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Historias Cortas de Inuyasha. por Keiko Midori 0018

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Notas del capitulo:

Un hombre de largos cabellos negros despide a su amado en el muelle, su amado un pescador de atunes se iría de viaje a alta mar con varios compañeros. Él le prometió volver y él le prometió esperarlo sin importar cuanto pasara.

Inspirado en la canción ''En el muelle de San Blás'' de Maná. 

Septiembre 1980, muelle Shikon...

Un hombre joven estaba caminando de la mano de su amado mientras conversaban un poco.

―Sesshomaru, ¿tardaras mucho en volver?. ―Preguntó a su amado que caminaba a su lado, él era un pescador de atunes algo común en ese lugar pero cada que zarpaban tardaban mucho, incluso tardaban semanas en volver.

―No lo sé, eso depende del capitán. ―Contestó con una sonrisa ya que tenia planeado pedirle que se mudara con él cuando volviera con una gran paga y darle todo lo que se merece a su amado.

―No quiero que tardes tanto. ―Estaba preocupado y él lo abrazo. Solía preocuparse cuando partía, siempre era así, se preocupaba por su seguridad y eso le encantaba y mucho ya que se sentía aun mas amado.

―No te preocupes Inuyasha, volveré. ―Dijo mientras besaba su mejilla con ternura y él  sonrío, siempre sabía como calmarlo y hacerlo sentir mejor.

Siguieron su camino ya que irían a visitar a sus amigos que vivían cerca del muelle. Al llegar se encontraron con Miroku, su amigo.

―Hola Inuyasha, Sesshomaru, ¿como están? ―Preguntó Miroku amablemente.

―Bien Miroku, gracias ―Contestaron al unisono y él los dejo pasar a su casa donde su pareja se encontraba remendando algunas prendas y al ver a sus amigo soltó sus agujas e hilos para abrazar a Sesshomaru y a Inuyasha ya que tenia tiempo de no verlos.

―Que alegría de tenerlos aquí. ―Dijo el hombre mientras se sentaba en el sofá seguido de las visitas y empezaron a hablar de temas triviales.

Ya al atardecer se encontraban cenando ya que sus amigos los habían invitado a cenar.

―¿Tú iras en este viaje Miroku?. ―Preguntó Inuyasha mientras probaba un bocado de arroz preparado por su amigo Koga.

―No, yo no iré. Esta vez me quedare ya que Koga y yo iremos a ver a mi tío Mushin que vive en la ciudad vecina. ―Contestó Miroku mientras tomaba un poco de té y empezaron a hablar un poco del viaje y cuando se irían.

Después de la cena ambos agradecieron y se despidieron de sus amigos para volver a casa.

Una semana Después...

Inuyasha se encontraba en el muelle despidiéndose de su amado que partiría en un nuevo viaje de pesca junto a otros cinco hombres sin contar al capitán.

―Te extrañare Sesshomaru. ―Dijo mientras lo abrazaba fuertemente y él correspondió su abrazo también se encontraba triste ya que no le gustaba separarse de su amado pero debía ir para conseguir dinero para vivir y para poder comprar su futura casa pero eso era una sorpresa para cuando regresara.

―El capitán confirmo que en una semana volvemos, así que volveré pronto te lo prometo ―dijo para después soltarlo y darle un beso en la frente para poder irse ya que ya casi iban a partir.

―Te esperare y me pondré el traje blanco que me regalaste, ese que tanto te gusta y también estaré aquí cuando vuelvas es una promesa. ―Contestó con una sonrisa un poco triste mientras algunas lágrimas bajaban por sus enrojecidas mejillas y siguió tratando de alejar su preocupación por él algo normal cada que se iba de su lado.

―Entonces me esforzaré para que no tardemos mucho. ―Contestó y le beso por ultima vez para poder subir al barco y irse de ahí.

Paso una semana, Inuyasha se encontraba en el muelle con un hermoso traje blanco de fino algodón mientras veía el horizonte esperando el barco que traería a su amado Sesshomaru, llego la noche y no volvía, él empezó a desesperarse, Sesshomaru nunca rompía sus promesas y eso hacia que su preocupación aumentara.

Otra semana pasó, volvió al muelle pero él no regresaba. Él ya estaba decidido a esperarlo allí mismo, no se movería hasta ver a su amado bajar del barco pesquero en el que se fue así se quedara por la noche o lloviera, él estaría ahí sin dudarlo, le amaba demasiado y esa preocupación no lo dejaba tranquilo, por eso tomo esa decisión.

Un mes trascurrió, la gente empezó a llamarlo loco pero él no se movía de ahí, Koga le llevaba comida pero por mas que tratara de llevárselo él no aceptaba moverse.

Por las noches sólo observaba el mar y el manto de estrellas que lo cobijaban, dormía ahí mismo pero no se alejaba del muelle, no lo haría hasta que su amado volviera no importaba cuanto tardara él lo esperaría y lo llenaría de besos como a él le gustaba que lo hiciera.

Otro mes transcurrió y el barco no aparecía, su traje que antes era de un pulcro blanco ahora era de un tono grisáceo y su cabello enmarañado por la falta de cuidado lo hacia ver fatal, la gente iba a gritarle o a tratar de alejarlo del muelle pero por mas que trataron no lograron separarlo. 

Su amigo lo veía a lo lejos preocupado pero no podía hacer nada incluso Miroku trato de llevárselo a la fuerza de ahí pero Inuyasha volvió inmediatamente y decidieron dejarlo ahí por mas que les doliera verlo así.

Los años empezaron a pasar las familias de los hombres que partieron dejaron de asistir cada semana al muelle a la espera de sus hombres el primer año, pero Inuyasha no, él permaneció fiel a su promesa, él estaría ahí cuando Sesshomaru volviera.

Un día la gente trato de encerrar a Inuyasha en un manicomio ya que consideraron que estaba loco debido a que ahora vivía en el muelle pero no lograron separarlo, su amor por ese hombre impedía que se fuera de ahí así que finalmente se rindieron como todos.

Mas años pasaron y él no volvía. Él se había acoplado a esa vida, Koga iba a diario a dejarle comida y algunas mantas, aunque él no quisiera comer su amigo lo obligaba, empezó a ver el mar con la esperanza de que él volviera pero los años seguían pasando, su cabello empezaba a tornarse plata, sus ojos ya estaban cansados pero él seguiría ahí a la espera de Sesshomaru.

Un día finalmente su luz se apago, vivió una vida junto al mar esperando a su amado que jamas volvió.

Se podía observar a una hombre ya de edad avanzada llorando frente a otro que yacía acostado en la húmeda madera del muelle sin vida, ese hombre era Inuyasha que había esperado por sesenta años a su amado que nunca volvió.

―Koga ya no llores. ―Dijo Miroku un hombre ya muy mayor.

Los años habían pasado y no habían logrado apartar a Inuyasha del muelle, ahora ya era tarde Inuyasha había muerto esperando a alguien que jamas volvió.

―Debemos hacer que siga aquí, él así lo hubiera querido. ―Dijo él mientras gruesas lágrimas bajaban por sus ya arrugadas mejillas.

Finalmente decidieron cremar su cuerpo y arrojar las cenizas al mar para que así estuviera ahí como él prometió hacerlo.

Muchos años pasaron y la gente decía ver el espíritu de un joven hombre con un hermoso traje blanco observando el horizonte a la espera de su amado para que finalmente cumpla su promesa de volver a su lado.

...

...

―¿Oye que haces? Y... ¿Porque lloras? ―dijo mientras se sentaba a su lado.

―Es que leí una historia de este muelle y me dieron ganas de llorar.

―Solo es una historia pequeño, ¿porque llorabas así?.

―La leí mientras imaginaba que eramos nosotros Sesshomaru. ―Dijo llorando aun más fuerte y Sesshomaru lo abrazo protectora mente mientras continuaba su llanto.

―¿Que historia leíste?. ―Preguntó mientras acariciaba su cabello, habían venido a ese pequeño pueblo pesquero llamado Shikon para visitar a los padres de Inuyasha y ahora estaban en el muelle sentados observando el atardecer.

―La historia del hombre  que vivió esperando a su amado aquí en el muelle. ―Dijo aun llorando y aferrándose mas a él.

―Si supe sobre eso, él no pudo volver porque su barco naufragó y todos desafortunadamente murieron. ―Contestó recordando las historias que su abuelo Totosai le relataba.

―Eso es muy triste, ellos solo querían estar juntos. ―decía con lágrimas en los ojos.— Y no lo lograron.

―Lo sé Inuyasha, pero yo no te voy a dejar solo.

―Eso mismo dijo él, no quiero que nos pase eso Sesshomaru. ―Dijo limpiándose las lágrimas y finalmente se levantaron de ahí para volver a casa de sus padres.

Al caminar sintieron un escalofrío y los hizo voltear solo para ver a unos metros de ellos a un hombre joven con un hermoso traje blanco que observaba el horizonte.

Eso hizo que se aterraran pero no se movieron, de repente otra extraña sensación se hizo presente y lograron ver a otro hombre, ambas apariciones se abrazaron dejándolos perplejos e Inuyasha sonrió muy feliz, él había regresado para cumplir su promesa, hasta que finalmente desaparecieron para estar juntos nuevamente como siempre debió ser.

―¿Lo ves? Si yo llego a hacer algo similar también volveré, no importa cuanto tarde. ―Comentó Sesshomaru  mientras abrazaba a su novio que ahora lloraba de felicidad pues acababa de ver que el amor puede ser eterno.

―Acabo de comprobarlo Sessh. ―Dijo para después besar sus labios muy feliz y continuaron su camino de regreso para tratar de hacer su amor así de duradero como "El Novio del Mar" un apodo al hombre que acababan de ver ya que nadie lograba recordar su nombre después de tantos años.

Una promesa de amor puede durar para siempre, el amor puro puede prevalecer ante cualquier adversidad y continuar muy fuerte como el primer día.

Fin.

 


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