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Primary Instincts |STONY| por ByTaixX

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Auf einem Baum ein Kuckuck 
Simsaladim, bamba
Saladu saladim
Auf einem baum ein Kuckuck saß

Da kam ein junger Jägers-
Simsaladim, bamba
Saladu saladim
Da kam ein junger Jägersmann

 

 

Se escuchaba el cantar de los pajaros en las afueras. Apenas empezaba la primavera, pero aquella casa, la primavera y la tranquilidad que transmitía la misma habían llegado hacía un par de meses.
Una hombre de edad algo avanzada, no mucho más de los 45 años. De largos cabellos rojizos y ojos profundos, llenos de vida, mantenía sus quehaceres en la cocina, tarareando una canción infantil que por años era cantada por los niños del pequeño poblado el cual vivió toda la vida.

— ¡Häns! — Con un trapo que colgaba de una silla de la cocina, el hombre limpio sus manos, mojadas por el agua al limpiar los cacharros sucios que habían utilizado para comer.

El hombre de cabellos rojizos, con una mano sujetando su baja espalda, masajeando el lugar por los dolores que le molestaban, cruzó el pasillo que separaba la cocina del salón. Era una casa vieja, algo desgastada por el paso del tiempo, pero igual de cómoda y acogedora como cualquier otra.
Las paredes cubiertas por un tapiz granate con flores de diferentes tonos era la nueva adquisición de la familia a la casa, poco a poco estaba convirtiéndose en su hogar. El chico disfrutaba de contemplar como aquellas viejas paredes de madera tomaban color, de como aquella vieja casa abandonada tomaba una forma que les resguardara de las noches frías que vendrían futuramente. Ya habían pasado lo peor.

— Mutter! — El grito fue suficiente como para el pelirrojo saltara sobre su sitio. Una manita aferrada al camisón que vestía hizo voltear su mirada hacia abajo, sonriendo tras el pequeño susto proporcionado por aquel diminuto ser.

Un niño de escasos seis años se mantenía mirándolo, con su sonrisa chimuela y carita sucia de lo que parecía ser barro. 
El pequeño compartía el mismo color de cabello que el hombre, de un tono rojizo oscuro que contrastaba a la perfección con sus pequeños ojos de un color grisáceo y miel. De rostro redondo y apenas perceptibles pecas sobre sus pómulos, y una palidez casi extrema, sus cabellos color fuego recogidos en un pequeño moño, con algún que otro mechón despeinado caían en forma de bucle sobre su rostro hacían ver al pequeño de una manera casi angelical.

— Mutter? — Volvió a responder el niño, frunciendo su ceño con la creciente frustración de que el adulto no le respondiera. Un pequeño con carácter.

— Häns. — El pelirrojo de mayor edad, con un acento extraño, respondió al menor, regalando una suave caricia en los cabellos del niño. — Wie oft habe ich dir gesagt, dass du versuchen solltest, Englisch zu sprechen? Debes empezar a hablar inglés, ya no estamos en Alemania, Mein Hase.

— Vater? — El mayor miró al menor con el ceño fruncido, el niño le respondió de otra manera, pero resignado y con un bufido respondió. — ¿Cuándo vendrá padre? End Bruder? — El niño apenas podía empezar a comunicarse, con seis años y una vida comenzada al otro lado del mundo, apenas entendía como adaptarse al nuevo cambio, a pesar de llevar un par de meses en aquel lugar.

El hombre suspiró, cargando al pequeño en sus brazos, hasta que un par de brazos rodearon su vientre, ejerciendo un poco de presión en él. 
Reconocía perfectamente aquel nítido aroma café y vainilla, tanto que inconscientemente el pelirrojo sonrió ladino, volteando lo suficiente como para depositar un suave beso en la barbilla del sujeto que lo mantenía aferrado a él.

— ¿Cómo amanecieron las dos personas que más quiero en este mundo? — El sujeto de considerable altura y profundos ojos color miel no despegaba sus manos del pelirrojo. A simple vista, se veía bastante más joven que el otro muchacho, con apenas poco más de 35 años, era un chico bien estructurado, de lacia cabellera rubia y piel acanelada.

— Meine Liebe. . . A . . . . Estamos bien. . . 

"Estamos teniendo problemas. Repito, estamos teniendo problemas. "

¿Problemas? ¿A? ¿Cómo es que no podía recordar aquella conversación?

— Estaremos bien. . . 
Padre. . . 
Preocupar. . . 
Johannes. —

Todo se estaba volviendo borroso, ambos rostros difuminados y un sentimiento de opresión en su pecho lo hicieron preso del pánico.

"¡MAYDAY MAYDAY, ESTAMOS CAYENDO, ESTAMOS CAYENDO. ABANDONEN LA NAVE, REPITO, ABANDONEN LA NAVE!"

— No permitiré que. . . . 
malo. . . 
pasar. 
Proteg. . . 
Unser Welpe.

"¡Den aviso a la central! Ese maldito. . . Stark ¡No se saldrá con la suya!"

¿Unser Welpe? ¿De qué cosa estaban hablando? ¿Qué estaba pasando?

Intentaba con todas sus fuerzas abrir los ojos, cayendo, estaba cayendo. Dónde y como, no era consciente de ello, tampoco tenía conocimiento de en que lugar se encontraba. 
Todo era frío, su cuerpo se notaba helado, todo concluyó cuando sintió su extremidades sumergirse tras una fuerte choque en el agua. Sus azules ojos cerrados notaron a través de la fina capa de piel que los cubría como todo oscurecía a su alrededor. Su cuerpo pesado, dormido, no le dejaba moverse, como si cadenas lo mantuvieran inmóvil, por mucho esfuerzo que ejercía, por mucho que tratara de moverse y sacudir sus extremidades, nada sucedía. Finalmente, dejó de luchar, cayendo de nuevo en la inconsciencia profunda que lo había mantenido ausente por no sabe cuanto tiempo.

"Huele a flores. . . "

       

— ¡Anthony Stark! — Natasha Romanoff, que apenas se recuperaba de su lesión, ingresaba al salón del complejo de la torre Stark alterada y con una evidente cojera.
El nombrado, tan solo se volteó, con una apariencia inalterable. Stark era más que conocido por su gran ego y expresividad, su fetiche de creerse superior no se apaciguaba ni estando en una situación como aquella, en donde una espía rusa, con cara de pocos amigos, alterada y con habilidades mortales de lucha podía hacer de él carne picada, literalmente. Y él sin su traje, que desgracia ¿Verdad?

Anthony Edward Stark, el alfa más rico y codiciado de todo New York, más conocido por ser el tan afamado hombre de hierro, Iron Man. Héroe ocasiones, billonario, genio, filántropo y muchas veces un completo idiota sin sentimientos, mantuvo su mirada fijamente en la mujer, hasta que se levanto, con ambos brazos extendidos, mirando de la misma forma retadora con que la mujer le miraba a él.

— ¡Señorita Romanoff! Que placer verla en mi humilde morada, adelante, pase pase. Como si hubiera pedido permiso, está en su casa. — Como todo un galán, volvió a tomar asiento en su cómodo sillón, mientras en su mano mantenía una copa de algún brebaje extraño. Natasha juraba que eso era alcohol, como de costumbre.

— No me vengas con tu sarcasmo, Stark, no vengo aquí para divertir tu tarde. — La rusa se adentró en el salón, tomando una actitud firme frente al alfa, con sus brazos cruzados y una mirada que podía matar incluso a kilometros de distancia.

— ¿No? Pensé que así era. — Si no fuera por la lesión de la pelirroja, estaba seguro de que su rostro ya estaría contra el suelo, siendo presionado por una de las rodillas de la muchacha. No le parecía tan mala idea.

— Déjate de bromas, Stark. Steve desapareció, perdimos su rastro. ¿Los culpables? Tan solo tenemos algunas coordenadas que nos envió su transmisor, y este número de referencia. 
Además, estos — Mostró una carpeta con varios documentos e imágenes. Todo aquello ordenado minuciosamente para ser más fácil a la hora de leer. — Son los archivos del vuelo de Steve. Tanto los datos de los pasajeros que compartieron vuelo, como los tripulantes a cargo del vuelo. —

— ¿Y como sabes que está desaparecido, y no es un simple retraso en el vuelo? —

— No te creas tan inteligente, Anthony. Se rastrean todos los pasos de cualquier integrante de SHIELD, entre ellos Rogers. Algo malo debe haber pasado cuando intentamos contactarlo y no pudimos — La beta, mostrando un mínimo de preocupación pero a la vez, sin dejar su firme postura, tomo asiento frente al alfa, sacando su celular y mostrándole los mismos resultados a Tony.

— ¿Cómo conseguiste el localizador de Rogers sin pedírselo a Fury? Ja, en como se entere de esto. . . —

— Tengo mis trucos, no eres el único superdotado en esta torre. Y atrévete a insinuar una vez más que Nick Fury sabrá esto, porque tu perfil de dios inalcanzable caerá demasiado rápido. —

— Tranquila gatita, no soy tan tonto como para hacer algo como eso. — Tony contraatacó con una sonrisa burlona, levantando ambas manos en señal de inocencia.

— ¿Estás seguro de eso? Porque te veo tan tonto como el primer día en que te. . .

— Bueno ¿Y como sabes que desapareció? — Tony cortó a la beta, cansado de tanta palabrería. — Ve al grano. —

Natasha, sin saber como aún tenía paciencia como para soportarlo, inspiro profundamente. Intentando liberar todo su creciente enojo en el sonoro suspiro que escapó de sus labios.

— Steve debió haber ingresado al país hace aproximadamente cuatro horas, fue cruzando la frontera entre las aguas internacionales que su señal desapareció. 
Esto no es normal, Tony, tenemos que. . . —

— No tenéis que hacer nada. — Una persona conocida para ambos vengadores ingresó en el lugar.

Nick Fury ingresó a la sala, pero nunca aparecía solo. Venía acompañado de dos agentes más agentes pertenecientes a S.H.I.E.L.D además de el agente Coulson, que como mano derecha, se posicionó tras el hombre del parche, esperando que el mismo hablara.

Nicholas Joseph Fury, conocido como "Nick Fury" tenía un excelente don para parecer en los lugares más inoportunos en los momentos más inesperados. Ya era prácticamente habitual que el hombre de color hiciera estás extrañas apariciones, sin embargo, el que viniera acompañado era un caso extraño que el ojo analítico de la espía rusa de rojizos cabellos no podía dejar pasar. 
Como si todo tuviera sentido, en su cabeza, se prendió una chispa. 
Las constantes llamadas sin atender, el abandono de S.H.I.E.L.D hacía Steve, su poco interés en comunicarse con el rubio desaparecido o el hecho de haber ignorado a Natasha en su creciente preocupación. Ahora todo empezaba a tomar sentido en la cabeza de la beta.

— Fuiste tú. . . ¿Verdad? — La pelirroja, esta vez, encaró el hombre de color. En cualquier momento podría tomar posición para atacar.

— No es lo que piensas, señorita Romanoff. — El hombre, de mirada impenetrable, ordenó con un movimiento de dedos que uno de sus agentes en encubierto manejará el ordenador que Stark había dejado sobre la mesa. Mientras, ordeno que ambos vengadores tomaran asiento frente a él. En pocos minutos y sobre la mesa centro holográfica del, hombre de perilla, apareció un mapa digital. 
Sin duda era un mapa de navegación, y entre ellos, un punto rojo intermitente se desplazaba lentamente, enviando coordenadas a un disco duro que registraba todo movimiento por aire y mar. 
A su vez, otro holograma junto al del mapa indicaba y analizaba los posibles lugares de aterrizaje que tomaría aquella nave gracias a las coordenadas recibidas, tomando y descartando en pocos segundos las opciones presentes.

— Tony Stark, es aquí donde vamos a necesitar tu ayuda. — El señor Coulson tomó palabra por primera vez, entregando al nombrado otra carpeta color arena que contenía diferentes archivos. — Todo lo que necesitas está aquí, pero tu cooperación nos es indispensable. —

— ¿Mi ayuda? — Ya dejando de lado un poco su papel como sarcástico, tomó un poco de seriedad. SHIELD no se presentaba en su casa sin un asunto de urgencia en el cual debían actuar. — ¿Qué debo hacer yo con esto? —

— Necesitamos que sabotees su sistema desde la distancia. Hydra fue quien secuestró a Steve, estanos siguiendo su rastro desde hace semanas, sabíamos cuando iban a actuar y de que manera y. . . —

— Y es por eso que dejaron que tomaran a Steve. . . — Concluyó Natasha con la información. Ella ya había sabido la respuesta cuando los vio aparecer—

— Efectivamente, agente Romanoff. Muy inteligente por su parte. —

— ¿Qué podemos hacer? — La pelirroja se puso de pie tras largos minutos sentada, con algo de dificultad por su reciente lesión. —

— Agente Romanoff, usted nada. Sigue recuperándose de su lesión. No necesitamos que empeore su situación con otra fractura. —

Natasha no estaba nada contenta con aquella respuesta. Era su amigo quien se encontraba en peligro y como parte de su familia consideraba un deber, una obligación acudir en su ayuda cuando se necesitaba de ella.

— Usted no puede detenerme en mh. . . — Anthony se posicionó tras ella, cubriendo la boca de la rusa con una de sus manos. Sin embargo, Natasha no iba a quedarse quieta. Tony habría recibido un buen codazo en las costillas sino fuera porque con su mano libre y aplicando algo de fuerza, detuvo el golpe de la beta.

— Pero yo si puedo. Tengo un plan, señorita Romanoff, pero necesito que se quede aquí para poder salvar a su querido Capipaleta. — Soltó con algo de molestia el castaño. Aunque ¿Desde cuando le molestaba al gran Tony Stark que Natasha sintiera tanto interés por Steve? Algo en su interior ardía en rabia, tal vez era el alcohol en su organismo que lo hacía tener confusos sentimientos.
Nick Fury y su compañía abandonó la habitación, sabían que podían confiar en Stark. Era un hombre que no solía rendirse con facilidad, la lógica lo delataba.
El alfa, con algo de pereza, tomó asiento frente a su ordenador, tecleando y descodificando el material que llegaba a su disco duro de las diferentes coordenadas que recibía por parte de aquella nave.
Rastrear y descodificar no tenía nada que ver con arruinar, saquear o sabotear el sistema operativo de un vehículo en movimiento, pero ¿A quién engañaba? Él era Tony Stark y podía con todo.

— JARVIS, prepara a Mark VII. Rastrea también el posible aterrizaje forzado. Natasha — Volteó hasta la agente, con lentitud la pelirroja se acercó al alfa. Si debía obedecer para poder encontrar a Steve, así seria.  — Necesito que mantengas en funcionamiento a JARVIS mientras no estoy. Al entrar en su sistema y detectarme, harán todo lo posible para borrar su rastro. Sabes manejar los sistemas de incógnito, asegúrate de que sea así hasta que yo de la señal.

— ¿Dónde irás mientras? ¡Estás loco si piensas enfrentarte a ellos solo! — A pesar de que todo se encontraba a su favor, cualquier mínimo error y tal vez Steve no aparecería.

— ¿Con quién piensas que estás habland. . .

— Señor — El ordenador de Tony hablo. — El sabotaje ha sido detectado, la nave está cayendo. Intentan hacer un aterrizaje forzoso.  Tiene cinco minutos para llegar al lugar rastreado por FRIDAY. — Tal vez esa charla había sido innecesaria, tal vez había subestimado en gran cantidad la composición informática de Hydra.

— Traeré a tu Capipaleta a salvo. Yo soy Iron Man. —

En que momento había llegado a la terraza, no lo sabía. 
La pelirroja apenas pudo ver como el cuerpo de Tony se precipitaba por el balcón del edificio, y luego se elevaba hasta el cielo gracias a los reactores del traje de acero.

Suspiró con pesadez, apoyando su cabeza en una de sus manos. Tony no podía hacer las cosas sin tener errores que pusieran la vida de los demás en un mínimo peligro, como esta vez, ni tampoco alardear sobre su importante papel como héroe.

Lo único que deseaba, es que Steve se encontrara bien.

Notas finales:

Luego de un mes y poco más sin actualizar, aquí estoy de nuevo. 
Tal vez tengan muchas preguntas, el porque Alemania, unas personas sin nombre, pero es necesario para continuar con la historia. ¿?

Aclararé que la primera parte, tan solo era Steve soñando. Espero haya quedado claro para aquellos que lo leyeron ¿Por qué sueña con eso y con quién sueña? Ese es el misterio. Tal vez sea Hydra manipulando su mente. ¿?
Ya entenderán más adelante con el desarrollo de la historia.

¿Qué les pareció? Saquen sus teorías, sin miedo ¿Llegará Tony a salvar a Steve? ¿O será otro misterioso personaje?


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