquier cosa para molestarme por lo que paso. Dejamos las cosas en el lugar y volvemos al auto prestado que uso.


— ¿Quieres ir a comer mañana?


— lo siento, mañana no puedo


— ¿Por qué?


— Solo no puedo— le miro, no le creo mucho. A veces me cancela las salidas, me he topado con él acompañado de otras personas algunas veces mientras busco donde comer o voy de regreso a la oficina. No me importa mucho, a no ser que últimamente esta de malas otra vez.


— Si estás enojado no deberías ir a esa cita— no me responde, así que lo dejo pasar.


Por la mañana mi teléfono no deja de sonar con la melodía de mensajes, pero estoy tan ocupado que apenas les doy un vistazo para comprobar que no sea nada importante. Me sorprende la cantidad de insultos y amenazas.


— ¿Pasa algo?


— Creo que se han equivocado de numero— le quito importancia, pero como siguen llegando, me tomo la molestia de responder.


« Te has equivocado de numero»


«Claro que no, se que saldrás con Jessica hoy. Ella es mi novia ahora  » ¿Jessica? Ni loco vuelvo a salir con ella.


« Yo no saldré con ella hoy, ni nunca más. Puedes estar tranquilo»  no se si es un chico, pero bueno. Por respuesta llega una fotografía.


«Les he visto juntos» pone una dirección y el nombre de un local pero no  les prestó mucha atención. En la foto no estoy yo, ojala fuera yo. La inconfundible figura de Jessica resalta en la fotografía, y la otra persona no es otro más que Tristán. Sé que la foto es reciente, porque reconozco el edificio donde trabaja Tristán ¿Por esta cita ha cancelado conmigo? ¿Por qué no me dijo nada? se que a él le gustaba Jessica desde antes que comenzáramos a salir,  siempre dijeron eso, y ahora que ya no estoy con ella cualquiera puede tomar mi lugar ¡Cualquiera menos Tristán! Él es demasiado bueno para alguien como ella que solo busca ser libre.


— ¿Vas a salir?


— Me ha surgido una emergencia— dejo mis cosas en el escritorio. La dirección no queda lejos de aquí, y han pasado unos pocos minutos para la hora que puso esa persona también.  Me apresuro, pero igual me entretengo en los semáforos que están en rojo y no me dejan cruzar sin ser atropellado.


El restaurant no está lleno, pero tampoco quiero que me vean llegar.  Les veo en una de las mesas que tienen un poco mas de privacidad, unas bonitos mamparas  de madera y cristal y un muro bajo rustico y agujereado. Frente a ella hay un plato de ensalada, él solo tiene soda y no se ve muy contento.  Una mesera me recibe, le sonrió e ignoro la sugerencia de mesa que me da y que la mesa que uso es para cuatro personas, pero es la que está al otro lado del muro donde están ellos. Me deja la carta y finjo leerla mientras intento escuchar la conversación.


— ¿No vas a decir nada?— primero escucho la voz de ella.


— fuiste tú quien me llamo.


— supe que volvieron a ser amigos, tu y Gideon.


— ¿Y eso qué?


— Vamos, siempre finges ser tan serio…— intento verles, pero es casi imposible— Nunca te gusto que saliera con Gideon.


— si ya lo sabes entonces no tiene caso que lo repita ¿Podemos ir al punto de esto? tengo que regresar pronto.


— ¿No vas a comer?


— se me ha quitado el hambre.


— Tristán, se que estabas celoso de Gideon, le dijiste que no te gustaba que saliera conmigo y que termináramos. Sé porque lo hiciste.


 — ¿Lo sabes?— por primera vez el tono de Tristán no es de enojo, apenas le escuche de lo bajo que hablo, el susurro asustado que uso— ¿Cómo es que sabes…?— tartamudea algo mas, veo que la mesera viene para pedir mi orden, me levanto para dar la vuelta al muro e interrumpir esa charla.


— No es difícil de adivinarlo. Tú siempre estuviste celoso de que yo fuera su novia porque te gusto.


— ¿¡Ah!?— me pierdo lo que dice Tristán en lo que camino.


— ¿No es así?


— tú… ah…— Tristán cierra los ojos y suspira. Jessica sonríe, la veo pararse e inclinarse hasta sujetar la cara de Tristán y besarle. Él se echa para atrás, tanto que la silla hace mucho ruido cuando se arrastra— ¿Qué haces?


— besarte.


— oh, no. estas muy confundida si piensas todo eso porque yo nunca he estado interesado en ti.


— ¿no? ¿Entonces qué…?


— Tristán— los dos me miran, pero yo no me detengo para jalarlo del brazo, hacer que se ponga de pie y salir rápido de allí.  Rápido, tengo que alejarnos de ella. Tristán me sigue sin decir nada, camino hasta que comienzo a jadear.


— ¿Puedes parar?— me detengo y le suelto. Por fin volteo a verlo. Él sigue limpiando su boca con la mano que tenia libre.


— No. No puedes salir con esa mujer, aunque te guste. Sé que es muy guapa, atractiva y eso, pero créeme, no es lo que buscas. Ella va a comerte vivo, y luego te dejara desamparado. Así que aunque estés enamorado de ella, no puedes.


— ¿Quieres dejar el drama? Eres exagerado. Por si te quedaste sordo, yo no voy  a salir con ella, nunca.


— ah… pensé que como te gustaba le dirías que sí.


— ¿Cómo supiste donde estábamos?


— alguien me confundió contigo, pensó que yo me vería con ella… no importa ¿Por qué no me dijiste que te verías con ella? ¿No querías que supiera que querías tener una cita con ella?


— Yo no quería una cita con ella— dice, con un pequeño resoplido.


— ¿Entonces?


— no dejaba de molestarme, quería que nos viéramos y no dejo de insistir. Al final me dijo que lo dejaría de hacer si nos veíamos.


— ah… entonces debiste decirle que no.


— ¿Y qué crees que estaba haciendo? Nunca me agrado.


— ¿Nunca? yo pensé que te había molestado que te adelantara a pedirle salir— él se ríe— ¿Qué te divierte? Yo iba en serio a detenerte, puedes salir con cualquier otra chica, pero no ella o bueno…  yo no puedo impedirte que salgas con ella.


— no voy a salir con ella.


— No tienes que ser tímido, solo no olvides que ella no…


— no estoy interesado en Jessica.


—… porque son adultos, y pueden tener la relación que quieran. Y además…


— Gideon, cállate, ella no me gusta.  


—… A mí no me importa si es lo que te preocupa, tienes razón al decir que exagere, solo estaba preocupado, pero creo que puedes manejarlo. Así que si quieres la llamare y le diré que quieres verla otra vez.


— ¡Que no saldré con ella, ni con ninguna otra chica porque a mí no…!—  Wow, se ha puesto de pie, me mira molesto, pero también como si algo se le hubiera atorado en la garganta.  Se la da vuelta y comienza a irse.


— Espera, Tris…— le alcanzo y le detengo— ¿Qué demonios fue eso de allá?


— nada. Solo no saldré con ella. Nunca.


— Eso lo entiendo, pero estabas diciendo algo más— deja de verme, sus ojos se me evitan. Se suelta de mi agarre.


— que no saldré con ella, porque ella nunca me gusto. Ni ella ni ninguna otra chica. Yo…— abre la boca varias veces para tomar aire y luego me mira molesto— dios ¿Es que no lo adivinas? Prefiero a los chicos— Gruñe.


— entonces tu…  y ella… yo… nosotros…


— aprendí los pronombres en primaria, gracias por recordármelos.


— ¿¡Eres gay!?


— Ahora grítalo para que todo el mundo se entere.


— lo siento,  pero es que… ¿Por qué no me dijiste? ¿Desde cuándo?


— Eres dramático, y desde que comencé a interesarme por salir con alguien.


— pudiste habérmelo dicho.


— ¿para qué toda la escuela se enterara? No gracias— aunque dice eso en tono molesto, sigue evitando mi mirada.


— claro que no fue por eso ¿Pensaste que dejaríamos de ser amigos? Oh, vamos, Tristán, algo como eso no sería motivo para que no fuéramos amigos. Me ofende que pienses eso— él me ve, suspira, y sonríe.


— en serio tengo que volver a mi trabajo, ya voy tarde— veo la hora, han pasado cinco minutos de la hora, y le tomara mas regresar. Le veo sujetarse el estomago.


— oh, por supuesto. Nos vemos después, y ni creas que te escaparas de esta plática, vaya amigo.


— Gideon, ese era el problema: Yo quería que dejáramos de ser amigos— solo le veo irse. ¿Por qué no quiere que seamos amigos?  No creo que sea para tanto, claro que estoy sorprendido pero ¿dejar de ser amigos? y luego dice que yo soy el que exagera.


 


Ya ha oscurecido y yo sigo pensando en las palabras de Tristán. Estoy molestándome por la falta de confianza que me tiene ese chico ¿Cuántos años tenemos de ser amigos? ¡Y nunca se le ocurrió decirme! Sé que hay cosas que preferimos guardarnos para nosotros, pero son detalles sin importancia, puedo vivir sin saber cuál es la comida favorita de alguien, pero ocultar que es gay no es igual.   Además ¿Por qué no soy tan confiable? quizá si me hubiera sorprendido pero hasta yo sé que eso es un tema delicado y no algo para bromear… bien, quizá hubiera bromeado un poco,  pero si hubiera visto que a él no le gustaba yo lo dejaría de hacer.


— ¿y que con Jessica? Realmente fue sospechoso— murmuro, sentando en mi sofá. Cuando comenzamos a salir, Tristán no estaba feliz, y no fui el único que lo noto.  Después las cosas  regresaron a ser como antes aunque se molestaba cuando le cancelaba las salidas por estar con ella. Todos comenzaron a decir entonces que a él le gustaba ella. Nunca se lo pregunte porque no quería molestarme con él o que termináramos mal, no pensé que con el tiempo igual nos alejaríamos. Y alejarnos no tuvo nada que ver en que me contara o no, pudo hacerlo antes ¿entonces qué pasa con Tristán? Él dijo, yo quería que dejáramos de ser amigos… dejar de ser amigos no es una locura considerando que dejamos de serlo un tiempo y si ya no quiere hablar conmigo, pero hemos estado pasando el tiempo como antes, así que no creo que quiera que dejemos de vernos, ni me lo menciono cuando nos reencontramos, no podemos dejar de ser amigos entonces,  la otra forma de dejar de ser amigos es ser algo más...


Oh…


Oh…vaya…


¿Podría ser…?


Bien, Tristán nunca estuvo interesado en Jessica, así que no podía estar celoso de mí por ganarle a la chica. Pero si por estar con una chica… y que no me quisiera decir que era gay… y esas palabras….


 


 


 


— ¿Gideon?— me tomo más tiempo del que pensé llegar a la casa de Tristán, me perdí un par de veces, lo admito— ¿Por qué tocas como si estuvieran a punto de matarte?


— ¿yo te gusto?


—…— la puerta casi se cierra en mi cara, alcanzo a meter el pie para que no se cierre, pero tengo que empujar para que no me aplaste.


— espera… es que lo que dijiste esta mañana, lo estuve pensando y para dejar de ser amigos entonces…


— eres de efecto retardado… me sorprende que lo entendieras, pero como siempre, es muy tarde para eso.


— eh… Tristán…— pienso en el chico con el que le he visto.


— ¿Qué?


— ¿Por qué me lo dijiste entonces? deja la puerta.


— yo… bueno… ¿¡Y a ti porque te interesa!? Solo fue un comentario sin sentido— creo que él pensó que yo no me daría cuenta— ¿Acaso quieres…?


— ¿y que si quiero?


— ¿ah?


— ¿y que si quiero  dejar de ser amigos y salir contigo?


— ¡Yo iba a decir que despertarías a los vecinos!—  siento que la puerta se afloja, yo también dejo de empujar. Tristán tiene la cara roja, me mira con molestia— deja de fastidiarme Gideon.


— Eso va a ser difícil— por fin logro entrar, porque estar gritando de ese modo hará que todos se enteren de lo que pasa.


— ¿Qué demonios quieres?  Y no me digas que ahora lo pensaste mejor y estas interesado en mí.


— no… quizá. Escúchame antes de interrumpirme ¿quieres? me sorprendiste con tus revelaciones, muchas cosas tuvieron sentido cuando lo volví a pensar. Y no solo contigo… yo pensé en que estaba preocupado porque salieras con Jessica, o cualquier otra chica, en que quizá volvería a pasar lo que ya paso.


— Yo no dejaría de lado a mis amigos por…


— ya lo sé, ese no es el punto. Me esforcé tanto por volver a ser amigos que… si lo pienso, no es tan normal— le veo asentir— entonces quizá no quiera que seamos amigos tampoco… Pero hablaste en pasado antes ¿sales con alguien? tu amigo ese…


— se suponía que íbamos a…  luego estabas en ese bar, cantando a gritos la canción del Titanic y apenas podías quedarte de pie y fue tan vergonzoso.


— Pero no me dejaste. Te sigues preocupando por mí aunque finjas estar molesto.


— yo no finjo nada. No sé qué creas que has descubierto justo ahora, pero…


— oh, solo que prefiero estar contigo que volver a alejarnos de nuevo por culpa de alguien más.


— eso hubieras pensado antes de no hacerme caso, y no culpes a otros por tu idiotez.


— ¿Todo lo que diga va a hacer que te enojes?— hemos llegado a un punto muerto en la conversación. Y no vine aquí para discutir toda la noche y no llegar a ningún acuerdo— Se que no confías en lo que digo, y me lo merezco, pero ¿Quieres salir conmigo? aunque realmente tampoco sé muy bien lo que eso implica— él me mira como si le hubiera hablado en otro idioma. Cuando me muevo, él no se mueve. Me acerco hasta quedar frente a él, casi nada de espacio entre nosotros, mis ojos en sus labios mientras me acerco más, completamente dispuesto a besarlo.


— tú… ¿En serio creíste que iba a ser tan fácil? ¿Qué podías venir y decir palabras bonitas y entonces todo estaría bien?— su mano me sujeta la cara, me empuja y no me deja verle bien.


— Eso sería estupendo— consigo decir, pues su mano sigue tapándome casi toda la cara.


— sigue soñando, Gideon. Yo decidiré si realmente vale el riesgo salir contigo.


— oh, vamos, has estado enamorado de mi por años.


— ¡eso no fue así! No saques conclusiones por tu cuenta. Además, que este enamorado de ti nos significa que voy a aceptar  o hacer todo lo que me digas.


— Bien, entiendo— me suelta. Aun estamos cerca— ¿Al menos puedo besarte?— me mira con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido.


— Puedes— me inclino el poco espacio que nos separa y le beso antes de que cambie de opinión, sin pensarlo mucho porque puede que yo también me arrepienta a último momento. No me arrepiento. A pesar de haber dicho y hecho todo lo que hice, estaba un poco ansioso por besar a un chico, pero ahora que lo hice, no es solo un chico con quien me bese. Nos besamos otra vez, y otra— es suficiente…


— ¿Eh?— ¡No es para nada suficiente! Me quedo callado, pensando— ah, Tris, ¿Podría quedarme a dormir hoy?


— ¿Qué?


— Es tarde, no tengo auto y tendré que caminar mucho para conseguir un taxi— realmente podríamos llamar uno desde aquí con el teléfono— podría ser peligroso.  


— te quedaras en el sofá.


— ¿El sofá? ¿Al menos los has visto? Podría dormir allí si fuera un enano— no exagero, los sofás son pequeños para dormir en ellos— al menos un colchón inflable o algo así.


— no tengo nada de eso.


— entonces no queda de otra.


— tú solo quieres meterte en mi cama.


— Me ofendes— él suspira— realmente eres un desastre ¿eh? Ni pienses que pasara algo más.


— ¿Quién crees que soy? Claro que no pensé nada. Aunque estoy confundido respecto a cómo nos deja todo esto ¿Estamos saliendo o no?— le detengo y hago que me encare. Nos miramos sin decir nada.


— una prueba. Nosotros estamos a prueba— dice, mientras asiente. Yo también asiento.


— Eso es suficiente— le beso otra vez. Podría ser un buen momento… de no ser porque olvido un detalle.


— Gideon… ¿¡Qué demonios haces!?


— una fotografía— olvido quitar el inoportuno flash de mi teléfono.


— ¡¿Cómo te atreves!? Dame eso ahora.


— ¿Qué vas hacer?— me alejo con mi teléfono, comprobando como quedo la fotografía.


— borrarla por supuesto.


— ¡De ninguna manera!— salgo corriendo hacia la cocina. El lugar es pequeño para tener una persecución, pero pasamos un rato peleando por conseguir mi teléfono.


Ya es muy tarde, Tristán me prestó  ropa para que pudiera dormir, y ahora los dos estamos en la cama, él se ha quedado dormido hace un rato, pero yo no tengo mucho sueño. Le miro de vez en cuando, sin creer todo lo que ha pasado. Lo otro que hago es mirar la foto que logre tomarnos. Sonrió cuando la veo y me voy directo a los mensajes que he recibido. La añado junto con un texto antes de dejar el teléfono a un lado, bloqueado por si a Tristán se le ocurre tomarlo mientras yo duermo.


Sigo sonriendo pensando en que dirá la persona anónima que me mando esos mensajes primero y que recibirá ese mensaje y en si Jessica llegara a verla. 


Quédate con esa, dice el texto sobre la foto de nosotros dos besándonos.

Notas finales:

Algo que no es navidad ni halloween por fin :P

Espero que les guste esta historia tanto como yo disfrute escribirla.


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