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Tú eres mi felicidad. por Keiko Midori 0018

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Ya habían pasado unos días, Koga iba de vez en cuando a visitarlos y a pesar de las protestas por parte de los hermanos mayores terminó por ayudar monetaria mente al orfanato. Eso no impedía que dejara su búsqueda de empleo, no se permitiría vivir ahí sin aportar algo.


Un lindo día soleado y perfecto para recorrer el centro de la ciudad buscando un buen trabajo, caminó entre la multitud.


De vez en vez preguntaba en los establecimientos pero recibía la misma negativa.


Así pasaron días y no lograba encontrar empleo.


Un día común iba caminando con la mirada en el suelo hasta que una voz lo hizo alzar la mirada.


—Hola, ¿Como te llamas?.  —Le preguntó un hombre alto y calvo, le daba mala espina.


—¿Que se le ofrece?. —Respondió con otra pregunta, no le daba confianza ese hombre y quería irse rápido pero no quería ser grosero.


—Yo soy Renkotsu y te he estado observando desde hace mucho tiempo, ¿Sabes una cosa? Me he enamorado de ti.


Eso lo sorprendió, no se esperaba esa respuesta. ¿Ese tipo lo observaba? Nunca lo había notado antes, tal vez se debía a que siempre llevaba la mirada en el suelo pero aún así le daba cierto temor ese hombre.


—Mire señor, no sé que le pasa pero deje de molestarme. No lo conozco y nadie se enamora así. Con permiso. —Trato de marcharse pero el hombre lo siguió.


Miedo, desesperación, furia. Eso sentía pero era incapaz de mencionar una palabra para evitarlo.


—Oye, ¿Me permites acompañarte a casa?.


—No. Alejese de mí, no me vuelva a hablar. —Cruzó la avenida perdiéndose entre la gente, ese tipo le daba algo de temor y se notaba que le doblaba la edad.


No sabía porque le daba miedo, tampoco porque no fue capaz de defenderse pero al menos ya no estaba cerca y estaba seguro que ya no se le acercaría.


Ya pasados unos días se atrevió a pasar por el mismo lugar pensando en que ese hombre ya no estaba y desafortunadamente estaba ahí, parecía esperar a alguien.


¿No entendía que ambos eran hombres? ¿No entendía la diferencia de edad?.


Trató de evitarlo pero unos gritos lo alertaron.


—¡Sesshomaru! ¡Sesshomaru!. —Volteo. Ese tipo gritaba y trataba de atraer su atención, ¿Como sabía su nombre?.


—¿Que se le ofrece? ¿Como sabe mi nombre?.


—Tienes un nombre hermoso, ¿Me permites acompañarte?.


—Ya le dije que no, deje de molestarme o llamare a alguien. —Las personas veían la escena con asco y al tipo, todos notaban su cara de desesperación y su incomodidad pero no hacían nada.


El hombre fruncio el ceño. No sabía porque no podía simplemente ignorarlo y marcharse, sus pies parecían pegados al suelo.


—No me digas eso, yo estoy enamorado de ti. Tengo muchos regalos y te los entregare. —Insistía y él empezó a caminar apresurado, no quería estar ahí y ese hombre lo siguió. ¿Porque no se defendía? ¿Porque huía?.— Todos son muy costosos.


Logro evitar a ese hombre, le causaba desagrado. ¿Porque él? No era especial, no quería sentirse inseguro la hora de salir pero tampoco se animaba a contarles a sus hermanos, no quería causar molestias.


Así fueron sus días, trataba de evitar al hombre pero este parecía saber todos sus movimientos, aun así no podía enfrentarlo y eso lo enfurecía, ya era prácticamente un adulto y debía resolver sus asuntos solo, ya no dependía de sus hermanos mayores.


—Sesshomaru, ¿Estas molesto conmigo?. —Pregunto el hombre que lo seguía, quería gritar, defenderse o al menos huir perdiendo la poca dignidad que poseía pero no podía.


—Alejese de mí, llamare a la policía si sigue molestando.


—Mi amor no me digas eso, ¿Acaso ya tienes pareja?.


Una idea se formo en su mente. Tal vez si decía que ya tenía pareja era muy posible que ese hombre lo dejara de molestar.


—Si tengo, así que alejese.


—No te preocupes, no soy celoso. —El hombre trato de tocar su mejilla pero un golpe lo detuvo y lo hizo caer al suelo.


Sesshomaru volteo, Inuyasha estaba junto a él con el puño enrojecido y una mirada de odio dirigida al hombre en el suelo.


—¿Esta sordo o que? ¿Que parte de que se largue no entiende?.


—Tú eres el que interfiere en nuestra relación, ¿verdad?. —El hombre se levanto furioso y dispuesto a pelear para defender su "amor".


—No diga tonterías, no moleste a Sesshomaru o no vivirá para contarlo. —La mirada que el azabache le dirigió fue suficiente para que el hombre se marchara rápidamente.


Volteó a ver a Sesshomaru, este miraba el camino que el hombre había usado.


—¿Estas bien?.


—¿Eh?. Sí, estoy bien.


—Anda, te acompaño al orfanato. No quiero que tus hermanos me maten. —Se burló un poco tratando de pasar el mal momento, funcionó.


Ambos fueron en camino al orfanato.


—¿Porque ese hombre te molestaba?.


—No lo sé, un día apareció y empezó a tratarme así, me siento un cobarde, ni siquiera me defendí. —Estaba cansando mentalmente, no entendía porque era así, no entendía porque no se había defendido.


—No estás solo Sesshomaru, aprende a confiar en los demás, me tienes a mí y para eso están los amigos.


—Gracias. Por cierto... ¿Que haces por aquí?.


—Pues iba hacia el orfanato, preferí caminar y ya que Koga esta ahí, necesito unas firmas. —Contestó.


—De nuevo, gracias por ayudarme, no sé que hubiera pasado si no llegaras.


—Para eso están los amigos Sessh, nos apoyamos entre nosotros. —Paso su brazo por sobre el cuello del albino de manera amistosa.


Al llegar al orfanato Sesshomaru entro para buscar a la directora mientras Koga e Inuyasha hablaban.


Inuyasha le contó lo que vio a Koga y que, al igual que él enfureció. Acordaron no mencionarle nada al albino.


—¿Entendieron?. —Habló Inuyasha al teléfono.


—Si joven Inuyasha, su encargo se llevara a la perfección.


—Más les vale o su cabeza será la afectada. —Amenazó. — Quiero a ese bastardo tres metros bajo tierra.


Colgó. Koga estaba de acuerdo con los métodos del azabache, no estaba dispuesto a permitir que un tipo molestara a su hermano aun si este fuera mayor.


—Ya nadie molestara a Sesshomaru. Preferiría que esto quede entre nosotros, ¿entendiste?.


—Claro que sí, eres un perro rabioso cuando quieres. —Se burló Koga, nunca había visto a su amigo tan molesto por algo o alguien, siempre era reservado y no entendía porque revelaba su personalidad cuando se trataba de su hermano mayor, tal vez algún día lo entendería.


Continuara...


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