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La gran ola de Kanagawa por Bill Dean

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Notas del capitulo:

Buenas, buenas, lleve su capitulo pitero. 

Es la cuarta parte de la carta, aunque la verdad en este punto es confuso como la mente de Kou, aunque no profundicé mucho en ello porque para el Kouyou que está escribiendo la carta esa época no fue tan buena así que lo ha bloqueado, fue una perdida de identidad que no desea recordar bien, sólo sabe que no quiere volver a pasar por lo mismo. 

Aunque al principio sólo relata uno de esos días en que no siempre iban bien las cosas con los demás.

Al final de cuentas espero les resulte agradable, no es como que una cosa genial. 

Demonios, justo ahora me acabo de enojar mucho… bueno la verdad es que no, de hecho acabo de recordar gente patética que nos rodeaba, gente estúpida que trataba de hacernos cambiar a base insultos, como si los insultos hicieran desaparecer nuestros sentimientos o que nos hicieran sentir mal, espera ¡Tú te largaste por cosas como estas!

No puedo evitar odiarte a veces.

Te rendiste después de poner tantas veces un escudo que nos defendía; jurando que no estábamos mal.

— Son tan patéticos, se toman de la mano, puede que muchos los acepten o sean tan compasivos que no demuestren su repudio, el mundo no necesita de gusanos como ustedes, plagas que deben ser exterminadas—  Hiroki  llevaba cerca de dos minutos insultándonos, al principio me dio igual pero al escucharlo decir "puede que muchos los acepten o sean tan compasivos que no demuestren su repudio" hizo que me estremeciera y sentí tus dedos titubear entre los míos—  Me da asco el imaginarme ser amigo de gente igual a "ustedes".

— ¿Incluso si es comida? Si es preparada por alguien como “nosotros”, digo—  cuestionaste riendo.

—  No es gracioso, me daría incluso más asco, cuántos hombres contagiados habrá tocado perversamente, cuantas vergas no habrán pasado por ellas y en su boca, comer algo hecho y probado por ellos sería repugnante, primero muerto —  su cara se torció en una horrible mueca.

—  Entonces no comerás lo que un hombre heterosexual cocine porque  ha tocado muchas vaginas y una mujer demasiados penes, es una pena, morirás de hambre amigo—  volviste a reír.

—  No soy tu amigo, es diferente una mujer puede tocar un pene porque es natural y un hombre una vagina que también es natural, ustedes no lo son.

— Y tú tampoco eres un insulto para el mundo, te aseguro que nos envidias porque quisieras tener dicho placer, pero eres tan horrible que nadie te lo quiere dar.

— No soy un marica, prefiero no tener nada a que me la mame un nauseabundo marica y menos metérsela.

— Que nauseabundo eres tú. — Esa cara tuya estaba tan neutra, tenías una sonrisa similar a las que solías mostrar cuando andabas por la vida, sin embargo te conocía y estabas a nada de romperle la cara.    

— No deberían si quiera tener una manera de llamarlos "homosexuales" ¿qué clase de palabra es esa?

 

Fíjate que tienes razón, solo somos hombres y mujeres, seres humanos que sienten ni siquiera debería existir una clasificación, sin embargo entiendo que se refiere a la sexualidad, así que me parece bien si es tratado con respeto, hombres que aman mujeres, mujeres que aman mujeres, hombres que aman hombres, personas que aman personas… sobre los sentimientos no se manda. — tu mirada fue como un rayo que partía lo que miraba y el chico no se daba cuenta, sólo hablaba y hablaba hasta romper los huevos de paciencia.

 

— No son sentimientos, solo son cerdos que buscan experimentar con el placer, deberían matarlos a todos —  me molesté al escuchar su manera de arrastrar las palabras, el odio en ellas.                       

—  Acércate por favor, te diré un secreto—  jalando del cuello de la playera susurré—  puedes irte mucho a la mierda —  escupí con fuerza dentro de su oreja.   

—  ¡Maldito hijo de puta! —  gritó intentando lanzarme un puñetazo, su cara fue atravesada por un guantazo tuyo.

— Su mamá no es puta y tú eres un cabrón—  la cólera sobresalía en motas rojas sobre tu  rostro —  te conviene largarte.

—  ¡Son una bola de maricas!, infectan el mundo — gritaba presionando su mandíbula de color rojo por el golpe. 

—  ¿Maricas? el único marica eres tú, ignorante y fuera de lugar ¿te importamos tanto?—  tiré de tu playera antes de que cometieras una imprudencia.

—  ¿Importarme? ¿Por qué me importaría gente enferma como ustedes? me dan asco. — recalcaba tanto eso que comenzó a darme risa, era como si se rechazara a él mismo, la verdad es que al final siempre fue igual de homofóbico.

—  Entonces lárgate si te damos asco. — Cuanto te enojabas podía decir que me daba algo de miedo, juraba que si era yo quien te hacía enojar sólo tu cariño haría que te detuvieras de meterme un golpe.  

Hiroki  se fue con la mirada furibunda, hablador y cobarde igual que siempre, no parabas de negar con la cabeza jalando de tus cabellos, fruncí los labios un poco agobiado, no era la primera ocasión en la que se nos insultaba, a veces me resultaba difícil de ignorar, a ti nunca te importo demasiado, sin embargo  ese día parecías muy afectado.

—  Odio esto, puedo fingir que no me importa y quiero hacerlo, ¿has visto la rabia en su cara? intentó golpearte es un bocón pero los otros no, me da miedo que un día te hagan daño, sé que no te dejaras pero  ¿Y si son demasiados? ¿Y si no estoy a tu lado?, me preocupas tú, me preocupa que nos lastimen– – hablaste en un tono cansado y frustrado—  me da miedo que sea cierto, que en realidad no nos apoyen sino que tengan lastima.

— Es su problema si fingen aceptarnos, yo también temo eso sin embargo me di cuenta que personas como Hiroki  sólo quieren que seamos cobardes. No fingiré que no lo detesto, todas las personas estamos expuestas al peligro, no soy alguien débil intentaré protegerme tanto como tú a mí, tanto como yo te quiero proteger. No podemos permitir que una sociedad cerrada nos consuma, no podemos dejarlos, no debemos tener miedo, no hay que enojarnos—  sonreí algo malicioso—  vamos a destruir sus culos e ideales—  devolviste la sonrisa, tome tu mano y la llevé a un solo lugar—  no es necesario escondernos pero hay cosas que son solo nuestras.

— Cosas que nadie tiene derecho a conocer —  reíste sobre mis labios para dar paso a suaves roces.               

Fue uno de las pocas veces que te vi molesto por el rechazo por parte de gente homofóbica, siempre trato de evitar esa clase de personas, las ignoro, no es nada fácil aunque yo no lo quiera muchas veces son tan filosas como dagas, debo agradecer a las personas que me apoyan, desearía que los demás también tengan quien esté con ellos, si uno se encuentra abandonado en la sociedad igual a una selva oscura, terminas cerca de la derrota o caes en ella. 

Era graciosa la manera en que Hiroki  me jodió después de que te fuiste, me he dado cuenta de que a veces me lo topaba a propósito lo ocupaba como uno de los tantos motivos para deprimirme, no miento al decir que me daban risa sus insultos carentes de ofensa verdadera e insulsos en vocabulario, una monotonía vivía en su boca, sin embargo el solía repetir “Lo sabía, algo tan nefasto no dura para siempre y fuiste un ignorante por creer que te quiso, se los dije, estaban experimentado con el placer, él quería probar y lo hizo, no le gusto por eso te dejo, crédulo” y mil veces lo mismo, mil veces lo pensé, mil veces recordé, mil veces tu voz resonaba “también deseo estar con una chica… “, “cuando guardas silencio pareces ocultarme secretos y me haces desear descubrirlos”, “te diría cada sentimiento en mi interior más nunca terminaría”, “te amo, te amo como las estrellas al universo, las estrellas nunca dejan el universo, están por siempre en él hasta la muerte”, “voy y vengo, vas y vienes, al final eres lo único que espero desde el inicio hasta el final” tantas palabras poco vanas dichas por un sentimiento engañoso, nadie se salva de él, nadie se salva de la confusión; preferí encerrarme en el sufrimiento antes que salir, decidí vivir en el pasado donde siempre serás emperador, un emperador que no imagino nunca que podía regir.                

Una parte oscura de mi vida, una parte de mi vida que me hizo un poco de lo que soy ahora.

 

Soy… sooooooooooooooooooooooooooy                  S O Y  SOY   SOY  SOY   SOY   SOY

S                                                                                                                 YO SOY

s   O                        y                       y                                                        O

        Y… ¿QUÉ SOY? SOY… SOY URUHA… no, soy… soy… Soy, no sé qué soy. ¿Soy?

¿Quién soy? ¿Qué soy? Soy… soy… no sé que soy… ¿qué soy?

 

Parado frente a un espejo vistiendo una falda rosa como un tutú, una blusa negra bonita que juega contra mi piel… pero está vacío, mi pecho está plano y comienzo a llorar, si no miras mi pecho puedes decir que soy una joven mujer adolescente,  por lo largo de la peluca, de un agradable castaño, y mi ropa, mis piernas, mis pies dentro de esos lindos zapatos de charol negro, piernas pálidas y lampiñas.

“¿No puedes tomarme así? Olvida que entre mis piernas no hay un pene y que mis pechos son planos, te haré sentir bien mientras creas que soy una peculiar mujer.” 

NO ME MIRES, NO ME MIRES Y LARGATE DE AQUÍ. 

Pero tú no estás. 

Mi cara es horrible, no vengas. 

“Sé que no puedo suplicarte más, pero sólo vivo para ti” ¿no dice eso una canción? Tómame de nuevo, por favor.

“¡Mírame! Incluso tengo más curvas.” Debajo de la negra blusa hay un delicado sostén negro de encaje, mi ropa interior es a juego, he puesto relleno en las copas vacías. ¡´TÓMAME DE NUEVO!

Rasguño mi pecho hasta que queda rojo, quito cada prenda hasta estar desnudo de nuevo y comenzar a llorar.

Maquillo mis ojos, mis labios, coloreo mis pómulos que hace mucho dejaron de sonrojarse, pinto mis cabellos de un tono negro cuando al fin ha crecido a los hombros, lo recojo en una coleta, visto un overol de falda, bailo en la oscuridad de mi habitación pensando en ti, sintiéndome mujer, muerdo mis labios cuando una de mis manos termina entre mis piernas.

Me acaricio tanto que comienzo a llorar lleno de culpa, de nuevo me doy cuenta que nunca seré la mujer que necesitas, me doy cuenta que pasó mucho tiempo y jamás llamaste.

Complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, complejos, c…

Me volví un maldito enfermo ¿cierto? No… te extrañaba tanto que me convencí de que era mi error, dejé de sentir amor y comencé a odiarte, pero tenía miedo de hacerlo así que me culpé, porque siempre era todo mi culpa, porque estaba lleno de complejos que a tu partida empeoraron, que tus palabras sembraron en mi mente hasta querer ser una linda chica, al final muchos decían que parecía una.

 

Pasaron muchos meses cuando dejé de intentar ser una linda niña, cuando dejé de esperar una llamada tuya y retomar poco a poco nuestra amistad, creo que fue un año y se volvió parte de mi querer arreglarme más, no como una mujer sino ser un poco queer, mis gustos por la música no cambiaron así que cuando salía a bailar o alguna fiesta iba inspirado en ellos, me dio seguridad mi nuevo estilo, me di cuenta que te seguía amando y que una parte de mi te odiaba, pero ¿era tu culpa lo dañado que quedé? O ¿era la mía por ser tan débil? Creo que un poco de ambas, la verdad era culpa de que te amara demasiado.

A partir de este punto decidí olvidarte, olvidar mis sentimientos y darme una oportunidad de vivir, a mis diecinueve años, casi terminando mi primer año de universidad decidí dejarte en mi pasado.

Notas finales:

Yo espero lo lea alguien y que les guste, eh. 

Creo que es interesante de alguna manera. 

Gracias por leer. 


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