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Tú eres mi felicidad. por Keiko Midori 0018

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Al día siguiente se percató de que las mujeres que anteriormente lo habían insultado ya no estaban. Sabía que el azabache tenía algo que ver.

Terminó por marcharse hacia la oficina del mismo, aún faltaban documentos por revisar y firmar, todo debía estar preparado para que el heredero partiera a Sapporo para entregarlos al presidente de Taisho Asakura.

No sabía por cuanto tiempo se iría y estaba seguro que le extrañaría mucho pero trabajo era trabajo.

Llegó a la oficina donde el azabache ya tomaba su habitual taza de café para mantenerse concentrado en el trabajo.

—Buenos días, Sessh.

—Buenos días Inuyasha. —Saludó y procedió a sentarse frente al escritorio para empezar a hacer su trabajo.

Inuyasha vio al albino sentarse y le molestó. Carraspeo levemente para llamar su atención. El albino alzo la mirada y vio al azabache apuntar su mejilla.

—No me diste mi beso, no puedo comenzar mi día sin él. —Sin poderlo evitar sonrió, su azabache tendía a ser algo infantil en algunos casos.

—Eres algo infantil, ¿sabías?.

—Lo sé, y sé que así me quieres. —El azabache obtuvo su tan anhelado y esperado beso, y empezaron con el papeleo.

Su padre no le perdonaría si llegaba a faltar a esa reunión ni siquiera el presidente de Taisho Asakura que lo trataba como un hijo ya que había perdido al suyo cuando este nació. Ese hombre y su esposa lo trataban como a un hijo y por eso mismo sería su heredero.

Ya pasado el medio día el azabache recordó algo.

—Sesshomaru, haré una llamada y quisiera hacerla en privado.

Le pareció extraño que le pidiera que se retirada ya que siempre le permitía quedarse con él aún si hablara de negocios con los socios de la empresa. No le tomó importancia y se retiró.

Inuyasha al verlo irse tomó su teléfono y buscó el contacto que necesitaba "Orfanato Shikon", necesitaba hablar inmediatamente.

Al contestar escuchó una voz femenina pero no era a quien quería escuchar.

—Hola buenos días, soy Sango. ¿Cual es su asunto?.

—Buenos días, soy Inuyasha y quisiera hablar con Kagome.

Enseguida.

Después de unos segundos escuchó a la adolescente.

—¿Le hiciste algo a mi hermano?.

—Claro que no, necesito que me respondas algo.

—Bien, ¿que quieres?.

—¿Cuanta posibilidad hay de que Sesshomaru pueda acompañarme a Sapporo sin que Koga quiera matarme y Bankotsu quiera castrarme? Es una pregunta seria.

Escucho las risas tras la bocina, quería llevar a su novio con él pero sabía que aunque fuese un adulto era tratado como un niño por sus hermanos mayores y Koga.

—Eso depende... ¿Iran solos?.

—Sí, aunque sólo durante el vuelo ya que iremos a una reunión de inversionistas en una de las villas de unos socios.

—¿Prometes mantener tus manos quietas?.

—Sí.

—¿Prometes cuidar de Sessh?.

—Sí.

—¿Ya son pareja?.

—Sí... Digo... ¡No!.

Cayó ante la adolescente, escuchó los chillidos que emitió y recordó lo que le había contado el albino, sin duda no exageraba al decir que podían dejarlo sordo.

Sesshomaru le había pedido que no les contara sobre su relación, al menos no todavía pero ya lo había revelado.

—No les vayas a contar nada.

—No te preocupes, ya lo intuía y tienes una baja posibilidad de que lo dejen ir, aunque Sapporo esté relativamente cerca. Sólo menciona algo como... "Le hará bien cambiar de ambiente" y lo dejaran ir.

—Gracias Kagome, no le vayas a contar nada a Sesshomaru, yo mismo se le diré.

Después de despedirse colgó.

Ya tenía una idea para tratar de convencerlos, aunque Bankotsu sería más difícil pues era casi un padre para Sesshomaru y tampoco con la sobre protección de Koga y como ya conocía todo sobre él sería de igual manera difícil.

Debía prepararse mentalmente para no arruinar su oportunidad, esta vez no quería llevar a Koga, era deprimente llevar a su único amigo a la reunión, aunque no sabía si Koga asistiría.

Faltaban algunos días para la reunión y debía pedirles a Bankotsu y Suikotsu que permitieran a Sesshomaru acompañarlo incluso debía preguntarle al mismo si quería acompañarle.

Después de pensarlo un poco lo hizo pasar nuevamente.

Ya por la noche se ofreció a llevarlo a casa, aceptó con algo de pena e Inuyasha planeaba aprovechar para hablar con los hermanos.

Al llegar ambos se dirigieron a la cocina donde los mayores preparaban los alimentos de los niños.

Cuando terminaron le pidió a Bankotsu y a Suikotsu hablar en privado y les explicó sobre el viaje.

—Miren, será por tres días. Son asuntos de negocios y necesito a mi asistente personal. Además... Le hará bien conocer lugares más allá de este orfanato para que no sea tan inexpresivo. —Pidió. Esperaba que ambos permitiesen acompañarlo.

—¿Quieres que me sienta culpable para que lo deje ir, cierto?. —Preguntó Bankotsu. Sabía que el Fushiko trataba de hacerlo sentir mal para que dejara ir a Sesshomaru con él por medio de ligeros chantajes.

—¿Funcionó?. —Preguntó cuando se vio descubierto.

Bankotsu pareció meditarlo un poco y Suikotsu le dio una palmada en la espalda sacándolo de sus pensamientos.

—Claro que funcionó. Puede acompañarte, aunque nos duela admitirlo nuestro pequeño Sessh ya creció y no podemos mantenerlo encerrado por siempre, ¿cierto, Bankotsu?.

El hombre de trenza suspiró con pesadez. Sí, el albino ya no era ese pequeño niño inseguro al que tanto cuidaron, al que criaron como si fuera propio. Había madurado y eso significaba dejarlo ir, dejarlo conocer nuevos horizontes, verlo caer y levantarse con seguridad.

—Esta bien, puede acompañarte. Sólo cuidarlo, no está acostumbrado a salir del orfanato por mucho tiempo y sus inseguridades pueden hacerlo sentir mal pero confiare en ti y en que podrás manejarlo.

Por un par de minutos estuvieron hablando. Finalmente se despidió de todos y procedió a marcharse, antes de subir a su auto escuchó que alguien le hablaba.

—¿Que te traes con Sesshomaru?.

Era una voz femenina pero a la falta de iluminación le impedía ver quien era. Sabía que no era Kagome, se escuchaba mayor. Tampoco podía ser la secretaria de la directora, no era la misma voz.

—¿Quien eres?.

La mujer salió de la oscuridad, vio a una mujer hermosa y de largos cabellos negros, la poca luz dejaba notar unos ojos rubí.

La recordó. Algunas veces la había visto con Sesshomaru y los demás pero nunca había hablado con ella, supuso que le habían contado sobre el viaje y venía a sobre proteger al albino, después de todo los hermanos eran demasiado protectores con él.

—No te preocupes, sé lo que hago y no permitiré que le pase nada a Sessh en Sapporo.

—Eso no fue lo que pregunté. No te quiero cerca de Sesshomaru. Un niño rico como tú no debería estar entre nosotros. —Estaba molesta. Sabía que había algo más entre esos dos que una simple amistad y no quería perder al albino y menos que fuera un hombre el causante.

Le pareció extraño el reclamo de la mujer, no tenía hermanos para saber como eran pero sabía que no se comportarían así.

Bankotsu, Suikotsu, Koga e incluso Kagome jamás le hablaron así. Ella parecía en extremo celosa y no entendía porque pues ahí se trataban como hermanos.

—Disculpa pero no entiendo. No me importa que Sesshomaru y yo seamos de diferente estatus, a pesar de eso somos amigos y tanto Suikotsu como Bankotsu no se oponen a que siga viéndolo.

—Escucháme bien, niño rico. Sesshomaru es mío, yo he estado más tiempo con él y si le dieran a elegir entre tú y yo él inmediatamente me escogería a mí. —Afirmo convencida.

Y entonces el azabache entendió todo. Una sonrisa burlona apareció en su rostro.

—Tienes razón. Sesshomaru te escogería a ti.

La mujer sonrió con autosuficiencia.

—Eso es obvio.

—Pues sí, ¿Quien dejaría de lado a su hermana por un amigo?. —Vio como el rostro de la mujer se deformaba a causa de la ira. Le había dado donde más le dolía.

—Maldito. —Masculló molesta y se fue de ahí.

—Es para que entiendas que Sesshomaru es mío. —Se burló al verla irse.

Como le hubiese gustado mencionarse lo en la cara pero no era correcto, pero no por ella sino por Sesshomaru, él le había pedido discreción y lo cumpliría.

Entendió que ahora tenía una rival peligrosa, ella estaba cerca de Sesshomaru haciéndose notar como hermana pero sus intenciones eran otras, no sabía si Sesshomaru estaba enterado de eso pero después lo consultaría. No quería sentir celos cuando el albino estuviera en casa lejos de él.

Finalmente se fue, había sido un día muy largo y debía descansar pues al día siguiente le diría a Sesshomaru sobre el viaje.

Continuará...

 


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