Era ya un poco avanzada la noche Ciel no podía conciliar el sueño así que decidió dar lectura a su libro favorito, tranquilamente estaba en su cama concentrado leyendo cuando una música estruendosa interrumpió su calma. Enojado se levantaba saliendo de la habitación se prestaba a encontrar de que lugar venía la molesta música, recorriendo esa casa que no era suya fruncía el ceño hasta que al fin llegaba donde estaba la piscina cubierta de la lujosa residencia. No se sorprendió de ver quien era el que de forma irrespetuosa hacia tanto ruido pues lo halló nadando en la piscina.
—¿Puedes bajarle a la música? Algunos tratamos de dormir. —Le decía el malhumorado Ciel que no dejaba de verlo con fastidio.
Sebastian se detenía quedándose en medio de la piscina lo miraba sin dejar de sonreirle, se complacía de ver ese ceño fruncido.
—Había puesto esa música para ti me alegra que haya funcionado mi llamado. Sabía que no vendrías a verme si no había un motivo para que me regañaras.
—Eres un fastidio. —Murmuraba Ciel su comportamiento era tan infantil que comenzaba a creer que ciertamente era mentira lo que decían de él.
—Ven a la piscina deja ese malhumor eres muy joven para andar amargado.
—No...
—Ah olvidé que tienes miedo de mi... —Le decía con cinismo mientras se prestaba a seguir nadando en tan refrescante agua.
—No te tengo miedo...
Ante tal desafío Ciel se quitaba su pijama quedando sólo en bóxer, nadie le desafiaba de esa manera se zambullía en la piscina llegando donde estaba Sebastian que embelesado no dejaba de verlo. Su cuerpo y rostro humedecidos eran muy provocativos acercándose sutil lo acariciaba.
—Eres muy valiente al venir aquí de esta forma, crees que tienes mejor control de tu cuerpo que yo. ¿Verdad?
—No te tengo miedo como lo insinuaste, por eso estoy aquí.
—Quiero pedirte disculpas por lo del otro día creo que empezamos mal.
Ciel escuchaba sus disculpas que parecían ser sinceras, un poco sonrojado sentía sus dedos rozarle los hombros sin aparente una mala intención.
—Yo también quería pedirte disculpas por mi manera de juzgarte sin conocerte. Creo que podemos ser amigos. ¿Si quieres?
Sebastian sonreía asintiendo la cabeza aceptaba también sus disculpas y la amistad propuesta, por dentro celebraba que William haya cumplido la parte del trato que tenían ya el primer paso estaba dado, Ciel sería su amigo no pasaría mucho tiempo para hacerlo su amante.
—Era lo que tenía que decirte ya me voy... —Ciel susurraba ante la comprometedora situación en que estaban porque no podía negar que Sebastian era bastante atractivo, encantador y seductor, esa mirada profunda, su sonrisa pícara era una tentación sin duda alguna.
—¿Es cierto que tienes pareja? Eso escuché por ahí. —Hacia conversación Sebastian para retenerlo un poco más a su lado, esa mirada azulina era demasiado hipnotizante para dejarla ir tan pronto.
—Si pero está al otro lado del país.
—Así que es cierto, eso quiere decir que te estás guardando para esa persona especial. —Insinuaba con su acostumbrada sonrisa cínica.
—Si es verdadero amor obviamente así será.
A Sebastian se le escapó una risita burlona al oírlo, eso molestó a Ciel que de nuevo se enojaba fijando su mirada en él para que justificara esa risita molesta.
—Lo siento... Es que creo que por eso profesas tan orgulloso tu abstinencia, la tentación no la tienes cerca. ¿No?
—¿Qué quieres decir? ¿El amor solo es sexo? Eso significa para ti el amor.
Sebastian disfrutaba de las leves discusiones con este joven que parecía desafiarlo con su moralismo estúpido. Ciel realmente era muy ingenuo pensaba pero a la vez tan obstinado en sostener lo que creía que era correcto eso era digno de admirar aunque no compartía sus pensamientos, en una sociedad de demonios él parecía una especie de ángel, un ángel de gesto malhumorado.
—A ver sabelotodo, explica a este frívolo ignorante qué es el amor. —Sebastian le hablaba con tono desafiante mientras lo acercaba a su cuerpo abrazandolo por su cintura.
Ciel agachaba la mirada con algo de pesar, se daba cuenta de lo vacío que era Sebastian pero no podía enojarse con él ante más bien lo compadecía. Solo alguien especial podía llenar el vacío de su corazón y sentía que era el indicado pero en ese camino peligroso se arriesgaba a salir lastimado, estaba tan confundido que no notó que sus cuerpos estaban tan cerca al darse cuenta ni siquiera dio tiempo para avergonzarse apartándolo en un impulso pretendía alejarse.
—El amor no se explica el amor se siente...
Aclaró en un murmullo con la mirada que reflejaba firmeza pero a la vez confusión, alejándose de él salía de la piscina casi al instante. Sebastian de nuevo era sacudido en su interior por la determinación de este joven que se alejaba, dejándolo con la palabra en la boca pues no supo que refutarle, sonriendo a la fuerza no entendía esa mirada que le dedicó, nadie lo había mirado de esa manera sumergiéndose en el agua cerraba los ojos. Como queriendo ahogar sus confesiones en esa tranquila agua. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué era esta extraña sensación que le molestaba?
Los siguientes días ocasionalmente Ciel trataba de no estar cerca suyo, era amistoso con él pero se negaba a involucrarse más de lo necesario, Sebastian por su parte no se sorprendía de su actitud tampoco quería verse tan desesperado podría ser sospechoso y este joven que era listo podía darse cuenta de sus verdaderas intenciones así que tampoco insistía en estar juntos.
—Finny... ¿Así que no tienes alguien que te guste? —Alois preguntaba ya que había conseguido la confianza del joven que era medio infantil en su comportamiento. Simulaba ser su amigo pero no lo era, es más lo odiaba y tenerlo cerca solo le desagradaba, el no tenía amigos solo personas que le servían de piezas en sus juegos.
—No... —Sonreía tímido en respuesta sonrojándose ante esa indiscreta pregunta.
—A mi tu mamá me contó que tienes un amigo que anda muy pendiente de ti... Tal vez tu le gustes.
—Creo que se refiere a Claude...
Alois disimulaba su coraje por el tono indiferente con que este lo nombró.
—Así se llama... Ya veo... Debe ser un joven agradable.
—Si es un buen amigo me cuida mucho, supongo que debo gustarle cuando nos vemos me mira todo raro y es muy amable hasta me invitó a pasar el fin de semana con su familia.
—Si le gustas... —Remordiéndose internamente de coraje y celos disimulaba con una sonrisa pretendía escuchar al joven.
—El me dijo que quería tener a alguien especial en su vida porque hace poco salía con un chico medio trastornado que se irritaba por todo —Le hablaba en confidencia, Alois sentía que se estaba refiriendo a él, disimulando mejor su enojo solo sonreía falsamente— Le gustaba controlarlo y no sé que más por eso lo dejó, además ni siquiera sabía hacer el sexo oral aunque no sé que es eso.
—Que idiota... —Murmuró molesto Alois.
—¿Qué dijiste?
—Es que es malo hablar de tus ex de esa forma, eso no se hace...
—Ah ya veo... Yo no tengo ningún ex asi que no sé.
Alois no se sorprendía por su declaración anterior, se notaba a simple vista lo ingenuo que era este niño pero ahora más que nunca debía ayudarle en su despertar sexual.
—¿Quieres estar con Claude?
—No... No me gusta de esa forma. Ahora que lo dices creo que me gusta alguien más... —Murmuraba sonrojado el inocente joven ante la mirada de Alois que se alegraba internamente de que a Claude le pagaran con la misma moneda de desprecio.
—¿Y quien es? Dime... Cuéntame...
—Es... Es mi profesor de violín... Cuando el me mira y me toca con disimulo me siento muy feliz. —Ilusionado Finny confesaba sin dejar de sonreír con cierta timidez.
—¿Es mayor que tú supongo? —Le cuestionó el otro asentía con la cabeza afirmando a su pregunta— Entonces ya se habrán besado o algo.
Finny negaba con la cabeza muy apenado.
—¿Has besado a alguien? —De nuevo veía su negación— ¿Quieres que te enseñe?
—No... Eso no es correcto.
—Te equivocas lo correcto es que los amigos se ayuden. Si dices que este maestro tuyo es mayor imagina la experiencia que tiene y tu ni siquiera has besado.
Finny un poco triste pensaba que tal vez tenía razón, si no tenía experiencia su pretendiente podría dejarlo. Alois le indicó cerrar los ojos que le enseñaría a besar y así lo hizo primero rozaron sus labios besándolo con cierta firmeza.
—¿Qué tal? —Cuestionaba Alois cerca de esos labios vírgenes que habia besado.
—Se siente bien y dulce.
—Ahora haremos lo mismo pero nuestras lenguas jugarán un poco tu has lo que yo... Despacio... —Susurraba empezando ese beso más profundo, muy sonrojado Finny le seguía el ritmo como le había indicado se sentía mejor besar de esta manera ya podía imaginarse besando de esta manera a su maestro. Un poco extasiado se separaba un hilillo de saliva los unía como evidencia de ese beso.
—Ya estás listo para que te besen y te hagan lo que sigue.
Alois sonreía perverso cerca de sus labios, le dio de probar un poco del placer y sabía que este caería más profundo en ese abismo de deseo por curiosidad guiado por su manipulación, se sentía satisfecho por tener la información necesaria para dar el paso siguiente en su perverso plan.