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De vacaciones en Alola por Imperial Queen

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Notas del capitulo:

¡Hola lectoras y lectores! Aquí de nuevo Imperial con un nuevo capítulo, espero lo disfruten nwn

Cualquier sugerencia o demás pueden escribírmelo uwu

– Oh no… – susurró horrorizado.

Green estaba viendo las paredes heladas, se dio la vuelta para encontrarse con Red, este dormía con una sonrisa de satisfacción, descansando apaciblemente. Como pudo se salió de su agarre y de la cama, con cautelosos movimientos tomó su ropa que estaba tirada. Se vistió en silencio, meditando sobre lo que había pasado, aún le dolía la cabeza, pero el mareo había desistido, se sentía estúpido, ¿cómo se había dejado seducir por Red? Le dolía su parte baja y se sentía sucio. Iba poco a poco recordando lo acontecido horas antes, como habían hecho el amor… Al menos para el castaño era hacer el amor. Bajó la mirada y se sentó en la cama, dándole la espalda al de ojos cafés.

Cerca de media hora más tarde, Red despertó, él no había tomado mucho, por lo que el dolor de cabeza era más que pasajero, frente a él veía a Green, sentado y vestido, pero dándole la espalda.

– ¿Green? – el aludido tembló sorprendido en respuesta.

Cuando volteó a encararle tenía rastros de haber llorado, no era notorio, pero lo conocía desde un largo tiempo, el castaño no dijo nada, solo le miraba sobre su hombro.

– ¿Por qué lloraste? – preguntó preocupado mientras se incorporaba para acercarse.

– Yo solo venía para hablar contigo y luego partir para no volverte a ver, pero hablé contigo y terminamos teniendo sexo – dijo para seguidamente suspirar.

– ¿Y es por eso que lloraste? – Green había dejado de verle, por lo que no podía ver su expresión.

– No, fue porque sé que ahora no puedo estar lejos de ti, que he vuelto a enamorarme y amarte… Pero sé que tengo que apartarme de tu lado… – dijo melancólico y triste.

– No, Green, no tomes decisiones tan drásticas y repentinas, aún podemos solucionarlo – dijo Red, no podía volverlo a perder.

– ¿Y cómo lo sabes? – preguntó desesperanzado.

– Porque por tomar decisiones así, alejé a la persona que más amaba durante 5 años – dijo para abrazarle fuertemente desde atrás.

Green quedó en silencio, realmente se sintió conmovido por aquellas palabras, más no podían empezar una relación amorosa de repente, han pasado 5 años y ambos han cambiado en muchos aspectos, tanto física como mentalmente, si Red quería algo con él deberían comenzar desde cero.

– Red, si tú quieres algo conmigo, debemos comenzar desde cero ¿de acuerdo? – dijo tratando de sonar lo más firme y autoritario que le permitía su estado de ánimo.

– Si es lo que tú deseas, estoy de acuerdo –

– Bueno, yo… tengo que irme – dijo quitando los brazos de su desnudo acompañante y levantándose de la cama. Se sentía feliz, Red había aceptado su propuesta, la esperanza se había sembrado en su corazón tras muchos años.

– ¿Qué? ¿A dónde vas? – preguntó mientras se levantaba de la cama ignorando el frío.

– El gimnasio de Viridian no puede estar solo durante mucho tiempo – dijo dándole la espalda, sin notar que Red se había levantado de la cama.

El castaño entonces se hincó para tomar su mochila y de ella sacó aquella pokéball rosa con nubes, sonrió con un leve sonrojo, pero eso cambió cuando al voltear hacia atrás, estaba Red desnudo frente a él, abrió los ojos asustado y rojo como un tomate soltó la pokéball para taparse la cara con sus manos, aún hincado, había visto el miembro del chico de cerca, demasiado para su gusto.

– ¡Ma-Maldición Red! ¿Qué no pudiste ponerte al menos unos bóxers antes? – se quejó totalmente avergonzado.

– ¿Eh? ¿Te incomoda? Pero si ambos somos chicos… –

– Pero no era necesario que casi me lo pegaras en la cara – se defendió aun tapándose.

– Bien, bien, me pondré unos bóxers – dijo riendo por lo bajo – no puedo creer que te de vergüenza verme desnudo, a mí no me avergonzaría verte desnudo, de hecho me gustaría – ronroneó juguetón.

– Cállate Red – dijo Green aparentando molestia, pero se notaba que sonreía por aquel cumplido aunque se tapara el rostro.

– Ya puedes ver – dijo Red a lo que se acercaba de nuevo.

Green retiró las manos de su rostro y bajó la mirada aun apenado, volvió a tomar la pokéball y se puso de pie, notó que Red ya era más alto que él, dejando de pensar en aquello, lo abrazó fuertemente, el campeón de Kanto correspondió, separándose se miraron a los ojos con una sonrisa, cuando Green interrumpió aquel silencio:

– Ten – dijo entregándole la pokéball – cuídala bien – mientras sonreía.

Red miró la pokéball sorprendido, y luego dirigió su mirada a su ex rival, se acercó a darle un beso en la mejilla, causando un tímido sonrojo en el más bajo.

– Verás que hay dentro cuando me vaya ¿sí? – preguntó mientras se alejaba de él e iba en busca de Jolteon, ya con sus zapatos y mochila puestos.

Green recorría nuevamente aquel frío sendero, con una sonrisa, vio a su pequeño inicial que estaba recostado en el otro extremo del pasillo y quién al escuchar los pasos de su entrenador corrió y saltó a sus brazos, lamiendo su mejilla.

– Yo también te extrañé Jolteon – dijo contento – ya nos vamos – dijo mientras su compañero se acomodaba en su hombro.

– ¿No pensarás irte sin despedir verdad? – preguntó divertido Red.

– Alguien tiene que ayudarme a encontrar la cima del monte – declaró sonriente.

Red solo sonrió y lo llevó de nuevo a las aguas termales, donde Pikachu subió a su hombro como de costumbre. Caminaron por un largo rato hasta que llegaron a la cima del monte, se miraron una vez más y se abrazaron por última vez, pero esta vez como si no quisieran separarse.

– Hasta luego perdedor – dijo con una enorme sonrisa.

Lanzando la pokéball de Aerodactyl, regresó a Jolteon que estaba jugando en la nieve con Pikachu y subió sobre aquel fósil, dando un par de palmadas en su cabeza emprendió vuelo, en ningún momento dejaron de verse hasta que estuvieron lo suficientemente lejos – A ciudad Viridian – ordenó mirando hacia adelante.

El entrenador del silencio quedó allí, viendo el cielo por unos minutos, aún con aquella pokéball que le había dado Green. Haciendo una seña indicó a Pikachu que entraran, se sentaron en el suelo frente al lago y llamó a sus demás pokémon. Como si supieran de qué se trataba se sentaron a su alrededor formando un círculo.

Red miró la pokéball un momento y la lanzó en el centro, mostrando un Eevee quien mirando a todos lados bostezó dulcemente para luego subir a su regazo y dar un par de lamidas en su mejilla. El chico sonrió por el gesto, sabía lo que significaba aquel regalo, era el Eevee que supuestamente le entregarían al iniciar su aventura, pero Green se lo había llevado antes y a él le tocó Pikachu, probablemente aquel Eevee era una cría del Jolteon del castaño.

Todos los pokémon de Red se acercaron curiosos, como si nunca hubiesen visto uno, Eevee por su parte se ganó el corazón de aquellos imponentes pokémon, no parecía tímido, ya que los trataba como si les conociera y al rato empezaron a jugar. El campeón sonrió y los dejó jugar, entró a su habitación pensando en Green, a decir verdad quería estar con él, se preguntaba que estaría haciendo en este momento a parte del vuelo hacia Viridian.

Mientras tanto en Viridian, Green acababa de llegar, se dirigió a su gimnasio, entró, yendo a una de las habitaciones que poseía. Se quedó allí hasta la noche. Aquella tarde no hubo muchos retadores, por lo que estuvo pensando en Red durante toda su estancia.

Notas finales:

Espero que les haya gustado! 

Como había mencionado antes, quería que en Alola, nuestro par de campeones empiecen de 0 con un equipo, claro, con Pikachu y Jolteon de iniciales 

¿Como ven?:3


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