Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historias Cortas de Inuyasha. por Keiko Midori 0018

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es el link de la canción que menciona la historia https://www.youtube.com/watch?v=nnPcfeKGSt8 ''Inuyasha soul piper'' sip, es la canción del Tatarimokke.

Dos familias separadas por un río, dos jovenes que quieren amarse y tocarse. Viven con la promesa de estar juntos algún día cortando la distancia entre ellos y ese peligroso río.

En el Japón feudal hay dos familias, ambas comandadas por su respectivo señor y aunque no son enemigas viven separadas. Lo que las separa es un río que pasa entre ellas y eso impide que se unan.

El río caudaloso tiene unas aguas cristalinas pero una corriente muy fuerte, cualquiera que tuviese el valor de entrar en él era probable que fuera arrastrado por la corriente y finalmente hundirlo para morir ahogado, muchos han tratado de cruzarlo dado que del otro lado es el territorio de otra familia, ese río es el limite que separa ambos lares. Hasta la fecha nadie ha podido atravesarlo sin morir en el intento.

...

...

En cada casa hay un heredero, en una vive un joven de veinte años. El hijo de la familia Taisho, un muchacho inexpresivo que entrena sus habilidades para ser el siguiente señor del lugar y enorgullecer a su padre. Un guerrero digno de su linaje. Sus tatuajes en el rostro y cuerpo lo hacen ver como si fuese un guerrero sobre natural y ha ganado el titulo de Guerrero Demonio al luchar, sus ojos color oro fundido y sus largos y platinados cabellos hacen de su apariencia algo irreal.

En la casa Setsuna, el heredero de dicha familia de tan solo dieciséis años es entrenado en combate pero en sus tiempos libres gusta de tocar la flauta junto al río, sus suaves notas inundan el lugar y contrastan con el chapoteo del agua, sus cabellos tan negros como el carbón danzan en en viento. Sus ojos azul oscuro parecen una noche sin estrellas, son cerrados en el momento en el que el joven inicia con su melodía que algunos dicen suena casi espectral, algunas veces era confundido con un espíritu del río.

Como cualquier día al atardecer, el joven Setsuna bajaba a la orilla del río. Encontró una roca cerca del río y se sentó, sacó su flauta y la melodía inició. Se concentró en sus notas.

Del otro lado del río un joven entrenaba a solas hasta que un extraño ruido lo hizo detenerse, era la dulce melodía de una flauta. Embobado por la canción decidió seguirla, era como si esa tonada lo atrajera hacia ella.

Sus pies lo llevaron a la orilla del río, sus ojos captaron lo que creyó era un espíritu. Un hermoso joven estaba sentado en una roca bajo la sombra de un árbol de cerezo, su cabello revoloteaba con el viento y los pétalos que volaban a su alrededor le daban ese toque mágico que atraía su atención. El rostro pacífico entonaba su canción, sus ojos cerrados y sus dedos en ese pequeño tubo de madera creaban esa melodía. Se sentó y siguió admirando al joven flautista.

Estaba a unos metros de él, eran separados por esa rápida corriente de agua y le parecía ilógico que pudiese escuchar dicha melodía tan especial.

Después de unos momentos la tonada cesó, el joven de cabellos negros abrió los ojos y al verse observado su rostro tomo un ligero color rojo. 

El joven de cabellos platinados aplaudió pero sabía que aquel joven no era capaz de escucharle pero alcanzó a ver ese adorable rubor en las mejillas contrarias, su corazón latió con fuerza. Alzó su mano como saludo y el joven Setsuna dio una ligera reverencia con una sonrisa, presentían que no sería la única vez que se vieran en esas circunstancias.

...

...

Ambos jóvenes se reunían en el río, el flautista complacía al apodado Guerrero Demonio con su canción y el otro solo sentía la calidez de esa melodía al escucharla.

Las estaciones pasaban y ellos seguían reuniéndose, ansiaban escuchar sus voces pero era peligroso cruzar ese río.

El joven de la casa Taisho había consultado a su señor sobre una forma de cruzar el río pero según el padre era imposible, los botes eran arrastrados por la corriente y si no quería parar en los territorios de otra familia esa opción no sería la correcta. No podían rodearlo pues el único camino que podía llevarlo a las tierras de Takemaru Setsuna era de la propiedad de la familia Ayakashi, enemigos de su señor padre y esa tampoco era una buena opción.

Decidido a hacerle llegar sus palabras a ese joven de negros cabellos decidió escribirle, sus pensamientos fueron plasmados en un pequeño pergamino. Se dirigió a la armería y tomó un arco.

Se dirigió a a orilla del río y al ver a ese joven sentado bajo la sombra del cerezo le apuntó con el arco, el joven contrario al principio se aterró ante tal acción pero ver un pergamino atado a la flecha hizo que sus nervios cesaran. Apuntó y soltó la flecha, quedo incrustada en el suelo a unos pasos del hijo de la familia Setsuna.

''Mi querido flautista...

Antes que nada quisiera decirte que tu hermosa melodía causa estragos dentro de mí. Sé que ya llevamos mucho tiempo reuniéndonos aunque separados pero juntos, ¿suena contradictorio, no? Lo sé, me siento raro escribiendo esto pero quería que supieras lo mucho que amo el dulce sonido de tu flauta.

Me presento, soy Sesshomaru el primer y único hijo de Inu no Taisho conocido como el General Perro. Me gustaría saber tu nombre, lo único que sé es que perteneces a la casa Setsuna y que tocas la flauta.

Olvide mencionar algo, tú haces latir mi corazón con intensidad y me gusta el calor que emana al pensar en ti. Siento esas mariposas que mi madre me mencionó cuando pequeño, dijo que es amor y siento que me he enamorado de un bello espíritu, yo creo que si lo eres, has hechizado mi ser y mi corazón con tu flauta pero no te preocupes, puedes quedarte con mi corazón y hacer con él lo que más te plazca, es todo tuyo. Espero que algún día pueda escuchar tu voz, estoy seguro que es tan melodiosa como tus notas.

Algún día podré tocarte, tenlo por seguro pero por ahora me conformo con saber que mis letras han llegado hasta ti.

Sigue tocando para mí, mi amado flautista...

Con amor... El esclavo de tu melodía.''

El rostro del joven Setsuna enrojeció ante la declaración del hijo de la casa contraria.

―Sesshomaru. ―Ese susurro causó un cosquilleo en sus labios y sonrió ante ello. 

El joven Taisho admiró esa sonrisa desde lejos, ambos caminaron a la orilla del río y se sentaron, sus manos se estiraron tratando de tocarse, por más que trataran era imposible que lograran hacerlo.

―Mi flautista. ―Suspiró mirando los vanos intentos por tocarse, vio al joven mover los labios como si le hablara y se levantó para correr e internarse en su territorio, no logró entenderle pero supuso que debía esperar.

Lanzó pequeñas rocas al río en lo que esperaba, paso un rato y el hijo de la familia Setsuna apareció pero no solo, a su lado caminaba un soldado con el emblema de esa familia, un hombre moreno y de cabello atado en una coleta, traía un arco en sus manos.

Lo vio darle indicaciones al recién llegado, el hombre le apunto con un arco y también notó el pergamino que colgaba de él, pocos segundos después la flecha estaba incrustada a sus pies, el soldado dio una reverencia a su próximo señor y se marchó del lugar.

''A mi querido admirador...

Tus palabras me han hecho apenar, nunca antes habían halagado mis tonadas y me alegra que seas el primero y sí, llevamos un buen tiempo separados juntos, eso si que suena contradictorio. 

Quisiera decirte que también siento mi corazón latir con fuerza cuando te veo aunque sea de lejos, también siento ese agradable calor envolverme al verte y ahora sabiendo tu nombre siento que este agradable sentimiento terminara absorbiéndome aun más.

Por cierto, soy Inuyasha hijo de Takemaru Setsuna o mejor conocido como el General Dragón. También soy el hijo único y gracias a ti ya no me siento solo.

Ansió estar junto a ti en este momento, quisiera escuchar tu voz y muchas cosas más pero es imposible, mi señor ha dicho que no es posible atravesar este peligroso río y por motivos de guerra no puedo atravesar los territorios contrarios.

Yo he escuchado sobre ti, más sólo sabía que eras el famoso Guerrero Demonio, aquel guerrero fiero en batalla y ahora espero saber aún más de ti.

Sin más que decir, me despido.

Mis notas son con amor para ti mi querido Guerrero Demonio.

Con amor... Tu flautista."

El apodado Guerrero Demonio sonrió ante esos trazos de tinta, sus sentimientos eran más que correspondidos.

...
...

La lluvia de flechas inició a partir de ese día, gracias a ellas podían comunicarse entre sí.

El joven Setsuna debió aprender a usar el arco, era excelente en armas de contacto más no de larga distancia. El joven de la casa Taisho reía al ver los intentos del joven al lanzar las flechas que terminaban en medio de las aguas.

"Deja de burlarte, no todos somos tan buenos con las armas como tú."

"Lo siento. Te ves tan adorable cuando te enojas que me es imposible resistirme."

"Tonto, no digas esas cosas."

Ambos sonrieron ante sus palabras, aún si no eran capaces de estar juntos se sentían cerca gracias a sus escritos y esa melodía hipnotizante que sonaba con la caída del sol.

...
...

En tiempos de guerra es imposible ser feliz por largos periodos de tiempo, el hijo de la casa Taisho tenía que salir a la batalla para defender sus territorios, eso llenaba de angustia al flautista de ya veinte años.

Al regresar de las batallas lo primero que hacía era correr a la orilla del río y hacer que su amado flautista lo viera para así alejar la preocupación que sentía al verlo partir por días e incluso semanas.

Todos los sirvientes y soldados veían rara esa relación, no se habían tocado ni hablado pero aún así ese amor prevalecía, dudaban que algo así fuese real.

"Tardaste mucho, creí que algo malo te pasaría."

"No te preocupes mi flautista, no puedo morir sin haber tocado tu suave piel ni escuchado tu hermosa voz. No debes preocuparte por pequeñeces, por algo soy llamado Guerrero Demonio."

"Lo sé. No puedo evitar esta angustia al verte partir y no saber nada de ti en días, tocar mi flauta ya no me hace sentir lo mismo si tú no estás aquí."

El joven Taisho sonrió, esa preocupación lo hacía sentir amado.

Se levantó del suelo y besó su mano, hizo el ademán de lanzar algo al contrario que de inmediato entendió sus intenciones.

El joven Setsuna atrapó el proyectil imaginario e hizo el ademán de colocarlo sobre sus labios, sintió como si ese beso fuese real al cerrar los ojos e imaginarlo.

Flechas con pergaminos, música de flauta y uno que otro beso a distancia, eso era algo de su día a día. Ese amor a distancia era algo maravilloso a sus ojos.

...
...

El hijo de la casa Taisho llegó de una batalla, estaba agotado y su ropa aun mostraba la sangre de sus enemigos perecidos, habían salido triunfantes y eso significaba que su pueblo estaría a salvo de las desgracias de la guerra por territorio. Había estado fuera con su ejercito por una semana que sintió eterna al no ver la sonrisa del flautista, muchos celebraron la victoria del Guerrero Demonio pero él sólo quería llegar y leer un pergamino de su amado.

Como cualquier día dejó sus armas para ir al río, la plática de dos sirvientes hizo que dejara de lado su arco.

―En el pueblo escuche que hay una disputa entre el General Dragón y los Hermanos Relámpago, algunos dicen que podrían entrar en batalla.

―Yo escuche que el mayor de los hermanos desea al hijo de esa casa y el General Dragón se niega a dar a su hijo a esos sádicos, se dice que asesinan a las mujeres y devoran humanos como si fuesen demonios, dicen que cualquiera corre peligro con ellos ya que son muy poderosos.

En definitiva no dejaría que eso pasara, no dejaría que su flautista cayera en manos de ese hombre. Tomó el arco, tinta y pluma, sus pergaminos y se dirigió al río. El flautista aun no estaba ahí y se sentó a esperarle mientras le escribía.

Pasado un rato el flautista apareció, su rostro mostraba preocupación pero se iluminó al ver a su amado Guerrero Demonio sentado a la orilla del río.

''Creí que tardarías más en regresar, me alegra que ya hayas llegado y escuche que saliste victorioso.''

''Yo también creí que demoraría pero afortunadamente no fue así. Mi amado flautista debo advertirte algo, ten cuidado con los Hermanos Relámpago, son peligrosos y no quiero que toquen aunque sea un sólo cabello tuyo, promete que tendrás cuidado ya que yo no puedo ir hasta allá y estrecharte entre mis brazos para protegerte de esos malditos sanguinarios.''

''Te lo prometo mi Guerrero Demonio. Tendré cuidado y descuida, mi señor tiene bien custodiado el territorio para evitar que nos ataquen. Además he estado entrenando todo este tiempo, de ser necesario sabré defenderme. Por otro lado, quisiera sentirme protegido en tus brazos pero me conformo con verte aunque sea de lejos. ¿Separados juntos, no? Así nos amamos.''

Ambos se acercaron a la orilla, sus manos se estiraron con la esperanza de tocarse pero era imposible. Sólo un milagro haría que sus manos se encontraran.

...

...

Una vez más el joven Taisho se iba a la batalla, los Ayakashi querían poseer las tierras de Taisho pero no iban a permitir que mataran a su pueblo por las tierras. 

Le había mandado un escrito a su flautista avisándole y despidiéndose. Marchó a la batalla, estaba empeñado en ganarles nuevamente y proteger a su pueblo.

Al regresar de la batalla vio una columna de humo negro tras la mansión de su señor, corrió de inmediato al río y sus ojos se ensancharon de sorpresa al ver como la mansión Setsuna ardía. Lograba ver a los soldados de esa familia luchar contra unos contrarios, no lograba distinguir su emblema pero estaba seguro que eran de parte de los Hermanos Relámpago.

De entre la multitud de hombres logró distinguir una cabellera larga y negra que ondeaba con el movimiento de lucha, su flautista luchaba con esos hombres. Estaba aterrado ante la posibilidad que le dañaran y que no podría ayudarle.

Los hombres guiaron al hijo de esa casa hacia el río y supo sus intenciones, lo acorralarían cerca de ahí.

Su arco serviría para otra cosa que no fueran sus mensajes. Las flechas empezaron a llegar a las tierras de Setsuna, el hijo de la casa Taisho disparaba en contra de los enemigos de la misma.

El joven Setsuna al verse siendo protegido por su amor sonrió, con los ánimos renovados siguió luchando.

Los soldados al servicio de la familia Taisho atacaban a los enemigos de la familia contraria para ayudarles desde lejos.

El joven Setsuna estaba cerca del río, demasiado cerca. Estaba cansado y herido de un hombro, los enemigos eran muchos y no daban tregua.

El hijo de los Taisho sentía la impotencia de ver a su flautista luchar herido y sólo podía ayudar desde lejos. Su mirada se centró en él.

Una vez más sus manos se estiraron y sus pies se movían, necesitaban tocarse inmediatamente.

Lo soldados de Taisho y los de Setsuna notaron las intenciones de sus señores. Les impidieron dar un paso más.

—¡Suéltenme!.

—¡Mi señor, no debe!. —Forcejeó para tratar de liberarse, su amado seguía luchando.

Logró zafarse, su mano trató de alcanzar a su flautista y este al verlo de reojo intento tomar su mano.

Ambos entraron al río y supieron que no exageraban al decir tales cosas sobre él, la corriente fuerte y rápida trataba de separarlos pero sus manos se estiraban tratando de tocarse.

Finalmente y después de años sus manos se rozaron hasta que se tocaron.

La corriente los arrastraba río abajo, el flautista enredo sus piernas alrededor de la cadera del Guerrero Demonio y sus brazos alrededor de su cuello.

El Guerrero Demonio se aferró a ese pequeño cuerpo que temblaba, ambos siendo arrastrados por la corriente.

Sus labios finalmente se encontraron y compartieron ese beso que tanto anhelaron.

Los soldados de la casa Setsuna salieron victoriosos ante la ayuda de la casa Taisho, ambos bandos veían como sus futuros amos eran arrastrados por ese turbulento río.

...
...

Mucho se cuenta de el Flautista y el Guerrero Demonio, desde ese día nunca se les volvió a ver.

Desde ese día las aguas de ese río cesaron, las aguas ahora calmadas surcaban por ese límite territorial.

Mucho se habla de ello, unos dicen que ambos murieron ahogados, otros que la corriente los arrastró hacia territorios enemigos y fueron asesinados, unos más cuentan que ambos viven en una cabaña junto al río,  también se dice que el río mantiene a ambos amantes cautivos bajo sus aguas y por ese motivo se calmaron.

Muchos dicen que aún se escucha el sonido de la flauta espectral sonar a media noche, se dice que la melodía de la flauta aplacó la violencia de las aguas del río.

Hay tantas versiones y todas diferentes entre sí de lo que sucedió ese día, todos hablan sobre eso pero nadie sabe con certeza sobre el paradero de ambos hombres, todos ansían saber que pasó pero lo único que se sabe es que ambos están juntos ahora.

A pesar de todo ambas familias suelen dejar linternas flotantes en el río para que su luz ilumine sus aguas y el camino de ambos hombres.

Ya sea vivos o muertos ellos siguen abrazados, siguen amándose y la melodía de la flauta no dejará de sonar pues el Flautista desea complacer al Guerrero Demonio con su dulce canción o al menos eso dicen las leyendas que relatan la historia y el amor de...

El Flautista y el Guerrero Demonio.

Fin.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).