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Familia por Siri_Looper

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Seung Hyun entró al bar y se sentó en la última mesa del fondo, un lindo conejito cantaba esa noche como todos los viernes, sonrió al verlo sobre un banquillo en medio del pequeño escenario con su vieja guitarra en los brazos. 

 

Ji Yong estaba muy concentrado en la música, entre canción y canción alzo la mirada y vio a al lobo sentado a lo lejos, justo antes de comenzar a cantar otra vez le sonrió y se quitó el gorro negro que traía, el protector de sus orejas había llegado, se revolvió el cabello rubio y continuo con la siguiente canción. 

 

─ Hola hyung ¿cómo estás? ─ la garzona se paró al lado de Seung Hyun con su bandeja, era una atractiva hibrida de conejo, como eran de la misma especie era buena amiga de Ji. 

 

─ Hola Chaerin, estoy bien, gracias ─ le sonrió. 

 

─ Ten, Ji me dijo que te lo diera cuando llegaras, él ya lo pagó ─ le dejo una copa de vino sobre la mesa y un pequeño plato con frutos secos ─ me pidió que te dijera que lo siente pero que se demorara un poco, el otro cantante falló y tiene que cubrirlo. 

 

─ ¿Va a salir más tarde? 

 

─ Si ─ miro el reloj de su muñeca ─ en una hora más, lo siento.

 

─ Está bien ─ le sonrió otra vez.

 

─ ¡Señorita! ─ llamaron a la garzona desde otra mesa. 

 

─ Avísame si necesitas algo ─ Chaerin se fue a seguir trabajando. 

 

Seung no estaba preocupado por tener que esperarlo, a Ji le gustaba su trabajo y mientras él fuese feliz no le importaba tener que esperarlo la eternidad. El lobo estaba cansado porque había tenido un día difícil, pero no era importante en ese momento, al fin era viernes y como todos los viernes iba por Ji para irse juntos a casa, además ese día era especial, lo mejor es que Ji no sabía que era especial, estaba seguro que lo sorprendería con el regalo que le había preparado y eso lo ponía feliz. 

 

Estaba muy concentrado mirando a Ji cantar y tocar su guitarra, solo era el sobre el escenario, una luz amarilla lo ilumina desde arriba y otras pequeñas en el borde de la plataforma, cantaba con tanto sentimiento que a ratos hacia que los vellos de sus brazos se erizaran, no le quitaba la vista de encima, el conejo hacia su trabajo con gran pasión, a veces cerraba los ojos en la canciones más emotivas y sonreía en las otras más alegres.

 

Seung Hyun pensaba en lo perfecto que era Ji Yong, estaba tan concentrado admirándolo que no se dio cuenta de la mujer humana que lo observaba con lujuria en la mesa de al lado. 

 

─ Lo siento hyung ─ Chaerin una vez más se paró a su lado ─ yo intente decirle muy sutilmente que no era buena idea ─ puso en su mesa un vaso que contenía un colorido licor ─ pero no me hizo caso y el trabajo es trabajo, te lo envía la señorita de allá.

 

La coneja apunto con el rostro a la mesa donde estaba la humana con sus amigas, ella le hizo una coqueta seña con la mano a Seung cuando este miro en su dirección, lo hizo alterarse un poco, nunca le había pasado eso, con la ayuda de Ji había superado muchas trabas de su niñez como la timidez y la falta de autoestima, pero la interacción con gente desconocida seguía poniéndolo nervioso. 

 

─ Solo ignórala ─ le aconsejo la garzona en voz baja antes de marcharse. 

 

Seung Hyun hizo lo que le aconsejo Chaerin y no volvió a mirar la mesa de al lado, tomo con cuidado el vaso de ese extraño licor que no conocía y lo arrastro por la mesa lejos de él para mostrar que no lo bebería. Regreso a su copa de vino, lo bebía despacio para disfrutarlo más, ese era el único tipo de alcohol que le gustaba consumir. 

 

─ Se va a disolver si no lo bebes perrito.

 

Después de algunas canciones la mujer se había sentado en su mesa, Seung sin tener más opción la miro, él no conocía muchas mujeres humanas y se preguntó si todas serian así de mal educadas, se había sentado a su mesa y ni siquiera le dijo hola o su nombre antes de hablarle. 

 

─ No soy un perro, soy un lobo ─ fue lo único que se le ocurrió decirle. 

 

─ Guau ─ ella puso ambos codos sobre la mesa apoyando su mentón en las manos ─ eso es mejor entonces...

 

─ Disculpe, es usted muy bonita, pero no estoy interesado ─ tomo el trago que le había regalado y lo arrastro cerca de ella para devolvérselo, la mujer solo lo miro. 

 

Ji Yong estaba bebiendo de un vaso de agua sobre el escenario, se dio un minuto de descanso antes de comenzar la siguiente canción, miro a Seung y frunció el ceño ¿Qué hacia esa mujer sentada junto a su lobo? El hibrido mayor le devolvió la mirada preocupado como pidiéndole ayuda, no tenía idea de cómo debía sacarse a esa mujer de encima, si estuviese en otro lugar simplemente le gruñiría para asustarla, pero estaba en el trabajo de Ji Yong, todos los otros empleados y hasta su jefe conocían su relación con el conejo, debía comportarse, quizá si se portaba grosero con una clienta regañarían a Ji o hasta podrían despedirlo por su culpa. 

 

─ ¿Por qué estas tan solo? ─ pregunto la mujer con justificada curiosidad, todos ahí estaban en grupos o parejas.

 

─ No estoy solo... ─ la mujer lo miro extrañada. Seung intento ignorarla nuevamente mirando a Ji, el conejo miraba fijo a la extraña con ojos disimuladamente enojados, el lobo estaba más preocupado ahora, aparte estaba distrayendo a Ji, tenía que hacer algo rápido.

 

─ Pues yo no veo a nadie mas acá, solo yo haciéndote compañía y créeme, no encontraras mejor compañía que yo ─ Seung dio un salto y quito su mano rápido de encima de la mesa, la mujer le había puesto la de ella encima. 

 

─ Estoy con mi novio ─ dijo Seung ya enojado, jamás había conocido a alguien tan desagradable ─ es el conejo del escenario, te aconsejo que te alejes porque ya te vio, aunque no lo parezca los conejos tienen filosas garras y son muy territoriales... 

 

La mujer miro al escenario, efectivamente el conejo la estaba mirando con el cuerpo un poco encorvado sobre la guitarra, le estaba mandando una mirada asesina que a la mujer no le hizo dudar que efectivamente era el dueño del hibrido que tenia al lado. 

 

Seung Hyun respiro aliviado cuando la mujer dio un bufido y se cambió de mesa. 

 

 

─ ─ ─ ─ ─

 

 

─ Perra ─ dijo Ji quitándose la chaqueta apenas entró al departamento.

 

─ No insultes a las hibridas de perro Ji ─ Seung sonreía divertido, durante todo el camino su novio había parloteado contra la extraña que lo intento seducir en el bar. 

 

─ ¿Qué es eso? ─ pregunto Ji al ver una enorme caja café sobre el sofá de la sala.

 

─ Es un regalo.

 

─ ¿De Dae? ¿Desde cuándo envía cosas tan grandes? 

 

Su amigo Daesung tenía una habitación en ese departamento, pero hace cerca de diez meses se había ido en un viaje improvisado, un día como cualquiera dijo que quería conocer el país y simplemente se fue caminado con una enorme mochila en la espalda, prometió volver y escribir todas las semanas, había mantenido su palabra, pero a veces las cartas venían acompañadas de regalos y fotos. SeungRi y Young Bae también recibían cosas de Dae en su casa. 

 

─ No es de Daesung, es un regalo para ti... de mi ─ el lobo le sonrió. 

 

─ ¿Para mí? 

 

Los híbridos eran discriminados en la sociedad por su supuesta naturaleza salvaje, el mundo avanzaba respecto a eso, había muchas leyes de protección para híbridos, pero seguían siendo vistos como inferiores a las personas y por lo mismo no conseguían buenos trabajos, la mayoría de ellos trabajaban en todo lo que los humanos no querían hacer. Seung Hyun tenía un empleo pesado como operario de una fábrica y Ji Yong cantaba en varios bares o fiestas, le gustaba su trabajo, pero ganaba muy poco. Vivian con lo justo y hacerse regalos sin razón no era algo común en ellos. 

 

─ No tienes que darme nada Seung. 

 

─ Lo sé, pero hoy es un día especial ─ Ji mostro un rostro de confusión ¿día especial? Busco en su mente de forma rápida, aniversario, cumpleaños, día de los enamorados, no encontró nada.

Seung se inclinó para besar los labios del conejo, dejo pequeño roce que Ji recibió sin moverse aun tratando de recordar que era lo que estaba olvidando. 

 

─ No te esfuerces en recordar el porque es especial ─ rodeo su cintura y pego ambos cuerpos ─ no podrás hacerlo. 

 

─ Tu dímelo. 

 

─ No, primero ve tu regalo y te lo diré.

 

Ji frunció el ceño y se separó, se sentó en el sofá y con sus garras rompió la cinta adhesiva que sellaba la caja, no tenía idea de que era lo que pudiese haber adentro, estaba preocupado por el dinero, el tamaño dejaba adivinar que era caro. 

 

─ Lo siento, no tuve tiempo de envolverlo ─ el lobo se sentó sobre el sillón individual frente a Ji.

─ No debiste hacerlo, ni siquiera entiendo porque... ¡Oh por dios! 

 

Ji entre el cartón diviso la cabeza color caoba de una guitarra, rápidamente rompió mas el embalaje y la saco de la caja tirando lo que quedaba del empaque al suelo, las pelotas de polietileno se esparcieron sobre la alfombra. 

 

─ Seung Hyun, esto es... ─ balbuceo mirando el instrumento en su regazo, paso la mano por la brillante madera perfectamente nueva ─ esta guitarra vale mucho dinero, no podemos pagarla. 

 

─ Ya está pagada, he estado ahorrando por años Ji, ni te diste cuenta ─ le sonrió divertido por la mirada atónita de su novio, exactamente la expresión que esperaba ─ quería regalártela para tu cumpleaños, pero faltan un par de meses para eso y después de ahorrar tanto tiempo ya no quise esperar más, además hoy también es especial.

 

─ ¿Me dirás ahora porque lo es? 

 

─ Porque es dieciocho de agosto. 

 

─ ¿Y? 

 

─ Hoy hace exactamente trece años te regale ese muffin de frambuesa ─ Seung se levantó y se sentó en el sofá a su lado ─ ¿lo recuerdas? 

 

─ Claro que si ─ dejo salir una risita que tapo en seguida con el dorso de su mano ─ estabas leyendo al revés ¿Cómo podría olvidarlo? 

 

─ Fue tu culpa, me ponías muy nervioso ─ rio. 

 

─ Si, tengo ese efecto en la gente ─ bromeó fingiendo rostro de suficiencia, luego bajo la mirada a su regazo para mirar el instrumento otra vez ─ pero no puedo creer que recuerdes la fecha exacta, casi como si fuese mi cumpleaños.

 

─ Oye... quizás lo es, el día de tu nacimiento es simbólico, no sabemos cuando en realidad fue, quizá estamos conectados mágicamente y te di el muffin el día de tu verdadero cumpleaños. 

 

─ Babo... ─ Ji le sonrió dándole un débil codazo en el costado.

 

La vieja guitarra que le habían regalado cuando niño fue una donación al orfanato, desde ese entonces ya estaba usada, si Ji Yong no la hubiese cuidado tan bien ya hubiese dejado de funcionar hace mucho. A pesar de que la trataba como un tesoro el tiempo había hecho lo suyo, su amiga tenía los días contados y Ji lo sabía, veía con angustia como cada vez debía cambiarle las cuerdas con más frecuencia y como los bordes estaban demasiado gastados. En secreto, para no preocupar a Seung, cotizó guitarras usadas para comprar, pero aun así estaban fuera del alcance de su bolsillo, jamás pensó que podría tener una nueva en sus manos, aparte de llenarlo de felicidad era un gran alivio, ahora podía dejar descansar a su vieja guitarra y guardarla como una reliquia. 

 

─ Gracias ─ Ji bajo la cabeza para mirar su regalo y para esconder sus ojos llorosos, no podía dejar que el lobo lo viera, conociéndolo se preocuparía de más si lo veía con la mirada brillante. 

 

Seung lo rodeo por los hombros y hundió la cabeza en su cuello.

 

─ Gracias a ti Ji, gracias por quererme...

 

Se quedaron algunos minutos en silencio, Ji mirando su instrumento tratando de disolver el nudo de felicidad que se la había formado en la garganta y Seung disfrutando de su dulce aroma. 

 

─ Grrrr... ─ Ji Yong salió de su concentración cuando sintió el gruñido del otro en su cuello. Seung gruñía a veces cuando alguien le molestaba mucho o por defender sus orejas, pero estando solos sus gruñidos tenían un objetivo diferente. 

 

─ ¿Qué pasa? ¿El lobo malo esta hambriento? ─ pregunto Ji con voz juguetona.

 

Un nuevo gruñido llego a sus oídos, esta vez acompañado de una larga lamida en su cuello, Ji se estremeció y se fue inclinando levemente sobre el brazo del sofá antes las cosquillas de la respiración del otro. Seung lo siguió con la boca inclinándose también, lamiendo y besando con más ansias su cuello. 

 

─ Espera, espera Seung... ─ pidió Ji.

 

El lobo se enderezo y lo miro, el conejo se levantó del sofá y con mucho cuidado dejo su nueva guitarra parada en el sillón individual dándole una sensual visión del pompón de su cola al lobo, se volteó a ver al moreno y este aun sentado le volvió a gruñir despacio, sus orejas estaban erguidas y su cola se movía lento de un lado a otro sobre la tapiceria del sofá. 

 

─ ¡El lobo malo quiere comerme! ─ Ji grito entre risas y salió corriendo a la habitación.

 

El instinto de Seung salió a flote y salió corriendo tras su presa, la pilló en el cuarto que compartían, la atrapo por la espalda y la rodeo con ambos brazos inmovilizando al indefenso conejo, beso su nuca y restregó su rostro contra su cabello rubio disfrutando del dulce aroma que siempre despedía aunque no estuviera en celo. 

 

Ji dejaba salir pequeñas risitas por las cosquillas en su nuca, pero de pronto el otro le dio un mordisco en uno de los lados de su cuello y no pudo evitar dejar salir un gemido al sentir los colmillos apretarle la piel.

 

─ Lobo malo... ─ murmuro antes de morderse el labio inferior. 

 

Seung volvió a lamer y a besar su cuello desde atrás, dejo de inmovilizarlo y deslizo sus manos a sus caderas, las metió ambas por debajo de su ropa y acaricio su abdomen, las manos tibias de Seung hicieron suspirar al menor, el suspiro se convirtió en gemido cuando sintió el calor y el sonido de un nuevo gruñido justo encima de una de sus orejas, después un leve mordisco sobre ella. 

 

─ Seung Hyun... ─ Ji dejo caer su cabeza hacia atrás sobre el hombro del más alto quien volvió a concentrarse en la expuesta piel de su cuello, siguió acariciando su abdomen con una mano, pero la otra la deslizo más abajo, la metió por dentro de sus jeans, lentamente llegó hasta la suave piel de su miembro y lo acaricio con la yemas de los dedos. 

 

Ji Yong gemía con los ojos entrecerrados y apretaba su trasero contra la entrepierna de Seung, se restregaba contra su pene, podía sentirlo duro incluso por encima de las ropas. A Seung Hyun le encantaba sentir el trasero de Ji frotándose contra su cadera y también su suave cola aplastada contra su ingle.

 

Seung Hyun continuo acariciándolo solo con la punta de los dedos, las apretadas ropas del otro no le permitían moverse mucho, después de un momento esa inmovilidad se volvió molesta, saco su húmeda mano de dentro de los pantalones y ocupó ambas para abrir sus jeans y el cierre, liberó su miembro y lo masturbo bien, de arriba abajo por toda la extensión, más liquido pre seminal mojó su mano, Ji se restregó con más ganas gimiendo sin parar con los ojos cerrados. 

 

El conejo disfruto de los besos en su cuello y de las caricias en su pene por algunos minutos, hasta que ya no fue suficiente, quería más, tenía ya la garganta seca de tanto gemir y sisear cuando se volteó y beso al lobo desesperado, metió a lengua en su boca y ambas jugaron a la par, Seung dejo salir pequeños suspiros dentro del beso, su garganta vibraba por los gruñidos reprimidos. 

 

El mayor sin dejar de besar dio pequeños pasos empujando a Ji, obligándolo a retroceder, llegaron al borde de la cama, Seung empujó más hasta que ambos cayeron uno encima del otro sobre el colchón, sus cuerpos rebotaron y se siguieron besando, Ji con ambas manos tomó el borde de su polera y comenzó a levantarla.

 

Seung se separó y se terminó de quitar su propia polera, la tiró lejos y fue por la de Ji, este le ayudo levantando los brazos y una nueva prenda voló por los aires, el lobo ataco uno de sus pezones, lamio y mordió.

 

─ Gime como conejito asustado para mi Ji Yong ─ dijo Seung contra sus labios.

 

Ji obedeció de inmediato, sus gemidos se hicieron más agudos y más cortos, estaban acompañado de su respiración agitada, mordía sus labios cuando miraba hacia abajo como Seung seguía con su pezón en la boca, llevo una de sus manos al miembro del menor y comenzó a masturbarlo rápidamente. 

 

─ Harás que me... corra... ─ balbuceo Ji. 

 

Seung se puso de pie y comenzó a sacarse su propio pantalón.

 

─ Es lo que quiero hacer... voy a hacer que te corras... ─ le dijo bajando su ropa, su rostro no era como el de antes, sus ojos estaban lleno de salvaje lujuria. 

 

Pateo sus pantalones y luego saco los de Ji también tirándolos al suelo.

 

─ Date la vuelta, déjame ver tu linda colita. 

 

Ji lo hizo, con sus hombros sobre el colchón y las caderas levantadas le mostro el pompón blanco y su entraba abierta y húmeda. Desde esa posición Ji alcanzaba a ver la erección de Seung por sobre su hombro.

 

─ El lobo malo es muy grande, tengo miedo... ─ pero miedo era algo que definitivamente no estaba en su voz, hablaba agitado moviendo las caderas levemente de un lado a otro. 

 

─ Te gustara... no tengas miedo conejito ─ murmuro Seung acercándose sosteniendo su pene, lo paseo por el trasero de Ji de arriba abajo comprobando la humedad de su entrada, lo restregó contra su cola para sentir la suavidad sobre la punta. 

 

Seung puso una rodilla sobre la cama, posiciono la punta de su pene en su entrada y comenzó a invadir el cuerpo ajeno lentamente gruñendo bajo, con ambas manos tomo las caderas del conejo y las apretó mientras penetraba.

 

─ Gime... gime fuerte para mi ─ a Seung le encantaba la voz de Ji, sus canciones eran hermosas, pero también sus gemidos cuando los dejaba salir de forma aguda. 

 

─ Ahhh... ahhh... ─ obedeció sosteniendo las mantas dentro de los puños ─ más adentro... ─ suplico al sentir solo parte del pene de Seung en su interior, lo estaba metiendo muy lento y lo estaba desesperando, intentaba impulsarse contra las caderas del lobo, pero este lo estaba sosteniendo muy fuerte y no lo dejaba balancear. 

 

Seung quería seguir metiéndolo lento, pero como no podía decir que no a nada de lo que pidiera Ji y además era una petición placentera para él, empujo sus caderas y con un solo impulso choco la ingle contra sus nalgas, el conejo gimió casi en un grito al sentirse lleno de repente.

 

─ Ji... ─ Seung sintió la entrada del conejo contraerse contra su miembro, no pudo evitar apretar el agarre de sus caderas y dejar salir un gemido vibrante de su garganta. 

 

─ Muévete... ─ le hablo por encima de su hombro, Seung obedeció sacando un poco su pene, pero era apretado de forma deliciosa, el interior de su novio estaba tan caliente y mojado que podría correrse en tan solo unas cuantas estocadas. 

 

─ No me aprietes así... se siente muy bien Ji... ─ dijo mientras soltaba el agarre con una mano y acariciaba la espalda de Ji.

 

─ Muévete... por favor... ─ suplico moviendo sus caderas contra el otro.

 

Seung al fin se comenzó a mover con un ritmo constante, saco más su pene y lo volvió a meter logrando así la primera embestida, ambos gimieron secamente, pero más gemidos siguieron, Seung repitió el proceso más veces, salía y entraba, más y más rápido, gruñendo y gimiendo.

 

El lobo subió ambas rodillas a la cama y se fue inclinando lentamente sobre Ji, un poco más en cada embestida, el conejo al notarlo y desesperado por mas contacto se incorporó enderezando su espalda, Seung desde atrás ataco a besos y mordidas su cuello y hombro sin dejar de embestir, Ji Yong gimió más cuando sintió la lengua en su cuello, el pecho de Seung pegado a su espalda, ambos cuerpos mojados y resbaladizos, el menor levanto su brazo y lo llevo atrás para rodear el cuello del otro, revolvió los cabellos de su nuca, llevó su rostro lo más atrás que pudo, sus labios fueron atrapados por Seung y se besaron desesperados, con sus bocas totalmente abiertas. Seung Hyun quería estar por siempre dentro de Ji, ser parte de su vida y de su cuerpo era lo que lo mantenía vivo.

 

Al convertirse en adulto Seung Hyun abandono el orfanato, el gobierno ayudaba a los híbridos como él que no tenían experiencia en nada y que sin embargo debían salir al mundo para comenzar sus vidas independientes, les ayudaban a encontrar trabajo y le entregaban subsidios en dinero los primeros años para que no tuvieran necesidades. A pesar de todo fueron tiempos difíciles para el lobo, se sintió muy solo, los fines de semana siempre iban de visita a ver a sus amigos, sobre todo a Ji Yong, extraño como un loco su música y su dulce sonrisa. 

 

Todo mejoro cuando Young Bae cumplió también la mayoría de edad y llego a vivir a su lado, se sintió menos solo y tenía alguien con quien hablar todos los días, después para su felicidad también llego Ji Yong, no fue hasta entonces que se dieron cuenta de cuanto se habían necesitado, que el tipo de relación que compartían era más grande de lo que pensaban, que no era solo amistad, si no amor. 

 

Los dos fueron tímidos al principio, totalmente inexpertos, aprendieron juntos muy lentamente y poco a poco se dejaron llevar venciendo el pudor. Ji Yong un día comenzó a jugar al conejito asustado y al lobo malo, a Seung no le gustaba jugar así al principio, no le gustaba ser el lobo malo, pero como a Ji si le gustaba accedió, a medida que el tiempo paso y cuando dejaron la timidez fuera de su cama por completo el mayor comenzó a disfrutarlo de verdad. Ji Yong a pesar de su apariencia inocente no lo era para nada, Seung lo sabía mejor que cualquiera, pero le gustaba imaginárselo como un pobre conejito casto y bueno y que su pene era capaz de quitarle todo eso para ponerlo a gemir como un salvaje. 

 

─ Gime... gime Ji... ─ balbuceo Seung Hyun sobre su hombro, lo tenía atrapado de las caderas, sus estocadas ahora eran más duras y rápidas.

 

Ji Yong con los ojos cerrados y empezo a gemir las fuerte, de forma aguda y larga, sus manos estaban atrás sobre los muslos de Seung empujándolo levemente contra si en busca de tenerlo más adentro, estaba al borde del climax, ya no pudo más cuando una de más manos del lobo llego hasta su pene y comenzó a masturbarlo al ritmo de las embestidas.

 

─ Córrete para mi... ─ le susurro el mayor entre gemidos y débiles gruñidos.

 

La voz ronca tan sexy de Seung puso a Ji al borde de la locura, se mordió el labio inferior sin dejar de gemir, pellizco fuerte el agarre en sus muslos, restregó su trasero contra las caderas de Seung, este gruñía y gemía también al borde del climax.

 

El lobo al fin dejo su orgasmo salir de forma deliciosa, se derramo dentro del cuerpo de Ji Yong, el semen se esparció por su interior por las estocadas aun duras y rápidas, al sentir su entrada tan mojada y caliente el conejo no pudo más, cuando aun Seung se vertía en su interior gimió perdido y dejo salir su propia esencia en la mano del otro moviendo las caderas adelante y atrás. 

 

─ Ji... ─ balbució Seung contra su cuello aun moviéndose lentamente, disfrutando de las últimas corrientes eléctricas en su cuerpo, masturbando el pene de Ji lento, esparciendo todo su semen por la zona ─ te amo... 

 

Ji sonrió, nuevamente llevo su mano hacia la nuca de Seung y con la respiración muy agitada se besaron por sobre su hombro. 

 

─ Yo también te amo ─ dijo con los rostros muy juntos mientras acariciaba sus cabellos.

 

─ ¿En verdad no soy un lobo malo cierto?

 

─ Claro que no... eres un lobo bueno, el mejor ─ y le sonrio ampliamente.


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