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Buscando a Noah © [LGBT/GAY] por LotusVowMoon

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Abrí lentamente mis ojos, no reconocí exactamente dónde estaba, miré más detenidamente a mi alrededor, ¿un cuarto de hospital?, escuché voces, estaban discutiendo, eran mis padres. Meredith estaba enojada y se escuchaba a Aleck un poco arrepentido. - ¡Por tu culpa mi bebé esta así! - Sentenciaba Meredith, así que después de todo me seguía queriendo, los gritos se intensificaron un poco más, yo jamás la había visto enojada, intente acomodarme sobre la camilla, pero no podía, estaba muy adolorido. – Meredith, cariño lo siento, yo… - Aleck parecía triste, me exasperé, no quería que toda la culpa recayera sobre él, yo había sido malcriado, intente moverme de nuevo y el dolor estaba allí presente.

Logré sentarme, y Meredith y Aleck seguían en su discusión y pronto se volvió algo extraña, - Sabes que nuestro hijo es especial. - ¿Yo? ¿Especial? ¿De qué estaba hablando Mery?, - ¿Qué crees que hará cuando se entere? ¿Qué nos recibirá con los brazos abiertos? – Aleck refunfuño, logré pararme y llegar a la puerta, doble la manija y ellos voltearon su cabeza hacia mí, el rostro de Aleck estaba desencajado y el de Meredith, parecía el del doctor Banner cuando Hulk no quiso ayudarlo en Avengers Infinte War.

Corrió hacia mí, me abrazo fuertemente y derramo sus lágrimas sobre mi hombro, dirigí mi mirada hacia Aleck, me miró con pena y Mery se aferró más a mí me dijo, - lo siento mucho cariño, debí haberme dado cuenta que no estabas bien ese día. – Esperen, ella dijo ¿ese día?; ¿Cuánto tiempo llevaba en el hospital? – Mary – solo dije, ella se encontró con mis ojos y yo solo lloré como nunca lo había hecho, - Lo siento, lo siento mucho, no quería lastimarte mamá. – Yo no me había dado cuenta, simplemente aquellas palabras hicieron que Mary sonriera como si hubiera alcanzado el cielo, - Me dijiste mamá, pensé que nunca me lo dirías bebé, no sabes cuánto estuve esperando este momento. –

Me retorcí un poco de dolor, Mary me miro preocupado y Aleck se acercó a mi sigiloso, - ¿Estás bien? – pegunto y yo solo asentí algo arisco. – Tenemos que hablar. – Sentenció Aleck, mi mamá solo lo miró de manera desaprobatoria, yo suspiré y asentí con la cabeza; sabía lo que se avecinaba, Aleck tomo asiento en el sofá de la habitación y yo me senté en el filo de la cama, Mary se quedó fuera a regañadientes, luego de un rato de parecer pensar en lo que iba a decir él prosiguió, - Noah yo… quiero decir, quizás no fue correcto comportarme de esa manera el día que fuiste a explorar el bosque – Eso era algo nuevo, pensé que me regañaría sin embargo el parecía más bien estar preocupado por algo más que solo haberse comportado así.

- ¿Qué es lo que te preocupa? – Pregunte inquietante, él pareció incomodarse aún más. Entonces me miró con tristeza y angustia, solo alcanzo a decir: - Tú nunca me llamaste papá, ¿es porque no te sientes bien alrededor de mí? – Abrí los ojos, puede que esa allá sido una de las preocupaciones de Aleck, pero aún no me estaba contando la verdad, al menos no del todo.

– No es por eso Aleck. Es solo que siempre he pensado que Mery y tu aún son jóvenes y en cualquier momento tendrían un bebé y yo simplemente quedaría atrás. Los amo, son los mejores padres que el destino pudo haber puesto en mi camino y Aleck sé que hay algo que te preocupa, mucho más que algo como esto y sea lo que sea quiero que sepas que jamás haría algo para lastimarlos a ti y Mary, hace unos días sentí como el corazón de Mary se rompió, todo por mi causa y eso no me gustó, aparte de la muerte de mi madre biológica y las horribles pesadillas, ese fue el momento en que me sentí igual y no quiero que Mary o tu vuelvan a pasar por eso, tampoco quiero perderlos porque son lo único que tengo, dame algo de tiempo Aleck, sé que me has dado muchos años de tu valioso tiempo pero, solo necesito que me brindes la seguridad de llamarte “papá” ¿Puedes entenderlo? - 

Aleck asintió y se levantó ligero de su asiento, me miro con las lágrimas en sus mejillas y se aferró a mí, le susurre “perdón” en su oído y solo lo abrace, él dijo que todo estaba bien, todo iba a estarlo, que estaba dispuesto a esperar el momento en que yo quisiera llamarlo papá y que lo perdonara por nuestro pequeño inconveniente, el resto de la tarde nos reímos mucho, Meredith llego con las noticias de que mañana me darían el alta y que solo debía quedarme una noche solo, porque habían estados atrasados con muchas cosas de la mudanza, porque yo estaba en el hospital.

Navegué hasta las 10:00 p.m. en el móvil, esperando que haya menos afluencia de enfermeras, antes había querido salir, pero no me dejaron, así que simplemente esperé, a esa hora ya no sentía tanto dolor, miré la hora otra vez; 10:15 día sábado, genial me había perdido toda una semana de clases, de seguro ya ni estaba en la lista, abrí la puerta de mi habitación lentamente, miré hacia el final del corredor y no había señal de las “brujas de blanco” aproveche mi soledad y me escabullí entre los pasillos más vacíos para no ser regresado a mi habitación, llegue a un punto donde recorrer el hospital se volvió sombrío para mí, como cuando estaba en el bosque.

- ¿Qué es lo que te trajo aquí hijo? – Caí de nalga al suelo, era el mismo señor del bosque y me pego el peor de los sustos, el tiempo parecía haberse detenido, no había ni una enfermera o doctor pasando por allí, el hospital estaba vacío, pero ¿cómo era esto posible?, el dolor volvió hacia mí y sentí la mirada fija de aquel anciano, no podía apartar mi mirada de la suya, como si me estuviera forzando a verlo, ¿por qué parecía más agresivo que la primera vez que lo vi? – “No te acerques a lo que no conoces” – Susurro cerca de mi oído, un segundo después tuve la necesidad de parpadear y el tiempo pareció haber retomado su rumbo, me aferré al perchero que sostenía mi suero asustado y sentí frio, la puerta al final de pasillo se había abierto.

Me acerque y unas pequeñas escarchas caían del cielo, estaba empezando a nevar, no tenía sandalias ni pantuflas, pero no importaba; nunca había pensado en lo increíble que sería ver la nieve, así que solo puse mis pies en el frío asfalto, el viento golpeaba mis mejillas y la luna estaba completa, no recuerdo que tanto me distraje, pero me aleje bastante del hospital, casi estaba en el patio antes de llegar a los estacionamientos, tenían un bonito laberinto con arbustos y en el centro había una banca para pasar el rato, decidí quedarme un rato más y la luna parecía haber tomado mi atención.

Escuché un sonido tras de mí, voltee estrepitosamente pensando que era el señor que se me había aparecido dos veces, pero en cambio me encontré con aquel lobo el que creí haber visto la otra noche por mi ventana, su mirada era imponente y si no hubiera sido por su pelaje negro él se habría camuflado muy bien con la nieve, acercó una de sus patas delanteras y yo retrocedí, se convirtió en una especie de vals, no estaba asustado de él pero ¿por qué se había arriesgado a entrar en una zona llena de gente? ¿Se había preocupado por mí? Parecía que él se reía de nuestro pequeño juego así que tome su hocico y eso lo dejo quieto, me miró fijamente y sus ojos eran tan bonitos, eran hipnotizantes, acaricie su cabeza.

- ¡Noah! - escuché a lo lejos, era la voz de Aleck, - ¡Noah! - mire hacia el lobo, quiso irse lejos - ¡espera no te vayas! - pero no había marcha atrás, él ya estaba a metros de mí, se adentró en el bosque, miré al suelo y de entre la nieve logré salvar una cadena color negro con una corona de oro adornando como dije principal, estaba formada por piedras negras, tal vez cuarzo o alguna otra piedra, - ¡Noah! - voltee hacia atrás Aleck corría con desespero hacia mí con un médico y dos enfermeras, guarde la cadena el bolsillo del pantalón de la pijama y Aleck ya me tenía entre sus brazos - ¡Noah! ¿Por qué saliste? Estaba preocupado por ti, la enfermera dijo que no estabas en tu habitación, te buscaron por todo el hospital. -

 

Nota: La cadena que vio Noah es la dorada.

Él se veía cansado, pude sentir su aliento helado recorrer mi rostro por la cercanía, - lo siento Aleck, me sentí asfixiado dentro de la habitación, solo quería tomar aire, lo siento no debí haberme salido. - dije casi en un susurro, agrandando los ojos y a punto de llorar al darme cuenta de que otra vez pude haberlos preocupado, pensé que Aleck se enojaría sin embargo el solo hablo con algo de reproche, - ¿tomar aire con este frío? Ni si quiera traes sandalias, me preocúpate mucho, no lo vuelvas a hacer, no puedo descuidar me un segundo de ti porque hay que buscar al pequeño Noah-

Aquí vamos de nuevo, él sabía cuánto odiaba el hecho de que se refiriera a mi como el “pequeño Noah” supongo era su forma de vengarse por haberlo preocupado así que lo deje pasar y solo dije: - lo siento Aleck ¿se lo dijiste a mamá? - no debí haber dicho eso frente a él, agache la cabeza, el me desordeno el cabello y dijo - no se lo dije. No quería que ella se asustara por una de tus travesuras. - Solo le agradecí por eso lo abrace y me tomó en sus brazos, patalee un poco Aleck suele consentirme demasiado cuando llego a enfermarme, pero eso no sucedía hace mucho así que simplemente pensé que ya había aceptado que estaba lo suficientemente grande para valerme por mí mismo.

Esa noche había sido como ninguna otra, - Noah- dijo Aleck, - ¿sí? - alcance a decir desde la cama, ya sin él suero pues el doctor dijo que ya no era necesario. - pórtate bien el resto que queda de la noche, tu madre y yo tenemos una sorpresa para ti mañana ¿ok? - Asentí muy vivaz con la cabeza y Aleck beso mi frente, mis ojos se cerraron lentamente, pero aquella noche supe que había algo especial dentro de mi historia. Quería volver a ver a ese lobo gigante.

“Algunas veces, solo algunas veces, no te das cuenta de que el corazón muestra tu esencia y la verdad se oculta en el poder de las palabras"

Notas finales:

Hola, creo que ya le tomé el ritmo a esto. Gracias para los pocos que han leído. 


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