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RE- por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

 

Actu, espero les guste.

Aunque dije eso, la verdad es que no voy corriendo a la escuela, no porque no quiera si no porque sé que el director no llega tan temprano. Termino de desayunar y lavo los platos,  también recuerdo que tengo que ordenar la ropa que está limpia y sacar la basura de mi habitación. Nunca había sido tan ordenado en mi vida hasta que me mude y comencé a vivir por mi cuenta.  Aun no tengo una escusa para explicar porque le bese y ya comienzo a pensar que lo mejor sería no decir nada y solo fingir que no paso, no soy muy bueno mintiendo ni improvisando.  


Cuando veo que  mis padres me comienzan a ver raro, decido que es mejor esperar en otro lugar. Me despido de ellos y me dirijo al centro comercial aunque no tengo trabajo en la cafetería, al menos puedo tomarme algo mientras espero.  El centro comercial abre temprano, pero solo unos cuantos negocios madrugan, entre ellos la cafetería.


— Hoy no es tu turno para trabajar— Es el saludo de Daphne.


— No vengo a trabajar. Dame un café.


— oh, bien…— me siento en la primera mesa pasando por las cuentas de la cortina— ¿no vienes con la otra Eve?— debido a que mi nombre y el de Evelyn suenan algo parecidos, al menos el inicio, algunas personas nos han llamado “Los Eve” incluso han llegado a preguntarnos si no somos hermanos.


— No, no he hablado con ella hoy. Tengo clase en un rato…— ah, un mensaje del director. Daphne pone una taza con el café frente a mí— Tenemos que ir antes, habrá una reunión para establecer el modo en que podremos tener la ayuda del nuevo chico para que haga de modelo en las clases— La suerte está de mi lado hoy al parecer.


—  ¿Es un modelo?


— No sé si es un modelo real, pero en la escuela necesitamos que alguien modele para las clases, posiciones, formas, esas cosas.


— ah, ya entiendo.


— no pude hablar con él cuando fue a la escuela— le doy un trago al café, demasiado dulce como me gusta, y luego tomo una de las galletas que ya estaban en la mesa— Es bueno que tengamos ayuda como esa, los modelos que tenemos son de madera, muy pequeños y no alcanzamos para toda la clase, a veces hemos pedido ayuda de nuestros amigos para que poseen, estará bien tenerle ahí— Daphne está bebiendo de una taza transparente algo que huele mucho a canela y tiene un tono marrón translucido.


— no suena a que hables de arte.


— claro que hablo de arte.


— ¿Recuerdas cómo nos conocimos?— le da un trago a su bebida. Como si pudiera olvidarme. Paso hace unos dos o tres años, cuando estaba por terminar el año en la escuela de artes,  Evelyn me había dejado solo porque tenía que hacer una investigación con sus compañeros y yo estaba regresando solo a casa cuando alguien me detuvo en la calle antes de llegar al estacionamiento por mi motocicleta.  Cuando vi a Daphne pensé que estaba perdida y que necesitaba ayuda para encontrar el lugar al que iba, pero ella se presento y dijo que era la dueña de una cafetería y entonces fui yo el que se sintió perdido porque tampoco me estaba invitando a conocer el lugar, intente despedirme pero ella solo dijo que le gustaría que trabajara con ella.


“Tienes un alma triste, desesperada. Has estado buscando algo pero no lo has encontrado, si me ayudas yo podría ayudarte también”


Esas fueron las palabras que me convencieron, y no acepte el trabajo porque me ofreciera ayuda, sino porque fue la primera persona que me dijo exactamente como se sentía, con la que sentí que podría ser como quisiera sin fingir nada.  


— no podría olvidarme de eso.


— Y aun así nunca has dejado que te lea la mano, o te tire las cartas— Para no responder a eso me bebo el café que me queda. Tengo serias dudas sobre las cosas esotéricas, es difícil creer que sea verdad cuando se dé muchos casos falsos, que solo es un método fácil para sacarles dinero a los ingenuos pero tampoco puedo asegurar que no existan personas que tengan alguna habilidad extrasensorial y que Daphne me dijera eso cuando no nos conocíamos… Sería una coincidencia abrumadora, como el haberme encontrado con ese chico idéntico al chico de mis sueños. 


 — Prefiero no saber lo que me depara el futuro— le sonrió.


— ¿No te da ni un poco de curiosidad?


— no— Dejo la taza sobre la mesa y estiro los brazos— Por cierto, pienso tener dos o tres grupos más en la escuela si es que el director me deja y se consigue los estudiantes así que vendré menos por aquí si es que todo sale bien— Ella sonríe, hace un ademan despreocupado con la mano y sus pulseras tintinean. Termina de beber su té y luego toma mi taza vacía— Como sea yo te avisare para que puedas contratar a alguien más.


— Que considerado.


— Evelyn seguirá trabajando, además… ¿Qué estás haciendo? ¿Estás leyendo mi taza? 


— Shh.


— ¡Daphne!


— Hay cosas muy interesantes…— se ríe, sin prestarme atención— Es una taza muy alegre, Everett ¿Quién lo diría?


— Ya recordé porque nunca tomo café aquí— refunfuño.  Y es verdad,  tomo otras cosas menos café para que Daphne no haga esto precisamente. Suspiro y veo la hora en el reloj de la tienda: aun tengo mucho tiempo antes de poder irme, pero quizá me vaya antes y haga algunos dibujos en el salón de clases.  Aun estoy decidiendo si irme o no, pero me llama la atención el silencio de Daphne.


— Es… extraño— dice, como si yo hubiera preguntado en voz alta que le pasaba— todo está muy claro.


— Eh, bien por ti— no sé que mas decir.


— No, Everett, no lo entiendes. Casi siempre hay símbolos y figuras muy difíciles de ver porque se confunden ¿Es un triangulo o una pirámide? ¿Es un uno o una letra i? pero aquí veo todo bien. Numero, una letra, figuras claras… dime, Everett ¿Haz conocido a alguien?


 — que tonterías ¿Sabes cuál es la probabilidad de que eso suceda? Muy alta, porque podemos conocer a alguien nuevo cualquier día.  Eso no me dice nada— No quiero sonar mal, pero después de escuchar eso me he quedado helado pensando en ese chico y en que quizá deba creerle más crédito a Daphne— solo… no creo mucho en esas cosas— Ella nunca parece molesta, como si seguido le dijeran lo mismo que yo.


— ya sé que no confías en lo que digo. O eso quieres creer, porque sigues trabajando para mí a pesar de lo que dices— Sonríe, aun mirando mi taza— Ah, parece que encontraras algo que buscabas desde hace mucho tiempo, realmente mucho tiempo ¿Qué perdiste?


— Si supiera todo lo que perdido desde que era niño…— me levanto, y me estiro— me iré ya, quiero llegar temprano— ella solo me despide con la mano. La conversación sobre adivinación me dejo incómodo. Ah, espero que el viaje en la motocicleta funcione para relajarme un poco en lo que puedo dibujar.


La escuela no está vacía esta vez, escucho las voces de algunos profesores y alumnos además de música en alguna de las aulas. Abro la puerta de mi clase, y me voy directo al escritorio. Con el silencio y el viento que entra por la ventana pronto me distraigo de todo menos del dibujo que he comenzado. Siempre he hecho a Zachelle en medio de arboles, entre lugares antiguos. Es la primera vez que le dibujo con un lugar moderno de fondo, aunque hoy no podría decir que es él, ya que estoy pensando en ese chico. Lo único que hace que deje de dibujar es la alarma que programe en mi teléfono para ir a la reunión, pero en lo que guardo las cosas y me dirijo al salón donde ser a la reunión, llegare tarde.


La reunión resulta exactamente como había pensado, buscar una forma de que los horarios y los temas que veremos concuerden con el del chico nuevo, aunque llegue tarde no me perdí de mucho. Anoto al final de todos en la pizarra los días de mis clases. Me da un escalofrió al ver que soy el primero que necesita de la ayuda de un modelo, porque los otros profesores o ya pasaron esa clase o están viendo cosas como paisajes o cosas más complejas. Yo sigo trabajando con modelos de madera pequeños, insuficientes e inefectivos para hacer retratos. Comienzo a marearme de nuevo, y apenas escucho que la reunión termina me doy la vuelta y me salgo. No puedo dar una clase si termino en el suelo de nuevo, y faltan como veinte minutos antes de que comience la primera clase que tengo hoy.


¡Yo no debería estar así! estoy ante la persona que he buscado, con la que  he soñado y anhelado, no debería estar asustado…


No, claro que es normal que este asustado, nervioso y que me sienta mal de vez en cuando. Esto no es algo que pase todos los días ¿Acaso lo he deseado tanto que termino  por hacerse realidad?  Vamos, que siempre que me encontré a alguien que ya conocía por medio de mis sueños no me comportaba así,  actuando como si los conociera desde hace mucho tiempo en lugar de acabarlos de conocer… lo mejor será que deje de pensar en esto, si él está asustado por lo que paso entonces será muy difícil acercarme a él. Me pongo a dar la clase como puedo, hablando sobre las técnicas para dibujar y pintar cuerpos humanos, aunque lo hago todo en desorden y más bien es algo improvisado. Termino la clase justo a la hora, espero a que todos terminen de guardar sus cosas para sacar las mías y dibujar un poco antes de mi siguiente clase, pero antes cerraré la puerta para que no me molesten.


— ah… hola.


—…— reclinado a un lado de la puerta me encuentro con él cuando voy a cerrar la puerta tras el último alumno que sale.


— Tu clase se escuchaba interesante, no quise interrumpir. Saliste demasiado rápido de la reunión y te buscaba para acordar como vamos a trabajar ya que tú eres el primero en la pizarra. Eres Everett ¿no? Soy Laith


— …


— ¿¡Te encuentras bien!? ¿Otra vez vas a desmayarte?— En lugar de acercarse a ayudarme le veo retroceder. Las rodillas se me aflojan otra vez y tengo que sostenerme de la puerta para no caerme,  aun así me estoy riendo.


— Estoy bien. Disculpa, solo tengo que…— señalo el escritorio y  camino sujetándome de la pared.


— ¿Llamo a alguien?


— No, no…— logro llegar a mi silla sin caerme— está bien… entonces sobre la clase, como veras estoy usando esos modelos de madera, pero aunque son utilices para poses básicas ya he terminado con eso y ahora necesito algo más. Los estudiantes de la clase que acabo de terminar están iniciando con el trabajo y no lo dejare a medias, pero tengo dos grupos más, uno está por hacer entrega y al otro le falta poco…— Es mucho más fácil concentrarme en el arte, en los colores y los trazos que en lo que pasara.


— entonces estás diciendo que no me necesitas…


— Si ¡No! Ah, dame un minuto para pensar— Ojala pudiera pensar, no sé lo que estoy diciendo. Le escucho mover una silla, quizá se sentó, no puedo verlo ahora o me perderé completamente.


— ¿Estás seguro que no quieres que llame a alguien?— su voz, esa maldita voz va a volverme loco. He terminado en uno de mis sueños— O si me dijeras que hacer ¿necesitas medicina? ¿Algo?— por fin le veo. Sigue estando lejos de mí, me deja claro que recuerda lo que paso la última vez que yo me puse mal.


— estoy bien, créeme. Eh… ¿podrías venir mañana? La clase es a las seis, no necesitas traer nada en especial, solo ven. 


— ¿no dijiste que aún no terminas lo que sea que estés haciendo con los alumnos?


— será una… clase de presentación— si digo que hare una demostración de cómo dibujar, usándole a él como modelo quizá sea incomodo… para él, porque yo puedo dibujarle aunque no le tenga frente a mí.


— ¡Excelente! ¿Puedo quedarme a la próxima clase? La verdad no sé nada de arte, creo que podría observar un poco antes de comenzar— Quiero gritar si, en serio que podría hacerlo pero ¿Cómo voy a dar la maldita clase si él está aquí? apenas puedo pensar en otra cosa que no sea él. Quiero que este aquí, hablar  con él… tantas cosas que quisiera hacer ¿Por qué no puedo hacerlo? Solo puedo comportarme como un idiota cuando le veo. Esto no es para nada como había pensado que sería cuando le encontrara.


— Ahora mismo tengo una hora libre, la clase inicia después pero puedes dar una vuelta por los otros grupos, no creo que nadie le moleste que eches un vistazo.


— Oh, está bien, eso hare— no le veo cuando sale, pero apenas me siento solo dejo caer la cabeza en el escritorio. El golpe que me doy hace un sonido fuerte en el aula vacía. Tanteando en el escritorio con la mano encuentro mi teléfono y apenas levanto la cabeza para poner la clave que lo desbloquea y presionar el nombre para llamar. Evelyn me responde cuando la melodía de espera de su tono apenas va por los segundos acordes.


¿Ya te has acordado de mí? 


Evelyn… tengo un problema.


— ¿eh? ¿Estás bien? estoy en camino a casa de mi abuela, regreso mañana en la noche ¿Es muy grave?


No. Escucha: El chico que vimos en el centro comercial el otro día,  Zachelle— escucho un  sonido de que me escucha— Esta aquí ahora, es el nuevo modelo que contrato la escuela para las clases. Y mañana tengo una clase con él— Añado para enfatizar mi problema. Escucho una palabrota y luego ruidos raros y fuertes,  mas insultos de Evelyn y su voz más lejana me hacen comprender que se le cayó el teléfono mientras conduce. Me quedo esperando a que ella tome el teléfono, pero en lugar de hacerlo, le escucho gritar.


— ¡¿Y cuál es el problema!? Pensé que eso es lo que querías, has encontrado al chico de tus sueños— Nunca más literal esa frase— ¿O es que ahora eres un miedoso?


— No


— ¿Entonces porque me llamas lamentándote?


— No me he lamentado, solo no se qué hacer— Ella me conoce bien para saber que de hecho si estaba a punto de lamentarme— Se que he pasado toda mi vida diciendo que iba a encontrarle y todo eso, pero…— su grito me corta las palabras.


— ¿Acaso no paras de decir las cosas que ibas a mostrarle cuando lo encontraras? ¿Los dibujos, y no sé qué tantas cosas más?  Solo hazlo.


— claro, le diré que venga a mi casa y le mostrare todo apenas entre. Ese es mi problema.


— Entonces sean amigos primero. Te veras como un raro demente si haces como si le conocieras, al menos finge que no le conoces. Y cuelga ya la llamada que yo no puedo— suspiro y cuelgo. Ese también es un problema, porque no lo conozco. Conozco a Zachelle,  pero no conozco a este chico. Aprendí a guardarme las cosas que conocía porque todo lo que decía terminaba por asustar a los demás, incluso a Evelyn. Ah, siento que me estoy quebrando la cabeza con esto, el problema no es nada grave y yo solo estoy exagerando, yo no soy Rahn y él no es Zachelle.


 


La única forma en que puedo pasarla como si nada es concentrándome en este mundo, en lo mucho que me gusta la tecnología, me gusta demasiado la música y ver los aviones en el cielo, los autos… son todas cosas que me alejan de esos recuerdos y que disfruto mucho. Estoy un poco nervioso por tenerle en el mismo salón, pero no puedo ponerme exigente, no cuando me han dado la oportunidad de tener un trabajo y hacer lo que me gusta, aunque podría decir que no lo necesito, que ya inicie los temas y que ayude a alguien más.


He llegado a la clase y él no está. Darme cuenta de que no está me relaja, y puedo iniciar la clase  sin problemas. Estoy dando una segunda ronda a los cuadros que ya están casi terminados, cuando le veo en la puerta. Sonríe y me saluda con la mano, sin entrar al aula. Me muevo en silencio hasta la puerta.


— No quiero interrumpir— habla en voz baja, mirando a los que están pintando.


— no importa. Escuchen— alzo un poco la voz y todos voltean a verme—  La próxima clase deben tener terminado el cuadro, porque vamos a comenzar a trabajar en el cuerpo humano y retratos. Para iniciar tendremos la ayuda de z…— No, él no se llama así. Le miro, intentando recordar que nombre me dijo.


— Laith— me ayuda cuando ve que no puedo acordarme y comienzo a perder el hilo de lo que estaba diciendo.


— Laith nos ayudara con los primeros bocetos.  Después ustedes podrán elegir a alguien más para entregar el trabajo final— escucho los murmullos de emoción— Puedes sentarte en ese sillón, y trata de moverte lo menos posible.


— Bien— arrastro un caballete y uso mi propio block de dibujo para comenzar. Comienzo a trazar mientras explico cómo debería verse un retrato, como cuidar las líneas y hacerlas más naturales,  tampoco exijo mucho, siendo arte es imposible dar una calificación exacta pero si busco que se acerquen a lo que se busca con el tema. Cuando estén en un curso más avanzado entonces podrán elegir el estilo que les guste. No me tardo mucho en terminar el dibujo, y la única forma de no distraerme como siempre es hablando de cualquier cosa referente a los detalles o contestando preguntas, si no la sensación de malestar por mostrarle este dibujo a alguien me va a consumir. No debería pasarme, puesto que cientos de personas pueden verlo en internet, pero me molesta.


— Entonces asegúrense de traer terminado el dibujo en el que trabajan y comenzaran con esto. Pueden irse— lo que sigue son unos momentos llenos de ruido y conversaciones más altas, sillas arrastrándose y pasos rápidos. Es temprano, alcanzo a ir a la cafetería y ayudar un poco mientras uso la conexión a internet para buscar un departamento nuevo y cuando regrese a casa terminare de publicar lo más nuevo que he dibujado. Me apresuro a meter todo a mi mochila y cerrar el cajón del escritorio— Eh… ya puedes moverte— Laith sigue en el mismo lugar donde estaba para posar.


— No me has mirado.


— ¿Qué?


— O eres muy bueno memorizando rostros o tienes un problema conmigo, dime ¿Tienes un problema conmigo?


—No…­—Precisamente.


— ¿Seguro?


— No te conozco ¿Porque tendría un problema contigo?— Me esfuerzo por sonar tranquilo, por creer que no pasa nada, pero no soy bueno mintiendo, termino delatándome yo solo. Reviso todo en la mochila otra vez, asegurándome de no olvidar nada.


— No lo sé, tú eres el que ni siquiera puede mirarme cuando me habla. Y eso es raro porque yo les agrado a todos — Oh, en serio me dará algo ahora mismo.


—  No tengo ningún problema contigo— me obligo a mirarle y a sonreír— No me conoces tampoco, si tuviera algún problema contigo no podrías saberlo ¿No crees?— Él sonríe, y a mí se me detiene el corazón.


— Eso parece. Me dio la impresión de que me evitas, pero me alegro de que sea solo mi imaginación—  Oh, dios ¿Qué está diciendo?  Comienzo a sentir pánico— Espero que nos llevemos  bien, Everett— la maldita forma en que pronuncia mi nombre me hace delirar. Ya no sé si es a propósito, si nos conocemos o no. El es una tempestad, causa tanto en mi que no me reconozco.


— Por supuesto, tengo que irme ya…— No termino lo que iba  decir, solo tomo mis cosas y me voy en un intento de no soltarle todo ahora y hacer que piense que necesito un manicomio, aunque eso no ayude a hacerle creer que no tengo problemas con él.

Notas finales:

Gracias por leer, hasta la próxima semana


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