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Corre Noah, corre. por Neko_san

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

... Bueno, primero que todo quería disculparme por mí ausencia estas últimas semanas; fueron por motivos personales :/, ¡pero ya me he recuperado y he traído un nuevo capítulo! 

¡Espero que lo disfruten!

5.

 

Por mis oídos entran unos murmullos. Pero no sé exactamente de que están discutiendo, en voz baja, estas personas que no logro ver pues, ahora mismo creo que estoy inconsciente.

 

Estoy perdido en algún lugar que trato de descubrir. Mis dedos rozan una tela; no estoy en el baño. Lo último que recuerdo es ver a Mica entrar a donde estaba yo. Luego de eso, mi memoria deja de funcionar.

 

Me levanto poco a poco de mi lugar, logro ver que estoy reposando en una camilla. En la misma camilla de la enfermería en la que me había recostado hace unos días. Efectivamente una vez que abro bien mis ojos veo que me encuentro en el lugar que supuse. Doy un paso, pero todo el mundo gira a mí alrededor.

 

–Noah, no te muevas mucho. –Alguien me atrapa evitando que cayese hacia el suelo. Veo unas manos blancas, como la leche. –Toma asiento. –Reconozco esa voz: es Mica. Las imágenes ahora vienen con más claridad violentamente hacia mi cabeza, lo suficiente como para espabilarme y caer del todo en el mundo que había dado un giro de 360 grados en mi vida.

 

– ¿Qué me pasó? –Pregunto y la enfermera responde por él.

 

–Se te bajó la presión. Te has quedado inconsciente unos cuantos minutos. –Observo como tiene un teléfono entre sus manos llevados hacia su oreja izquierda. Algo me dice que debo intervenir.

 

– ¿A quién está llamando?

 

–A tus padres.

 

– ¡No! –Grito y sin podérmelo creer ni siquiera yo, cuelgo el teléfono interrumpiendo la llamada. La enfermera me ve sorprendida. –M-Mis padres están trabajando. –Me excuso.

 

Y en realidad, no estoy mintiendo. Mis padres trabajan jornada completa, solo tenemos tiempo para el desayuno y la cena. Y, sé que si los llama ellos se van a preocupar y debo impedir que eso ocurra. No les puedo decir que alguien por ahí tiene unas fotos explicitas de mí. Más allá de cuestionarme: « ¿Qué pensarán sobre mí? » O « ¿Cómo es que su hijo fue capaz de enviarle a un desconocido fotos vulgares? », debo ocupar toda mi atención en que no se divulguen. De lo contrario eso significaría muy grave no solo para mí, sino que también afectaría al empleo de mis padres; en todo lo que se esforzaron por llegar donde están y por todo lo que me han dado. No puedo destruir lo que son y construyeron.

 

–Debo regresar a clases. –Me levanto de la camilla con más equilibro e intento salir lo más rápido de allí.

 

–No puedes, estás mal. –Sé que estoy mal, enfermera. Pero aun esta condición opto por quedarme aquí. –El protocolo así lo dice; no puedes quedarte aquí. Debo llamar a algún otro familiar o llevarte al hospital para un mejor tratamiento.

 

Eso es lo último que quiero; Llevarme al hospital igualmente se requeriría de llamar a mis padres; ¿familiares? Están en el norte, nosotros nos mudamos aquí poco después de mi nacimiento. No tenemos a nadie en este lugar. Me llega a la mente James o Simón, pero no me convence del todo esa idea.

 

Luego recuerdo que el estar solo en casa sería una buena oportunidad para “esa persona “para acecharme. Sería presa fácil. ¿Qué tal si se aparece? ¿Alguien escuchará mis gritos desesperados? ¿La policía llegará a tiempo? No, es la respuesta para esas dos preguntas que dependen mi vida. Y si nos imaginamos que milagrosamente eso ocurre, para entonces, yo estaré sin vida. Si eso es lo que quiere de mí.

 

No pretendo seguir aquí, nada me va a hacer cambiar de parecer.

 

Salgo por la puerta y me dirijo a mí salón. Aun en el camino puedo escuchar sus voces intentando detenerme, pero trato de moverme lo más equilibrado y sereno que puedo para demostrar que realmente estoy bien.

 

Al entrar el señor Foster, profesor de Química, tiene el rostro tan rojo como un tomate. Su mirada está en dirección hacia el grupo de Rory, pero se da la vuelta apenas me ve. Me disculpo por el retraso y, me da pena tener que pedir que me deje ingresar a estas alturas; él es el profesor más amable que tenemos en el colegio y, por esa cualidad, todos parecen tomarle el pelo, al hacer esto siento que hago lo mismo. Él da un largo suspiro y me permite entrar.

 

El señor Foster le lanza una última mirada, algo... iracunda, hacia Rory y los demás y continua con la clase. Clase que termina en poco menos de diez minutos ya que el timbre suena avisando el comienzo del descanso. Todos salen, yo estoy indeciso en si hacer lo mismo. Logan está detrás mío.

 

Me duele la cabeza como si un martillo me estuviera golpeando cada cinco segundos.

 

Las fotos. Se me viene a la mente el recuerdo algo borroso que tenía, ahora lo repaso lentamente. Por lo que sé había tirado todas, el excusado se los trago... ¿Mica habrá logrado ver alguna? ¿Habré tirado todas en realidad? Mis manos temblaban desquiciadamente cuando las tomé de mi casillero ¿Seguirán algunas en mi casillero? ¿Se me habrá caído alguna? Con seguridad esas preguntas me hacían doler aún más la cabeza que el martilleo que todavía continua con su curso.

 

Estar acá, sentado, no hará que se me pase. Nada me tranquilizará hasta que veo por mí mismo que esas fotos no circulan por allí, en mano en mano, como una cadena que luego formará la forma de todo el pueblo.

 

Salgo a toda prisa. El lugar está lleno como siempre de charlatanería que con gusto me hubiera encantado tener alguna vez. Ya no se dará esa oportunidad. Ahora solo me centro en mis propios problemas. Me dirijo hacia mi casillero que no está muy lejos del salón por el que me escapé.

 

– ¡Aun lado idiota! –Escucho por allí unos pasos fuertes y determinantes, pero solo uno toma más fuerza y énfasis en poner toda su furia, coraje o, simplemente la característica actitud que tiene un bravucón sobre el suelo. No le presto mucha atención, yo solo estoy tratando de abrir mi casillero que con tanto nervio y ansiedad no puedo hacer. – ¡Ey! –Alguien detrás mío me llama, y por su voz, sé que se trata de Rory.

 

Me volteo con el propósito de, sea cual sea del tema que quiera hablar, prestarle solo un corto periodo de atención porque necesito ver que esas fotos no estén en mi casillero. Y, francamente, no me hago una idea de qué quiera hablar conmigo cuando ya no somos nada... oficialmente.

 

Cuando me viro me agarra por cuello de la camisa y me levanta hasta dejarme a su altura. Está rabioso, las venas que van de su cuello hasta que desaparecen un poco en su rostro se le marcan exageradamente. A pesar de la situación, no tengo tiempo para Rory.

 

–Déjame Rory. –Digo con paciencia. Sus secuaces nos rodean, pero eso no me espanta, no me movería ni un pelo a comparación del verdadero horror que estoy viviendo.

 

–Por tu culpa el Señor Foster nos ha gritado en medio de la clase llamándonos burros y buenos para nada. –No me puedo tragar lo que está diciendo. El Señor Foster es el más bueno de entre todos los empleados que trabajan aquí.

 

A pesar de estar donde estoy, colgando en los brazos de Rory, me parece muy gracioso no temerle. Estoy seguro de que si esto hubiera ocurrido antes, sin que “esa persona” apareciera, yo estaría temblando de miedo. Tratando de buscar ayuda con los ojos. Ahora, me siento lleno de un sentimiento que nunca me he topado: furia. No tengo tiempo para él, si quiere decirme algo que me lo envíe por una carta postal.

 

– ¿Y por qué es mi culpa, Rory? ¿Tus notas decayeron más? –Su cara me responde en vez de sus labios. En efecto, es tal y como dije. –Te puedo dar clases particulares a ti y a tus bufones si quieres, pero ahora estoy ocupado. –Dentro de mi hay una extraña mezcla de temor, ira, coraje y... una curiosa excitación por ver a Rory con ese semblante.

 

Seguro que él lo sentía cada vez que se aprovechaba de mí: Excitación. Placer.

 

–Déjame en paz. –Me libera paulatinamente hasta que mis pies dan con el suelo. Me sonríe, se da la media vuelta, hasta que me propina una golpiza en la mejilla izquierda haciéndome estrellar contra el suelo.

 

Cuando me levanto y estoy dispuesto a devolverle la paliza, tambaleando buscando el punto exacto donde arrojar mi puño, Ethan, se aparece y me hace el favor.

 

Rory se incorpora rápidamente y va contra Ethan. Me acerco donde ellos para sacar de encima a Rory, pero uno de sus secuaces me toma y me da otra golpiza. Esta vez viene Ezra a socorrerme y, a pesar de su tamaño, iguala al tipo que me acaba de dar. Me quedo un poco anonadado verlo ayudarme, él sabe sobre mi audición e... incluso el mismo sea “esa persona”. Yo no me libro del todo, el grupo de Rory viene por nosotros y uno de ellos me escoge como bocadillo. No me puedo escabullir, no tengo otra alternativa que caer en esto pero... siento un placer inexplicable; como si toda mi ira y tristeza se materializara en cada golpe que doy. Por otra parte veo a Logan pelear con otro sujeto, lo tiene arrinconado en los casilleros.

 

Todo se ha descontrolado. Ninguno tiene intención de detenerse. Las personas alrededor se dividen entre: los que graban, los que están paralizados observando el “show” como otro grupo está llamando a lo que pasa en el medio del pasillo mientras apuestan quien cae primero y, uno que otro que corre hacia la dirección. Esto se detendrá muy pronto.

 

– ¡Ey! –Escucho a Mica pero no puedo verlo. Tengo a uno sobre mí, no hasta que se da vuelta al ser empujado por Mica; me trata de dar una mano pero el sujeto le proporciona un golpe.

 

–Mica ¿estás bien? –Mis palabras se esfuman en el aire. Mica se lanza hacia el otro tipo.

 

La pelea se ha salido de control y ninguna autoridad aparece. Ver a Ethan, Ezra, Mica y Logan pelear me desespera.

 

–Basta... –Murmuro. – ¡Basta! ¡Ya basta! ¡Paren! –Maldita sea ¿nadie vendrá a ayudar?

 

Sin esperármelo, Rory parece haberse librado de Ethan porque me vuelve a tomar por el cuello y me levanta como al principio. Evidentemente; Ethan tiene a dos sobre él.

 

– ¡Basta! Rory, se acabó. Diles que se detengan.

 

– ¡Deténganse! –La voz del director hace eco entre las paredes. Todo el mundo se va del lugar y los que estamos involucrados se detienen, incluyendo Rory.

 

Estamos en la oficina del director, solo Rory y yo. El silencio gobierna el ambiente mientras esperamos que el director aparezca. Los demás: Logan, Ethan, Ezra y Mica esperan afuera junto con los amigos de Rory.

 

Me mira fulminante y:

 

– ¿Eres tú, Rory? –Pregunto. Pregunto acerca si él es “esa persona”, porque cada vez, cada segundo que pasa, tengo menos dudas de ello.  –Sé que eres tú.

 

– ¿De qué demonios hablas?

 

–Sabes de que hablo. –No quiero ser tan explícito. Mis labios se ven incapaces de poder deletrear: “Mis fotos desnudas”. Es él. Si no ¿Por qué me estaría molestando? Venganza es la respuesta más creíble y digerible para esa pregunta.

 

–No sé de qué rayos hablas.

 

–  ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Hice algo malo? –Permanece en silencio y eso provoca que me ponga aún más histérico. –Dime. –Mis palabras no salen de forma autoritaria, sino de manera suplicante.

 

–No te hagas el imbécil. Es tu culpa que mis notas hayan bajado.  

 

– ¿Mi culpa? ¿Me hiciste eso porque tus notas bajaron? –Coloco fuerza en “eso” para que se dé cuenta de qué hablo. No puedo creer que me esté torturando por ese ridículo motivo.

 

–...No me conoces. –Y vaya que las palabras que me había lanzado, llenas de veneno como las que tira una víbora furiosa, iban a caer de vuelta a él.

 

–Porque nunca me diste la oportunidad de hacerlo. Te ayudé durante el primer año hasta hoy, incondicionalmente... siempre esperé que me dijeras que los acompañara a los videojuegos o, cuando no lo hacían, era yo quien daba el primer paso... ¿de verdad crees que esto es mi culpa? Eran ustedes quienes se alejaban. –Un gran peso se sale de mi espalda. Parece que esas palabras habían estado almacenadas durante un largo tiempo dentro de mí.

 

No responde. Continúa mirándome a los ojos. Hemos conseguido una gran colección de heridas sobre nuestra piel.

 

–Rory, sé que eres tú. Ya para esto.

 

– ¿De qué hablas? Ya te he dejado de golpear. – ¿Es que acaso está fingiendo no saber a qué me refiero? ¿O simplemente pretende negarlo y luego continuar torturándome una vez que salgamos de aquí?

 

–Me estás acosando. –Ya no puedo seguir conteniendo esas palabras. Me obliga a decirlo y cada minúscula oración me ha costado expulsarlo.  

 

–No... Noah ¿estás enfermo? Lo único que he hecho ha sido golpearte hoy.

 

– ¿Buscas vengarte? –Nuevamente, se queda sin nada que decir. – ¿Qué quieres?

 

–Solo quería golpearte, eso es todo. No sé por qué mierda estás diciendo que te estoy acosando.

 

¿Solo quería golpearme?

 

Sonrío mirando hacia el suelo incrédulamente.

 

Lo ha escupido con tanta facilidad. Parece que en realidad me ha estado odiando desde que no me hago idea. Eso me duele.

 

–Haré lo que quieras, solo dame las malditas fotos.

 

–Noah, idiota, no tengo ninguna maldita foto. No sé qué rayos me estás diciendo.

 

La puerta es abierta interrumpiendo nuestra conversación. Ambos nos quedamos callados ante la presencia del director, como si ninguna palabra se hubiera intercambiando en su ausencia, solamente miradas furtivas.

 

–Les dije que no quería que esto volviera a ocurrir en mi escuela. –Comienza, tomando asiento en la silla con pequeñas ruedas desplazables. –Se han armado una grande. Es un milagro que hayamos podido evitar que una oleada de videos sobre esto se publicaran.

 

Eso explica su tardanza. Seguramente fue con cada estudiante que tuviera en su celular aunque sea un pequeño fragmento de lo ocurrido.

 

–Me sorprende esto viniendo de ti Noah –La saliva que trato de digerir apenas pasa. –el presidente me dijo que eras un estudiante ejemplar y ahora nos encontramos nuevamente aquí. –No tira fuego de su boca como la primera vez, más bien se ve decepcionado. Y yo soy el motivo. Me ha dado justo entre los ojos. –Rory, me han dicho que tú comenzaste con el circo.

 

Ninguno de los dos se atreve a abrir la boca. Sabemos que se nos ha ido de la mano la situación. Tal parece que en lo único que estamos de acuerdo es en escuchar cabizbajos la reprende del director. Pero no se ve con ánimos de querer decirnos algo más.

 

–Disculpe  –Quien penetra la oficina es Mica. –, las cámaras de seguridad ya funcionan. –Sus labios están partidos, pero más que eso no se ha conseguido producto del pleito.

 

No lo puedo mirar. Aparto mi vista.

 

–Enseguida vuelvo.

 

El director sale de la oficina dejándonos a Rory y a mí una vez más solos. Pero ahora nadie habla. Yo tampoco. Rory va a seguir negando que sea “esa persona”. Y honestamente ya no me quedan fuerzas para seguir con este día. Las palabras del director me han calado sanguinariamente.

 

–Noah, ya te puedes ir. –Tardo unos segundos en procesar lo que me ha dicho. No veo que otra cosa pueda seguir haciendo aquí por lo que tomo mis cosas y salgo dejando a Rory a solas con el director.

 

Afuera están Ezra, Logan, Ethan y Mica sentados en la sala de espera. Me observan al entrar allí. Los amigos de Rory entran a la oficina y se ven gravemente dañados en comparación con los que... ¿me han defendido? ... ¿Han hecho eso? De otra forma... ¿por qué se hubieran entrometido?

 

Camino lentamente pasando sobre ellos hasta detenerme por un rato en la puerta. ¿Debería agradecerles?

 

Escucho sus pasos detrás de mí en sincronía.

 

Me falta el aire. Se había armado una guerra por mi causa y ahora estoy aquí dando vueltas en sí agradecer a mis soldados. Hace menos de una semana los había considerado amigos y nunca habían aparecido en mi vida... ahora me libro de ese círculo y... no entiendo qué les pasa.

 

Salgo del lugar sin más. Necesito irme de aquí. Voy a casa, aunque eso signifique estar solo.

 

– ¡Noah! –Escucho a Mica pero ya estoy atravesando la entrada para salir del colegio. –Noah. –Logra alcanzarme y no me queda más que hacer que detenerme. Aunque voy a utilizar cualquier pretexto para transmitirle que estoy apresurado.

 

–Noah, ¿qué te está ocurriendo? –Su pregunta me toma por sorpresa. Me... siento ofendido. Su pregunta me sabe del mismo gusto a las palabras que me dedico el director.

 

–No me pasa nada, estoy bien. –Antes de darme la vuelta para esquivarlo, siento la gran necesidad de decirlo –: Gracias... por ayudarme. –Ya era la segunda vez que lo hacía... al igual que Ethan.

 

– ¡Espera! Noah, si algo te ocurre puedes decírmelo.

 

Me estoy cansando, no creo poder tener más paciencia con Mica. –Estoy bien Mica, esto no volverá a suceder. Lamento mucho si te metí en problemas.

 

–Has cambiado. –Me interrumpe. –Tú no eras así.

 

Hasta ahora las palabras del director e incluso las de él mismo habían sido suaves pero... me lo ha dicho directamente. Me ha dicho lo que no quería escuchar, porque... ya sé que estoy enloqueciendo y por eso ocurren estas cosas.

 

–No me conoces. –Ahora imito a Rory. Me acerco a él, con intención de dejar un punto y aparte y de que entienda que me quiero largar de aquí.

 

–Mi papá es policía. –Me detiene una vez más. Pero no hallo una razón que lo haya motivado expresar su comentario. « ¿Me está amenazando? », es en lo único que puedo pensar.

 

Lo miro escéptico, de mala gana. Una expresión que nunca había formado en mi rostro y menos se la había dirigido a alguien.

 

Estamos así por un largo rato. El sol golpea su cara. Puedo ver en sus ojos como espera que diga algo; parece rendirse. Baja la cabeza mirando la acera y da un largo suspiro.

 

–Lo encontré en el baño. –Indaga en el bolsillo izquierdo de sus jeans y saca una lámina que por los rayos del sol hacen que parte de lo que sea que muestre se vea blanco mientras su mano se desplaza acercándomelo.

 

Es mi fotografía..., de las que habían en mi casillero.

Notas finales:

¡Hola de nuevo! Espero que les haya gustado :')  

Me da penita todo lo que le está pasando a Noah D':, pero se hace intensa el drama >:) No pueden negarlo.

¡Nos leemos! 


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