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The Truth Untold por Nao_Ran

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Notas del capitulo:

Bueno, vamos por el segundo capítulo esperando que aumenten el número de lecturas jeje (Gracias a todos los que leyeron el cap anterior!).

Espero les guste… ya nos vamos metiendo un poco más en lo que piensa y siente NamJoon!

 

Otra vez ¡viva el NamJiin!

Tambien en Wattpad (no sé como poner el link de otra forma más "linda" xD)

https://www.wattpad.com/story/181108434-the-truth-untold-namjin-bts 

II

 

“Jin Hyung”

 

 

A la mañana siguiente, cuando despertó, TaeHyung tampoco estaba en la habitación. Se quedó pensando quizás que hora de la tarde era, pero se sorprendió al saber que el reloj marcaba las diez de la mañana. De seguro V se había quedado en la habitación de JungKook jugando sus partidas de guerra.

 

Se levantó con la esperanza de encontrarse con Jin y pedirle disculpas, suplicando de ser necesario, su falta de compromiso y el haber irrumpido en su habitación sin permiso en plena madrugada.

 

Con más rapidez de la que había demostrado en jornadas anteriores se dejó su cama y caminó a paso rápido hasta el living. Solo se encontró con HoSeok y YoonGi, quienes bebían café sin hablar entre ellos.

 

Preguntó por Jin y Suga le comentó que se estaba dando un baño, que acaba de levantarse. Entonces RM decidió utilizar su propio baño y asearse rápido antes de que Jin desapareciera de la casa. A favor tenía el tiempo, porque Jin era capaz de tardar horas en estar listo si debía salir a algún lugar que no fuera la compañía o un estudio de grabación.

 

Hizo todo en tiempo récord y cuando se sentó a tomar café aún no eran ni las diez y treinta. Suga le preguntó cómo iba la mala racha y HoSeok quedó sorprendido. NamJoon entonces lo puso al corriente y aprovecho de comentarles que iba a ir de vacaciones un par de días a la nieve, a un centro de sky específicamente, que necesitaba soledad para superar esa etapa que nunca había durado tanto tiempo y que lo tenía de lo más frustrado y molesto.

 

JHope le palmeó la espalda y le dijo que lo pasara bien, que ya iba a desaparecer todo el mal rato y que pronto iba a volver a las pistas de la composición. Suga secundo el comentario y le pidió que no se estresara de sobre manera, ellos trabajaban hasta el cansancio, muy duro, pero no por eso iban a escribir canciones mierda y entregárselas al público. Debían hacer buena música y si para eso se tardaba un año, nada que hacer.

 

NamJoon se sintió un poco más tranquilo al recibir apoyo de sus compañeros, sobre todo de ellos quienes eran los únicos del grupo que probablemente lo entendía en cosas de música y creación de sonidos. Así que con mejor ánimo al contar sus planes se quedó junto a los otros dos conversando hasta que Jin apareció, cerca de las once cuarenta de la mañana.

 

Suga le comentó que se había gastado toda el agua de Seoúl dándose un baño y Jin con rapidez se bebió un vaso de jugo alegando que se tardó en elegir el outfit del día. No podía elegir entre jeans o pantalones de tela. Entre sudadera y una bomber o una camisa con un cardigan rosa.

 

JHope levantó el pulgar en señal de aprobación ante la ropa del hyung mayor y Suga le dijo que se veía mejor que las veces que andaba con pantalón deportivo y dos camisas a rayas juntas.

 

NamJoon observó que llevaba unos jeans negros entubados dejando a la vista sus blancos y delgados tobillos, una sudadera gris y una chaqueta bomber verde militar con las empuñaduras negras. Traía en sus manos un tenis blanco Adidas nuevo. Todo lo combinaba con unos lentes de diseñador que se le veían increíble. El cabello estaba ahora con un tono entre rosa y rubio, por lo que todo lo hacía verse realmente bien.

 

—Llegaré mañana, me voy a quedar en casa de mis padres, así que no te preocupes YoonGi. ¡Por Dios! ¡Voy atrasadísimo!

 

Jin se bebió el jugo en un momento y se despidió de todos saliendo rápidamente de la cocina y luego del departamento, solo escuchando a lo lejos a Hobi diciéndole que condujera con cuidado.

 

NamJoon parpadeó un par de veces sin entender muy bien qué había pasado. Y al parecer era el único que estaba en esa especie de desconcierto por lo que miró a Suga y JHope esperando que le explicaran porque Jin no le había hablado tampoco esa mañana. YoonGi no se había percatado de que SeokJin había ignorado al líder y HoSeok tampoco, porque había vuelto a comer sus huevos revueltos con mucho más entusiasmo. ¿Se dieron cuenta?, ¿de qué?, me acaba de ignorar... estás loco.

 

YoonGi se levantó de la mesa con su taza de café dispuesto a encerrarse en su estudio-ocasional a seguir con la música que estaba creando y Hobi le restó importancia al reclamo. Pero para NamJoon eso estaba a punto de romper todos los límites de convivencia que habían tenido esos años y se levantó molesto de la mesa para ir a su habitación por el móvil y llamar a Jin para preguntarle, realmente, que mierda le pasaba con él.

 

Frustrante fue darse cuenta que Jin no contestó ninguna de sus llamadas ni mucho menos respondió sus mensajes de texto. Y eso solo contribuyó a que la furia que NamJoon llevaba en su cuerpo por casi dos semanas se acrecentará hasta niveles insospechados, lo que terminó por provocarle un dolor de cabeza tan grande que lo lanzó a la cama con náuseas incluidas. Tan grave pareció el episodio que uno de los managers había llamado al médico de BanTang para que fuera a ver al líder, pues todos estaban muy preocupados por el estado tan lamentable en el cual Kim NamJoon se encontraba en ese momento.

 

Finalmente dos semanas de estrés, insomnio, poco descanso y escasa comida, sumado al mal humor que se instalaba en su interior por no tener a Jin a su lado, había provocado ese episodio que lo obligó a cancelar sus mini vacaciones al estar anclado a la cama, con una vía que le inyectaba lentamente suero por la deshidratación que sufrió al voltear lo poco que tenía en su estómago durante toda esa mañana de día sábado.

 

Los relajantes había hecho efecto más rápido de lo que pensó y pudo dormir demasiadas horas, tantas que solo por momentos podía abrir un poco los ojos y ver qué a veces estaba acompañado por alguno de los chicos y otras solo, en la habitación a oscuras. Pero se sentía tan agotado que no fue capaz de formular ningún pensamiento coherente más que aquel que le indicaba que aprovechará de dormir todo lo que se había prohibido durante más de quince días.

 

Cuando el letargo fue abandonando su cuerpo y se sintió con las fuerzas necesarias para abrir ambos ojos, se dio cuenta de que la habitación permanecía en una especie de penumbra porque afuera era de día, pero las cortinas de su habitación, al ser negras, no dejaban entrar toda la luz necesaria.

 

Intentó acomodarse un poco para tomar el celular y ver qué hora aparecía en la pantalla, pero detuvo todos sus movimientos al sentir como una mano se posaba en su pecho, impidiéndole seguir incorporándose. La suave voz de SeokJin se dejó escuchar entre ellos para indicarle que no se esforzara tanto, que debía descansar. Entonces, a pesar de sentir sus ojos hinchados de tanto dormir, NamJoon pudo enfocar bien su vista y ver como el mayor estaba sentado a su lado en la cama mientras lo miraba con una mezcla que parecía cuidado desinteresado y cierta culpabilidad. Intentó verbalizar el nombre de su compañero pero de su boca nada se escuchó, lo que provocó que Jin le acercara, rápidamente, un vaso de agua con una  pajilla para que le fuera más fácil beber.

 

NamJoon no se había dado cuenta lo sediento que estaba hasta que percibió como el agua helada entraba en su boca, refrescando su interior y lubricando su lengua que se sentía pastosa y rígida. Entonces se terminó todo en pocos segundos pidiendo con una voz una tanto rota más. Jin se levantó y fue hasta el escritorio donde había dejado el jarro con agua e hielo y cuando estuvo el vaso lleno de nuevo se lo acercó a su líder para que pudiera beber a gusto.

 

Al tercer vaso NamJoon pareció reaccionar y le preguntó qué hacía ahí. Entonces Jin, sonriendo un poco, le dijo que cuando volvió de la casa de sus padres JungKook le había contado lo que le pasó el día anterior y se sintió culpable al no haber estado ahí para cuidarlo, pues conocía perfectamente que tan fuertes eran los dolores de cabeza que sufría NamJoon. Entonces había pasado la tarde revisando que todo estuviera bien a su alrededor para hacer su descanso lo más cómodo posible y que incluso le había cocinado gachas con arroz, aunque no estuviera resfriado.

 

NamJoon le agradeció el gesto y la preocupación y preguntó la hora. Jin le dijo que casi las cinco de la tarde del día domingo. Entonces el líder hizo el amago de levantarse de la cama pues se había impresionado de lo realmente ‘tarde’ que era, pero SeokJin lo detuvo en el momento preciso para obligarlo a recostarse nuevamente, diciéndole que a la única parte que tenía permitido ir era al baño para darse una ducha y sacarse los restos del sueño y del dolor y que cuando volviera iba a comer lo que con tanto esmero le había preparado. NamJoon quiso replicar, pero Jin lo detuvo antes de cualquier cosa, recalcando el hecho de que tenía prohibido salir de esa habitación, a menos de que el mundo se estuviera acabando o fuera lunes por la mañana, lo que llegará primero.

 

Al líder no le quedó otra que obedecer las órdenes que su hyung decía con ese tono de voz que pretendía ser desinteresado pero que unía perfectamente a la idea de que no era una cosa cuestionable y que si no le obedecía debía atenerse a las consecuencias.

 

Jin sonrió satisfecho cuando el más alto entró en al baño y con esa tranquilidad salió de la habitación para ir a la cocina a calentar la comida que había preparado horas atrás, a pesar de estar cansado y no haber dormido bien por pasar la noche fuera del departamento y no en la casa de sus padres como les había dicho a los demás.

 

No era como si tuviera que dar explicaciones de cada uno de sus movimientos ¿verdad?

 

Cuando volvió a la habitación que compartía el líder y V, Jin pareció conforme al ver como el más alto secaba su cabello con una toalla, ya instalado en la cama, con las cortinas abiertas al igual que la ventana, dejando entrar una suave brisa fresca que seguramente iba a ser de más ayuda para la completa recuperación de su amigo.

 

Jin colocó la bandeja con comida frente al líder y este sonrió complacido. Él casi nunca enfermaba, pero cuando lo hacía era Jin quien le cuidaba, de la misma forma en la que lo estaba haciendo en ese momento. Incluso sonrió, dejando ver sus hoyuelos, cuando el mayor le quitó la toalla para comenzar a secarle su, ahora, oscuro cabello.

 

—Sabes que tienes que descansar y cuidarte... no puedes seguir siendo igual de irresponsable con tu salud a estas alturas de tu vida, NamJoon. Ya no eres un niño.

 

Y aunque Jin parecía estar reprendiendo su actitud, aun así no detenía el movimiento suave de sus manos sobre sus cabellos, haciéndole cerrar los ojos ante la agradable sensación que le embargada.

 

Hacía bastante tiempo que Jin no lo tocaba de esa forma, o secaba su cabello o se sentaba a su lado en una cama. Estaba a punto de cumplir veinticinco años y Jin los veintisiete, provocando que todos los mimos que compartieron por años se volvieran cada vez más escaso, pues Jin sentía que ya no era algo correcto de hacer, aunque estuvieran en la privacidad de su casa, por lo que se negaba sistemáticamente a cualquier contacto físico que no fuera a ser utilizado para sus programas y videos. Pero en ese momento el mayor parecía adivinar que además de una buena comida, NamJoon necesitaba atención y contención, por lo que siguió hablando con calma, tratando de poner la nota de preocupación justa para que el líder comprendiera lo que quería decir.

 

—Sé que te estresa el trabajo, la responsabilidad, las obligaciones... pero eso no es excusa para descuidarte. Piensa en el mensaje que queremos dar a nuestros fans, debes al menos creerlo para que ellas lo hagan también. Eres el mejor en esto, el líder que, honestamente no sé si merecemos, eres preocupado, amable, atento, empático, inteligente, trabajador, tremendamente atractivo... eso debería darte la seguridad que necesitas... y sobre todo entender que si tienes un bloqueo creativo el mundo no se va a acabar, sino que como siempre lo has hechos debes buscar la mejor respuesta a esa pregunta inconclusa y seguir poniendo esfuerzo en todo lo que haces... eres un ser humano NamJoon, y como tal puedes equivocarte y fallar tantas veces como sea necesario.

 

—No puedo fallar hyung —Le dijo con la garganta apretada ante las palabras que SeokJin pronunció— si fallo, si cometo el más mínimo error siento que los estaré perjudicando irremediablemente, incluso pienso que los traicionaré y...

 

—Detente ahí, Kim. —Y cuando Jin usaba solo su apellido significaba que lo que escuchó solo le hacía enfadar— nos has entregado tu vida NamJoon, no entiendo cómo es posible que pienses, siquiera, que nos vas a perjudicar o traicionar. Confía en ti mismo como yo, que lo hago ciegamente y todos los días.

 

NamJoon, entonces, tomó una de las manos que no habían dejado su cabeza y la apretó entre las suyas agradeciendo cada palabra y gesto que Jin tenía con él. Siempre que lo necesitaba de esa forma cuando estaba a punto de asfixiarse por culpa de su mente que nunca lo dejaba en paz y pasaba un mal momento. NamJoon era de esos que se hacía daño constantemente y que prefería creer que era el peor ser humano del mundo antes de hacerle caso a las palabras de sus amigos y compañeros quienes siempre le aseguraban la increíble persona que era.

 

NamJoon era muy inseguro de sí mismo y de todas las decisiones que como líder debía tomar, pero siempre tenía el apoyo y la confianza incondicional de SeokJin a su lado, para mostrarle el camino que había perdido con palabras sinceras, juiciosas y sensatas que nada tenían que ver con su siempre infantil comportamiento.

 

El mayor se quedó unos minutos más hasta ver que comenzaba a comer con ganas y luego lo dejó solo para que aclarara sus pensamientos y reflexionara sobre todo lo que le había dicho.

 

NamJoon, a pesar de que quería seguir sintiendo la compañía de su hyung, agradeció de todas formas el gesto y permaneció en silencio mientras comía y pensaba en cómo dejar de ser tan patético y comenzar a comportarse como el hombre que era.

 

Aunque no pudo seguir más ese hilo de pensamiento porque pronto tres cabezas, igual de negras que las de él, se asomaron por la puerta y le preguntaron si podían pasar. NamJoon solo asintió y pronto JiMin, JungKook y su compañero de habitación, TaeHyung, estaban a su lado, más calmados que de costumbre, preguntándole como se sentía.

 

El resto de la tarde la pasaron jugando partidas de carreras de coches, peleas y fútbol y cuando Suga y JHope aparecieron en la habitación para también conocer su condición, Jin decidió que perfectamente podían comer en ese lugar la cena que había pedido, así que sin haberlo planeado, NamJoon terminó aquel domingo rodeado de sus compañeros, de sus amigos, de su familia más querida y sonrió feliz y tranquilo ya que, gracias a eso, las letras y los ritmos comenzaron a llenar su cabeza de nuevo, haciéndolo suspirar emocionado.

 

¡Las musas por fin habían vuelto!

 

O mejor dicho, sólo tenía que reunirse alrededor de sus seis personas favoritas para darse cuenta de que era lo que necesitaba para frenar la angustia y frustración que querían devorarlo constantemente.

 

Solo sus seis hermosas flores podían impedir su propia extinción.

 

 

+

 

 

III

 

Tres semanas habían pasado desde que enfermó, dejando olvidado en un rincón muy apartado los días en los cuales no podía componer y que incluso le habían llevado a pensar en ir de viaje en solitario para tratar de avanzar en alguna cosa creativa. Pero ahí estaba, trabajando con entusiasmo a partir del lunes que le siguió a la jaqueca más dolorosa de su vida. Esas semanas habían estado llenas de trabajo productivo y arduo, de constante ganas de editar y escribir cosas nuevas... incluso había terminado una canción que escribió para la vocal line y que era, a su juicio, bastante buena para salir en el próximo disco de regreso.

 

Y, por sobre todo, se sentía aún más feliz pues recibió la mejor llamada en meses mientras iba en la van que lo llevaba a casa casi a las once de la noche. Del otro lado de la línea, y del mundo, el productor Aoki le avisaba que no tenía el más mínimo problema de producir su canción, ¡su muy increíblemente buena y espectacular canción! Que, al contrario, estaba sumamente contento por hacerlo y no podía esperar el día en que se volviera a reunir con ese grupo de jóvenes que tanto quería.

 

Entonces NamJoon sintió el calor típico de cuando hace las cosas bien y su esfuerzo ha valido tanto la pena que estaba siendo halagado por un tío como ese... se sintió orgulloso de su trabajo y del camino que había recorrido hasta ese momento. Incluso orgulloso de los traspiés y problemas que cada tanto iban surgiendo... en lo que se habían convertido cada uno de ellos.

 

En lo que él se estaba transformando finalmente luego de momentos en los que creía que todo era demasiado y que sus pocas fuerzas no iban a alcanzar para un solo día más.

 

Pero ahí estaba, hablando por teléfono con Aoki, planeando cómo iba a ser la producción de esa canción y que necesitaban viajar lo más pronto posible a Los Ángeles para ponerse a trabajar en ello.

 

Cuando NamJoon cortó y llegó al departamento, la sonrisa no se le borró en ningún momento. Estaba dispuesto a despertar a todos, de ser necesario, para avisarles que iban a volver a ver a Aoki y que se sentía muy contento de poder contar con la confianza de tan magnífico músico y productor.

 

Quería, por sobre todo, el reconocimiento de Suga, pues había sido él quien le aconsejó terminar esa canción, proporcionándole algunos arreglos que le permitieron dar el toque final para ser presentada a PD-nim. Gracias a YoonGi, NamJoon había tenido los suficientes cojones para mostrarle una canción romántica que escapaba por mucho del rap siempre intenso que escribía.

 

Entonces entró en su departamento, quitándose los zapatos con prisa y dejando su bolso tirado en cualquier lado. Iba llamándolos uno por uno hasta llegar a la sala y ver, un poco sorprendido, que el único que estaba ahí era JungKook, quien miraba a la nada con expresión de seriedad e incredulidad. Le dijo su nombre y le preguntó qué pasaba, pero el más joven parecía no reparar en su presencia. Entonces se acercó hasta tocarle el hombro y hacer que así mirara hacia arriba, donde el rostro de RM estaba comenzando a mostrar preocupación.

 

—Hyung, ha pasado algo muy extraño y...

 

—¿Y qué JungKook?

 

—Y raro... no sé cómo explicarlo hyung... pero...

 

—¿Qué ha pasado Kookie? dime por favor.

 

Para ese momento NamJoon estaba sentado a su lado absolutamente expectante de lo que el maknae pudiera decir. Entonces, como si de verdad le costara trabajo encontrar las palabras necesarias, JungKook contó con lentitud que, pocas horas atrás, había quedado con Jin de volver a casa y pasar a comprar unas hamburguesas para cenar. Que cuando llegaron al departamento se habían instalado en la sala a comer y ver la repetición de Running Man, pues iba a estar uno de los amigos de Jin, y mientras ambos se reían de las tonterías del programa Jin hyung había recibido una llamada que lo había puesto en alerta en menos de un segundo. JungKook le había visto un rostro de fastidio casi máximo y que, casi como con molestia mal contenida, había salido al balcón a atender la llamada. Y de un momento a otro, Jin comenzó a gritar por teléfono y a insultar. Lo único que el joven podía entender era un “¡te odio, te odio!” dicho con tanto resentimiento que se asustó, pues nunca había escuchado a Jin hyung decir algo así, mucho menos con tal desesperación en la voz. Pero que todo se salió de proporciones en el momento en que Jin lanzó su móvil al suelo y le daba un golpe a la silla de descanso que estaba a su lado.

 

Entre las cortinas le vio pasar las manos por su cara de tal modo que pensó que se podría hacer daño y cuando intentó ponerse de pie e ir a ver qué era lo que estaba pasando, Jin hyung había entrado a la sala, con el rostro más fiero que el menor recordara y que lo dejó en shock, hasta que escuchó como la puerta de la habitación de Jin y Suga era azotada sin piedad alguna.

 

NamJoon estaba que no lo podía creer. ¿Qué hizo Jin? ¿Insultó a alguien por teléfono? ¿Había destrozado su móvil en un arrebato de ira?

 

Y para que el líder le creyera, JungKook le entregó el móvil quebrado que mantenía oculto entre sus manos. Ahí lo vio, con asombro, sobre todo porque no solo estaba destruida la pantalla del último modelo de móvil de la manzana, sino que también la carcasa de RJ, edición especial que Line BT21 había hecho solo para Jin y que éste cuidaba más que a su propia vida.

 

NamJoon miró con preocupación a JungKook mientras este parecía aún demasiado asombrado por lo que tuvo que presenciar. Le preguntó si había alguien más en casa, aunque sinceramente lo dudaba. El maknae le dijo que no, que solo estaban en ese momento los tres porque HoSeok, Tae y JiMin se encontraban bailando en la sala de práctica y de YoonGi no sabía nada.

 

RM trató de tranquilizarlo, de decirle que quizás Jin estaba estresado y que por eso se había comportado de esa forma. Le prometió que hablaría con el hyung de todos para saber qué pasaba y le iba a contar lo que lograra averiguar para la tranquilidad del menor. Así, con esa promesa, JungKook se fue a su habitación a descansar, mientras que NamJoon miraba el móvil destruido en sus manos e intentaba encontrar el valor para ir a ver al mayor de los Kim.

 

Pero grande fue su sorpresa cuando, al golpear la puerta de la habitación de los mayores y hacer el intento de entrar, la voz seria y carente de cualquier emoción de Jin se dejó escuchar con asombrosa claridad dentro de ese cuarto oscuro, logrando hacer que se quedara en su sitio casi sin respirar.

 

—Ahora no NamJoon... no quiero ver a nadie.

 

Y al líder no le quedó otra que retroceder los cortos dos pasos que dio, cerrando la puerta tras de sí e intentar no pensar en lo herido que estaba comenzando a sentirse ante el hecho de haber sido, otra vez, corrido de esa habitación sin ninguna explicación.

 

 

+

 

 

Él no era una persona que mantenía el nivel de positivismo a tope, como sí lo hacía HoSeok todos los días de su vida.

 

No. Por el contrario, NamJoon era un sujeto terriblemente racional que intentaba buscar la lógica de todo, ya fuera de un problema con una pista o el comportamiento extraño de algún conocido. Todo lo analizaba, racionalizaba y solo cuando sentía que había estudiado cada una de las variables hacía algo al respecto.

 

Y eso es justamente lo que hizo durante la noche, después de que Jin, sin decirlo de manera literal, lo había corrido de su habitación con ese tono de voz que a NamJoon tanto le molestaba.

 

Y, nuevamente, como no era el tipo más positivismo del mundo, decidió llamar a las buenas energías del universo —y aprovechar de abrazar a Hobi para recargarse de su siempre cegadora fuerza — y hacerle frente a Kim SeokJin, hablándole de lo que Kookie había visto la noche anterior, no en plan de buscar una explicación, sino de ayudarlo un poco como él mayor había hecho semanas atrás.

 

Entonces, cuando se levantó y entró al baño, decidió que pensaría en cosas positivas y armoniosas para que las buenas vibras lo acompañarán en esa importante cruzada.

 

Al llegar a la cocina se sorprendió de ver a Jin frente a la encimera de vitrocerámica preparando lo que era una cantidad importante de huevos revueltos con bacón. El olor lo había llamado en una primera instancia pues pensó que YoonGi era el que estaba cocinando, pero al parecer el rapero más bajo no estaba en casa o eso fue lo que alcanzó a escuchar mientras se adentraba y observaba cómo JungKook ayudaba a Jin con el desayuno.

 

—¡Nam hyung, llegas justo a tiempo! ¡Jin ha hecho mis huevos favoritos!

 

—¿Y eso?

 

—De alguna forma debo disculparme con JungKook —Dijo Jin pasando los huevos desde la sartén a un plato hondo— también quiero aprovechar de disculparme contigo NamJoon... he sido muy grosero con ambos. Discúlpenme por favor.

 

Muy bien. Eso sí que no se lo esperaba ni NamJoon ni mucho menos JungKook. Jin era un hombre orgulloso que muy pocas veces pedía disculpas, aunque supiera que él era quien estaba equivocado. Pero ahí lo tenían, con esa sonrisa fácil, los labios rojos, los ojos brillantes de expectación. Era el mismo de siempre y Kookie se dijo que todo lo de la noche anterior fue probablemente culpa del estrés y que Jin nunca jamás iba a volver a comportarse de esa forma, no cuando sonreía de ese modo, tan infantil y tierno a la vez.

 

NamJoon, por otro lado, hubiera levantado el brazo en señal de victoria al ver que su plan había salido mucho mejor de lo esperado. No tuvo que acercarse a Jin en plan de líder, ni mucho menos hacerle preguntas incómodas o cosas por el estilo.  Fue finalmente SeokJin quien se acercó a ambos a pedir disculpas y aún más, acompañado de los huevos preferidos de JungKook y del jugo de mango que tanto amaba tomar el líder por las mañanas. El desayuno sin duda era una muy buena estrategia para ganarse el perdón de alguien y al final, maknae y líder, cayeron sin culpa alguna y perdonaron a Jin en menos de un segundo.

 

NamJoon estaba seguro que a partir de ese día en adelante iba a abrazar a Hobi todas las malditas mañanas, solo con la ilusión de que todo saliera tan bien como en ese momento.

 

No por nada HoSeok era el sol y la esperanza de BangTan.

 

Lo iba a trasformar en su amuleto personal.

 

 

 

Notas finales:

Nos vemos el proximo viernes! =)


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