Día 39: Descubiertos en la cama
Si por mi culpa alguien acaba con su vida, ¿eso me convierte en un asesino? Pensé en eso mientras caminaba rumbo a la casa de mi abuela.
Joaquín me señaló que si terminaba nuestra relación, él se suicidaría. Y eso, es algo que no podría perdonarme jamás.
Llegué con mucha pena, tanta que no podía hablar, se había formado un nudo en mi garganta y si intentaba hablar, saldrían llantos en vez de palabras. Por eso, preferí ir directo hasta mi habitación y lanzarme contra la cama.
-¡Ouch! Recuerda que esta no es solo tu pieza - gritó Rafael.
Ya era de noche y la habitación estaba oscura, por lo que no pude percatarme que estaba recostado sobre el colchón.
-Lo siento... - es todo lo que pude decir antes de llorar explosivamente.
-¿Qué te sucedió? ¿Por qué estás llorando? -
El rubio no sabía qué hacer, estaba a mi lado en el catre, apenas veía a través de la luz de la luna que se colaba por la ventana. Me sentía llorar y suponía que debía ser algo grave, porque no pude contenerme.
-¿Te hizo algo Joaquín? -
-¡No! Nunca me haría daño - grité como si quisiera esconder la verdad.
-¿Entonces que te tiene tan apenado? -
-Es que... Es que... Llegué a la conclusión que quiero terminar mi relación con él, tan solo que... Que... Me dijo que si lo hacía... Iba a matarse- y lloré explosivamente otra vez.
-Menos mal que no te hizo nada... - me dio palmaditas en la espalda. Entendí su sarcasmo.
-Soy yo quien le hace sufrir, quien le dio esperanzas, quien le ilusionó y ahora le rompo el corazón -
-Te está chantajeando, está apelando a tu buen corazón para que te de lástima y sigas a su lado, pero si es tan cobarde como para amenazarte con eso, dudo mucho que se suicide... No le darían los huevos -
Pude notar que Rafael estaba enfadado, la reacción contraria a lo que a mí me había sucedido.
-¿Y si lo hace? Nunca me podría perdonar eso -
-No lo hará, y aunque así fuera, es su decisión, tú no le clavarás el cuchillo -
-Eres muy cruel -
-Claro que no, solo me preocupo por ti -
-¿Por mí? ¿Por qué? -
Suspiró profundo ante mi estupidez.
-Ya te he dicho que te amo, y por eso quiero que seas feliz. Y sé que al lado de ese cretino no lo serás nunca. Solo puedes estar a mi lado, soy yo el único al que puedes amar -
Y el llanto terminó, la confianza en esas palabras lograron calmarme. Al instante, sin siquiera pensarlo, besé al rubio, como si me hubiera hipnotizado.
-Solo te puedo amar a ti - susurré entre besos.
-Y yo a ti - recibí como respuesta.
Esa noche dormí bien, porque nos quedamos dormidos abrazados. Sentir su calor, el latir de su corazón y su respiración muriendo en mi cuello me reconfortaron. Nunca antes había dormido tan bien.
La noche fue perfecta, tan solo que al amanecer...
-¡¿Qué significa esto?! -
Desperté con un grito estridente que se coló por cada rincón de aquella pequeña casa de campo.
Salté del susto y me incorporé de inmediato, por suerte no tuve un infarto.
Mi abuela estaba viéndonos dormir abrazados, y eso le espantó más que encontrar a mi mamá con un pene en la boca cuando tenía quince. Según ella me relata.
-Ah, lo que sucede es que a Pablo le gustan los hombres y a mi hermano también, aunque le van las mujeres igual, lo que sí no sé es si ha tenido sexo antes - Olivia respondió al grito de doña María.
-Lo que me faltaba. Tengo una hija maraca y un nieto maricón... Pero claro, ¿cómo no iba a salir desviado si tiene una madre como Carmen? -
-Él salió así y punto, nadie lo convirtió ni le convenció de nada. Así que lo aceptas o pierdes al único nieto que vas a tener en tu perra vida - mi mamá salió al rescate, por fin.
-Yo no voy a aceptar estas desviaciones bajo mi propio techo -
-Las va a tener que aceptar porque amo a Pablo y no me voy a contener - Rafael fue desafiante.
-¡Niño malcriado! - se enfadó tanto la anciana, que corrió hasta el rubio para poder golpearlo con la chancla que se sacó rápidamente del pie derecho.
El rubio huyó de su golpe letal, mientras ella se volvía azul y morada. No le persiguió mucho, se cansó tan solo al dar unos cuantos pasos.
-¡Me van a matar! Eso es lo que quieren, para poder quedarse con todas mis cosas -
-Claro, como si fuera tanto lo que tienes. Si tengo más tierra entre mis dedos - Carmen no paraba de atacar.
-Si hay algo que aprendí contigo, hija malagradecida, es que por más que intente enderezar un árbol torcido, siempre va a seguir el rumbo que se propuso y morirá chueco. Así es que hagan lo que quieran, pero follaciones en mi casa no. Que este hogar es católica y no voy a permitir que Pablo le meta el pico a Rafael bajo este techo -
-Creo que es al revés, mi hermano le pondrá la polla a su nieto - nuevamente Olivia entregando su valioso aporte.
-¡Maricón y además muerde almohadas! Lo que me faltaba... - se fue la vieja murmurando.
-Estuvimos cerca... Para la otra no la cuento - se reía el rubio.
-Eso fue horrible, casi matamos a mi abuela - me lamentaba.
-Siempre tan llorón. Ojalá me hubiera dejado dormir con algún novio a tu edad. Tú si que tienes suerte - Carmen como siempre, pensando en otras cosas.
-Lo bueno, es que ante los ojos de la señora María, yo soy tu novio y no ese estúpido de Joaquín -
-Sí, eso nunca lo entendí. Se supone que te gustaba el negrito feo de tu amigo, después resulta que estabas interesado en Rafael y finalmente te quedaste con un tal Joaquín. ¿A quién amas al final? Ni siquiera yo cuando era virgen tenía tantos pretendientes - mi mamá no entiende nada.
-Es una larga historia. Lo único importante es que a quien realmente amo es a Rafael, y solo con él quiero estar-
-¿Eso significa que sí vas a terminar con tu novio? - el rubio se sorprendió.
-Sí, aunque me amenace, no puedo seguir ocultando lo que realmente quiero -
Y esta vez, seré tajante.