Aún con lágrimas nublado su vista, el rostro de Tony estaba más que furioso. — No te atrevas. — A penas si podía gesticular con la mandíbula tan tensa. Se incorporó y caminó hacia Steve, hablándole desde arriba. — Prefiero que digas que me odias. Que te doy asco, que soy repugnante para ti y nunca podrías fijarte en mí.
Steve permaneció petrificado.— ¿Por qué? — No podía concebir que Tony hablara así de él mismo. Algunas lágrimas rodaron por sus mejillas cuando alzó el rostro y vio lo mismo en el castaño.
Tony se limpió con el dorso de sus manos, pero no dejó de hablar.— Porque tú siempre me has gustado. Te amo desde que tengo memoria... Y soporté siempre que me trataras así. Pero ahora dices... ¿que te gustó? — Confesó y se dio la vuelta para volver a sentarse como antes.
Rogers se reprendió como nunca antes. Incluso pasó por su mente que no se sentía tan miserable ni siquiera cuando soltó la mano de Bucky, causando que cayera del tren y perdiera el brazo. Incluso Barnes le había perdonado aquello. — Tony... — Se intentó acercar a él, sentándose a su lado. — Aún... ¿aún te gusto?
Stark suspiró para calmarse y asintió. — Pero no quiero, ya no. Eres veneno para mí.
Steve volvió a sentir una punzada en el corazón, pero sabía que merecía aquello. Y de repente pasó por su mente el consejo de Falsworth.— No merezco que sientas eso por mí, que también te guste, pero... al menos... permite que intente remediar todo lo que hice...
— ¿Cómo? — Preguntó de inmediato Tony. Aún le daba la espalda. — Intenté alejarme de ti, pero apareces de la nada y atacas a uno de mis amigos.
El Capitán trató en pensar la manera, evitando el tema de Union Jack. — Podría intentar ganar tu confianza... ser el amigo que no estuvo para ti... No te pido que vuelvas a la Academia, pero... tal vez puedas permitirme estar ahí para ti, cuando necesites algo, lo que sea...
Tony peinó sus cabellos con los dedos. — No quiero que seas mi esclavo. Aunque suena muy tentador.
Steve limpió su rostro y sonrió un poco con la idea. — Estaría dispuesto a hacer de todo con tal de que vuelvas a mirarme sin enojo, miedo o tristeza. No es el punto, pero sí quiero intentar hacerte feliz.
Stark suspiró, se sentía más tranquilo. — No golpees a todo el que se me acerca. Es raro, no eres mi novio.
La sonrisa del Capitán se esfumó de nuevo. — Lo sé...
— Y deja de decir "Lo sé". No sabes nada. — Giró un poco para sentarse bien.
— De acuerdo... — Jugó un poco con sus manos, no quería arruinarlo de nuevo.
Tony se levantó. Ya era de noche. — Tendré que irme pronto. Si quiero hablar contigo, será en línea. Ya sé que me acosabas por internet.
Steve maldijo a Loki por haber evidenciado su cuenta. — Puedo explicar eso...
— No me importa. — Suspiró Tony y se calmó. No debía ser tan agresivo ahora. — Sólo quiero volver a casa y descansar. Tengo frío.
Pasó por la mente de Rogers que podría abrazarlo, pero no quería recibir un golpe de él. — Yo... te guío. Está muy oscuro ahí dentro.
Tony asintió y no dijo más, su reactor no iluminaba demasiado. Le siguió escaleras abajo y después de vuelta a donde estaba el Quinjet.
— Adiós, Steve. — Le dijo sin mirarlo de nuevo.
El Capitán no insistió y prefirió irse a su habitación antes de que alguien le preguntase dónde había estado todo el día.
Lo que había ocurrido le daba vueltas por la cabeza. Se sentía cansado, pero aún así no podía dormir. Le había confesado algo a Tony que ni siquiera él sabía al comenzar el día. Y por mucho que lo odiara, tanto Loki como Union Jack, tenían razón.
Hundió el rostro en la almohada. ¿Por qué le gustaba Tony?
Era irritante, pero carismático. Era egoísta, pero muy generoso. Era muy molesto al demostrar inteligencia, pero era un genio y casi siempre tenía razón. Era... ¿guapo? No se había detenido a pensar en ello.
Tomó su móvil y buscó el perfil de Tony. Ya daba igual espiarlo, él ya lo sabía.
Observó su rostro, ya lo conocía bien. No podía decir que era feo, jamás. Bien parecido... sí. Pero... ¿eso le gustaba? Es decir, le gustaba, aunque por su manera de ser, lo que hacía.
Le dolió un poco la cabeza y gruñó de nuevo contra la almohada.
Deslizó las fotografías. Tony tomándose una selfie con Jan. Tony posando. Tony en... traje de baño... Tony... junto a modelos.
Lanzó el móvil al buró y cerró los ojos.
¿Qué le gustaba físicamente de él?
Se sentó sobre la cama, era evidente que no dormiría en un largo rato. Del cajón del buró tomó su cuaderno de dibujo y un lápiz. Comenzó a dibujarlo. Los trazos aparecían en su mente y su mano sólo obedecía a lo que imaginaba.
La barbilla de Tony, sus mejillas, su cabello, sus ojos con largas pestañas, sus labios...
Se estremeció.
Dejó el boceto a un lado y suspiró.
Pensó de nuevo en lo que le dijo
Falsworth. Él tenía muy clara su sexualidad, le gustaban los hombres. Si Loki le ignorase, iría tras alguien más.
Ya había pensado en aquello esa tarde. Le gustaban las chicas, ¿cierto? No le gustaban todas. Sólo con alguna persona con la que tuviera una fuerte conexión. ¿Y si esa conexión no era con una mujer? Nunca se había fijado en otro chico, no estaba seguro de que le gustasen en plural. Pero pensaba en Tony... Con él había "algo". Es decir, el carácter de ambos era tan similar que chocaban. Además... no siempre fueron héroes, fueron abusados en la escuela, no tenían muchos amigos, perdieron a sus padres a una corta edad, se tuvieron que hacer cargo de sí mismos y madurar pronto.
Tony le admiraba. Creció bajo su sombra y aún así... le gustaba.
¿Cómo nunca se dio cuenta?
¿De haberlo sabido, le habría tratado distinto?
¿Lo hubiese alejado?
¿O ya serían pareja?
Volvió a acomodarse sobre la cama.
Ahora que él mismo admitía sus sentimientos y que sabía que quería recuperar la confianza de Tony... restaba averiguar cómo enmendar sus errores.
Si le llegó a gustar antes a Tony, aún estaba la esperanza de volverlo a provocar. Debía cuidarlo apropiadamente, protegerlo, apoyarlo y esta vez estar ahí para él. Tenía que comportarse a la altura.