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ATRACCIÓN OBSESIVA por Melyoan

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-ma… má!... –Hiroki deliraba con una fiebre muy alta-

-no puede ser!, su fiebre volvió a elevarse!! –decía angustiado un ojiazul, mientras veía como el castaño llamaba a su madre con lágrimas en un delirio-

-demonios!!! Qué es lo que le está pasando?!! –Tsumori estaba alterándose-

-te dije que lo mejor es llevarlo al hospital! –reclamando-

-ya te lo dije Nowaki, él está mucho mejor aquí!!

-le colocaré un suero trae el antipirético para inyectarlo en el suero… -ambos van por las cosas que necesitaban- pero qué sucedió, si en la mañana estaba mejor, ahora su fiebre se disparó de repente… quizá está en una lucha interna que no lo deja recuperarse –piensa el ojiazul mientras coge lo necesario y regresa donde el inconsciente- qué haces?! –viendo las acciones de su amigo-

-no ves le quito la ropa, -quitándole las prendas que cubrían toda la parte superior del durmiente- es lo mejor, le pondremos paños en todo el torso, apresúrate y adminístrale el suero, en el velador está la ampolla –señalando el mueble-

-está bien… -rápidamente con sus manos expertas le conecta el suero al castaño colocándole el medicamento en este- aquí hay otros –dándole al rubio más paños para que los moje y usarlos en el castaño- hace un rato llamaba a su madre, verdad? –mirando al menor con tristeza-

-ummh si… -responde dudando, ya que sabía con que saldría el ojiazul-

-creo que es mejor avisar a la policía que lo tenemos aquí, ellos pueden contactar a sus padres, deben estar como locos buscándolo…

-no Nowaki!! Ya te lo dije, no al menos hasta que despierte… -no sabía que más decir para seguir reteniendo en su casa al castaño-

-está bien… hoy tienes turno, no Tsumori?

-sí, pero no iré!

-hey, no puedes hacer eso, por más flojera que tengas no bebes dejar de lado tus obligaciones! y sobre él –acariciando los castaños cabellos- no te preocupes ahora es mi turno de cuidarlo

-pero…

-pero nada, a veces te preocupas demasiado, hasta parece que lo hubieses encontrado tú, yo lo encontré y su salud es mi responsabilidad, así que no te preocupes, ni te estreses demasiado, ve al hospital y… gracias por ayudarme con él –le sonríe a su senpai-

-ok –sale de la habitación aceptando la derrota por esta vez- te equivocas Nowaki, no lo cuido solo por ayudarte y compartir la responsabilidad, lo hago porque me di cuenta que me estoy enamorando de él… -pensaba mientras salía del departamento-

Hiroki estaba casi sin aliento había corrido hacia el hospital y Akihiko iba tras de él, una vez habían llegado su padre les puso al tanto de la situación, al parecer la castaña había estado muy débil solo que nadie se había dado cuenta ya que ella no decía nada por no preocuparlos en especial a Hiroki, pero le era tan pesado mantenerlo en secreto que ya no pudo y sucumbió, ahora su salud había empeorado y se encontraba con una severa inmunosupresión, por lo que la internaron de inmediato

-hijos, Tanaka los vino a recogerlos será mejor que regresen a la casa, el doctor dijo que su madre estaba mejor –habían llegado a media tarde totalmente angustiados esperando por horas noticias hasta que el doctor salió y solo hablo con su padre- prometo que mañana ya estaré en casa con su madre –decía con una sonrisa fingida ya que él estaba igual de angustiado por la salud de su esposa-

-está bien papá, yo cuidaré de Hiroki –con una mirada tierna hacia el castaño, el cual resignado por el hecho de que no lo iban a dejar quedarse, baja la cabeza- descuida mamá se pondrá mejor y mañana la veremos! –tratando de consolar al menor yendo hacia el auto-

La noche fue otra tortuosa espera para Hiroki y casi no pudo conciliar su sueño, al día siguiente tal como lo había prometido su padre, trajo de vuelta a su madre, aunque parecía débil

-mamá!!! –alegre se lanzaba Hiroki a los brazos de su madre-

-espera Hiroki, tu madre aún está…

-descuida cariño estoy bien –interrumpiendo a su esposo le sonríe mientras corresponde tiernamente el abrazo de su querido hijo-

-mamá estaba muy preocupado, por favor no vuelvas a hacerme esto –llorando en los brazos de la castaña-

-vamos Hiroki eso no fue culpa de mamá, además eso no se puede pedir –decía Akihiko mientras acariciaba la cabellera de su hermano- que bueno que estés mejor madre –le sonríe y le da un beso en la frente-

-gracias Akihiko, tú cuidaste de Hiroki verdad? –le devuelve la sonrisa-

-si!, porque soy su hermano mayor y es mi deber cuidarlo!

-ves mi amor, te dije que Akihiko lo cuidaría bien –menciona su esposo mientras acariciaba su espalda- suficiente, es hora de descansar!

Los días parecían pasar tranquilos, pero en realidad estaban lejos de eso, las visitas de la castaña al hospital se habían tornado frecuentes, pero los niños no sabían del porque Hiromi recaía cada vez y con mayor fuerza, ellos creían que la castaña tenía que ir a sus inspecciones tal como les habían hecho creer los esposos; la enfermedad poco a poco iba empeorando, la mujer cada día estaba débil, sin darse cuenta ya había pasado todo una año con su padecimiento; en ese entonces el hijo mayor ya había cumplido los 17 años edad por lo cual se tendría que marchar a realizar un curso especial de un año, antes de ingresar a la universidad

-bien hijo, espero que te vaya muy bien, esfuérzate mucho para adquirir todo el conocimiento que te sea necesario, te estaremos llamando, solo dedícale esfuerzo a esto y verás que un año pasará volando y estarás de regreso! –le decía Fuyuhiko a su primogénito mientras le daba un abrazo; estaban en el aeropuerto despidiendo a Haruhiko, Hiromi no pudo despedirlo ya que no se sentía bien y eso le alegró a Haruhiko ya que aún entonces la castaña le seguía desagradando y no solo ella… -

-que te vaya bien Haruhiko, no olvides llamar si necesitas algo, y espero que cuando regreses me cuentes todo lo de allá ya que el siguiente en ir soy yo, ah sí! y recuerda portarte bien, nada de andar amargado por todo lado! -le decía Akihiko con un tono burlesco-

-eres un tonto! –el  de lentes lo mira serio-

-eh… -Hiroki se acercaba a su hermano mayor para despedirse también- espero que te vaya muy bien onisama –decía nervioso-

-se acerca al castaño con una sonrisa de burla- de eso no lo dudes… -acercándose a su oído- sabes?... tu madre se morirá pronto, y entonces cuando vuelva no estará para protegerte… -le dice muy fríamente mostrando una expresión de satisfacción al darse cuenta de la cara de terror que había puesto el menor- adiós a todos! –se marcha para abordar el avión-

-Hiroki?... –Akihiko llama al menor al darse cuenta de la expresión de pánico que tenía el menor- estás bien?... fue por lo que te dijo Haruhiko verdad?... –no recibe respuesta- qué fue lo que te dijo?!! –tomándolo de los hombros-

-ah… na, nada… -desviando la mirada- quiero volver a casa…

Los días siguieron pasando, pero cada día que pasaba era como si el mundo se terminara para Hiroki, porque su madre empeoraba día con día, era tan triste que las palabras de Haruhiko se estuvieran haciendo realidad, y aunque Hiromi hacía todo lo posible por disimular su enfermedad, no podía hacerlo del todo ya que incluso su hermoso y largo cabello iba cayéndose poco a poco por el duro tratamiento al cual era sometida, a tal punto de que había decidido que lo mejor era cortárselo muy corto para que se notase menos la falta de este.

Ya había pasado casi un año más de su pesado tratamiento y al no dar casi ningún resultado tanto Fuyuhiko como Hiromi se estaban resignando, esa enfermedad estaba a punto de acabar con la vida de la castaña y demorarla un corto tiempo solo traía más sufrimiento a todos y más a su adorado hijo, por lo que con mucho pesar la castaña le dijo a su esposo que dejaría el tratamiento

Solo habían pasado  un par de días y la salud de Hiromi había empeorado mucho, pero sin duda, ya no sufría con los efectos del tratamiento que había tomado por tanto tiempo, sabía las consecuencias y no quería dejar solo a su hijo ya que ella era la única que lo unía con esa familia que podía protegerlo, así como un último pedido desesperado le rogó a su esposo por su hijo…

-Fuyuhiko… -decía la castaña con un tono de voz apenas audible- tú y yo sabemos que no me queda mucho tiempo…

-shh, no digas eso amor, solo descansa y no te esfuerces –suplicaba con amor su esposo-

-por favor déjame hablar… -recibiendo a duras penas un asentimiento de parte del pelinegro- sabes? En todo el tiempo que pasé contigo me di cuenta que no podía haber encontrado a alguien mejor que tú, al principio pensé que no podría olvidar al padre de Hiroki, pero luego y sin notarlo me enamoré de ti, lamento no ser tan abierta con mis sentimientos y no decírtelo muy a menudo, pero yo te amo! Y lamento de verdad dejarte así, perdóname por ser tan débil, yo… -empieza a sollozar-

-no digas eso mi amor, siempre supe que me amabas, aunque no me lo dijeras lo sentía y no tienes que sentirte mal, porque siempre me diste lo mejor de ti, cuidaste de mis hijos como su verdadera madre, sé que no puedo hacer nada para que te quedes a mi lado para siempre y eso me duele mucho, pero todo lo que obtuve de ti lo conservaré siempre dentro de mí –toma la mano de la castaña para luego darle un tierno beso-

-gracias, gracias por todo lo que nos diste a mí y a mi hijo, siempre nos dabas nuestro lugar y nunca lo dejaste de lado, casi no había ninguna diferencia en el trato que le dabas a Hiroki y a tus hijos, por eso sé que lo dejo en buenas manos… -mira con súplica a su esposo, tomándole de la mano con ternura para llamar su atención- quiero pedirte algo…

-lo que quieras mi amor –dijo sin dudarlo-

-no quiero que Hiroki quede desprotegido, sé que tú cuidarás bien de él, pero estaría más tranquila si le dieces tu apellido, te lo suplico cariño, por favor…

-le sonríe tiernamente a su amada- eso no tienes ni que pedírmelo, es lo lógico ya que Hiroki también es mi hijo, lamento no habértelo dicho antes pero quería darte esa sorpresa… -Hiromi lo mira extrañada- hace poco más de un mes hice los trámites para que Hiroki lleve el apellido Usami, pero como acaba de cumplir 14 años fue un trámite algo largo y justo en la mañana me dijeron que ya había finalizado, me dieron la respuesta –se levanta  y saca algo de su maletín- mira –entregándole un papel a su esposa-

-esto es… -con lágrimas de felicidad en sus ojos-

-si mi amor, sorpresa!!… -sonriente- desde este momento Hiroki es legalmente un Usami y tiene todos los derechos que cualquiera de mis hijos

-Usami Hiroki –lee con una hermosa sonrisa que adornaba su demacrado rostro, había esperado por mucho tiempo leer eso, no lo había pedido nunca por temor, pero el hecho de que Fuyuhiko lo haya hecho en silencio, hacía que su corazón se llenara de una felicidad indescriptible, sin duda alguna ese hombre la amaba- gracias Fuyuhiko –derramando lágrimas de felicidad-

-no tienes que agradecérmelo, solo espero que Hiroki acepte feliz el hecho de ser un Usami, porque estoy seguro que Akihiko no tendrá problema alguno y  Haruhiko tendrá que superarlo –sonríe recordando el carácter de su hijo mayor que en esos momentos estaba en el extranjero en un curso especial-

-él aceptará estoy segura –dice sonriente- querido podrías llamarlo, quisiera hablar con él

-si mi amor, en seguida vuelvo –sale de la habitación muy a su pesar ya que sabía que la hora había llegado

-quieres helado?, está delicioso –le ofrecía un peliplata a su hermano menor quien estaba callado y con la mirada perdida- vamos Hiroki, anímate!, a nuestra madre no le gustaría verte así y a mí tampoco me gusta verte así –recibe una mirada ida de parte del castaño- ten, de verdad está rico –antes de que el menor agarrase el helado llega su padre y lo llama-

-Hiroki, Hiromi te está llamando… -la mirada del menor se ilumina y sin decir una palabra sale corriendo a donde está ella-

-ella está bien? –Akihiko pregunta preocupado-

-ha llegado la hora –dice triste mientras soba la espalda de su hijo quien buscó apoyo en el hombro de su padre-

-Hiroki se pondrá triste… y llorará, yo no quiero que llore –viendo el camino por donde se había marchado el castaño-

-yo tampoco pero no se puede evitar… -el mayor menciona sumamente triste y resignado- sabes? Desde ahora Hiroki es oficialmente tu hermano menor, es todo un Usami

-en serio? –lo mira sorprendido para luego esbozar una ligera sonrisa- que bueno, aunque Haruhiko pegará un grito en el cielo, solo espero que no fastidie a Hiroki

-mamá –entra desesperadamente a la antes silenciosa habitación-

-cariño me asustaste! –reclama sonriente la castaña mientras seguía postrada en la cama-

-lo siento –dice un poco apenado- querías hablar conmigo?

-Si mi vida –extendiéndole su mano la cual es tomada inmediatamente por su hijo- sabes que te adoro, no? –acariciando la mano del menor, el cual asiente quedamente- yo pronto partiré… -las lágrimas empezaban a mojar el rostro de Hiroki- por eso mismo no quería que te quedaras solo, así que tu padre y yo decidimos que lo mejor es que llevaras el apellido Usami, desde hoy ya no serás Kamijou Hiroki, si no Usami Hiroki

-qué? –pregunta sorprendido- pe… pero yo, -cabizbajo- yo quiero seguir llevando el apellido de mi papá! –reclama-

-entiéndeme cariño, todo es por ti, yo ya no estaré más contigo y no quiero que quedes desprotegido, por eso lo hicimos y lo lamento pero no hay vuelta atrás –Hiroki intenta alejar su mano pero ella no le deja- perdóname por no tomar en cuenta tu opinión al respecto

-está bien mamá, yo lamento no haberlo tomado de buena manera, pero daré lo mejor de mí para no decepcionarlos

-Hiroki prométeme que harás caso a tu padre en todo y a tus hermanos también, ya que ellos velarán por ti desde ahora –apenas se la podía oír-

-pero yo no quiero que te vayas snif, snif –solloza con más intensidad-

-entiéndelo! –le reta con sus últimas fuerzas y lo mira muy seria- no es que yo quiera irme… ahora promete que lo harás!

-es… snif, ta bien, lo prometo… -secándose las lágrimas con su mano libre-

-gracias mi amor, -sonríe satisfecha- ahora estoy más tranquila… perdóname Hiroki, perdóname por irme y dejarte, te amo mi querido hijo… -diciendo esto último sus ojos se cerraban lentamente y la mano que sujetaba la de su hijo pierde fuerza, lo cual es notado de inmediato por el menor que con todo el dolor de su alma vio partir a su querida madre al lugar donde su padre la esperaba…

 


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