Sehun le ofreció tomar una ducha mientras él tendía su ropa y buscaba mudas limpias. Saliendo de su habitación en dirección a la cocina, su cuerpo quedó paralizado al escuchar gemidos ahogados y el nombre de Chanyeol pronunciado repetidas veces en una oración desconsolada y dolorosa para sus oídos. Solo pudo inspirar hondo e intentar hacerle sentir mejor el tiempo que estuviera junto a él.
Baekhyun salió con la toalla anudada a la cintura, arrastrando sus pies hasta la habitación de su amigo. Se puso la ropa de este y se sentó modo indio sobre la cama, con la vista desenfocada y las gotas de agua precipitándose de su flequillo al colchón. Cuando el castaño entró con un chocolate caliente en sus manos y presenció cómo el bajito movía su teléfono de lado a lado, sus ojos perdidos en alguna parte y resquicios de temblores recorriendo su cuerpo, solo le salió fruncir los labios y sentarse frente a él.
El de pelo naranja desbloqueó el móvil y ambos pudieron comprobar cómo resaltaban dos notificaciones: 61 llamadas perdidas y 7 mensajes. Los ojos de Baekhyun se clavaron en la luminosa pantalla, su boca formaba una línea inexpresiva que detrás escondía demasiados sentimientos, y Sehun tuvo que romper el hielo con algún tipo de artimaña:
-Baek, te he tr...- pero no le dio tiempo a terminar, porque su frase se perdió con el sonido de una tecla pulsada por Baekhyun y la voz de Chanyeol saliendo del aparato.
“Baekkie... Bebé... Lo siento... Lo siento mucho... Te echo tanto de menos, amor... Por favor... Necesito escuchar tu voz...”
Sehun terminó la llamada del buzón de voz y se encontró con los ojos llorosos de Baekhyun.
-Él… Él realmente está… - Murmuró en un susurro apenas audible y el castaño le interrumpió tajante:
-Está desesperado. Quiere hacerte volver pase lo que pase – Las cejas de su amigo se arquearon en una mueca inquisitoria.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de que no se arrepiente de verdad?
-No he dicho eso porque no puedo saberlo. Sólo digo lo que me transmiten sus palabras – El murmullo imperceptible de Baekhyun revelaba ahora angustia esperanzada
-¿Y si realmente no era muy consciente de…?
-No dejes que la necesidad de estar con él intente restar importancia a lo que hizo.
-Joder... Joder Sehun eres demasiado sincero y directo... Déjame que...
-Si te dejo divagar en tus ilusiones, quizás hagas algo de lo que te puedas arrepentir. Y no quiero que sufras más.
-Ya sufro escuchando lo que dices – A su voz le costaba tomar forma y Sehun sintió algo de arrepentimiento por ser tan sincero.
-Pero, ¿estoy diciendo algo que no sea cierto?
-No. Y eso es lo que más me duele – Exhaló pesadamente, como si sus pulmones se resintieran siquiera por contener el aire y el castaño intentó animarle, remitiéndose al dulce que le había preparado.
-Anda, tómate el chocolate. Te sentará bien – Baekhyun asintió y cogió la taza que le tendía su amigo, bebiendo pequeños sorbos. No tardó en sentir la vibración de su móvil reverberar contra la cama, mostrando una llamada entrante de Chanyeol, y sus manos comenzaron a temblar, amenazando con volcar el recipiente. Sehun fue consciente y situó sus dedos sobre los contrarios en un intento de reconfortarle, pero la foto de Channie poniendo morritos en la pantalla del teléfono estaba destrozando al bajito, así que cerró los ojos, apretándolos con fuerza, como si de esa manera consiguiera borrarlo de su mente
-Apártalo de mi vista –Pidió con la voz quebrada y Sehun deshizo el enlace de sus manos para alejar el móvil hasta el otro lado de la cama, dándole la vuelta para que la vibración se amortiguara de alguna manera -Gracias – Murmuró con la sinceridad y el agradecimiento latente en aquella sencilla palabra y el castaño le sonrió en respuesta, encontrando sus dedos y acariciándolos delicadamente de nuevo, haciendo que Baekhyun sintiera un cosquilleo en el estómago que creía haber olvidado al dar por terminada su relación con Chanyeol.
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Baekhyun pensaba que era fuerte, pero eso sólo eran fantasías e ilusiones de alguien ingenuo, porque él tenía una debilidad enorme, y estaba claro que era Chanyeol. Fue por eso que el día que este decidió presentarse en su portal y llamar al timbre, le tragó el pánico. Descorrió disimuladamente las cortinas y ahí estaba, con una camiseta negra de manga larga y sus pantalones rotos, pelo desordenado y a Baekhyun se le revolvió el estómago porque estaba jodidamente sexy pero era un completo hijo de puta y no podía dejarlo entrar.
Sin embargo, el moreno no desistía en su intento y era capaz de quemar el timbre con tal de acabar dentro de la casa del de pelo naranja, pero tuvo un golpe de suerte al entrar tras un vecino que llevaba la llave del portal, y eso consiguió que Baekhyun tragara saliva y le costara bajar por su garganta.
No tardó demasiado en escuchar el timbre de su puerta y la frente comienza a impregnársele de sudor. Las manos le temblaban y no sabía si seguir dando vueltas de pie, sentarse o qué mierdas hacer con tal de distraerse del incómodo sonido que provenía de la entrada. Pero la gota que colmó el vaso fue cuando una voz que no recordaba tan grave se escuchó al otro lado de la puerta:
-Bebé... Sé que estás ahí... Por favor... Déjame entrar... - En ese momento la mente del bajito quedó invadida con retazos de aquella tarde en la que Sehun le decía tan directo y sincero cómo hacerse ilusiones y caer en sus garras era una idea terriblemente devastadora como atrayente y no debía permitirse más sufrimiento. Pero era débil y no podía evitar echar un ojo por la mirilla y ver a Chanyeol con la frente apoyada en la puerta y la frustración adornando sus facciones. Finalmente, este decidió darse la vuelta y apoyar su espalda, dejándose caer hasta el suelo.
-Está bien. No pienso irme hasta que me abras. No tengo nada que perder ya.
Baekhyun era un mar de dudas en ese momento, una parte de él le odiaba por haber sido tan sumamente cabrón y quería tenerlo fuera de su vista. Pero la otra se moría por besarle y sentir sus brazos rodeando su pequeño cuerpo y se maldijo porque esa segunda parte era más fuerte que la primera y terminó abriendo la puerta, pero quedándose escondido tras esta. No estaba preparado para un contacto físico y visual directo, pero los ojos de Chanyeol brillaron y se levantó, cerrando la puerta tras de sí y ahí le tenía, aunque habría jurado que por la ventana revelaba un mejor aspecto: esas ojeras violáceas y negruzcas no le eran familiares, y jamás le había visto con unos ojos bañados en ese rojo tan escalofriante. Por un momento se le antojó sentir pena por él, aunque tampoco era como si Baekhyun estuviera en mejores condiciones.
Por su parte, Chanyeol no sabía muy bien cómo actuar: El bajito le había dejado entrar y no podía permitirse salir por el mismo sitio por cualquier estupidez que pudiera decir o hacer. Así que sólo se le ocurrió bajar la cabeza mientras susurraba con voz apagada:
-Lo siento, bebé... - Y Baekhyun estaba jodidamente cabreado con él, pero tenía demasiadas ganas de besarle y eso le estaba quemando los labios, haciéndole flaquear. Chanyeol alzó la cabeza poco después, lágrimas cayendo por su rostro, y el bajito se derrumbó: No era capaz de impedir nada a partir de ahora, y el moreno pareció adivinarlo porque le tomó suavemente de la mano. El otro la miró y luego a él, quien apoyó su otra mano en la mejilla de Baekhyun, acariciándola, haciéndole cerrar los ojos, disfrutando del contacto. Para cuando los abrió, Yeol había pegado la frente con la suya y le miraba fijamente. Jamás sería capaz de olvidar el vacío enfermizo en sus pupilas.
-Te quiero, Baekhyun. Eres lo más importante en mi vida, y no sé cómo remediar lo que he hecho. Sé que la he cagado hasta el fondo, pero no puedo vivir sin ti… Por favor, no me separes de tu lado… Te quiero... -A Baekhyun le temblaban los labios, sentía un torbellino de emociones en su interior y Chanyeol decidió dar un paso más y besarlo. Un beso lento, cálido y dulce en el que el bajito se dejó hacer, apretando los ojos, notando la rabia y el dolor fluir por sus venas, pero el moreno le había dicho que le quería y le estaba besando y él era jodidamente vulnerable a eso y terminó enroscando sus manos alrededor del cuello del contrario, profundizando el beso, sintiendo cómo sus lenguas bailoteaban entre sus bocas. Unos cuantos besos más y Chanyeol separó la unión, mordiéndole el labio en un gesto completamente obsceno y a Baekhyun se le olvidó respirar por unos segundos mientras el otro iba decorando su mandíbula y cuello con un reguero de besos, dejándole completamente rendido a él.