Ellos dos eran las dos caras de una moneda, Bruno siendo el mejor alumno de su división,. Alguien muy respetado por sus compañeros, servicial con todos y una gran persona, mientras que Abbacchio era todo lo contrario, un alumno promedio sin aspiraciones a más, juntándose con los chicos problemáticos de la escuela, teniendo un secreto con Bruno.
Ellos dos eran complementarios, lo que uno no lo tenía el otro si, miradas que podían derretir eran transmitidas entre ellos en cualquier momento, derrochaban todo su amor ente ellos pero solo cuando estaban solos, aquello era la idea del albino, él que no quería que lastimasen a su novio, solo por no ser como él o sus amigos.
Ellos dos con aquel secreto, el verse todos los días después de clases a compartir el momento, caricias que los dejaban mudos a ambos, besos que rompían esquemas impuestos por el mundo, noches en donde solo se oían los suspiros de placer.
En la mente de Bruno todo era perfecto, nada de qué preocuparse salvo por aquel tema, el secreto, las intensas ganas de estar con su novio sin importarle nada, de querer cumplir el capricho de que todos sepan que Abbacchio salía con alguien y ese alguien se trataba de él mismo.
Por ende aquella tarde, tranquila y corriente, los dos sentados en cada esquina, Leone con sus compañeros de desastres, como lo llamaban los profesores y por la otra parte Bruno en el otro extremo con sus amigos de confianza, con su mano le hizo una seña.
“Tú y yo, a las afueras tomados de las manos”
Al ver aquello él chico se sorprendió un poco, oyó a sus amigos preguntarle por qué pero no respondió, espero unos minutos y decidió darle una respuesta al moreno.
“Imposible, seria riesgoso para nosotros”
Tras ver aquello Bruno bufo, se recargo un poco en la banca para mirarlo fastidiado, no sé rendiría fácil.
“Si no arriesgas nunca ganaras, no me importa lo que digan tus amigos, somos una pareja”
“Comprendo, pero lo hago más por ti que por mi”
“Abbacchio, no necesito que hagas eso por mí, mantener un secreto no es bueno”
“Entonces no lo hagamos más, prometo no ocultar lo que siento por ti”
“Eso espero”
Nadie, absolutamente nadie comprendía sus señas, para todos pareciera una discusión pero ellos mismos lo había inventado para hablarse, sin que los otros supiesen realmente lo que decían.
Las clases fueron un total martirio lento, en donde no esperaban más para poder salir y verse, el tictac del reloj los ponía nervioso, Abbacchio golpeteaba su lapicera en el cuaderno, Bruno movía agitado su pie, el timbre sonó demasiado fuerte, todos salieron del salón cada uno yendo para el lugar deseado, estaban afuera de la instalación rodeados de gente que se saludaba para irse a sus respectivos hogares, y allí paso.
Ambos se tomaron de las manos, volteaban sus miradas para otro lado, Leone fumaba un cigarro para ocultar su sonrojo y Bruno se reía levemente, allí mismo empezó su romance de forma pública., sin miedos algunos, sin ninguna preocupación.