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ESQUIZOFRENIA por juda

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Franchesco no regresó al Rapsodia, primero se quedó desconcertado cuando lo vio partir y luego se enojó consigo mismo, con el momento, con Seba. ¿Qué le pasaba a ese hombre que siempre terminaba huyendo de esa manera?

Había sentido tal conexión con ese cuerpo mientras tenían sexo que pensó que tal vez el otro también la había sentido. Le habría gustado tenerlo metido entre sus sábanas, acurrucado junto a su cuerpo toda la noche, pero Seba se había vestido y marchado como si estuviese acostumbrado a hacer eso. Como si él hubiese sido un trámite. 

¿Tienes ganas Franchesco? Ok, toma para que se te quiten y ahora Adiós.

Se durmió cansado y de mal humor.

No le escribiría y no lo buscaría más. No estaba acostumbrado a que lo trataran con tanta indiferencia.

Se despertó a las 11 de la mañana, su madre leía el periódico en el comedor.

-Hijo, tienes agua caliente en la cocina por si quieres hacerte un café.

El pelinegro la besó y se hizo la infusión.

Ya no estaba de mal humor, ahora se sentía triste.

Se sentó junto a su madre con la taza con café y un pedazo de pan para revisar los mensajes en el celular.

Tenía varios de Ale a las 5 de la mañana contándole que estaba por morir de la felicidad.

Intentó sentirse feliz al menos por su amigo, pero no... sentía celos. Hasta el amargado del paliducho seguramente había sido más dulce que Seba corriendo apenas lo terminó de coger.

-Franchesco tienes un chupón en el cuello -le dijo la madre mientras lo observaba de pasada y seguía leyendo el periódico -¿Ale sabe que tienes algo con su hermano?

Se ahogó con el café.

Cuando dejó de toser la miró.

Ella lo observaba de soslayo.

-¿Por qué crees que tengo algo con el hermano de Ale?

-Porque esta madrugada te vi entrar con él y lo vi salir después. Si crees que no sé qué sucede en mi casa, entonces no me conoces lo suficiente. Aparte que el sonido del televisor no tapó todo el ruido que hicieron, la próxima vez te agradecería que vayan a un telo o no hagan tanto escándalo.

Franchesco sentía que le ardía no sólo la cara sino el pelo.

-Ale no sabe nada.

-Ok -respondió llevando su atención nuevamente al periódico.

-No creo que lo vuelva a ver de todos modos.

-Ok.

-No comentes nada.

-Ok.

Franchesco sonrió para si mismo, a veces olvidaba que ella era la mujer más extraordinaria que su puta vida tenía.

Respondió el mensaje de su amigo.

"Me alegro. Y tengo la esperanza que los detalles te los metas en el culo porque no quiero saber qué tan grande la tiene"

Su rubio amigo recién le contestó a las seis de la tarde.

"Ya me pasó la felicidad, a veces te envidio"

"por?"

"porque vives tranquilo, mi casa es un delirio siempre, recién estoy llegando de la comisaría. El borracho que vive con mi madre le pegó y El Esqui salió a defenderla, un infierno mi casa, boludo. Una mierda todo."

Franchesco tragó duro.

"¿pero qué pasó? Tu mamá y el Esqui como están?"

"Mi madre bien, el que se llevó la peor parte fue el Esqui, el borracho de mierda lo golpeó mucho"

"Estás en tu casa?"

"Si, pero no vengas. El sorete está detenido y el hijo preferido se borró, así que mi vieja no para de llorar. No sé si llora por el sucio de mierda que está preso o porque no sabe donde carajo se fue el Esqui después que lo atendieron en el hospital"

"Seguro está con Tomás"

"No, ya fui a buscarlo ahí. Se fue."

***

Ale apareció a las 10 de la noche, la madre de Franchesco lo invitó a cenar y el rubio agradeció y comió con ansias, no había probado bocado desde la mañana.

-¿Cómo está tu mamá?

-Bien, tiene unos cuantos moretones en los brazos. Pero no importa, cuando el sorete salga de la comisaría dentro de un par de días, va a volver a casa y ella lo va a recibir, es más de lo mismo.

-¿Y tu hermano?

-¿Qué pasa con él?

-Sabes donde está?

-Ah! no. Pero no es la primera vez que desaparece, ya va a aparecer. Cada vez que se agarra a las trompadas con el negro sorete siempre se va por un tiempo.

-¿Estás seguro que no está en Tomás?

-Si, fui a la casa y me dijeron que había salido durante la noche y no había regresado.

Los dos estaban sentados en la vereda de la casa del pelinegro, fumando.

-¿Quieres quedarte a dormir?

-No. Voy a casa, no quiero dejarla sola a mi vieja. No vale ni aca, pero es mi vieja y es lo único que tengo -le dijo mientras le pegaba una palmada en la espalda y se levantaba.

-¿Qué onda con César?

Ale lo miró sonriente, se le habían iluminado los ojos.

-Quedamos en seguir viéndonos.

-¿Cómo en seguir viéndose? ¿En plan novios o algo así?

-No sé, me dijo que quería seguir viéndome y le dije que si. No sé que quiere decir pero si él quiere más le voy a dar más!!!

Franchesco sonrió.

-Me alegro.

Ale se puso en cuclillas.

-Te voy a contar algo loco. Terminamos en su casa, cogimos como locos y después me obligó a quedarme con él. Esta mañana me desperté en su cama, él había traído el desayuno. ¿Es loco no? 

-¿Por qué es loco? -preguntó ya sin sonreír.

-Por que me dio lo que nunca tuve en mi casa. Me sentí querido, protegido y por un momento me asusté.

-¿Y eso?

-No sé Franchesco. Vos tienes una madre que te quiere y te cuida, cuando estás acostumbrado a la mierda y de pronto te ofrecen cariño... asusta. Bueno, me voy. Nos vemos en la escuela.

Franchesco lo vio partir, sacó el celular y mandó un mensaje.

"Donde estás?"

A los segundos él se puso en linea.

"Por ahí"

"Deberías volver, tu madre está preocupada"

"No quiero hablar de mi madre, no quiero ser El Esqui. Anoche dijimos que podíamos ser otros, quiero ser otro"

"¿Quien quieres ser?"

"No sé. Otro."

"Ok. Otro, regresá a tu casa"

"El Otro no vive ahí. El Otro no es hermano de tu mejor amigo. El Otro te ha cogido y ha sido tremendo, todavía me acuerdo y me quiero matar a pajas"

"Si ha sido tremendo... por qué te has ido?"

"Porque habíamos quedado en eso. Que nos sacaríamos las ganas."

"Me hubiese gustado tenerte conmigo toda la noche."

"¿En serio?"

"Si. Pero como saliste corriendo, te perdiste de que yo te cogiese, me quedé con las ganas de cogerte."

"Ok, supongo que en algún otro momento podríamos reunirnos de nuevo para coger."

"¿En algún otro momento? Pareciera que no tienes ganas"

"En realidad... no tengo ganas de coger en este momento."

"Tienes ganas de algo?"

"Si"

"De qué?"

Seba demoró unos cuantos segundos en responder.

Franchesco no apartaba la mirada de su pantalla, el chat seguía diciendo En Linea.

"Tengo ganas de besarte de nuevo"

Franchesco sonrió, recordó lo que Ale le había dicho, que el cariño que Cesar le dio lo había asustado y se entristeció. Tuvo ganas de llorar.

"yo también tengo ganas de besarte y de abrazarte fuerte"

"Me besarías?"

"Si, dime donde estás y voy a besarte"

-Aquí estoy -respondió la voz grave de Sebastián, Franchesco giró con rapidez y casi tira el celular ante la sorpresa. La silueta del pelirrojo se dibujaba apoyada en el muro perimetral de su casa. Casi oculto por unos árboles, en medio de la negrura de la noche.

El pelinegro se levantó de un salto y de dirigió hasta donde estaba el hombre.

-¿Hace cuanto estás ahí?

-Te iba a escribir preguntándote si estabas en tu casa pero justo te vi con el hermano del Esqui.

Franchesco sonrió mientras lo tomaba por la cintura.

-Oh! si, el hermano del Esqui es mi mejor amigo, conoces al Esqui?

-Lo he visto por ahí, es un tipo raro -comentó Seba.

-No creas, ese Esqui está muy bueno, me tiene babeando siempre.

Lo besó.

Seba se quejó y se llevó la mano a la boca.

Franchesco lo quiso atraer hacia la luz pero el pelirrojo negó con la cabeza.

-No quiero que me veas así -le respondió.

El pelinegro le acarició la cara en la oscuridad y pudo sentir el labio superior hinchado, había unas especie de magullones en el pómulo y la ceja estaba partida.

Volvió a besarlo en cada uno de los lugares donde imaginó que estaba golpeado y lo abrazó con fuerza.

Seba se removió un poco.

-Me voy, gracias por el beso.

-No te vayas, quedate conmigo.

Volvió a abrazarlo y Seba se deshizo suavemente del abrazo.

-¿Qué pasa? 

-Es una estupidez lo que te voy a decir, pero cuando me abrazas siento que la construcción que he armado sobre mi cordura todos estos años se va a romper en mil pedazos y no voy a ser capaz de re armarme de nuevo. Los abrazos son jodidos, me desestabilizan, y mucho más los tuyos. Gracias por el beso. Lo necesitaba.

Quiso irse y Franchesco lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo nuevamente, el pelirrojo se resistió al principio pero poco a poco fue dejándose apretar contra el otro cuerpo.

Lo sintió rendirse y lo escuchó llorar.

-Si no vas a quedarte conmigo al menos regresa a tu casa -le susurró en el oído.

-No quiero regresar todavía, ella me golpeó cuando le pegué una trompada a él por defenderla. Ella no quería que le hiciera nada. Cuando él me atacó... ella sólo miró. Ella sólo miró! -repitió mientras se aferraba a él.

Franchesco volvió a abrazarlo con fuerza y comenzó a sacarlo lentamente de la oscuridad y a guiarlo hacia su casa.

-No! -susurró cuando estuvieron cerca de la puerta, Franchesco podía ver el rostro golpeado y tenía ganas destrozar el mundo por él. -No quiero que me vea así tu mamá.

-Es tarde, Seba. Mi madre sale a trabajar a las 6 de la mañana, así que a esta hora está dormida.

El pelirrojo se dejó llevar. Entró a la casa y Franchesco le preparó una remera para que se cambiara una vez que se hubiese bañado. Cuando Seba entró al baño, él corrió a la pieza de su madre, ella ya había escuchado por Ale lo que había sucedido así que cuando su hijo le dijo que Sebastián quedaría esa noche en la casa pero que él no quería que ella lo viera, cerró su puerta y simuló que nunca los había escuchado entrar.

Seba durmió junto a Franchesco esa noche, y se dejó acariciar y abrazar aunque sentía que esa necesidad por las manos del pelinegro, en cualquier momento, lo llevarían al infierno.


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