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Without You por arelii-ierOo

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A pesar del abrupto cambio que llegó a la Academia de los Vengadores, los alumnos comenzaban a adaptarse al tener que realizar de vez en cuando trabajos remunerados que se convertían en recursos para el colegio y a la vez notas aprobatorias para diferentes materias.


La compañía Van Dyne de moda no fue la única en unirse, a ella derivaban otras especializadas en el ámbito de la comida, la construcción y la ciencia. Había un empleo temporal ideal para cada alumno.


El cambio había sido de cierta manera favorable, pues muchos alumnos cuidaban mejor de las instalaciones y otros se llevaban mucho mejor con sus compañeros.


— Sabía que estarías aquí. — Falcon se sentó junto a una silla en la cafetería en la mesa en la que se encontraba Steve. Él no apartó la vista de su cuaderno, realizando un boceto que sería vendido para una pequeña tienda que vendía Hot Dogs.


— Hola. — Murmuró Rogers. Había estado varios días decaído, escondiéndose de todos.


— Supuse que estarías de buen humor por la nueva noticia. — Le miró Sam con ánimo.


— ¿Cuál? — Steve continuaba iluminando el zapato de una salchicha bailarina.


— El nuevo grupo de estudiantes. Kamala los está instalando y acomodando su horario. Dice que entre ellos hay unos hermanos. Una se hace invisible y el otro se enciende en llamas. — Movía las manos, como si simulará una explosión.


— Qué bien. — Steve cambió de hoja en su cuaderno de dibujo, comenzando a garabatear.


— Y... hay rumores de que Jan planea una fiesta de reapertura para la escuela. Es una mezcla de aniversario y nuevo inicio. Como se acerca el verano, tal vez será una fiesta en la piscina que se está construyendo. Hulk obtuvo una generosa donación de una empresa que hace demoliciones. Al parecer les ahorró mucho en explosivos y maquinaria. Aún no es seguro, pero... ¿te lo imaginas? Además no sé si aún estamos en condiciones de hacer un gasto de esa magnitud, pero cualquier pequeña reunión también sería buena para la escuela. Como eres el presidente estudiantil, seguro pedirán tu opinión. — Continuó, cada vez más animado. Pero Rogers no reaccionaba. — Vamos. Algo así tiene que alegrarte. Si ocurre, muchos querrán ir en pareja. Hay muchas chicas que esperan a que el Capitán América las invite.


Steve suspiró y cerró su cuaderno. — No estoy de humor para fiestas, Sam.


Falcon no desistió. — Nunca lo estás, pero te servirá para despejar tu mente. Has trabajado demasiado. Luego del gran susto porque casi cierran la escuela. Tú fuiste el único que pensó en nosotros, en todos. Sin ti, seguiríamos trabajando, pero tal vez en restaurantes de comida rápida. Nos diste una segunda oportunidad. — Sam le veía sumamente agradecido, pero Steve se sentía peor con sus palabras.


— No hice nada útil, ¿entiendes? A alguien más se le hubiese ocurrido.


Sam negó y continuaba con una sonrisa. — ¿Qué? Claro que no. Fue brillante.


Steve gruñía, exasperado. — Yo... ya no puedo. Necesito contárselo a alguien. — Finalmente estalló. Creía que a quien le contaría todo sería a Bucky, pero él estaba siempre rodeando a Nat y no lo había visto desde que irrumpieron la bodega de SHIELD. Steve le contó todo a Sam. Incluso sobre las peleas con Tony antes de que Wilson llegara a la Academia. Lo único que omitió fueron los detalles del accidente en que murieron los padres de Tony y que ahora poseía una prótesis por mano.


— Aún con todo eso, no veo porqué debes culparte o desacreditarte por tu idea. — Concluyó Sam.


— Pero en verdad fue mi culpa que Tony se fuera. Le hice daño desde el comienzo y el ver a todos felices es como sentir una daga cada minuto. — Se apoyó Steve sobre la mesa.


— Ahora eres más poeta que Barnes. — Rió Sam.


— No estoy para bromas. — Se quejó el Capitán.


— Bien, bien. Ya te disculpaste. Sólo dale tiempo. No ganas nada martirizándote noche y día. Preocúpate si se tratara de tu novia. — Se burló de nuevo y otra voz le respondió.


— Oh, pero te lastima como si fuera una. — Loki apareció frente a ambos, asustando a Steve y haciendo enojar a Sam.


— ¡¿Cuánto tiempo llevas ahí?! — Falcon le observó con furia. Estaba acostumbrado a que Nat apareciera también de la nada, generalmente de entre los arbustos, pero no era así si se hablaba de Loki. El Dios del engaño usaría cualquier cosa que les hubiera escuchado hablar en su contra mientras se había vuelto invisible.


— Oí todo, si es su duda. — Se jactó mientras observaba sus uñas con esmalte de color negro.


Steve golpeó su propia frente contra la mesa.


Sam se preocupó por el sonido, pero de inmediato recordó que debido al suero, aquello no le causaría gran daño. — ¿Qué quieres, Loki?


— Si escuché bien, ustedes no quieren que la escuela sepa la verdad tras todo el caos de las semanas anteriores. Aunque es gracioso que una noticia de esa gravedad no sea nada comparado al saber que al Capitán le gusta Ironman. — Loki apoyó una mano sobre la mesa y miró a ambos con una gran sonrisa de satisfacción.


Sam rió en una carcajada. — ¿Steve enamorado de Stark?


El rubio no dijo nada. De hecho, pensaba en las palabras de Loki, tomándoselas en serio.


— Tiene todos los síntomas: Piensa en todo momento él, se pregunta qué estará haciendo, lo acosa en internet y tiene esa estúpida mirada perdida cada que mencionan su nombre. — Enlistó. Al mismo tiempo pensaba en su hermano Thor respecto a su actitud con Jan.


— ¿Y cómo estás tan seguro? — Cuestionó Sam.


— Lo sigo cual sombra desde hace unos días. No era natural ver al altanero del Capitán deprimido como su amigo el guitarrista. — Loki continuaba de pie. Le gustaba verles a ambos desde lo alto.


— Uno: No tienes derecho a invadir mi espacio privado. Aún cuando seas invisible con tu magia. Dos: Evitaré hacer que te echen de aquí, mientras no cuentes el secreto de SHIELD. Y tres: ¿Por qué crees que me gusta Tony? — Steve se veía ahora calmado.


Loki ignoró los puntos uno y dos, pasando directamente al último. — Para comenzar, ya no lo llamas Stark o Ironman. Ahora sólo lo llamas "Tony". — Sonrió aún más.


— ¿Y? — Preguntó Falcon.


— Ya no estás molesto con él, Capitán. De repente ese odio se convirtió en afecto. Quieres cuidar de él. Por eso lo has defendido cada que alguien en la escuela menciona que no hace falta. Escuché a Romanov y a su novio que parece un perro sin asearse por ese grasiento cabello largo, que casi peleas con ella por haber pensado mal de Stark. — Canturreó Loki.


— No es verdad. — Fue lo único que se le ocurrió decir a Steve.


— Acabo de decirle al Soldado de Invierno que es un perro y no escucho que lo defiendas. — Se burló Laufeyson. — Además sólo es una fórmula. Las personas similares se atraen. Por ejemplo, tus dos amigos rusos parecen aves enamoradas.


Steve finalmente rió. — Bucky no es ruso.


— Le lavaron el cerebro, ¿no es así? Todo lo que recuerda es ruso. Ya está incrustado en su personalidad. Al igual que a Natasha. Ambos sufrieron un trauma similar. A ambos les enviaron a asesinar a personas importantes en sus vidas. Ellos, mejor que nadie, entienden su dolor. La tortura y la desesperación. — Desvió la mirada. — Y también hablan ruso. No hay que ser un genio para ver lo similares que son.


— No nos convences. — Se burló esta vez Sam.


— Y hablando de enamorados. Tú y Kamala. Wilson, no negarás que son idénticos. — Se inclinó Loki hacia Sam.


— ¿Por qué lo dices? ¿Porque fuimos subestimados? ¿Porque crecimos en ciudades parecidas con alto índice criminal? ¿Porque logramos entrenamiento profesional a una edad muy corta? — Añadió Sam.


— No. Porque ambos son neg...


— ¡No termines esa frase, Loki! — Le amenazó Steve.


— ...gros. — Se rió el Dios.


Steve arrojó la mesa a un lado. Sin importarle que con las nuevas normas estudiantiles tendría que trabajar para pagarla. Tomó a Loki del cuello de su camisa, pero él aún tenía una gran sonrisa dibujada en el rostro. Sam se acercó, pero también para golpearlo.


En ese momento, debido al ruido, llegó Thor para auxiliar a su hermano. — ¿Qué está ocurriendo? — Arrancó a Loki de las manos del Capitán y Falcon.


— Querido hermano, qué oportuno. Estábamos a punto de almorzar. ¿Nos acompañas? Toma asiento. — Le invitó Loki, señalando la mesa metálica abollada en el suelo.


— No quiero saber lo que hiciste para causar la ira de mis amigos, pero lo mejor será que te vayas. — Le miró Thor con furia. Loki se acomodó su ropa y se marchó con el chasquido de sus dedos. — Lo siento, se comporta así cada vez que Jan me pide ayuda para uno de sus proyectos. Se pone celoso al no tener mi atención. Hermanos, ¿no?


Preguntó Thor, pero ninguno quiso responder a eso.


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