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¡Pobre! por jotaceh

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Día 94: El rescate

 

¿Qué debería sentir en una situación así? Por una parte, volvía a ver al hombre a quien amo, a quien siempre he amado, pero por otra, él estaba amarrado a una cama por quien supuse se había convertido en mi amigo. ¿Cómo llegamos a esto, Ruka?

Me quedé congelado un par de minutos, mientras el chino salía del baño y se enteraba que había sido descubierto. Enfadado porque se le había terminado el juego de la viuda negra, corrió hasta la cama con la única intención de bajarle los pantalones a Rafael.

-¡Ya te dije que no me gustas! ¡No voy a tener sexo contigo, aunque sea por piedad! -gritó el rubio, mientras era ultrajado.

-Si la mecánica es la misma. Tú lo paras y yo hago el resto… ¿Por qué eres tan malo con tu prójimo? –

En realidad, el japonés estaba mal, pero como era a mi onvre al que quería montar, tuve que hacer lo que cualquiera hace en mi lugar. Tomé el florero que estaba sobre su escritorio y se lo reventé en la cabeza para que dejara de molestar. Accidentalmente, el chico se desmayó. Ni que le hubiera golpeado con una piedra, estos asiáticos sí que son débiles.

-Gracias, Pablo…-e interpretando el papel de la princesa secuestrada, esta noche tenemos a Rafael Eguiguren.

Volteé a Ruka para que se recuperara sobre la cama, pero lejos del rubio, a quien desaté de inmediato. Cuando se pudo parar, lo primero que hizo fue… ir al baño porque estaba que se hacía. Sí, los encuentros románticos en este tipo de situaciones supongo que son mentira. Nada de un beso a su exnovio que le rescató, ni unas palabras de aliento o un discurso motivador. No, señores, solo fue directo al baño a estar media hora sobre el inodoro haciendo quizás qué, y luego, el muy pretencioso se tomó una ducha, ni que a mí me molestaran los olores. Pensé que me conocías mejor, Rafaelito, me desilusionas bastante.

-Pensé que te ibas a quedar a dormir ahí adentro…-le dije ofuscado cuando salió recién bañadito.

-Estuve cerca de dos semanas atado a esa cama, necesitaba bañarme y hacer otras cosas –

-¿Dos semanas? ¡Te fuiste hace meses! ¿Dónde estabas? -y se me salió todo lo tóxico.

Respiró profundo antes de responder.

-No podía soportar lo que sucedió con mi mamá y me enfadó mucho que le dijeras a mi papá, que me recomendaras que me fuera con él en vez de querer quedarte a mi lado cuando más te necesitaba, pero me arrepentí de inmediato cuando llegué a la ciudad… Conociendo a mi papá, tuve que prever que solo había ido por nosotros para aprovecharse. Así casi me vendió como un trozo de carne a la familia de Ruka, tan solo que no le ayudé y me rehusé a seguir con su plan. Por suerte me quedaba poco para ser mayor de edad, así que esperé esa fecha para tomar mis cosas e irme de su casa –

-Ya, pero eso sucedió hace meses… ¿tanto se demoró el bus desde la ciudad hasta El Sauce?... Además, ¿qué pasó con Olivia? ¿Me vas a decir que la dejaste sola? –

-Pablo, todo es más complicado de lo que crees… El sujeto ése no esperó ni una semana para internar a Olivia en un centro de salud mental, y como él es el tutor legal, es el único que puede autorizar su salida. Estaba desesperado, así que intenté sacarla a escondidas una noche, pero me descubrieron y terminé en la cárcel. No era algo grave, pero estuve dos meses en prisión. Antes de entrar, te escribí la carta para tu cumpleaños. Así que cuando salí, me vine de inmediato al pueblo, pero… Me daba vergüenza que me vieras destruido, adelgacé mucho estando tras las rejas y además soy más pobre a como me fui, no he logrado nada y por eso le pedí refugio a la única persona que podía ayudarme en ese momento: Ruka. Y todo estuvo bien los primeros días, pero después él se enteró que Cristián estaba enamorado de Emilia, y como parece que estaba interesado en el feo, se desquitó conmigo y me amarró a la cama. Hasta hoy, que me salvaste…-

-Ok, toma un poco de agua porque me hablaste mucho…-le di un vaso, con la excusa de intentar procesar toda la información que me había comunicado.

-Lo siento… tuve que acudir a ti desde un principio, pero…-

-No digas nada… Lo único que importa ahora es que estás a mi lado…-y las dudas, las malditas dudas volvieron a cruzarse en mi camino. -A mi lado como… amigo… porque supongo que después de tanto tiempo, ya no me debes amar…- bajé la mirada, de forma dramática, ojalá haya visto la internalización del sentimiento.

-¿Crees que podría olvidarme de ti? ¿Y eso por qué? ¿Acaso tú sí pudiste olvidarme con ese tal Roberto? -estúpido chino, le contó todo.

-No, nunca pude sacarte de mi cabeza, nadie se comparaba a ti… pero tú, puedes conseguir a cualquiera, si eres perfecto…-

-Sácate eso de la cabeza, siempre he tenido solo a una persona en mi corazón y ése eres tú –

Y ahora sí, en ese momento me besó de una forma tan apasionada que olvidé todos los besos que me di hasta el momento. Menos el de Cristián, porque ese me traumó de por vida.

La cosa es que nos abrazamos por mucho tiempo como si quisiéramos recuperar el tiempo perdido. Recordé el calor que emana su cuerpo, aunque ahora estuviera más flaquito, el tacto era el mismo, y mi corazón se aceleraba de la misma forma. Y en ese instante agradecí que se haya duchado, porque olía a bebé.

-Te amo… necesitaba tenerte cerca, recién ahora puedo sentirme bien. Desde que me fui que no he tenido ni un segundo de tranquilidad –

-Yo también te amo, Rafael, creo que nunca podría olvidarte… aunque si se me declara Henry Cavill creo que tendría un grave dilema –

-Es que estoy tan solo…-escuchamos un quejido y recordamos que había alguien más.

-No te preocupes, que vas a conocer a hartos hombres interesantes cuando te vayas a la cárcel por secuestro -respondí amenazante.

-¿Qué? ¡No! ¡Por favor no! Les prometo que no iba a durar mucho, es que me encontraron justo en una crisis existencial, pero he cambiado, les juro que he cambiado…- Ruka se arrodilló delante de nosotros para suplicar piedad.

-Ok, no te denunciaremos, pero tendrás que hacer algo a cambio…-

-¿No debería decidir yo eso? Porque soy el secuestrado -alegó Rafael.

-Calla, que se me acaba de ocurrir una idea para sacar a Olivia de ese centro… ¡Ruka! ¡Saca la billetera! -

 


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