Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú eres mi felicidad. por Keiko Midori 0018

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Ambos terminaron contándose sobre lo que habían hecho durante ese tiempo separados, deseaban eliminar el ambiente depresivo que esa plática había formado, querían deshacer esa bruma oscura que rodeaba la mente y mirada del menor de los Fushiko.

—¿Como que el imbécil de Ayakashi va a tu empresa?. —Al albino se le había escapado la mención del heredero Ayakashi y sus constantes visitas a las empresas Fushiko Inc. Había olvidado cuan celoso podía llegar a ser el Fushiko.

—Ya te he repetido que esa es tu empresa y yo solo la cuidaba en tu ausencia. Esa empresa es lo menos que mereces por todo lo que Takemaru te hizo pasar pero cambiando de tema... El joven Ayakashi sólo va a consultar cosas referentes a los negocios y nada más. —Obviamente no mencionaría todas esas veces en las que el heredero Ayakashi lo invitaba a salir o las ocasiones en las que le pedía que lo acompañara a uno de los tantos viajes que Ayakashi Tours hacía cada día.

Prefería evitar una innecesaria discusión ahora que se habían reencontrado y su relación había dado un paso más. Estaba algo asombrado referente a su actitud, de no haber escuchado al azabache y su secreto probablemente estaría tan avergonzado para decir algo, también estaría avergonzado al saberse desnudo junto al Fushiko que solo vestía ropa interior.

—Está bien, sé que no te haré cambiar de parecer. —El albino sonrió levemente. —Cuando regrese tendré que tener una pequeña conversación con Naraku y pedirle de manera cordial que mantenga sus telarañas lejos ti.

—No puedes llegar y golpearlo, padre se molestara si armas un escándalo. —El albino sabía que la conversación de ''manera cordial'' sería entre el puño de Inuyasha y el rostro de Ayakashi, conocía muy bien a ambos –a Inuyasha en varios sentidos– y sabía que esos dos no podían hablar sin empezar a gritarse y finalizar de manera violenta.

—Solo un poco.

—No, no puedes.

Y después de una tonta discusión entre sí y no –donde ganó el no– terminaron por levantarse de la cama. 

El albino sintió las consecuencias de una noche agitada y se dejó caer de nuevo a la cama, los espasmos en su espalda baja lo azotaron de manera inmediata.

—¡Inuyasha me has dejado paralítico!. —Se quejó con la voz elevada, el mencionado solo río levemente mientras se vestía nuevamente.

—No exageres, eso es algo normal. Iré a pedirle a Kagome algo para el dolor. —La cara de sorpresa del albino le hizo reír nuevamente.

—¿Ka-Kagome está aquí?.

—Y Koga también. Ellos están abajo.

—No les digas lo que hicimos. —Le arrojó una almohada al verlo reír. Lo último que quería era que ellos se enteraran de lo que hacía a puerta cerrada con su novio.

—Trataré. 

El azabache al terminar de vestirse bajó a la planta baja, Kagome y Koga estaban vigilando por si pensaba en escapar, de hecho no habían apartado la vista de sus movimientos en la cocina.

—¡La compresa caliente está en la mesa!. —Gritó la chica al verlo revolver un botiquín.

—¡La encontré!. —Contestó al verla. Un vaso con agua, un analgésico y la compresa, todo lo necesario para aliviar a su novio. —Gracias, pe-que-ña.

Río al verla molestarse por el apodo, Koga se mantuvo callado pero atento a sus movimientos.

Mimó un poco a su aun malhumorado novio, omitió la parte en la que sus hermanos se esteraban de la situación que ya de por sí era bastante obvia.

Se decidió que ese mismo día partirían para no preocupar a los demás, no habían avisado que el Fushiko había sido encontrado.

Después de un viaje de Otaru a Sapporo que pareció eterno llegaron al aeropuerto perteneciente a los Fushiko donde el jet privado ya los esperaba, estaba programado para esperarlos ahí mismo.

El viaje se hizo eterno, todos platicaban entre sí para evitar que fuera más tedioso. Iban tan animados que Kagome y Sesshomaru olvidaron su miedo a volar en ese vehículo aéreo.

Durante el trayecto Inuyasha pensaba en que decir al llegar, había escapado de todo y todos pero en algún momento tenía que enfrentarlos y responder por sus acciones.

El juramento que le había hecho Bankotsu se había roto, la promesa de llevar el mando de Taisho Asakura Corp. con sabiduría se había roto, la promesa de ser feliz con Sesshomaru se había roto, todo se había roto y culpaba a su cobardía.

Debía callar esas ganas de escapar y esconderse bajo una roca solo para no enfrentar a su familia, no quería ver lo decepcionados que estaban de él.

Era difícil sentir calma, había hecho las cosas mal y debía enfrentarlo pero no podía. Odiaba eso.

¿Que le diría Inu no Taisho? Ese hombre estaba orgulloso de él, se había comportado más como un padre que el mismo Takemaru. Seguro que era el más decepcionado de todos.

¿Irazue? Ella lo trataba como a un hijo. No sabía que le diría por haberlos dejado y sin avisar. Esperaba que no lo odiaran más y que lo apartaran de Sesshomaru.

¿Y qué tal su madre? Sesshomaru había mencionado que ella le esperaba con angustia y eso enserio le sorprendió. Nunca había tenido un contacto cercano con su madre desde que era un niño y no sabría reaccionar al verla.

—Todo está bien. —Murmuró Sesshomaru y apoyó su mano en la rodilla del contrario.

—Eso espero. —Contestó con una sonrisa cansada.

No pasó mucho tiempo cuando les anunciaron que ya iban a aterrizar. Pasados unos minutos ya estaban en el hangar.

Al bajar de ese transporte Koga y Sesshomaru se marcharon por un auto y dejaron a Kagome a cargo de vigilar a Inuyasha.

—¿Que te pasa?. —Preguntó el Fushiko al verla juntar las piernas y hacer gestos que le causaron gracia.

—Nada. Calla que no tardan en llegar.

Pasaron unos segundos y entendió lo que le ocurría a la chica.

—Ve, esta vez no me iré.

Era sencillo suponer que quería ir al baño, ella lo vio con algo de desconfianza ante la posibilidad de dejarlo solo.

—Bien pero si escapas no me irá nada bien, a ambos.

Se fue y él se quedó parado esperando a que volvieran, esta vez no iba a escapar.

Unos minutos después, estaba rodeado por policías y lo estaban arrastrando hacia un auto.

—¡Sueltenme!. —Exigió mientras forcejeaba pero no le obedecieron.

—El señor Taisho nos ha dado la orden de llevarlo ante él sin importar sus comentarios o quejas así que colabore, joven Fushiko.

—Idiotas, cuando debieron atraparme no lo hicieron.

—¡Alto!.

Al voltear vieron a Koga y a Sesshomaru, ellos habían pensado que el Fushiko había escapado pero lo encontraron siendo escoltado por varios policías.

Después de que hablaran con los policías para que le dejaran libre pudieron marcharse.

Las ansias del menor de los Fushiko aumentaban con cada segundo que pasaba, estaban a nada de llegar al orfanato y donde debía enfrentar sus acciones.

Tan distraído iba que no prestaba atención a las plática de los hermanos y solo se había dedicado a mirar distraídamente por la ventana.

Finalmente llegaron.

Koga y Kagome entraron primero, reunirían a todos para poder hablar al respecto.

Inuyasha quedó parado frente a la gran puerta, seguía pensando en entrar o no.

Una mano en el hombro del azabache bastó para que un poco de confianza se le fuera brindada.

Entró, ambos lo hicieron. Debía enfrentar a todos y responder por lo que hizo.

Continuará...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).