Hermandad.
Un nuevo día daba comienzo, Steve acostumbrado a levantarse temprano salió de la habitación para ejercitarse un poco en el gimnasio donde tiempo después un embobado Tony le estaría esperando y así juntos despertar a sus retoños e ir a desayunar.
—Tony, en vez de estar ahí sin hacer nada porque no alistas a los niños, tenemos mucho por hacer —columpiandose entre las barras paralelas.
—Estoy asegurandome que todo lo que cené este en su lugar, ahora que ya lo hice, planeo el como me lo voy a desayunar.
—A quien te vas a comer papi —la pequeña Morgan se paro a un lado de su progenitor mirandolo inocentemente.
—No quieres conocer la respuesta a esa pregunta, por tu propia salud mental te sugiero ignorarlos o mejor pasar de largo —cargando a su hermanita, la llevo a la sala donde esperarían a sus padres.
Dando un gran salto aterrizó perfecto en el tapete, camino hasta su esposo dándole el ya acostumbrado beso de buenos días —tienes una tarea menos, ya están listos solo faltamos nosotros.
—Yo quiero algo mas que un beso capitán —rodeandolo por el cuello fue por un contacto más profundo y duradero. Así de pegaditos caminaron al cuarto para ir directo a la ducha, el agua fría y lo resbaladizo del jabón, les ayudó a cumplir un objetivo muy placentero.
Bajaron a reunirse con sus hijos, prepararon la lista de compras y salieron de casa. Primero irían a comer, de ahí al centro comercial, la idea era regresar por la tarde sin embargo dos incidentes les provocaron un retraso, el primero en el restaurante ya que Justin Hammer apareció lo cual afecto el humor de Anthony, algo que el capitán supo arreglar bien pues dentro de los probadores de la tienda, mientras Peter y Morgan compraban, Steve hizo de las suyas dándole al hombre de hierro acción con un toque de malicia.
—Dónde quedó el inocente capitán, esto no es propio de ti —su agitación era evidente a la hora de hablar, mordía sus dedos para no gritar y aunque le gustaba hacer ese tipo de cosas, también era un hecho que cuidaba la buena reputación de su esposo, quien justo en ese momento le tenía en una esquina del probador masturbandole con la boca, dilatandolo con dos de sus dedos.
Por si fuera poco la señorita que los estaba atendiendo, llamó a la puerta preguntando si necesitaban algo, el pánico y la exitacion se mezclaron tan bien que Stark estaba por gritarle que se fuera y no los interrumpiera, pero fue el capitán Rogers quien le respondió a la joven que todo estaba bien, le escuchó retirarse continuando así su labor. Tomando al castaño por la cintura le fue penetrando lentamente. A la hora de embestirlo Tony rodeo con sus piernas la cadera de su esposo dándole mayor acceso, los gemidos eran ahogados entre besos, se olvidaron de todo, solo existían ellos creando una profunda conexión, la cual tuvo su momento culminante en un potente orgasmo.
—Capitán, eso fue...
—Fantástico y excesivo —sosteniendo a su amado contra la puerta.
—Grandioso queda mejor —respirando despacio, recuperándose del asalto que acababa de tener— propongo una huida a casa para más de esto.
—Me agrada la idea pero antes, terminemos de comprar, apuesto que ese par ya acapararon la tienda por completo —compartieron una sonrisa cómplice, luego de relajarse y recuperar el aire, se acomodaron la ropa, saliendo como si nada hubiese pasado.
Al encontrarse con los retoños, vieron que tenían cuatro carritos repletos de mercancía, según ellos era lo necesario para una semana, Steve se vio obligado a revisar cada uno comprobando que realmente fuesen a ocupar ese contenido, pagaron sus compras como eran muchas pidieron una camioneta para llevarlas a su hogar. Su segundo imprevisto ocurrió durante su viaje de regreso a la mansión, una llamada de Pepper los alertó desviandose al hospital central, dentro de la habitación la señora Keeler estaba acompañada de un abogado, la trabajadora social y Pepper Potts, afuera Harley junto a su hermana observaban todo.
—Ustedes serán nuestros nuevos hermanos cierto —Peter quería romper la tensión que se comenzaba a formar.
—Ahora veo porque estamos aquí, nuestros padres dijeron que era un asunto importante, soy Morgan Stark es un gusto conocerlos.
—Eres muy educada para tu corta edad —tomando su mano una niña de doce años le sonreía sinceramente— mi nombre es Maria Keeler, un gusto conocerte Morgan.
—Tu hermana y la mía se llevarán bien —mirando fijamente el escenario frente a él— entiendes lo que esta pasando ahí dentro.
—Si, lo sé, mis padres están firmando el acta de adopción, eso significa que a su madre no le queda mucho tiempo.
—Maria no lo sabe, ella cree que mamá se va a recuperar por eso aún usa su apellido, trate de explicarle pero, simplemente no pude hacerlo, ahora me preocupa como va a reaccionar, piensa que esto es temporal, yo no...
—Nuestros padres verán la forma de explicarselo, no te preocupes, veremos la forma de resolverlo, aunque tampoco fue fácil para mí, tuve dos semanas de convivencia con Morgan antes de saber lo que pasaba, tía May me lo dijo cuando ya había firmado los papeles.
—Mi madre me lo confesó hace una semana, ella me contó que su enfermedad no tiene cura y por ello tomó la decisión de darnos en adopción, primero negué y le grite, cuando asimile la situación pregunte qué familia nos iba a llevar, imagina mi sorpresa al enterarme que fue Anthony Stark quien nos quiere como sus hijos.
—No sólo fue él, papá Steve también estuvo de acuerdo, se supone que ustedes tendrían un mes para adaptarse pero con esto será más rápido —viendo que sus hermanas reían con tranquilidad, puso su mano en el hombro de su hermano en señal de apoyo— todo saldrá bien, ya lo veras.
Cuando el abogado junto a la trabajadora social salieron, Harley se adentro para hablar con los adultos mientras Peter se aseguraba que las niñas no escuchasen la conversación, después de algunos minutos permitieron que los Keeler se despidieran de su madre. —Maria no tiene idea de lo que pasa, ella me dijo que seríamos hermanas por muy poco tiempo.
—Escucha Maguna, quizá en estos días de adaptación, ella sea un poco grosera y arisca contigo, trata de entender que es una noticia muy fuerte y le llevará algunos días para que lo acepte.
—Lo entiendo papi, le daré su espacio, después podremos jugar y molestar a Peter juntas.
—Te escuche piojo, pero seremos dos contra dos así que no será fácil.
—Deberíamos contratar un seguro de vida, solo por si alguno se le ocurre excederse, tu que opinas.
—Digo que, lo contratare para salvaguardar mis tesoros, porque esos cuatro cuando se lleven bien, serán peor que bombas nucleares
—Ustedes dos exageran —Pepper se acercó a ellos entregándoles la carpeta con los documentos de adopción— se van a portar bien verdad Morgan
—Si tía Pepper, seré un angelito —haciendo su carita tierna.
Mientras ellos hablaban y reían, del cuarto salía una pequeña que gritando maldecía a su madre y hermano por haberla engañado, Steve fue tras ella evitando que se lastime, aprovechando también para hablar explicando el porqué tuvo que enterarse de esa manera. Afuera del nosocomio la prensa buscaba tener la exclusiva, viéndose obligados a salir por la puerta trasera donde el auto les espera. Llegaron a su dulce hogar por la noche.
—Bendiciones vayan a lavarse en lo que está la cena.
—Papi, ellos van a ir a la escuela o se quedarán en casa hasta que encuentren una.
—Supongo que asistirán a la misma, en lo que arreglamos sus papeles y así poderlos cambiar.
—Harley puede ir al M.I.T, solo tiene que hacer el examen, estoy seguro que lo pasará.
—Ambos harán el examen, no voy a discutirlo más, en cuanto a Maria, será mejor que termine el año ahí, después la cambiamos con Maguna, les parece bien.
Una afirmación se escucho a coro, cada uno fue a su habitación, bajaron aseados cenando en familia, realizaron los últimos detalles para irse a dormir ya que al amanecer comenzarían sus días de escuela. Ambos adultos se quedaron despiertos, revisaban documentos y fotografías preparando un informe detallado, esa sería la mejor forma de llegar a la torre, dando la cara a sus compañeros esperando que no fuesen tan crueles con ellos, aunque sus acciones los llevaron a pelear y separar, existia una razón, trasfondo que debían explicar, pero eso se llevaría a cabo en la tarde, mientras sus hijos estudian.