Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡Quiero matar a mi jefe! por MistiIkki

[Reviews - 45]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis queridas lectoras


Como se los prometí, esta vez, no me volví a desaparecer. Les traigo el penúltimo capítulo de la historia, espero lo disfruten, aunque volverán a surgir, nuevamente, inconvenientes gracias a los malos entendidos...uyyyyyy.


Gracias por sus comentarios, me alegra saber lo que piensan acerca de la historia. Infinitamente mil gracias. Esta vez los pude contestar. Ahora las dejo con la lectura.

“CAPITULO NUEVE”

 

 

 

Era un día gris y la lluvia golpeaba en las ventanas, pero Jake se sentía como si brillase el sol. Al cabo de una semana Brenda habría vuelto y él podría estar con Ian sin que el trabajo tuviese nada que ver. Todo había ocurrido con mucha rapidez y lo había sorprendido con la guardia baja. Su capacidad de concentración se había resentido desde que apareció Ian. Sí, sin duda era positivo que el hermoso rubio se fuera a finales de la semana. Por no hablar de la infracción de las normas. Era la primera vez, durante toda su carrera profesional, en que se había encontrado en una situación así, no había podido cumplir una norma. Se rio al pensar en ello. Cuando era joven, todo el mundo habría esperado que fuese rebelde al tratarse de amor. En ese momento era mayor y se suponía que era más prudente, sin embargo, ahí estaba él, en un puesto de responsabilidad que debía ser ejemplo para los demás y comportándose como un chiquillo enamorado.

 

Ian interrumpió sus meditaciones. Lo llamaba por el interfono para decirle que Brenda estaba en la línea uno. Su buen humor desapareció al instante. No podía creer lo que acababa de oír. Brenda no pensaba volver, iba a empezar una nueva vida junto con su esposo. Jake se quedó mirando el teléfono sin entenderlo. ¿Qué iba a hacer? Llamó al departamento de Recursos Humanos y le dijeron que tardarían cerca de un mes en cubrir el puesto.

 

Jake llamó entonces a Sandra O´Neill.

 

--Voy a necesitar otro trabajador temporal durante un mes- le explicó lo que había pasado con Brenda.

 

--Bueno, pues estás de suerte. Había asignado otro trabajo para Ian, pero acabo de enterarme de que el cliente ha cambiado de planes. ¿Qué fechas necesitas exactamente?

 

Jake se revolvió en su butaca.

 

--Preferiría que me mandases a otro que no fuese Ian.

 

Se hizo un silencio y Jake se podía imaginar la sorpresa de Sandra.

 

--Creía que estabas contento con su rendimiento.

 

--Ha hecho un trabajo magnífico.

 

--No entiendo nada. Es la persona mejor preparada para ese puesto…ya lo sabes.

 

--Sí, lo sé, pero quiero otro empleado- no quería que Sandra se enterase que Ian no había cumplido con lo que disponía su agencia- Mi solicitud no tiene nada que ver con el rendimiento del señor MacLean. Ha representado muy bien a tu agencia y recibirá la bonificación que acordamos.

 

--Es un alivio oír eso- dijo Sandra con un suspiro.

 

--Espero que puedas mandarme a alguien en su lugar.

 

--Haré todo lo que pueda con el fin de encontrar un sustituto para Ian, pero no va a ser fácil. Te llamaré cuando tenga algo.

 

--De acuerdo- se intercambiaron algunas fórmulas de cortesía y colgó.

 

A Jake no le gustaba nada tener que hacer esa solicitud, pero quería poder ir a cenar con Ian sin hablar de trabajo. Ir a bailar sin preocuparse por si bailaban demasiado juntos. Besarlo sin temor a que los viera alguien de la oficina. Quería introducir el amor en su vida. La semana siguiente se lamentaría de tener que enseñar a un trabajador temporal nuevo, pero por lo menos esa noche habría cenado con Ian, habría hablado con él, lo habría tenido en sus brazos.

 

Al cabo de unos días podrían ser una pareja oficial. Lo celebrarían el sábado. Algunos de sus colegas se iban a reunir para celebrar las bodas de oro de uno de los clientes más importantes del despacho. Habían reservado un comedor privado en uno de los hoteles más elegantes de la ciudad.

 

Cuando Jake había recibido la invitación unas semanas atrás, había contestado que asistiría acompañado, con la idea de llevar a algunas de sus parejas con las que solía salir. Después de todo, dentro de su círculo social eran conocedores de su bisexualidad. Y en ese momento solo había una persona con la que quería entrar del brazo. Sonreía al pensarlo.

 

Sin embargo, pronto se le borró la sonrisa. Acababan de comunicarle que tenía que ir a Nueva York inmediatamente. Estaría fuera tres días, los últimos de Ian en la oficina. Pasó el resto de la mañana ocupado con algunos trabajos rutinarios. Justo antes de la hora de la comida, llamó Sandra.

 

--He encontrado a alguien- lo informó jovialmente.

 

--Te has dado prisa.

 

--Sí, bueno, no te puedo asegurar que vaya a ser tan eficiente como Ian, pero debería servir. Por cierto, te agradecería que antes de irte rellenaras el impreso de evaluación del trabajo de Ian y me lo mandases.

 

--Desde luego.

 

Colgó y se puso a buscar el impreso amarillo que le había dado Sandra con el contrato. Lo encontró y lo rellenó con las calificaciones más altas. En ese momento, Ian llamó a la puerta.

 

--Son urgentes- dijo el rubio mientras dejaba unos documentos legales sobre la mesa.

 

Los echó una ojeada mientras le explicaba el viaje a Nueva York y le daba algunas instrucciones.

 

--¿Cuándo vuelves?- preguntó el esbelto rubio.

 

--Espero volver el viernes por la noche, pero a lo mejor tengo que quedarme hasta el sábado por la mañana. No te habrás olvidado de que tenemos una cita, ¿verdad?

 

--¿Sigue en pie?

 

Ian estaba junto a la butaca de Jake; este lo agarró y lo sentó sobre sus rodillas.

 

--No he podido evitarlo- dijo con una sonrisa traviesa- Por supuesto que sigue en pie. Quiero presumir delante de mis amigos. Va a ser una noche muy especial.

 

Lo besó y el rubio se levantó.

 

--Por cierto…

 

--¿Qué?

 

--¿Te importa que el sábado nos encontremos directamente en el hotel? Tengo que hacer unos cuantos recados y me será más fácil ir al hotel que volver a casa para que me recojas.

 

El pelinegro lo tomó de la mano incapaz de resistir la tentación de tocarlo.

 

--Yo prefiero llevar a mis acompañantes de puerta a puerta, pero si para ti es más cómodo, tendré que hacer una excepción.

 

--Será más fácil- Ian se inclinó y lo besó- Gracias por ser tan comprensivo. ¿Quedamos en el vestíbulo?

 

Acordaron una hora y, antes de que Ian se fuera, Jake lo advirtió.

 

--No te vas a librar de que te lleve a casa, ¿entiendes?- Ian se giró para salir- ¡Espera!- el rubio se volvió y lo miró con una inocencia que le hizo comprender por qué era tan distinto a las demás parejas que había conocido.

 

--¿Necesitas algo?- contestó mecánicamente.

 

--No- Jake se levantó y se acercó a él- Como no voy a estar cuando dejes la oficina, quiero que sepas que has hecho un trabajo excelente. Sandra tenía razón, eres el mejor.

 

Ian sonrió.

 

--Vaya, gracias, señor Campbell. Solo cumplí con mi obligación.

 

--Se te recompensará por ello- prometió Jake con una sonrisa provocadora- El sábado por la noche comprobarás lo agradecido que estoy.

 

--Lo esperaré con ansiedad. ¿Puedo hacer algo más antes de que te vayas?

 

--Dile a Alicia que quiero verla, por favor. Ah, otra cosa, tómate la tarde del viernes libre, te lo has ganado.

 

Alicia llamó a la puerta justo cuando Ian iba a salir. Ambos se cruzaron y se intercambiaron saludos.

 

--¿Has visto los impresos fiscales que te mandé esta mañana?- preguntó Alicia.

 

--Sí, tómalos y cúrsalos- él le entregó un montón de papeles.

 

Pero no se había dado cuenta de que entre esos papeles iba un impreso amarillo de “A su Servicio Temporal”. Se enteró cuando pasó junto a la mesa de Alicia al salir de su despacho.

 

--Jake, esto estaba entre los impresos fiscales. Es un formulario de evaluación de “A su Servicio Temporal”.

 

--Quería mandarlo por correo esta mañana, ¿te podrías ocupar tú?

 

--Claro. Me imagino que es de Ian MacLean, ¿no?

 

--Sí- Jake frunció el ceño- Creí que había puesto su nombre.

 

Iba acoger el impreso, pero Alicia se adelantó.

 

--No te preocupes, yo pondré el nombre.

 

Jake miró el reloj y se dio cuenta de que iba retrasado. Le dio las gracias y salió corriendo hacia el ascensor sin acordarse de que había rellenado un impreso igual para el trabajador temporal que había precedido a Ian y que nunca lo había enviado.

 

 

 

***

 

 

Los últimos días de trabajo de Ian pasaron volando. Había encajado en la rutina de ser el ayudante de Jake y había comprendido que, aunque no se hubiese enamorado de él, lo consideraría igualmente un buen jefe. Se alegraba de no haber tirado la toalla cuando intentó despedirlo. Le habían gustado los retos que suponía trabajar en una sociedad de inversiones y le había gustado Jake.

 

Mientras ordenaba su mesa dejó unas cuantas notas para Brenda, entre las que había una con su número de teléfono por si lo necesitaba para algo. Echó una última ojeada al despacho de Jake y se dirigió a ver a Sandra que le dijera cuál sería su próximo trabajo.

 

--¡Qué ilusión verte!- exclamó Sandra cuando lo vio entrar.

 

Ian sonrió.

 

--Da gusto que te reciban así.

 

--Siéntate. Estás tan solicitado…ojalá el resto del personal fuese la mitad de requerido.

 

--Hago lo que puedo. ¿Qué me toca ahora?

 

--Veamos- dijo Sandra mientras revolvía un montón de papeles- Tengo un contador que necesita a alguien con experiencia en hojas de cálculo.

 

--Ese soy yo.

 

--Por desgracia no paga tan bien como el trabajo que acabas de hacer- dijo la mujer mirándolo por encima de las gafas.

 

Ian suspiró.

 

--Todo lo bueno tiene un final.

 

Sandra se quitó las gafas y se inclinó sobre la mesa apoyada en los codos.

 

--¿Quieres hablar de eso?

 

Ian frunció el ceño.

 

--¿Hablar de qué, Sandra?

 

Por primera vez desde que lo conocía era Sandra la que estaba incómoda, no paraba de jugar con los lápices y los papeles que había sobre su mesa. Una expresión seria había sustituido a su jovialidad característica.

 

--¿Has tenido algún problema con Jake Campbell?

 

--Llegué tarde un par de veces, pero cuando se lo expliqué, Jake…bueno el señor Campbell, lo comprendió. En términos generales parecía contento con mi trabajo.

 

--Pero llegaste algunas veces.

 

--Sí, pero lo recuperé- replicó Ian rápidamente- ¿Se ha quejado de mi trabajo?

 

--No a mí personalmente…

 

--Pero…Sandra, hay algo que te preocupa. ¿Qué ocurre?

 

Sandra abrió un cajón de la mesa y sacó un papel amarillo.

 

--Ha llegado esta mañana- se lo pasó a Ian.

 

Ian sabía lo que era sin necesidad de preguntar. Era un formulario de evaluación. Todos los empleadores rellenaban uno cuando terminaba el trabajo de un empleado temporal. Había visto docenas de ellos, todos alabando su trabajo. Se dirigió a la página de calificación. No era halagadora, sino todo lo contrario. La palabra incompetente se repetía varias veces, pero lo que atenazó su estómago fue ver la firma de Jake al final del documento.

 

--No entiendo nada. Estaba muy satisfecho con mi trabajo, me lo dijo él mismo.

 

--¿Entonces no sabes por qué ha escrito esta evaluación?

 

--No- estaba a punto de explotar de coraje- Sabes cómo trabajo. Nunca me han evaluado de esta forma, tiene que ser un error.

 

--Tu nombre está en la cabecera y él lo firma- dijo Sandra con tranquilidad.

 

Ian comprobó que su nombre estaba en la cabecera y que Jake lo firmaba. Era como revivir el pasado. Había hecho lo mismo que cinco años atrás, lo había evaluado negativamente. Lo peor era que esta vez, además, había entrado en su vida personal. Le había hecho promesas y dado esperanzas…para apuñalarlo por la espalda. Y no sabía el por qué.

 

--Debería de haber sospechado algo cuando me dijo que no te quería para las cuatro semanas siguientes- continuó Sandra.

 

La cara de Ian se desencajó.

 

--Pero…su ayudante de siempre vuelve el lunes.

 

--Ah, ¿no te lo ha dicho?- el rostro de Sandra reflejaba lástima.

 

--Decirme, ¿qué?

 

--Su ayudante ha dejado el puesto. Jake me llamó para pedirme otro trabajador temporal hasta que encontrase alguno permanente.

 

--¿Cómo dices? ¿Estás segura?

 

Sandra le enseñó otra hoja de papel.

 

--Esta es la solicitud.

 

De repente, Ian lo comprendió todo.

 

--No quería que me quedara, ¿verdad?- tragó saliva intentando disimular cómo se sentía.

 

--Lo siento, Ian, pidió expresamente que no fueses tú. Pero no te preocupes, te encontraré otro trabajo en seguida.

 

A Ian no le preocupaba eso. Sentía un vacío terrible al comprobar que todo lo vivido durante ese tiempo había sido un engaño para humillarlo.

 

--Yo…yo…- a Ian no le salían las palabras- yo he hecho un buen trabajo, Sandra. Estoy seguro.

 

--Yo no lo dudo ni por un segundo. A veces hay conflictos de personalidad…

 

Ian casi estalla en una carcajada. ¿Conflictos? ¿Qué pensaría Sandra si conociese la verdad? Con tristeza comprendió que todo había sido mentira. Además de humillarlo, se sentía furioso. ¿Por qué no le dijo que Brenda dejaba el puesto? Para no tener que explicarle que no iba a dárselo a él, se respondió a sí mismo.

 

--Por lo menos has ganado un buen sueldo- prosiguió Sandra cambiando el tono.

 

--No me lo volverán a dar en ningún otro sitio- reconoció Ian.

 

--Desgraciadamente, no. Salvo que quieras trabajar por las noches.

 

--¿De tres a once?

 

--En realidad me refería al turno de noche, de once a siete de la mañana.

 

--¿Tienes trabajos para ese turno?

 

--Sí- se puso las gafas y empezó a buscar en el archivo- Es un banco del centro. Buscan a alguien con conocimientos de contabilidad, como tú. El puesto es para tres meses- le dijo la tarifa por hora y el extra por nocturnidad.

 

Ian hizo un cálculo mental de lo que podría ganar.

 

--Es más de lo que suelo ganar- dijo pensativo.

 

--Pero tendrías que ir en autobús por la noche. Si alguien te pudiese prestar un auto…Tienen aparcamiento con guardas de seguridad.

 

No podía permitirse un coche. Todavía estaba pagando el crédito que había pedido para la operación de Samanta. Volvió a enfurecerse. Cuatro semanas más en la oficina de Jake le habrían permitido pagar esa deuda. Pero una llamada telefónica y un informe negativo eran suficientes para tirar por tierra esa oportunidad.

 

--No me gusta que hagas ese turno, Ian- Sandra había adoptado un tono bastante maternal- Pensaba mandarte a una compañía de seguros cerca de tu casa. No pagan lo mismo, pero es un trabajo de día.

 

Ian se mordía el labio pensativamente.

 

--Prefiero el dinero. ¿Puedo pensármelo un poco? Quiero comentarlo con Emma para ver si podemos organizarnos.

 

--Claro. Llámame cuando hayas tomado una decisión.

 

 

 

Durante el resto de la tarde, Ian no estuvo pensando en el trabajo del banco. Se sentía traicionado. Como si su trabajo no hubiese servido para nada. Como si se hubiesen aprovechado de sus sentimientos, para pisotearlos después. Llegó a pensar que Jake se preocupaba por él, que entendía lo importante que era tener un trabajo bien renumerado. Intentó no pensar más sobre ese asunto. Tenía toda la tarde por delante y muchas cosas que hacer en el apartamento. Pero se tumbó, lloroso, en el sofá.

 

Así lo encontró Emma cuando llegó con Samanta y Richard. Ian se enjuagó los ojos con la mano para que no notaran que había estado llorando. Sin embargo, Emma y Richard se dieron cuenta de que había pasado algo.

 

Richard se llevó a Samanta a la cocina para cenar.

 

--¿Te pasa algo?- preguntó Emma en cuanto estuvieron solos.

 

--Me he quedado sin trabajo.

 

--Eso no es posible, Sandra te adora.

 

--No me refiero a la agencia- le explicó todo lo ocurrido con Jake.

 

--No tiene ningún sentido- dijo Emma tomándolo de la mano- ¿No me dijiste que mañana ibas con él a una cena?

 

Ian asintió con la cabeza.

 

--Iba. En este momento no iría ni a la vuelta de la esquina con él.

 

--¿Por qué iba a pedirte que lo acompañaras si sentía eso que dices?

 

Era algo que Ian tampoco podía comprender.

 

--Quizá pensaba que la evaluación no llegaría hasta la semana que viene.

 

--Eso no cuadra con el Jake que nos has presentado.

 

--Pero es así. Sabía cómo era cuando empecé a trabajar con él. Es frío y no tiene sentimientos, utiliza a la gente- dijo Ian con amargura.

 

Emma le pasó un brazo por los hombros intentando consolarlo.

 

--Sandra te conoce. No va a creerlo.

 

--¡No puedo creer que sea tan canalla! He trabajado como una mula…

 

--Chist…no llores. No merece le pena, es un desagradecido.

 

Ian se recompuso.

 

--No lloro por él. Lloro por la injusticia que supone. Si hubiese podido seguir otras cuatro semanas en su empresa, habría podido pagar las facturas del hospital.

 

--No te preocupes por las facturas de Samanta, Richard me ha dicho que nos ayudará a pagarlas.

 

Ian dejó de llorar y miró a su hermana con una sonrisa.

 

--¿Ha dicho eso?- Emma asintió con la cabeza- Es una gran persona. No lo pierdas.

 

--Es lo que me propongo- confirmó Emma con una sonrisa- Tú tienes que olvidarte de todo. Comprendo que te duela lo ocurrido, pero estoy segura de que no va a afectar a tu carrera.

 

--Tienes razón. He hablado con Sandra. Quería comentarlo contigo, se trata de un turno de noche.

 

Discutieron los pros y los contras del trabajo en el banco e Ian llegó a la conclusión de que podía ser el cambio que necesitaba.

 

--Una vez tomada la decisión, ¿qué piensas hacer mañana por la noche? Quizá debieses llamar a Jake y darle la oportunidad de que se explicase. A lo mejor hay un motivo para lo ocurrido.

 

--No tiene excusa. No pienso darle otra oportunidad para que me utilice. Me dio pie para que pensara que…- no pudo terminar la frase. No quería decirle a su hermana que se había enamorado tontamente de Jake Campbell- Es agua pasada. Si Richard y tú quieren salir mañana, yo me quedaré con Samanta. Por mí, Jake Campbell se puede irse al mismísimo infierno.

 

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Bueno, bueno, bueno. Tal parece que los malos entendidos abundan en esta historia ¿no? Jajajajaja. Pobre Ian, se siente utilizado y traicionado por el amor de su vida. Pero todas sabemos que no fue así, Jake no lo utilizó de esa manera tan rastrera como piensa Ian. ¿Qué hará nuestro apuesto Jake cuando se entere de todo esto???  No se lo vayan a perder el siguiente miércoles con el desenlace de la historia. Se agradecen sus comentarios infinitamente. Gracias por el apoyo ^_^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).